Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

Sucederá en Cuba

Fidel Castro ha renunciado a ser presidente de Cuba (lo de comandante en jefe es un título simbólico, pues el jefe de las fuerzas armadas es su hermano Raúl). Tampoco ha hablado, aún, de la secretaría general del Partido Comunista) Si hubiera fallecido, la situación sería distinta. Castro, de momento, deja los cargos que no el poder, pues seguirá influyendo. Así, siempre de momento, lo que sigue avanzando desde  que transfiriera temporalmente el poder a su hermano Raúl en julio de 2006, es una sucesión sin transición. Aunque probablemente veamos en Cuba que siguen cambiando algunas cosas.

Mucho se habla del "modelo chino". Es decir, de que Cuba se abra económicamente, lo que levantaría una parte de la presión, pero el actual régimen siguiera en control de la política, sin que se abra una transición hacia un sistema democrática. Puede ser, durante un tiempo. Los chinos y los cubanos se parecen en su instinto para el negocio. Pero, más allá, las diferencias se esfuman. Cuba es un país pequeño, geográficamente próximo a EE UU, con una parte de su población en Miami, en el que un 70% de los cubanos tiene un abuelo o abuela española. Será difícil controlar una ebullición política para avanzar a un régimen de libertades que conocen. Aunque también hay que contar que Cuba ha salido de la asfixia gracias al petróleo de Chávez y a las inversiones no ideológicas, sino mercantilistas, de China, aunque estas no bastan para levantar la economía cubana. Y si la UE y España pueden ahora influir es porque han recuperado un cierto grado de interlocución con el régimen sin perderlo con la disidencia. De haber seguido la política de Aznar, no estaríamos en esta situación.

El hecho de que se permitiera una discusión, grabada y difundida por la BBC, del presidente de la Asamblea Popular cubana, Ricardo Alarcón,  con estudiantes que le criticaban, es un señal de que todo no va a seguir igual. Aunque  también es significativo que el estudiante en el centro de esta polémica, Eliécer Ávila, ante la confusión creada, saliera a defender que el lo que quería es apoyar y mejorar la "revolución socialista". Un eufemismo claro, pues hoy todo el que puede hablar lo hace diciendo que quiere defender. "revolución socialista". Pasado mañana será otra cosa, cuando la disidencia interna se transforme en oposición, o cuando el avance hacia una economía de mercado, en una sociedad creativa, ponga en marcha otras dinámicas.

De momento, y a pesar de EE UU, lo que sucede en Cuba sigue siendo una sucesión. No podrá pararse ahí. Sucederán muchas otras cosas. Cuba debe normalizarse, lo que implica también evitar volver a convertirse en el burdel de Estados Unidos y una parte de Europa.

Leer más
profile avatar
20 de febrero de 2008
Blogs de autor

Presente, profesor

Siempre es más fácil imantar lo peor, especialmente cuando está en el recuerdo. Olvida uno lo que le hacía bien, no así las cosas que le fastidiaron, acaso porque aún le habitan en secreto y hasta se han hecho parte de su carácter. Somos antes moldeados por nuestros enemigos que por quienes nos quieren; con frecuencia termina uno por parecerse a lo que más detesta, o a lo que puso enjundia en evadir. Luego lo rememora con aborrecimiento renovado, como si ya con eso lograra exorcizar al demonio que un día se le incrustó en el alma y la manchó de bilis y amargura. Lo de menos es si era para tanto, pues el rencor antiguo no quiere licitud, ni pretende justicia; su función es buscar una revancha íntima que le permita a uno considerarse mejor persona que aquél que le agravió, tal vez nunca a propósito. Como es el caso, a veces, de los profesores.

     Con alguna frecuencia me divierto lanzando maldiciones contra esos profesores que parecían deleitarse más en repartir castigos que enseñanzas, e incluso se ufanaban de zorrajar más ceros que ningún otro. El día que uno de ellos me presentó ante dos centenares de alumnos, y luego ante mi madre, como el peor alumno en la historia de su jodida escuela, debí haber entendido que el fracaso era suyo. Aunque ya lo difícil habría sido convencer a mi indignada madre (que me obsequiaba con pellizcos indiscretos en tanto el profesor abundaba en detalles sobre el caso perdido que era yo) de una tesis así de novedosa. Hasta hoy, sin embargo, recuerdo a aquellos profesores lasallistas, que se decían estrictos sólo por disparar los ceros a mansalva, como unos fracasados y unos sinvergüenzas.

