Skip to main content
Escrito por

Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

Blogs de autor

EL ENCANTO DE LA NADA

La inanidad arrasa. En YouTube ( el espacio en la red donde cualquiera cuelga su vídeo libremente para que libremente lo vean y lo descuelguen miles de otros cibernautas) la pieza más apreciada la semana pasada -colectada por 360.000 personas- fue la de un muchacho británico de 18 años que él mismo calificaba como "el vídeo más aburrido de todos los tiempos". Todos los tiempos han sentido una rara atracción por lo aburrido siendo lo aburrido el refugio seguro ante el suceso.

El tedio, tan rechazado en esta cultura del entretenimiento continuo, ha venido a convertirse reactivamente en un producto de altísima calidad. Un bien semejante a los productos naturales, la fibra de cáñamo o la slowfood. Lo lento frente a la velocidad interminable, el espesor del tedio frente a la pregonada transparencia en cualquier actividad, política, económica, moral. El tedio da ocasión para sentir el peso del tiempo y recobrar con ello la dimensión de la historia. Hasta hace poco, cuando todavía existía la historia y no sólo el accidente, los objetos pesaban mucho. Pesaban los teléfonos, las radios, las máquinas de escribir.

El reino de la levedad y la transparencia que también acabó con las raíces y los gruesos límites a la libertad ha desembocado en un ámbito abierto en el que brotan los centros comerciales y los parques temáticos, los grandes conciertos rave y las manifestaciones efímeras. La profundidad de los proyectos, la profundidad de las convicciones ha sido sustituida por la superficie de las mil pantallas y, en esas condiciones, lo correspondiente es patinar, resbalar, cambiar. El tedio ralentiza, enrarece el movimiento, vuelve despacioso el pensamiento.

Frente al modelo, en fin, de los filmes de acción y la trepidación de los efectos especiales, renace la tendencia de la visión plana, horizontal, sin variaciones, la cinta continua de una contemplación donde la falta de hechos se convierte en la deseable forma de vida. La vida de la inanidad. O más interesante: la inanidad como alternativa de distracción o el aburrimento como forma de diversión extrema.

Leer más
profile avatar
20 de julio de 2006
Blogs de autor

CORPORACIÓN DERMOESTÉTICA

Hay un antes y un después de “Corporación Dermoestética”. Su salida a bolsa, le vaya bien o le vaya mal actualmente –que le va mal-, significa la abierta integración del valor en la cotización de los valores. Los precios de la cirugía estética, de la liposucción, de las inyecciones de botox, han sido introducidos en la economía con la misma condición de los demás artículos del mercado.

Nadie ignora que la belleza física favorece el éxito. Pero, llevado al extremo, ¿será responsable quien se conforme con su fealdad o no se imponga mejorar su aspecto? Si el bienestar económico de la familia, la facilidad de los contactos, la posibilidad de nuestro ascenso laboral, el impulso de nuestra elección en los mil castings se relaciona con nuestro porte ¿cómo no tomar en serio las atenciones estéticas e incluir el acceso a sus beneficios entre los derechos de la Constitución?

Conocer mucho o muchísimo de una materia no se estima ya  decisivo para lograr un empleo en el mundo de la creciente flexibilidad laboral y empresarial, pero ser grato a la vista, aparecer atractivo ante los proveedores y clientes, resulta cada vez más importante en la economía personalizada y de servicios.

¿Formarse? Hasta hace poco no había dudas sobre el alcance profesional del verbo. Pero ahora el verbo se hace carne. La instrucción será, en parte, importante pero ¿qué decir de la estética de la corporación?

Leer más
profile avatar
19 de julio de 2006
Blogs de autor

EL PROYECTO DE VIDA

Tengo a una amiga aterrorizada porque en su primera visita al psicoterapeuta la ha interrogado respecto a si posee o no un “proyecto de vida”. Nunca se le había pasado por la cabeza que el asunto fuera tan importante y especialmente central, según el terapeuta, para sentirse bien consigo. Ha preguntado después a un par de amigas y tampoco ellas contaban con un proyecto de vida. ¿Extraviadas todas? ¿Desdichadas? ¿Ligeras?

