Skip to main content
Escrito por

Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

Blogs de autor

NOSOTROS, LOS CORTOS DE VISTA

Un fenómeno que no puede pasar desapercibido es el importante cambio en las noticias referidas a la cultura.

Empezando por los suplementos que antes eran de arte y literatura, a las secciones diarias de los periódicos, el contenido de la cultura vuela desde las páginas a las pantallas, desde los lienzos a los vídeos, desde el arte real al net-art.

No pocos medios de comunicación han sido reticentes a estos vientos y, a través de coartadas espaciales o entregas informales, dieron noticias de festivales o creaciones singulares procedentes de un universo que ya no pertenecía a la escritura ni al mundo de la plástica tradicional.

En estos últimos años,  sin embargo, toda la prensa española, desde la tildada de derechas o de izquierdas, ha ido reemplazando espacios consignados para libros por informaciones sobre videojuegos o novedades creativas en la red. Dentro de muy poco, el fenómeno se habrá extendido con tal poder que la superficie entera de la prensa habrá experimentado una metamorfosis inesperada.

El artista estrella, el best seller, el autor popular, el genio celebrado, dejará de pertenecer al elenco de hace dos o tres siglos y se colectará entre profesionales que apenas han leído un libro o, incluso, no han visto ese cine considerado hasta ahora maestro y magistral.

Con estos indicios se apreciará la vanidad del aburrido dilema entre prensa escrita y prensa digital, entre libro y pantalla, entre escritura y audiovisual. La letra va alejándose de la escena hasta ir perdiéndose de vista y, justamente, los diarios se plantean si será posible todavía aumentar el cuerpo del texto puesto que los lectores residuales son todos hipermétropes. Prácticamente nadie que ve con total nitidez dedica sus mejores esfuerzos a la lectura. Todas las campañas a favor de la cultura son benditas pero la obstinación en que se lea como clave de la culturización general es una voluntariosa pretensión de gentes formadas en otro tiempo.

Gentes que, como uno mismo, sufren la melancolía de una pérdida hereditaria capital y a través de cuyo extravío se desvanece no ya una referencia histórica sino decisivas raíces de la propia identidad.

Todos los periodos son periodos de cambio, no cabe duda. Pero ahora, además, el cambio conlleva alteración del paradigma cultural, alteración del punto de vista y de la misma realidad a observar.

Leer más
profile avatar
30 de octubre de 2006
Blogs de autor

LAS CRIADAS DE ROJALES

En el mismo viaje a la Vega Baja del Segura que contaba ayer me di una vuelta por Rojales. Rojales fue uno de los pueblos alicantinos de donde partían las criadas que servían en Alicante o en Elche. En casa hubo dos de Rojales, además de una de Catral y otra de Almoradí.

Esa zona –e incluso el campo de Cartagena– proveía de mano de obra barata a la pequeña industria del zapato o el juguete y de asistencia doméstica a la pequeña burguesía más o menos acomodada.

Ahora Catral está en el centro de los telediarios porque el ayuntamiento ha sido tan venal que la Generalitat Valenciana le ha debido retirar las competencias como en la misma operación Malaya.

En cuanto a Rojales en sí, las cosas no deben andar muy lejos del precipicio legal. Por el momento, la localidad que yo vi hace unos quince años con apenas mil habitantes puede que cuente actualmente con unos cuarenta mil. El milagro de Rojales sólo tiene equivalente en Pilar de la Horadada, más al sur, que ha multiplicado el padrón en diez años por más de un 3.000 por 100.
La explosión de Rojales constituye una bomba urbanística cuya tipología se repite por Alicante y Murcia especialmente.

El punto de la ignición puede atribuirse a un campo de golf, a un desbordante campo de golf nacido de la nada, pero la resonancia atómica resulta espacialmente inabarcable. Efectivamente en torno a la dulce pradera que están disfrutando a media mañana algunas docenas de golfistas, ha ido creciendo un circo de chalets y adosados pertenecientes a urbanizaciones de una o varias empresas inmobiliarias. Este primer cinturón hace ver que su destino se encuentra en la visión del césped y algunos árboles distribuidos como al azar natural. Sin embargo, un segundo cinturón y un tercero y hasta un cuarto o quinto  van siendo menos dependientes ópticamente del césped y crean satélites de vida autónoma cuyo desarrollo debe atribuirse a la propia fuerza celular o inercia ideal de las cosas.  De este modo van surgiendo, sin embargo, necesidades y servicios reales, supermercados y farmacias, aparcamientos, hoteles y gimnasios. La población, en su inmensa mayoría británica y alemana,  reside allí como en un espacio anónimo que les exime de toda alteración. Se divisan jubilados paseando, matrimonios jóvenes conduciendo el coche del bebé, gentes maduras en actitud de footing.

El panorama general pertenece al mundo de los ensalmos. En estas amplias zonas nadie es de la zona ni tampoco necesita conocerla.  Es posible que enfermen y mueran allí, en Rojales, pero están muy lejos de incluir en su biografía el nombre del territorio o el mes del año. 

Con el paso de los años, los pasados y los por llegar,  España avanza velozmente hacia una caracterización urbana de aluvión que presenta una tipología impensable. No responde a una ideación de urbanistas ni tampoco de sociólogos o siquiera de concejales. La urbanización nace de la especulación, la construcción es efecto de la destrucción. Shumpeter habría encontrado aquí su ecuación paradisíaca.