     "Un escritor conformista muy probablemente es un bandido, y con seguridad es un mal escritor", escribió alguna vez Gabriel García Márquez. Si reemplazamos "escritor" con "profesor", la máxima funciona con igual contundencia. De ahí, quiero pensar, que recuerde más fácil a los bandidos, cuando lo procedente sería mostrar alguna gratitud hacia quienes tomaron como propio el desafío de quitarme lo burro, y quién sabe si no habrán considerado derrotas personales cada uno de aquellos exámenes vacíos de respuestas que los forzaban a plantarme un cero. Que lo eran, al final. De ahí que un profesor que encuentra orgullo personal en reprobar a multitudes de alumnos sea con toda certeza un fracasado supino y debiera ser echado a la calle.

     Fracasa siempre quien detesta lo que hace, y a algunos se les nota desde lejos. Podemos verlos siempre en busca de culpables, ávidos de revancha, y es así que de pronto ya no son ellos, sino uno mismo quien se da a enarbolar vicariamente aquellas frustraciones, igual que el exorcista que vuelve en sí con el demonio adentro. ¿Cómo culparlos, tantos años después, por el cochambre que uno mismo se ha esmerado en alimentar? Pienso en esos colegios pedagógicamente correctos donde aún los escuincles endemoniados son tiranuelos cargados de razón y todo adulto es un torturador implícito, entonces me horrorizo más aún ante la perspectiva de soportar a semejantes monstruos autoritarios. Tal vez la gratitud del ex alumno consista solamente en sobrevivir a la clase de horma que le tocó, si de uno u otro modo no hay horma que acomode.

     No incurriré, por cierto, en la cursilería de agradecer a aquellos desdeñosos padrastros matinales la cantidad de obstáculos que me impusieron en el camino que hasta acá me trajo, pero si veo las cosas con alguna frialdad no me habría gustado estar en su pellejo. Debieron de sufrir a edad temprana el acoso de profesores seguramente más rígidos que ellos, y quién sabe si no, ya en el trabajo, la presión inclemente de un director malamado, de cuyo veredicto dependería su puesto o su salario. ¿Quién sino uno, al fin, conoció tan de cerca sus debilidades, su mezquindad secreta, su miedo a parecer irrespetables? ¿Cómo saber si la mayor lección en literatura alguna vez recibida consistió en reprobar la materia y darse el lujo de enorgullecerse?

     Se cuenta que una vez dos de los integrantes de The Clash se acercaron al viejo gurú Pete Townshend para solicitarle consejo y bendiciones, y él por toda respuesta los envió sin escalas al carajo, arguyendo que su deber moral -esto es, la única forma de gratitud aceptable- no era idolatrarlo, sino escupirle. Vaya, pues, esta escupitina cariñosa para los malos, y dos para los buenos, que bien merecen parrafadas aparte. Ya la canción lo dice: I'm not down.

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2008
Blogs de autor

Contra el juego, un juego de Unamuno

Uno de los libros más personales y libres de Unamuno se llama Contra esto y aquello, encontré la edición de Renacimiento del año 1928, la segunda edición, y aparté otras lecturas para dejar paso al maestro vasco/castellano de carácter tan firme y de genio tan claro.

Hablando del ajedrez, salvándolo y diferenciándolo de otros juegos, sobre todo de los juegos de azar, así se expresa el viejo maestro:

"Suelen caer en ese vicio aquellas personas que sin una base de educación intelectual se encuentran con dinero. No saben qué hacer, la lectura les fastidia, el arte está para ellos cerrado, y el único modo que tienen de no aburrirse es jugar. Puede asegurarse que dónde el juego hace estragos la cultura el superficial y más de apariencia que de fondo. Las emociones del juego llenan un vacío espiritual que no se llena con emociones de arte, de ciencia o de una actividad útil y culta. Cuando se reúnen personas de cultura, de ingenio, de ilustración y sobre todo de espíritu, conversan, cambian ideas e impresiones, no cartas de la baraja. Los tontos, dice Schopenhauer, no teniendo ideas que cambiar, inventaron unos cartoncitos con figuras y los cambian."

