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EL ENCANTO DE LA NADA

Por 20 de julio de 2006 Sin comentarios

Vicente Verdú

La inanidad arrasa. En YouTube ( el espacio en la red donde cualquiera cuelga su vídeo libremente para que libremente lo vean y lo descuelguen miles de otros cibernautas) la pieza más apreciada la semana pasada -colectada por 360.000 personas- fue la de un muchacho británico de 18 años que él mismo calificaba como "el vídeo más aburrido de todos los tiempos". Todos los tiempos han sentido una rara atracción por lo aburrido siendo lo aburrido el refugio seguro ante el suceso.

El tedio, tan rechazado en esta cultura del entretenimiento continuo, ha venido a convertirse reactivamente en un producto de altísima calidad. Un bien semejante a los productos naturales, la fibra de cáñamo o la slowfood. Lo lento frente a la velocidad interminable, el espesor del tedio frente a la pregonada transparencia en cualquier actividad, política, económica, moral. El tedio da ocasión para sentir el peso del tiempo y recobrar con ello la dimensión de la historia. Hasta hace poco, cuando todavía existía la historia y no sólo el accidente, los objetos pesaban mucho. Pesaban los teléfonos, las radios, las máquinas de escribir.

El reino de la levedad y la transparencia que también acabó con las raíces y los gruesos límites a la libertad ha desembocado en un ámbito abierto en el que brotan los centros comerciales y los parques temáticos, los grandes conciertos rave y las manifestaciones efímeras. La profundidad de los proyectos, la profundidad de las convicciones ha sido sustituida por la superficie de las mil pantallas y, en esas condiciones, lo correspondiente es patinar, resbalar, cambiar. El tedio ralentiza, enrarece el movimiento, vuelve despacioso el pensamiento.

Frente al modelo, en fin, de los filmes de acción y la trepidación de los efectos especiales, renace la tendencia de la visión plana, horizontal, sin variaciones, la cinta continua de una contemplación donde la falta de hechos se convierte en la deseable forma de vida. La vida de la inanidad. O más interesante: la inanidad como alternativa de distracción o el aburrimento como forma de diversión extrema.

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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