El llamado “proyecto de vida” ha sido una construcción conspicuamente masculina. El afán de ser alguien, lograr unas metas, edificarse un determinado porvenir, forman parte del serio armazón con que adentrarse en la vida, siendo hombre.

Las mujeres, por el contrario, se bastaron con el afán de ser felices. El proyecto de vida se reemplaza ventajosamente en la mujer con la proyección de vida materna y la felicidad, al contrario de su sentido entre hombres, se tiene por un bien central.

“Prométeme que serás feliz”, han dicho algunas madres a sus hijas. Los padres, por el contrario, ponen su máxima esperanza en que el vástago consiga ser alguien. La diferencia de propósito resulta, al cabo, tan radical que la categoría de felicidad ha sido asociada a las aspiraciones de la debilidad y la de ocupar un puesto notable a los objetivos de heroicidad o fuerza. El héroe no pretende la felicidad sino el honor. El héroe no se entretiene en pasarlo bien sino que se forja en liza con la dificultad. Encaminarse hacia la felicidad quedó para las soñadoras, las madres amantísimas o los místicos, secretamente afeminados y antagonistas de la acción viril.

Cualquier movimiento productivo fue siempre relacionado con los resultados más tangibles, el dinero, la hacienda, el estatus. ¿Es improductiva la persecución de la felicidad? ¿Tiende la felicidad a dejarnos saciados y finalmente pasivos?

La respuesta afirmativa a estas preguntas ha cruzado la cultura del sacrificio, la abnegación y la ética de la renuncia hasta el fin del capitalismo de producción. En buena parte, esta cultura no ha fomentado ser feliz, al hacer de la felicidad un sinónimo de placer y del placer una manifestación de condescendencia, despilfarro y pecado.

La felicidad, sin embargo, ha pasado a ser un asunto central de los últimos tiempos del capitalismo de consumo. Presente en los libros, los videos de autoayuda, las sesiones terapéuticas o las “píldoras de la felicidad” que forman la amplia congregación de psicofármacos, de los antidepresivos a los adelgazantes, desde los estimulantes hasta los rejuvenecedores. La cultura de consumo ha liquidado el pudor de ser feliz y su estrecha relación con el suspiro femenino.

Tanto la extensión de la influencia femenina traducida en estilo general del mundo como la proclamación de la felicidad en los altavoces del sistema de consumo, han sacudido la vieja ecuación que dividía a hombres y mujeres. Unos con la obligación de trazarse un proyecto para llegar a ser verdaderos hombres y ellas con la impulsión a ser madres para realizarse de verdad como mujeres. En el cruce cultural de ambos, el nuevo afán común consistiría menos en el diseño existencial de metas solemnes y a largo plazo, y más en la búsqueda de objetivos cercanos. O, en suma, en lugar de aspirar a una culminación gloriosa a la manera de la metafísica, la alternativa de una degustación viajera a la manera de la idea turística. La existencia, en efecto, siempre se contempló como un viaje. La novedad es que ahora no hay visión del más allá ni itinerario trazado hacia ninguna parte.

Leer más
profile avatar
18 de julio de 2006
Blogs de autor

LOS MUERTOS CIVILES

En el Líbano, en Gaza,  en Irak, en Afganistán, en Somalia, los muertos de la guerra son civiles. Mueren algunos militares también pero las noticias registran una creciente  cantidad de víctimas civiles.

Los soldados fueron la materia prima de las contiendas bélicas y su condición de guerreros o piezas funcionales para la  destrucción del bando enemigo camuflaban su condición humana. La muerte de los batallones era lamentable sobre todo en términos de contabilidad militar, en gruesos número sin rostro.

El efecto secundario de ataques y emboscadas, apenas visible en plena narración bélica, sería el llanto de los familiares perdidos en la retaguardia. Con el conflicto en ascuas no había lugar para el  sollozo de los amantes y los parientes, los hijos o los esposos. No se consideraba ocasión propicia para la lamentación individual puesto que lo decisivo consistía en calcular la masiva resistencia del enemigo y el masivo potencial de nuestras fuerzas. El contingente, la tropa, los pertrechos, componían un bloque tecnológico y monstruoso, coherente con la consigna de que las guerras son sustantivamente inhumanas y de por sí encubren continuos casos de crueldad. La guerra abstracta agavillaba el múltiple dolor de la guerra en un dolor a granel,  miles de tragedias particulares apiladas y consideradas  sumariamente.