Me voy, un poco avergonzado, a mi partida semanal de mus. ¿Y perdonará don Miguel que los fines de semana me dedique, como tonto, a jugar con unas bolas en un espacio que llaman billar? Da igual, conviviré con mis contradicciones y me escaparé a Salamanca, más que nada por jugar. Se busca compañía, preferiblemente juguetona.

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2008
Blogs de autor

Robbe-Grillet

Con la muerte de Alain Robbe-Grillet (1922-2008) se cierra el episodio del Nouveau roman, el concepto que tanto éxito tuvo fuera de Francia. No se trataba de un movimiento literario, ni de un grupo de amigos sino de la primera configuración de un paquete conceptual listo para su promoción. Al escribir una teoría e inventar una etiqueta con su libro Pour un nouveau roman (para una novela nueva), publicado en 1963, Robbe-Grillet creó una dinámica alrededor de una serie de autores (entre ellos Samuel Beckett, Nathalie Sarraute, Claude Simon, Michel Butor, Claude Ollier, Robert Pinget) que compartían con él una misma casa editorial: Les éditions de Minuit.

Cuando el sitio del diario Le Monde cuenta su vida, no puede decir lo que es obvio: se trata de una gran obra de comunicación a pesar de los libros y después de las películas que llenaron la vida de un ingeniero apasionado por la literatura. Le Nouveau roman era un concepto para universidades norteamericanas donde se escribieron un sinfín de tesis. Pero Beckett, Sarraute, Simon, Butor escribían según sus criterios y la voluntad de configurar un movimiento organizado alrededor de la objetividad del narrador, de la muerte de los personajes, del abandono de la emoción a favor de la mirada fría, no eran más que unas frases en una teoría apartada de una práctica.

Basta leer el excelente blog de Pierre Assouline o el artículo del diario Liberation para entender que la muerte de Robbe-Grillet es la muerte de una figura. La muerte de un creador de productos culturales, no la pérdida del jefe de una escuela como André Breton lo era para el Surrealismo. Pero debemos dañar la influencia del Nouveau roman. Vinculada al deseo de ser un intelectual comprometido y a la fe en las ciencias humanas (supuestamente más cercanas a la verdad que un novelista), la teoría de Robbe-Grillet provocó una degradación de la calidad literaria que todavía Francia no recupera.

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2008
Blogs de autor

Dar el voto versus…otorgar la confianza

Dado el escepticismo, cargado de ironía, y hasta sarcasmo con la que muchos ciudadanos responden a los discursos, de aquellos mismos a los que se disponen a votar, que no precisamente a otorgar la confianza, se diría que están perfectamente convencidos de que, efectivamente, las promesas electorales están hechas para no ser cumplidas, o cuando menos convencidos de que el eventual incumplimiento no es cuestión clave.

Las variables determinantes a la hora de juzgar a la clase política serían de otro orden, la capacidad de gestión, aunque se diera el caso de que ser un buen gestor consista en ser astuto a la hora de, por ejemplo, conseguir para el país un lugar de privilegio en la competencia por la rapiña de recursos naturales y la instrumentalización de pueblos.

Hay ejemplos muy claros al respecto. Ni siquiera los mayores partidarios de Tony Blair le consideran precisamente un hombre de palabra. Baste recordar la sarta de mentiras con la que embaucó a sus compatriotas (al menos en apariencia, pues creo que casi nadie se llamaba a engaño) en el sórdido asunto de Irak. Y no obstante, al dejar sus funciones fue nombrado mediador en el conflicto palestino- israelí, una de cuyas partes podía sentirse afectada por el anterior drama justificado en base a falacias.

Ante los discursos a veces simplemente vacuos a veces claramente mentirosos de importantísimos políticos, respondemos con el gesto de que ya sabemos a estas alturas que los niños no vienen de París. Tremendo asunto para alguien anclado a razones kantianas: un orden social que perdura pese a que se ha generalizado como máxima de acción de los gestores ciudadanos el que su decir no compromete... parole, parole, parole, reza una pegadiza melodía italiana.

