Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

HAY

Hay festival en Cartagena de Indias. El Hay Festival. Toma su nombre del festival original que tiene lugar cada año en Hay-on-Wye, en el País de Gales. La versión tropical va por su segunda edición. Pinta bien, pinta muy, muy bien, pero yo le habría dado otro nombre. Tendría que llamarse el Hubo festival. En Cartagena nadie se saluda con un ¿Qué hay? Siempre se utiliza el elegante ¿Qué hubo?, con su pretérito.

¿Qué hubo en Cartagena? El primer día de festival es una mezcla de debates, música, poesía, tertulias, etc., en la ciudad colonial. Mezcla de latinos y anglosajones. Atmósfera informal, directa y un público que viene no se sabe de dónde para escuchar cosas raras, a veces especializadas. Me tocó hablar de «Literatura y periodismo» con Elvira Lindo y Juan José Millás, frente a una audiencia que llenó el precioso teatro Heredia hasta la bandera para preguntar cosas como ¿cuáles son los futuros respectivos de la novela rural y de la novela urbana?

Por el momento, el festival me parece potente, bien organizado y me deslumbra: cada acto empieza en hora; creía estar en el Caribe. Ya he conseguido estrechar la mano de Akinwande Oluwole Soyinka, el primer premio nobel de literatura africano. Es simpático, pero es una persona más en un encuentro donde se habla con todos sin encontrar a nadie. Al final, la ciudad, el calor, los olores a frutas nos comen a todos. Nadie resiste el trópico.

Al leer en el aeropopuerto un cartelito que tenía como nombre «Roberto Geldof», entendí que Cartagena ya hace lo que hizo durante siglos: resistir a la invasión, comérsela y seguir igual. Bob Geldof, rockero irlandés convertido en humanista al iniciar una ayuda humanitaria para África como alternativa a su limitado éxito después de la canción I don’t like Monday, es en realidad «Sir Robert». Como tal, vino para cantar en la Plaza de la Aduana. Pero nada más llegar al aeropuerto, era Roberto. Unas horas después, ya alguien me habló del «gato inglés» que venía a cantar. Cartagena nos hospeda y sigue igual, inalcanzable.

Leer más
profile avatar
26 de enero de 2007
Blogs de autor

Nuestro ángeles custodios

La primera columna que envié a este diario trataba sobre la okupación de pisos y lo incómodo que debía de sentirse el consejero de gobernación, Joan Saura, aplicando leyes que le disgustan. No podía yo imaginar entonces que el asunto iría subiendo de temperatura hasta que su esposa, la concejala Imma Mayol, propusiera la semana pasada despenalizar la okupación al tiempo que se declaraba “antisistema”. ¡Qué buenos sueldos cobran en Cataluña los antisistema!

En realidad se suele producir una confusión entre lo que escribimos los opinadores y nuestros profundos deseos. Podía parecer que por denunciar las contradicciones entre la política real y la ideología de partido lo que estaba diciendo es que sólo tienen derecho a vivienda los ricos. Ya me gustaría a mí que nadie se quedara sin casa y que ningún ser humano sufriera el invierno en la calle. Pero la cuestión no es esa sino la confusión entre trabajo e ideología.

Es lógico que tanto Joan Saura como su esposa, ambos crecidos políticamente en el colectivismo totalitario, guarden resabios contra la propiedad privada. Es posible que esos resabios sean moralmente admirables, pero su trabajo no consiste en imponer su ideología sino en hacer cumplir la ley. Con el tipo de políticos que han acabado por tomar la escena, a veces se hace difícil clarificar algunos principios democráticos básicos. Por ejemplo: que el ejecutivo ejecuta, pero no legisla. Y que el legislativo legisla, pero no ejecuta. La tremenda chapuza nacional tiende a cruzar legisladores, ejecutivos y jueces, pero nada sería más urgente que clarificar este panorama cuyos embrollos nos acercan cada vez más al modelo italiano.