Hoy, sin embargo, la muerte que produce la guerra llamea más que nunca en estampas individuales. Llamea, como nunca la muerte civil, personal,  absurda, insoportable. A la guerra no hay Dios que la legitime ni bandera que la encubra. Tampoco, sea con bombas o con proyectiles, se ahoga el griterío de los cuerpos destrozados. 

No hay legitimidad para la guerra, sea cual sea. Y, desaparecida su carcasa de honor,  esfumados sus ornatos de deber y de servicio a la patria, queda a la vista su carnicería, la  perversidad de su entraña.

Los civiles parecían hasta hace poco, en cuanto  criaturas inocentes, muertos mudos. En el siglo XXI no han dejado de ser inocentes pero han dejado de ser mudos. Son testimonios aullantes e investidos de una muerte  que refuta la vida de cualquier organización política  y que arrastran consigo, como un enorme y pestilente cadáver, la historia podrida de los peores tiempos.

Leer más
profile avatar
17 de julio de 2006
Blogs de autor

BLOGS INFECTADOS DE PUBLICIDAD

La publicidad busca nuevas fórmulas para gustar.  La televisión, que fue durante decenios el medio más directo y eficaz, ha estallado en tantas pantallas paralelas que resulta difícil acertar dónde se encuentra realmente el receptor.

Hasta hace apenas diez o quince años casi todos los que se situaban ante una pantalla eran televidentes. Ahora las pantallas se encuentran multiplicadas en la navegación de Internet y se amplían en los móviles, los videojuegos, el iPod.

Conocer dónde se encuentra el potencial consumidor se ha convertido en el problema central de los profesionales del marketing pero el asunto resulta tan complejo que las empresas de marketing han recurrido incluso a implantar chips en el producto, en el anuncio y en el potencial consumidor para constatar si efectivamente ha producido efecto el reclamo publicitario. Una joven compañía,  Erin Media, puede llegar a deconstruir la audiencia para cada programa de televisión entre cientos de canales y ofrecer a sus clientes –operadores de cable, estaciones de televisión o compradores de espacios publicitarios- un informe completo de la audiencia en cualquier momento. Pero, obviamente, apenas sirve para una gran proporción del público joven que ya se encuentra en diferentes paraderos, y cada vez menos sentado en un diván ante los televisores convencionales.

En realidad, no solo los receptores se mueven, los emisores han emigrado en masa:  la radio se ha desplazado a la web, la televisión aparece por los móviles, la web viaja hacia el televisor o a otros destinos como son el VOD (vídeo sobre demanda), el iPod o la PlayStation portátil.

Pero, además, por si no fuera ya ardua la pesquisa, el público se ha hecho crecientemente desleal a las marcas y altamente desconfiado respecto a los mensajes. Con ello, la publicidad, trata de investirse con todos los ropajes posibles que borren su carácter interesado y mercantil.

Una opción en auge es la publicidad promovida boca a boca, utilizando grupos de jóvenes, sobre todo, para divulgar las bondades y la pertinencia simbólica de marcas determinadas.

Este método que se inscribe en lo que ahora se llama “marketing viral” busca difundir  por contagio entre iguales lo que antes se pregonaba desde un altavoz central. El “marketing viral” ha logrado éxito  gracias a que la gente se fía cada vez menos de las instituciones –sea la Política, la Justicia, la Iglesia, la FIFA-  y más de las demás gentes. De este modo la publicidad ha llegado fácilmente  hasta los blogs.

Agencias como MindComet pagan a los bloggers por referirse favorablemente a uno u otro artículo cuya productora le ha encargado la promoción. BlogStar Network, que empezó el año pasado, paga una tarifa de 5 a 10 dólares por plasmar una imagen que favorezca el conocimiento de algo o alguien. Naturalmente los blogs más concurridos son los más solicitados y mejor retribuidos pero, a la vez, son los que mayor resistencia oponen a su mercantilización.