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2008
Blogs de autor

Elogio del periódico

El periódico impreso o no, compone  una segunda vida junto a la vida primera. Puede vivirse con mayor o menor intensidad la información periodística pero precisamente en esa holgura para consumir mucho o poco su propuesta se decide una parte capital de su importancia.

Cada día el periódico alza un pluriargumento que recorre prácticamente lo humanamente posible, lo imaginable y hasta lo imprevisible. El periódico se presenta como un soporte o un simple vehículo pero a fuerza de convertirse en el mensajero obstinado y  asiduo traspasa su naturaleza instrumental y coyuntural para ser naturaleza de nuestra naturaleza, acontecimiento de nuestro acontecimiento.

Quienes no han adquirido la costumbre de leer el periódico diariamente no sentirán esta sensación en su plenitud puesto que la consulta de noticias no es lo mismo que la recepción regular de las noticias, a la manera de un alimento, una medicina o un estupefaciente cotidiano.

El periódico actúa así con su periodicidad insistente y su abundancia como un elemento necesario y a través de su insistencia pasa a  formar parte de la peripecia de nuestro organismo que, a menudo, en lo más intenso, no distingue entre su interior y su exterior, su dosis y su metabolismo: la introducción de lo exterior en su interior o la introducción de su interior en lo externo.

De este modo osmótico el diario se mezcla en nuestra vida diaria y viceversa, con un apego, además, que se justifica en el acicate que cada jornada ofrece sea a la emoción,  la murmuración, la conversación o la soledad de la inteligencia.

No se trata de buenos o malos diarios -aunque también. Se trata, sobre todo, del incontable bien que se recibe de ese sustento engastado en la costumbre informativa. Nuestros asuntos personales parecen en ocasiones impenetrables a la información mundial pero ¿cómo negar que las noticias de desastres, los avances en la curación de enfermedades,  los episodios de degradación moral, las perversiones o las necrológicas cooperan a nuestro confort o a nuestra afirmación sea por contraste o por propedéutica?

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2008
Blogs de autor

VI. El amor y la máscara. La carta de amor.

Rafael Argullol: Yo, que pienso que todo amor es amor propio, no creo que pueda amar aquél que no tiene una dosis sólida de amor propio porque el amor es un exceso.
Delfín Agudelo: Así como hay cartas de suicidio, también hay cartas de amor: las dos definen momentos de geografía interior. Centro de su propio universo, el amante que escribe la carta de amor desea que el sentimiento amoroso lo rodee de una manera precisa, pero que en momento alguno deje de lado la estela que él mismo ejerce.
R.A.: El propósito de una carta de amor puede ser muy variable. Hay un propósito muy directo y un propósito extremadamente oblicuo. En ese sentido, toda la historia de la literatura o bien ha sido una carta de muerte, de adiós, una elegía, o bien ha sido una carta de amor. Podemos analizar la literatura occidental como una sucesión de cartas de amor. Por ejemplo, la Divina Comedia es la gran carta de amor a Beatriz por parte de Dante, que nos deja un monumento literario extraordinariamente minucioso. El Werther es una carta de amor que está muy teñida de muerte pero no por esto deja de serlo. Madame Bovary sería una carta de amor por vía negativa. Tenemos muchas obras en las cuales se va representando o desarrollando más bien una estrategia respecto al amor, porque en definitiva en una carta de amor fundamentalmente lo que se busca es la cartografía de uno mismo, la cartografía de tus propios accidentes, de tus propias necesidades, de tus desiertos, montañas, valles, bosques; y a partir de ahí vas siguiendo esos senderos ocultos o enrevesados en medio de los accidentes.
Por tanto, hay tantas tipologías de cartas de amor como estrategias literarias que se han dado a lo largo de la historia. Desde el dardo fulminante hasta lo que sería una estrategia elaboradísima. Yo quisiera hacer un paralelo con el dolor y el placer; de la misma manera que estas dos ideas han suscitado comentarios y sensaciones simétricas, el amor y la muerte han hecho lo mismo. Es decir, a la muerte le pedimos mucho en cuanto la situamos como el mayor misterio de la vida. Y al amor le pedimos mucho porque le pedimos que nos regale esa segunda mitad de la frase que no tenemos. La vida, el cuerpo... lo que aprendemos siempre parece que nos da la primera mitad de la frase; entonces al amor le exigimos completarla. Y por eso realmente le pedimos mucho. Nos dejamos llevar por el dolor y el placer pero quizás les pedimos menos porque se trata de situaciones fulminantes. En cambio a la muerte y al amor le pedimos mucho. Singularmente, desde una óptica literaria, al amor lo definiría como el intento de escribir la segunda parte de la frase que necesitamos para completar lo que en una preciosa palabra podemos definir: entereza. Sentirnos enteros, completos. Y en ese sentido hay una infinidad de estrategias para intentar conseguir eso, desde la estrategia de Dante hasta la estrategia que puede ser un poema de Baudelaire que en principio parece que exprese radicalmente el anti-amor, pero esto también se convierte en una forma fulminante de amor.