El clásico reparto de poderes quiere decir que cuando Imma Mayol pide la despenalización de los okupas, siendo así que eso sólo es posible si lo aprueban los legisladores porque es un recorte de las garantías jurídicas del propietario, sus palabras son interpretadas inmediatamente como un alegato a favor de la okupación. Es como si hubiera dicho: “Apoyaremos la okupación hasta que logremos cambiar la ley”. Barcelona, que ya es la capital de un sinfín de grupos la mar de simpáticos pero perfectamente estériles, puede convertirse en el centro mundial de la inseguridad jurídica. Y conste que me encanta la idea.

Lo digo porque la despenalización de los okupas no es sino una posibilidad, simpática, chula, guay, entre muchísimos otros posibles actos de okupación. En mi columna ponía como metáfora la okupación de plumas estilográficas, pero les aseguro que más de una vez y a la vista de los cientos de miles de motocicletas que corren por Barcelona he pensado en proponer un “uso social de la moto”. O sea, despenalizar su okupación. Las motos no deberían permanecer en las aceras quietas como muertas impidiendo el tránsito de los ciudadanos que puedan necesitar en cualquier momento un rápido traslado. ¡Cuántas veces no hemos tropezado con doscientas motos perfectamente inútiles! En esos instantes de conciencia social se me acude que las motos habrían de dejarse abiertas, sin llave de encendido, y que todos deberíamos poder usar la que nos cayera más a mano. ¡Tantas veces hemos tenido que acudir urgentemente a algún lugar de esta ciudad en la que el transporte público es, por decirlo educadamente, una boñiga de vaca y no hemos podido coger la moto que yace sin uso al lado mismo de nuestro portal! Un uso social de la motocicleta debería ser el siguiente paso de Imma Mayol.

Subamos un escalón. Alguien quizás haya reparado en la cantidad enorme, desmesurada, de automóviles que se arrastran por las calles de un modo asombrosamente asocial. En mi barrio, que es un campo de concentración escolar, pasan constantemente unos tremendos cuatro por cuatro ocupados por una señora y una especie de guisante sonriente que desde el asiento trasero agita sus manitas camino de la escuela. ¿No hay en este ámbito una importantísima labor para sosegar la conciencia antisistema de Imma Mayol? ¿Por qué emperrarse en la vivienda? A nadie molesta tener por vecino un piso vacío. Sin la tele a todo trapo, sin las peleas a gritos, sin los tocadiscos de los nenes, sin competidores a la hora de coger el ascensor… En cambio, el uso asocial del automóvil que soportamos actualmente (francamente fascista) crea una mortal nube de veneno, representa un despilfarro monumental, y causa una destrucción de la vida pública, tanto urbana como rural, equivalente a cinco bombas atómicas. Y encima le estamos dando todos los beneficios a las compañías más salvajes del globo, a los consorcios más cínicos y gangsteriles, a los países más tiránicos y genocidas.

Un poco de cabeza, queridos colectivistas de Iniciativa. Empezad por lo que hace más daño: las motos y los automóviles. Dejad para el final lo fácil, esas casas vacías como las que tenéis en Mallorca y en Cadaqués. De todos modos, si os empeñáis en despenalizar a los okupas barceloneses, lo primero será convencer a los legisladores, para lo cual vuestro partido tendrá que incluirlo en su programa para las municipales. Ya estoy viendo el logo: “Barcelona, kapital mundial de la okupación”. Os hacéis con el ayuntamiento en un plis plas.