Todo blogger queda autorizado a declarar que la posible promoción de su contenido está siendo pagada pero pocos de ellos lo hacen por el momento. La publicidad se cuela así muy sutilmente y en complicidad con un agente no profesional. Lo no profesional es “no institucional” siendo lo personalizado de mayor valor que lo profesionalizado.

Finalmente,  la publicidad va colándose en general como una atmósfera y el llamado product placement o presencia del producto dentro del plano de la película y el vídeo, la secuencia del videojuego, la letra de las canciones o la búsqueda en la red, que antes escandalizaba mucho ha venido a ser casi habitual. Nuestro entorno va tapizándose de marcas que componen y hasta protegen el medio ambiente, auspician los acontecimientos humanitarios, procuran nombre a los estadios, los equipos, las fiestas populares y los grandes conciertos pop. Por su mediación nos orientamos, nos designamos, nos entendemos, nos entretenemos, practicamos la caridad.

“Yo, marca registrada” fue el título de una sesión de Davos hace dos años donde se consideraba que el valor individual, más allá incluso del estricto ámbito del mercado, se formaba con ingredientes y estrategias semejantes a las que guían el mundo del marketing. O incluso peor.

Leer más
profile avatar
14 de julio de 2006
Blogs de autor

LA REVOLUCIÓN O LA FUENTE ABIERTA

Ahora todos escribimos blogs. Nos atareamos de acuerdo con el estilo de  los tiempos donde el open-source es la fórmula en boga para una actividad cualquiera.

Hace quince años Linus Torvalds colgó  su proyecto de sistema operativo en la red, no con el fin de hacerse rico con su invento sino para hacer partícipes de adicionales invenciones a otros usuarios y mejorarlo con su ayuda.  El imperio de la jerarquía hoy posee mala fama mientras el sistema horizontal, la organización flat, la idea de participación recoge la  ideología de los tiempos. 

Los medios de comunicación tradicionales se abastecen diariamente de la incesante opinión de los lectores, de los SMS en  directo, de las llamadas a la emisora.  El mensaje rehuye su aspecto direccional y se enmascara en esta clase de orgía del receptor que introduce su voz y hasta su mano.

La coartada del diario, de la radio o de la televisión son aquellos  programas cuya bondad o maldad pierde relevancia gracias  a la ruidosa participación de los clientes.

De esa manera la opinión pública no juzga el contenido como un producto ajeno que se le sirve sino que su  contenido se forma mediante una interacción que anula la distancia crítica. Ciertamente, no sabremos con la debida exactitud qué porcentaje de mensajes expuestos en la pantalla o lanzados por las ondas tienen su origen real en el público o son fabricados  para que lo parezcan. Lo importante, en suma, es sustituir la decadencia de la imaginación creadora del emisor por el auge de la acción participativa. Pero, además, ponerse al loro de lo que se lleva: en la moda, en la política, en el marketing, en el conocimiento.

El sistema operativo que propuso Linus Torvald en 1991,  conocido como Linux, constituye el ejemplo triunfante de la convocatoria a la participación horizontal de cualquier público. El dispositivo  ha ido mejorándose y ya el número de ordenadores que lo usan se va acercando a los 35 millones con pronósticos de crecer hasta los 43 millones en 2008.

Otro ejemplo más de éxito participativo es la Wikipedia, la enciclopedia abierta, expuesta a correcciones, sugestiones e innovaciones espontáneas que a estas alturas ha asumido  un millón de artículos de los temas más diversos en sus apenas cuatro años de vida.

La vida se hace comunidad gracias a la red. Cada blog debe su naturaleza y su existencia a la  presencia de los otros,  de la misma manera que nuestra identidad, nuestra vitalidad, nuestro sentido, en general, se encuentran en la relación y la comunicación con los otros. Y ahora –con las emigraciones, la multicultura, las fusiones- de forma cada vez más clamante.