 

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2008
Blogs de autor

II. Mano dura

La ley de la selva. No sólo los asesinatos a sangre fría de los choferes y ayudantes de los autobuses, que pagan con sus vidas cuando los propietarios de las líneas se niegan a la extorsión; también contra los dueños de tiendas de abastecimiento, bares, cantinas, y otros negocios medianos y pequeños en los barrios, sometidos al terror de las pandillas de los maras, que han pasado de ser organizaciones juveniles violentas, a bandas criminales en estrecha alianza con los carteles del narcotráfico.

Y están los secuestros, que afectan a familias de todo tamaño pero, por supuesto, a las de mayores recursos, que constituyen el mejor botín: secuestros de hombre de negocio, de sus esposas, de niños raptados a la salida de los colegios, casos que en su mayoría no son registrados en los medios de comunicación, y que se negocian en silencio.

La violencia indiscriminada, fue un tema central en la recién pasada campaña electoral de la que Álvaro Colom resultó ganador, en contra del general Otto Pérez Molina, quien prometió "mano dura" si ganaba, y con eso se trajo el apoyo de gran parte de la población, hastiada de la inseguridad, a pesar de que ya sabe lo que "mano dura" ha significado en la historia de Guatemala. Y son los diputados de su Partido Patriota, los que ahora han promovido en la Asamblea Nacional el restablecimiento de la pena de muerte.

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2008
Blogs de autor

Fantasías mortales

En estos días vi dos recientes películas de Hollywood construidas en torno a una fantasía de venganza: Death Sentence, de James Wan (el director de Saw, que aquí se llamó El juego del miedo) y The Brave One, de Neil Jordan. En ambos relatos el protagonista es una persona común: Nick Hume (Kevin Bacon) en Death Sentence, un ejecutivo, padre de dos jovencitos, y Erica Bain (Jodie Foster) en The Brave One, conductora de un programa de radio en una emisora con pretensiones de seriedad. Ambos personajes sufren una pérdida -Nick ve morir a su hijo mayor, Erica ve morir a su prometido- a causa de un hecho típico de violencia urbana. Y los dos, desilusionados por el estado general de las cosas y particularmente por la imposibilidad de obtener justicia en sus demandas, se lanzan a una cruzada vengadora.

Las similitudes no acaban allí. Las dos películas rozan lo inverosímil en su necesidad de convertir a dos personas convencionales en máquinas de matar: Nick deviene alter ego de Travis Bickle en tiempo récord, incluyendo un rapado de cabeza, y Erica pasa de ser una tiradora novata a una perfecta entre el primer y el segundo crimen que comete.

/upload/fotos/blogs_entradas/death_sentence_med.jpgLo terrible, lo sencillamente irresponsable, es la forma en la que embarcan al espectador en su violencia. Habría que ser de piedra para no sentir como propio el dolor de los protagonistas (¿quién no tiembla cuando teme que le maten a un ser querido?) y para no identificar como próximo ese relato de una ciudad -Nueva York, Madrid, Buenos Aires: da igual- estragada por las desigualdades y el crimen. Por ende resulta difícil no sentir algo parecido al júbilo cuando estos vengadores (Death Sentence está basada en una novela de Brian Garfield, que también escribió el relato original de aquella vieja y famosa película con Charles Bronson, Death Wish, El Vengador Anónimo) matan sin piedad a delincuentes y asesinos. ¿Acaso no es un vertedero la ciudad, como lo era la Nueva York de Taxi Driver? ¿Acaso no es inefectiva la policía e inconducente la justicia formal?