Artículo publicado en: El periódico, 26 de enero de 2007

Leer más
profile avatar
26 de enero de 2007
Blogs de autor

EXTREMOS DE LA DEVOCIÓN

            La trascendencia de las acciones del alma queda impregnada en los huesos, y a veces en las vísceras, como bien lo demuestra el culto a las reliquias corporales. Recordemos cómo el cadáver de San Juan de la Cruz, el poeta más alto de la lengua castellana, fue objeto de graves disputas en cuanto a su posesión, hasta el punto de que el remedio que encontraron los de Úbeda y Segovia,  que querían para sí aquellos despojos, fue dividírselos, unos la cabeza, otros los miembros inferiores, toda una carnicería beatífica del pobre santo que había sido perseguido y encarcelado en vida por la superioridad eclesiástica, y siguió siendo perseguido tras su muerte por sus devotos, hasta la mutilación.

            Me impresionó ver una vez que visité la iglesia de la Anunciación en Alba de Tormes, que el brazo izquierdo de Santa Teresa de Ávila, otra voz tan alta de la lengua, se exhibía acorazado dentro de una especie de pieza de armadura de cruzado, lo mismo el corazón, dentro de un yelmo refulgente. Y según se decía en un folleto explicativo que se me dio, el pie derecho y la mandíbula se hallan en Roma, el ojo izquierdo y la mano derecha en Ronda, y hay dedos y trozos de carne en muchos sitios de España. Es lo que podríamos llamar un canibalismo teológico.

Leer más
profile avatar
26 de enero de 2007
Blogs de autor

LA ELEGANCIA DEL EGO

Yo y tú, objetos de lujo. Este título que elegí para mi último libro se ha convertido en un lugar muy frecuentado.

You fue el elegido personaje del año 2006 por la revista Time pero alrededor, arriba y abajo, pueblan el espacio y el ciberespacio los YouTube o los Myspace, los anuncios de Montblanc (Is thay you?) y las promociones de Televisión Española.

El “para ti”, “pensamos en ti”, “tu banco”, My saving plan, “lo importante eres tú”, va creando una constelación que trasforma la idea asquerosa de la masa en la pulida simulación de una tertulia de individuos, todos con su nombre y apellidos, identificados, personalizados, supuestamente reconocidos en doble acepción. El mundo sabe quiénes somos, las empresas conocen nuestros gustos, se interesan por nuestras necesidades y, por encima de todo, nos consideran. Más aún, nos hacen sentir importantes y hasta decisivos.

El lema de que el cliente siempre tiene razón se ha elevado a razón universal de la cultura contemporánea. Una clientela explorada, rastreada, espiada y sondeada minuciosamente para acomodar los artículos –físicos o ideológicos- a sus deseos presentes y futuros, los materializados y los que se hallan en trance de eclosión. Siempre con una particularidad: con la peculiaridad ineludible de que el grupo o incluso la multitud debe tratarse sin alusión a su masa.

El fenómeno más característico de nuestro tiempo es el desgranamiento de la mies. La necesaria pretensión de creerse diferente y pugnar sin reposo por ser entendido de este modo. Como consecuencia, el gran anhelo de diferencia se ha convertido en el mayor fenómeno de masas.

Porque la paradoja aparece donde menos se la espera. El lujo selectivo de ser yo y el deseo de ser dilucidado y preciado se dobla con el ambiente global y generalizado de lo mismo. Pero aun así, ¿qué mejor atmósfera de fusión que el tufo de ser todos a través de la elegante fe de ser único?

Leer más
profile avatar
26 de enero de 2007
Blogs de autor

La noche del cometa

Yo vi un cometa. Fue hace una semana, el sábado por la noche para ser preciso. Había leído por allí que iba a ser posible divisarlo en el cielo durante un par de días, pero no me molesté en retener los datos: no sabía ni siquiera su nombre.