Un libro aparecido en 2004,  The Wisdom of Crowds, de James Surowiecki, alcanzó la categoría de best seller en la lista de The New York Times refiriéndose a este fenómeno de la participación y a los posibles beneficios que podrían derivarse -para las empresas, ante todo- abriéndose a la opinión de socios y accionistas. Unos y otros en el proyecto TBE (The Business Experiment) de Surowiecki, proponían rectificaciones, innovaciones, cortes o derivaciones que, a juicio, de algunos líderes de empresa están contribuyendo a mejorar el rendimiento de la compañía.

Saber tratar con la suma de sugestiones, apartar el trigo de la paja, el delirio de la sensatez, filtrar la lucidez y no la estupidez sigue siendo –como en la prensa- un trabajo a cargo de los directores.  Sin embargo, ¿cómo no pensar en que tendencialmente el dirigente sea un grupo inducido y formado a imagen y semejanza de la masa?  ¿Cómo no pensar, en fin, que la democracia, una vez contagiándolo todo, explosionando como epidemia,  no infecte los cuerpos de decisión?

Producir, gobernar, crear para el gran público es el sueño de la industria, los servicios, la cultura.  Para hacer realidad este anhelo ¿no será indispensable procesar e  incorporar el deseo, el criterio y hasta el tufo existencial de esa amalgama? La Revolución, por cierto, ¿no consistía en promover algo por el estilo?

Leer más
profile avatar
13 de julio de 2006
Blogs de autor

EL VALOR DE LA COLA LARGA

Long tail, cola larga, ha sido acaso el mayor éxito en frases cortas de los dos últimos años en los entornos de Silicon Valley. No se refiere propiamente a la informática sino a sus muchas prolongaciones secundarias, su capacidad para crear colas o estelas de diferentes especies.

La expresión proviene del título de un artículo firmado por el editor y redactor jefe de la revista Wired, Chris Anderson, en 2004. Pero ahora acaba de aparecer el desarrollo de la idea en un libro titulado The Long Tail: Why the Future of Business is Selling Less of More.

En efecto, ¿por qué el futuro de los negocios no será también vender menos de más items? La respuesta se encuentra en Internet y, en buena medida, gracias a la incansable tarea de los incalculables bloggers.

Lanzar un producto estrella y recaudar miles de millones continua  siendo el sueño de las empresas. Lo nuevo consiste en que los meticulosos y personalizados procedimientos posibles, gracias al contacto persona a persona o grupúsculo a grupúsculo a través de la red, favorecen la ocasión para demandas y consumos seleccionados con tino, difundidos en menor número de unidades pero que, sumados todos, componen un potencial de notable  importancia comercial.

Empresas como Ecast o Amazon.com venden éxitos a grandes escalas pero simultáneamente están atendiendo múltiples peticiones que, fuera del best seller, interesan a una multitud sin el clamor de la aglomeración. Atender a este número de clientes que aumenta día tras día resulta tan hacedero actualmente que la empresa encuentra una rentabilidad de long tail y largo alcance.  Puede que los títulos solicitados no se encuentren en los anaqueles de los centros comerciales pero pueden hallarse en los almacenes, prestos para ser remitidos o prestos para ser producidos.

Este mundo de partículas que forma una nube larga corre en paralelo al cuerpo central del producto estrella. O bien:  al lado de la la explosión gigantesca del Código da Vinci pulula un ejército de millones de enanos elegidos a mano, obtenidos boca a boca, ponderados tras un intercambio de consejos y comentarios personales en  red.

La long tail no puede llamarse más humana que el hit puesto que la congregación masiva desprende un tufo humanoide, inconfundiblemente nuestro. Pero se trata, no obstante, del origen de una comunidad inaugural donde los sujetos se liberan de los cataclismos del fenómeno de consumo de masas y ensayan, con delectación y semiclandestinidad, relaciones más íntimas con la música, los libros o  las desconocidas marcas de camisetas. 