Está claro que no se trata de films que pretendan abrir la dscusión sobre el tema. Se trata apenas de films de género que juegan de la manera más siniestra con nuestro apetito por la violencia. Sorprendentemente, la película que está más cerca de ilustrar los pros y contras de la cuestión no es la de Jordan, a quien se tiene por un cineasta serio (Mona Lisa, The Crying Game, The End of the Affair), sino la película de Wan, el cineasta que se especializa en relatos que lucran con el morbo y la sangre. Al menos en Death Sentence el protagonista alcanza a comprender que la violencia en que se ha embarcado no puede sino volverse en su contra y lastimar a más gente inocente. Pero en The Brave One Erica Bain se sale con la suya, ayudada por un policía que no duda en torcer la ley para arribar a un happy ending repugnante.

En ninguno de los dos casos se sugiere duda alguna sobre las víctimas de estas venganzas: todos aquellos a quienes Nick y Erica matan son presentados como seres repugnantes, merecedores de justicia sumaria, y por eso cuando se los mata uno no siente más emoción que la que se pone en juego al disponer de un mosquito. Uno querría creer que a esta altura de la Historia existe evidencia más que suficiente para demostrar que la retaliación sólo produce más injusticia, más violencia y más muerte. (The Brave One quiere sacar patente de equilibrada cuando permite que una oyente de Erica le diga en la radio: ‘¿Es que no aprendimos nada de la lección de Irak?') Pero como bien sabemos -basta con conversar con la gente ‘como uno' en cualquier reunión- vivimos en sociedades más que dispuestas a bendecir la violencia siempre y cuando sea empleada, sin importar cómo, en lo que aparece como nuestra protección. Golpeen, repriman y maten, siempre y cuando sea a nuestros ‘adversarios'.

Hay demasiada gente que olvida que Hitler fue consagrado democráticamente, por aclamación popular, para salvar al pueblo alemán de las agresiones a que lo sometían ciertos elementos ‘disociadores'. (Judíos usureros, comunistas, negros, delincuentes, la escoria social: las etiquetas cambian, la excusa es siempre la misma.)

En este siglo XXI aún flamante, la vida sigue siendo un cabaret.

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2008
Blogs de autor

Campañas: creencias e ideas

"Yes, we can", dice la campaña de Barak Obama. Lo que ha traducido al español, para los hispanos, en "Sí, se puede"  (y no, "sí, podemos"). Sus asesores (él no habla español) demuestran un buen uso del español.  Una frase suya colgada en su página web dice algo que coincide con el mensaje de Zapatero de "motivos para creer": "Os pido que creáis: No sólo en mi capacidad para lograr cambios en Washington ... Os pido que creáis en la vuestra". Está muy en la línea de John Kennedy, a la inversa, con su discurso sobre no penséis en lo que vuestro país puede hacer por vosotros sino en lo que vosotros podéis hacer por vuestro país". Sólo que esta vez el sujeto es el ciudadano.

Un reciente artículo en The New York Times comparaba a Obama a un Mac y a Hillary Clinton a un PC. Uno con una página web clara, dentro de la lógica de lo intangible; la otra con una página frenética, llena de propuestas concretas, llena de estrategias (en plural). Pues Clinton, siguiendo a su principal asesor Mark Penn está haciendo una campaña basada en microtendencias, en propuestas para cada uno de los pequeños y grandes grupos, mientras Obama prefiere la brocha gorda del cambio y un mensaje emocional. Como indicaba Matt Browne, ex asesor de Blair, son dos tipos casi opuestos de hacer campaña.

¿Donde estamos en España? Pese al mensaje de la fe, de las creencias, Zapatero está lanzando unas propuestas mucho más de microtendencias, de medidas para los grupos de población cuyo voto se quiere atraer, que Rajoy con sus "ideas claras" que son más bien brochazos gordos, aunque efectivos y profesionales. Pero algo anda mal cuando propugna creencias el que no debería y el otro ideas.

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2008
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.