El sábado por la noche la casa que alquilo en Pilar estaba llena de gente. Celebrábamos el cumpleaños del tío de mi mujer; además de su familia estaba buena parte de la mía, mi padre, mi hermana y mi cuñado, mis sobrinos. Tratando de hacer lugar en mi vientre para el asado que se avecinaba, salí a correr por el barrio. Acababa de salir, apenas, cuando me crucé con un grupo de niños que miraban el cielo mientras proferían palabras de asombro; señalaban un punto en lo alto y a mis espaldas. Sin detenerme, recordé la historia del cometa. Entonces giré y lo vi, allí donde lo habían anticipado los niños. Era una estela enorme, como si alguien hubiese desplegado en el cielo una tela de gasa de miles de kilómetros de largo, un jirón de color tornasolado. Nunca había visto nada igual. Como uno nunca sabe muy bien qué hacer en presencia de lo maravilloso, decidí seguir corriendo. En cada esquina volvía a mirar al cielo para asegurarme de que seguía allí, se lo diría a mi gente apenas regresase. Y en efecto allí estaba: el cometa seguía serpeando en el firmamento mientras yo trotaba rumbo a casa.

Apenas entré, les pregunté si lo habían visto. Dijeron que no, en mi ausencia habían estado tomando un aperitivo, quedaban trozos de queso encima de la mesa. Traté de indicarles dónde lo había visto, nos apartamos de la casa un centenar de metros, pero fue en vano. No había rastros del paso del cometa. Me sentí frustrado. La maravilla perdía su gracia en la imposibilidad de compartirla. Si hubiese leído bien los diarios me habría enterado de su fugacidad; había seguido trotando como un bobo en presencia de lo inefable, ¡debí haber regresado a casa de inmediato!

A veces pienso que esa es la razón por la cual algunos escribimos. Nuestras cabezas imaginan a diario gente fantástica y hechos extraordinarios. (Como un cometa, sin ir más lejos.) Pero la experiencia ya nos enseñó que hay cosas más importantes que seguir en carrera. Escribir es detenerse, regresar a casa y reunirse con la gente, porque –lo sabemos- nuestras ocurrencias sólo tienen sentido cuando las compartimos; cuando el cometa se vuelve para los demás tan real como lo es para nosotros.

Leer más
profile avatar
26 de enero de 2007
Blogs de autor

La invención de una guerra

Esta semana, la prensa española cubrió con espanto la guerra interracial desatada en Alcorcón. Aún fresco el recuerdo de la revuelta en Francia, las imágenes de los antidisturbios incapaces de controlar a los cazadores de inmigrantes impactaron en la opinión pública como un mazazo. Los medios hablaron de la banda de inmigrantes Latin Kings y mostraron a las bandas de defensa españolas. Por su parte, los políticos iniciaron una batalla aparte: el gobierno de la ciudad negó la existencia de bandas y sus opositores lo acusaron de cerrar los ojos ante la realidad y poner en peligro a la ciudadanía. La idea de una España invadida por asesinos extranjeros ha corrido por la ciudadanía como un regüero de pólvora.

Nadie diría que un grupo de marihuaneros que se pasan el día haraganeando en una plaza podían ponerle los pelos de punta a todo un país. Y sin embargo, lo han hecho y están fascinados. En Alcorcón, modelan ante los fotógrafos con capuchas en los rostros y presumen ante sus amigos de haberle partido el espinazo a algún Latin King. Salir en el telediario –en todos los telediarios- es lo mejor que les ha pasado en su vida. 

Porque si había un enfrentamiento étnico en Alcorcón, los medios de prensa lo han atizado. La disputa ni siquiera empezó así: era un lío de parejas entre dos dominicanos. Eran varias bandas de adolescentes mixtas, compuestas por extranjeros y españoles. Hasta que hubo un apuñalado, nadie vio al culpable, pero alguien dijo: “vamos a cazarlos.”  Lo que salió en televisión es lo que vino después.

Esta semana, muchos inmigrantes de Alcorcón han faltado a sus trabajos y colegios por miedo. Y muchos españoles también tienen miedo. La mayoría conocen a inmigrantes y tienen buenas relaciones con ellos. Sólo detestan a los que no conocen, a los que salen en el diario.