La posibilidad de que los componentes de esta población cibernética que puede adquirir con parecida facilidad una película de Steven Spielberg que otra de  Saani Taraporevala, un éxito de ayer u otro de hace medio siglo, abre la senda a un  futuro más colorista y divertido, interesante y diverso. La publicidad convencional continúa con sus grandes campañas globales pero en los semisótanos, al modo de la subversión profética de la catacumba,  los blogs difunden –pueden difundir- un disfrute alternativo, una información, un asesoramiento o una melodía de sustitución. Y todo ello, además, desarrollándose  una impensada actividad de periodista, de escritor, de crítico o "correveidile" en multitud de personas que teclean  no ya  con la oscura voluptuosidad narcisista  sino con el soleado gozo de la generosidad y la participación.

Leer más
profile avatar
12 de julio de 2006
Blogs de autor

LOS GEMELOS DEL DIABLO

El ascenso de dos hermanos gemelos a la cima del poder en Polonia redondea con fascinación el vigente periodo de la institución política. Aunque propio de tiempos vetustos y descaradamente perversos, la república democrática de Polonia ha reeditado la figura del poder de la sangre, el absolutismo familiar y la extraordinaria proeza de ofrecer dos cabezas iguales como una, dos líderes repetidos, un clon de aspecto autómata, entre el asombro correspondiente a la magia y la comicidad asociada al universo de la repetición.

Los hermanos Kaczynski, de 57 años, que ahora copan los cargos de la presidencia de la nación y de primer ministro, han accedido a sus puestos por un método democrático que a partir del resultado invoca antes el efecto de un hechizo que de una elección racional.

El doble suscita pavor y risa, de acuerdo con la situación y su concatenación interior. Ciertamente el humor se encuentra cercano a lo grotesco y lo grotesco por su otro lado comunica muy fácilmente con lo siniestro. La línea completa de la conversión sería esta: lo gracioso induce a la relajación, la relajación y su lasitud a la relativa desarticulación, la desarticulación a la descomposición y la descomposición a la visión de la muerte, el rostro de lo más siniestro.

Los hermanos Kaczynski son unos pillos. Un par de listos muy listos, casi diabólicos. En los años sesenta rodaron juntos una película titulada O dwóch co ukradli ksieyc, según he visto en Google, que allí traducen como Sobre dos que tomaron la Luna.

Los Kaczynski parecían inocentes payasos de cumpleaños para quienes les conocían de vista. Con los labios finos y pegados, especialmente dibujados para lanzar una ironía o un chiste inminentes. Pero no se han ganado la vida con bromas. La Luna infantil del cine se ha convertido en la Polonia presente que, por lo visto, ha seguido tantas vicisitudes en los últimos veinte años como estos aparentes hermanos Tonetti de la política o el doble Rasputin del supercomplot.

La pregunta es de razón: ¿Se ha convertido definitivamente la política en un circo y debemos esperar que la sucesión de números de este género continúe hasta nuestra extinción o ha llegado la política a la agónica imagen de los circos y el espectáculo siguiente consistirá en inaugurar un asilo para sus profesionales más tópicos? Entre lo cómico y lo siniestro estos gemelos idénticos (sólo distinguibles por dos lunares faciales y un anilllo de boda) gobiernan Polonia desde sus menguados 1.60 de estatura.

Si su parecido no fuera tan exacto ni su escala tan ajustada al clown su contemplación sería mucho menos hechizante. Sin embargo, de este modo,el dúo logra tal poder mediático y desasosegante, tal atracción asociada al terror y al destino nefando que su estampa evoca, ante la muy católica Polonia, la mano de Satán y, ante la Europa, largamente desconcertada, una suelta de los espíritus cada vez más numerosos y malignos que ceban el cuerpo general de la política.

Leer más
profile avatar
11 de julio de 2006
Blogs de autor

MÁQUINAS PSICOLÓGICAS

En Estados Unidos hay una máquina expendedora por cada 50 habitantes pero en Japón se llegó el año pasado a la proporción de una máquina por cada 20 habitantes.

La proliferación japonesa ha alcanzado este punto promovida, al parecer, porque la vivienda va reduciéndose tanto que apenas caben los productos necesarios  para el normal funcionamiento doméstico. Uno de los últimos artículos novedosos que facilitan estas máquinas es, por ejemplo, el papel higiénico y huevos frescos. Esto aparte de los diferentes elementos para la limpieza, la alimentación, juguetería,  prendas interiores, material pornográfico, recargas para móviles y cebos para la pesca.