Quizá había Latin Kings en Alcorcón –en la vecina Móstoles los hay-. Quizá había incluso skinheads. Pero si no los había, ahora los habrá. Los verdaderos ultraderechistas han convocado a una marcha este fin de semana y mucha gente asustada los apoya. Los adolescentes latinos, por su parte, piensan en defenderse. Cada extremo alimenta al otro. Los medios no sólo informan sobre cosas que ocurren. Al contrario, las cosas ocurren porque aparecen en los medios. Y el universo se acomoda a ellas.

Leer más
profile avatar
26 de enero de 2007
Blogs de autor

Identidad, Tradición y Soberanía

Salvo una reducida porción de sinvergüenzas, la mayoría de los militantes cree a pies juntillas en la causa que defiende. Los revolucionarios partidarios de la Dictadura del Proletariado creían luchar por la liberación de la Humanidad y no se les ocurría sospechar que hubiera alguna contradicción en los términos de su programa. Con los falangistas españoles y los fascistas italianos ocurría simultáneamente algo muy parecido. Su rudeza era el único recurso que imaginaban para librar a la nación de sus tormentosos males y dolores.

Si queremos comprender el impetuoso sacrificio de los creyentes no nos servirá de mucho estudiar su doctrina pues los partidarios de arreglar las cosas de una vez se lanzan a pugnas y batallas empujados por un espontáneo instinto de generosidad heroica. Si más tarde tienen la suerte de disfrutar el privilegio de una larga vida podrán lamentar las consecuencias de sus actos y arrepentirse, si bien no todos llegan a tener la lucidez que exige semejante impugnación.

Debe ser terrible admitir que se inmolaron en balde los mejores años de la mocedad y que sin saberlo se sometieron a una fuerza que pretendía lo contrario de lo que proclamaba. A veces no hace falta llegar a viejo para desmentir las ficciones ideológicas que embaucan a los más osados, aunque está por ver cuántos son capaces de liberarse a tiempo de las ataduras de su irreflexivo entusiasmo.

Escribo todo esto mientras intento adivinar los confusos sentimientos que bullen estos días en el corazón de los fervorosos militantes nacionalistas que en España creen pertenecer a la corriente histórica de la izquierda. Esos que sacralizan el derecho a la ruptura soberanista en los pueblos cuya identidad brota de la tradición deberán meditar qué significa ese nuevo bloque de la extrema derecha creado en el Parlamento Europeo y bautizado como Identidad, Tradición y Soberanía.

El estreno de este grupo parlamentario ha sido posible gracias a las aportaciones de los partidos de extrema derecha procedentes de Austria, Bélgica, Bulgaria, Francia, Italia, Rumania y Reino Unido. Para empezar tienen veinte diputados y entre ellos destaca no sólo el Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, sino el Vlaams Belang, partido nacionalista y xenófobo partidario, como no, de la autodeterminación de la nación flamenca. Los rumanos del Partidul Romania Mare quieren expulsar de su país a la minoría búlgara, son homófobos y antisemitas. El resto no añade novedades sustanciales a este nauseabundo repertorio de sandeces.

En su primer discurso en la eurocámara, el líder parlamentario de Identidad, Tradición y Soberanía, un tal Bruno Gollnisch, exhorta a sus partidarios a defender los valores cristianos, la familia tradicional y la civilización europea. Dando a entender que los conservadores mansos también tienen cabida en su club.

Podrá decirse que usurpar títulos tan honrosos como "identidad", "tradición" o "soberanía" es una fechoría maliciosa pero la extrema derecha europea está en condiciones de demostrar que fueron los primeros en acudir al registro de propiedad intelectual. Esta patente es la que hoy les permite crecer y multiplicarse.

Leer más
profile avatar
26 de enero de 2007
Blogs de autor

DOS CHICAS DE BARRIO

Podrían haber estado en las pandillas de su barrio, peleando con alguna banda, colgadas a los sms, en el botellón y pasando mucho del instituto o como se llame ahora. Son dos chicas de barrio, fueron, ahora son otra cosa y están más crecidas. Son amigas y residentes donde les apetece. Les van bien las cosas. Al menos las cosas profesionales, las que vemos, las que nos enseñan. Tienen muchos más parecidos en sus vidas paralelas aunque tengan dimensiones de popularidad y dinero muy diferentes. Las dos son de barrios madrileños, las dos podrían haber sido peluqueras o cualquier otro de los personajes de chica de barrio que han sabido interpretar. Son otra cosa muy diferente. Son dos chicas listas, guapas y con suerte. Y dos currantas. Mucho han trabajado, mucho siguen trabajando para estar en ese lado del mundo. A los dos las conocí de pequeñas, cuando salían de la adolescencia y no se sabía a dónde podrían llegar. Estoy hablando de Penélope Cruz y de Maribel Verdú. Nuestras dos chicas de Hollywood.

Hay otras, por ejemplo Ariadna Gil, que también es de barrio madrileño por la vía de su consorte, David Trueba, pero ahora quería hablar de estas dos chicas de barrio madrileño. Penélope -me cuenta un muy cercano amigo suyo y de Maribel, un personaje que es real aunque algunos piensen que es una ficción de Vila-Matas, Luis Alegre- está viviendo estos días como en una nube. No ganará el Oscar, tiene la más feroz competencia de los últimos años, pero esa chica de Alcobendas ya está instalada en lo más alto de la carrera en Hollywood. Me alegro que no haya sido por ningún director americano, por ningún famoso de esos que han sido sus amigos o sus novios, me alegra que haya sido Pedro Almodóvar, el castigado de el tramo final de los Oscar, no importa. Ahí está la demostración de lo que se puede hacer con una actriz, con una chica de barrio si la mirada y la dirección son de Almodóvar. Me apuesto una cena que también Pedro Almodóvar lo hará con el otro español rey de Hollywood, con Antonio Banderas. Algún día llegará a los Oscar por la vía Almodóvar. Yo creo que ya va teniendo las canas y las arrugas que Almodóvar deseaba.

Y la otra chica de barrio, “la Verdú”. Una institución que comenzó dando alegría visual a nuestra vista y nuestro oído. Sabe contar algunos de los mejores chistes verdes que haya podido oír. Gran actriz desde adolescente. Supo estar al lado de Victoria Abril -otra de barrio- y aguantar el tipo. Luego creció con muchos directores, Trueba, Franco y ahora Del Toro. Tiene Maribel frescura y verdad, tiene ese olfato de la chica que muy pronto quiso salir de su barrio, que muy pronto supo que había que dejar atrás muchas cosas y no olvidar casi ninguna. Dos madrileñas en Hollywood, no está mal la cosecha para una ciudad que cada día parece estar más peleada con los cines. Los cines se cierran y ellas se van a Hollywood. ¿Qué hacer? Pues nada, ver la gala de los Goya, después ver la de los Oscar y no estar jugando a las comparaciones. Está muy feo señalar.

Leer más
profile avatar
25 de enero de 2007
Blogs de autor

RYSZARD KAPUSCINSKI

Encontré por última vez a Ryszard Kapuscinski en Berlín en septiembre del año pasado, con motivo de la entrega de los premios Ulises que se conceden cada año a los libros de mejor periodismo narrativo en el mundo. Venía él a pie después de cenar con Frank Berberich y Esther Gallodoro, los anfitriones del certamen, y mi mujer y yo conversábamos en el café de la terraza del hotel Kempinski. Tenía una manera de saludar primero con los ojos, que se iluminaban de alegría, antes de los abrazos, y antes de dejar oír su voz instruida en tantos tonos y acentos del mundo.