A no tardar las máquinas habrán absorbido la práctica totalidad de los productos del mercado y en el extremo conformarán un mundo perfecto o del comercio y la asistencia. Es decir, una paralela población de servidores no humanos que, al estilo del Tamagotchi, irán adquiriendo un aliento animista de modo que suscitarán cariño y comprensión a la vez que la máquina auxilia. ¿Una despersonalización de la sociedad? Una omnímoda repersonalización del mundo.

Todo objeto que comunica tiende a ganar la condición de las compañías.  Todo objeto que  interactúa genera relaciones, atracciones, memoria, amor.

En general, la actual cultura de consumo ha fomentado la subjetividad del objeto tanto o más que la objetualidad del objeto. De  ese cruce ha nacido una criatura que he llamado sobjeto en Yo y tú, objetos de lujo. El otro de la relación es un sobjeto y yo también, para el mejor éxito de una interrelación social que tiende cada vez más a ser descomprometida o eventual , incomparablemente más numerosa y menos radical.

Las vending machines del mundo siguen todavía conductas demasiado rudimentarias porque apenas reproducen el toma y daca de la moneda y el género pero existen, desde hace años, diversos programas de ordenador diseñados para atenuar, mediante la interacción con el cliente,  la depresión, la ansiedad o la paranoia. Softwares que, instalados en aparatos callejeros, podrían destinarse a tratar demandas mucho más hondas y complejas. El coche de la ambulancia y su UCI sería, en ese momento, un dispositivo para la asistencia física dentro de un sistema de salud integral en cuyo seno actuarían también las vendings psicológicas para las urgencias propias del espíritu.

Leer más
profile avatar
10 de julio de 2006
Blogs de autor

LA MUERTE QUE RÍE

Una vez aceptado que el dolor ha perdido casi todo su valor de intercambio, el duelo va perdiendo su liturgia, duración y hasta sentido.

La última convención de Chicago dedicada a los negocios funerarios proporcionó  suficientes elementos para hacerse cargo del nuevo trato con la muerte,  el cambio en su  significación social y en la relación de los deudos con la antigua tragedia del suceso.

La regla en auge del negocio funerario sería esta: si es lamentable la pérdida de un alguien  querido no hay por qué insistir aún  más en la condolencia.  Fin, por tanto, de los funerales lacrimosos, de la mutua ostentación de las penas, del contagio general de infelicidad. Ahora, el difunto, en lugar de seguir mostrándose como un insoportable cadáver, prolonga mediante las tecnologías audiovisuales lo mejor de su existencia alegre y de su memoria animada. Varios recursos se han dispuesto al servicio de esta benéfica finalidad. Uno consiste en hacer pasar en salas adyacentes y durante las horas del velatorio un vídeo temático sobre aficiones y anécdotas del difunto, fotos familiares, hechos profesionales, en el que aparecería rebosante de ilusión. Este vídeo se expendería antes y después de las exequias  al precio de 25 dólares por la FuneralOne, una compañía de reciente creación regida por dos jóvenes, Von Vandenbergh y Joe Joachim, de 38 y  25 años.

Pero aun se anuncia otra importante aportación: la losa que cubre la tumba constituye desde el principio de los tiempos una imponente metáfora de absoluta clausura o conclusión.  Para anular este tremendo efecto negativo sobre quienes desearían acercarse a ella ha surgido la propuesta de empotrar en ella  un monitor de televisión que, a requerimiento del visitante, ofrezca escenas cotidianas del muerto, detalles de sus hobbies y sus juegos, sus frases más célebres y familiares.

De esta manera se pretende lograr que la muerte no lo  mate del todo y, en consecuencia, que el dolor de los vivos no llegue a ser desolador. Se dirá que ha muerto pero sigue expresándose en vídeo. De otra parte, lo característico de la tragedia reside en su determinación, pero propio de la comedia es su equivocidad, el sí pero no, el triunfo de lo simpático sobre lo patético.

Leer más
profile avatar
7 de julio de 2006
Close Menu