Había llegado él como invitado de honor a la ceremonia, subió a la tribuna a entregar el premio mayor a Linda Grant por su libro sobre la vida cotidiana de Israel, Gente en las calles,  y no habló. Le sobraban los discursos. Conversamos, de Centroamérica, cuando no, de Nicaragua, metido en los meandros de la realidad latinoamericana que no lo abandonaba, tan conocedor de ella como para haber vivido la guerra del fútbol en Honduras, un hecho insólito que quedó en uno de sus libros, insólito también que se hallara en Tegucigalpa con pasaporte polaco, porque venir entonces desde detrás de la cortina de hierro a los países bananeros que se decía, era como llegar del infierno temido por los coroneles golpistas y demás especímenes del trópico.

Nunca leí una prosa periodística mejor que la suya. Ébano, su memoria de reportero en África,  que tiene la oscura majestad de los libros de Conrad, y El Imperio, la crónica de regreso al inmenso escenario de lo que un día había sido la Unión Soviética, ahora sólo bambalinas apolilladas y jirones de viejos decorados, serán siempre libros míos de cabecera para recordar cómo debe escribirse sobre la verdad con ojo inspirado, es decir, ojo, pulso y cerebro de literato.

Ahora nos despedimos mientras tanto en la terraza del Kempinski, y él  se aleja de espaldas por la Fasanenstrasse, hasta perderse en la noche.

Leer más
profile avatar
25 de enero de 2007
Blogs de autor

EL GOZO DE HABLAR

Contra la sinceridad llamó Juan Cruz a un libro que le encargaron sobre la cuestión de la mentira o la verdad en la relación social.

Frente a la idea inculcada por los maristas a favor de la pura verdad, la sinceridad actúa socialmente como un corrosivo que convierte lo compacto en arenizo, el nudo en un lazo flojo, la amistad en friabilidad.

Hay cuestiones que no pueden decirse en público y otras que incluso son hasta venenosas en privado y es preciso reservarlas siempre y absolutamente para sí. Gracias a esta reserva de secretos la conciencia adquiere una identidad más fuerte incluso que la recibida de cualquier amor.

El secreto encapsulado, incomunicable y hasta insoportable determina un núcleo duro que tortura tanto como crea una dignidad sin corromper. Una caja de oro macizo o una inmortalidad representada en la continuidad de un conocimiento que perteneciéndonos en exclusiva y acompañándonos hasta la muerte seguirá intacto después de nuestra descomposición.

Este reducto nos sobrevive y, en consecuencia, sin dar parte a nadie se transfigura en el símbolo de la suprema verdad. Aquella clase de gran verdad que corresponde a Dios, el único que ha sabido administrar con celo trascendente los misterios de la fe y se ha reservado todavía el esclarecimiento de varios temas favoritos, desde el sortilegio de la Eucaristía a la fórmula de la Santísima Trinidad.

Pero sólo Dios y quienes alcanzan la santidad simbólica se encuentran en condiciones de mantener el contenedor cerrado a cal y canto. El común de los mortales tiende a irse de la lengua porque la tentación de soltar lo que se sabe suele ser tan fuerte como el instinto sexual que es, en su orgasmo, su metáfora más vistosa.

Que Zapatero o don Ramón Calderón sufrieran dos importunas grabaciones de sus lapsus o sus pensamientos secretos es apenas una muestra de lo que viene sucediendo con las grabaciones de personajes públicos y especuladores privados a granel. Ahora no hay prácticamente confidencia, tráfico de estupefacientes o cita adulterina que no se vea y oiga en la grabación.

La excepcionalidad, la intimidad o el secreto ha ido convirtiéndose en la materia prima de máximo interés en los medios sea respecto a los políticos, los curas o los consejos de administración. No es extraño que videocámaras y micrófonos, magnetófonos y cookies, intervenciones de teléfonos y correos electrónicos, compongan una constelación de dispositivos ávidos de succionar este elemento que destilan los ayuntamientos, los parlamentos y las presidencias sin importar de qué ámbito son. Lo decisivo es la captación de esta sustancia que, como un valioso estupefaciente, recibe el cuerpo de la información. La sensación del informador.

Leer más
profile avatar
25 de enero de 2007
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.