Leer más
profile avatar
27 de octubre de 2006
Blogs de autor

EL ENCANTO DEL SLOW

La semana pasada estuve invitado a participar en la celebración del I Foro de Ciudades Slow en Bigastro. Bigastro es una pequeña localidad alicantina en la Vega Baja del Segura que como muchas de sus poblaciones vecinas se encuentra amenazada por la especulación. Su reacción, sin embargo, es insólita. En lugar de dejarse arrasar por los adosados se ha coaligado con otras "ciudades slow" de España como Pals, Begur, Palafrugell, Munguía, Lekeitio, Rubielos de Mora y Pozo Alcón que empiezan a formar la red de “ciudades lentas”, un movimiento que empezó en Italia y va ganando adeptos. 

El movimiento de las cittá slow trata de crear junto a la de la trama de slowfood (comida lenta, comida natural) una fuerza de resistencia contra el desarrollo sin factor humano. Estas localidades se conjuran en defensa de los alimentos naturales, del campo, el aire, las energías limpias y la sostenibilidad.

Abrazan la idea de la vida sosegada, sin tensiones ni apuros superfluos. Defienden la vecindad y el trato humano, los productos alimentarios como un bien superior y la cocina como un patrimonio cultural de la Humanidad. Cualquiera estaría de acuerdo con sus principios y se alistaría en la defensa de sus fines. Todos menos los explotadores del suelo y del agua, del viento y del mar.

¿No habían concluido las utopías? He aquí, por lo que comprobé en Bigastro, el nacimiento y desarrollo de un ideal humano, personal y social, que contrasta vivamente con lo que se ha creído, la incuestionable fatalidad de los tiempos. En esta agrupación no se pide lo imposible. Se trata de conceder el valor, reconocido por el mismo mercado, a lo existente. El silencio, la naturaleza, los buenos tomates y patatas, son bienes altamente cotizados en la sociedad presente. ¿Por qué no hacer que se multipliquen deliberadamente? ¿Por qué esperar a que desaparezca un huerto para recuperarlo después con redoblados trabajos y costes? En Bigastro, la huerta que han abandonado unos pasa a ser cultivada por otros como “huertos de ocio”. Estos otros son jubilados y sus nietos, gentes solas que se reúnen con otras gentes. El campo, sin desaparecer, se enriquece con nuevos destinos. Al contrario del pensamiento único que no ve el porvenir a causa de su apresuramiento ciego, el movimiento slow crea sin cesar destinos. Al pobre sentido del enriquecimiento a secas sigue la sorprendente irrigación del sentido.

Leer más
profile avatar
26 de octubre de 2006
Blogs de autor

LA PASIÓN POR NO SER IGUAL

Todo el mundo anhela ser diferente a los demás. La petición de ser distinto ha llegado hoy al extremo de llegar a convertirse en el gran fenómeno de masas. Pero ¿cómo salir de este oxímoron? El mercado se calienta los sesos para ofrecer una convincente respuesta al problema porque frente a la época en que poseer un determinado producto o exhibir una determinada marca otorgaba satisfacción y distinción, hoy los consumidores, hijos del hiperindividualismo, no desean ser catalogados por nadie ni por nada.

Los partidos políticos y los sindicatos de la época industrial se correspondieron con el trabajo en cadena, con las huelgas generales y con los consumos o las hambres homologadas.

La crisis de los sindicatos y de los partidos, la drástica reducción del sector industrial y la angustia de las producciones en serie han transformado la vida y los proyectos. Frente a la comunidad de las utopías sociales la ilusión del desarrollo personal. Frente al prometido paraíso del proletariado el balneario, el spa o el wellness.

Hacerse un cuerpo mejor se corresponde con la demanda de conseguir un psiquismo más feliz. El bienestar se relaciona con el bien individual y si se trata de atender a lo colectivo (la pobreza, la guerra, la marginación) el calendario tiene sus días señalados para su correspondiente manifestación. No ha disminuido la solidaridad pero en lugar de practicarse en nombre de Dios o de la Revolución se hace en nombre de sí mismo. Las ONGs están pobladas de gentes con problemas que encuentran su mejor lenitivo contra la culpa o la pérdida de autoestima en la entrega a los nigerianos.

Ningún marketing podrá triunfar si no se orienta hacia la persona en particular. “Pensamos en ti”, dice televisión española “Is that you?” interroga el reloj de Montblanc. Frente a los viejos anuncios de Kas naranja o Kas limón que preguntaban “¿y tú de quién eres?” los de hoy se proponen no alistar a nadie en grupo sino acentuar el yo.

De hecho, el verdadero negocio de nuestros días y los que están por venir no se orienta a fabricar mucho para muchos iguales sino poco para muchísimos distintos. El libro de moda en el mundo es The Long Tail de Chris Anderson, actual director de la revista Wired, en donde se predice que muy pronto el mercado de las pequeñas ediciones será superior al de los grandes títulos y el mercado de las marcas marginales será incomparablemente mayor que el de las marcas supremas.

Hacerse diferente en otro tiempo aislaba; hacerse hoy diferente interesa. Las grandes ciudades del mundo como París, Londres o Tokio (no Madrid todavía) son una continua pasarela de personajes distintos, disfrazados, caracterizados, maquillados para expresar su univocidad. La moda en general tal y como se presentan los cortes y los tejidos, mal cosidos, destintados, raídos, convierte cada ropa en modelo único y de la misma forma podría hablarse de las zapatillas o los cereales para el desayuno que cualquiera puede diseñarse en la red en contacto con los productores. Definitivamente: la comunidad se gesta a partir de la diferencialidad y el común denominador es la diferencia máxima.

Leer más
profile avatar
25 de octubre de 2006
Blogs de autor

ESPAÑA ES DIFERENTE

Cada vez me parece más sólida la idea de promover la producción española en el carácter de este territorio, solar o plataforma donde, por unas y otras cuestiones, ha cristalizado la mejor reserva espiritual de Occidente. Esta reserva espiritual que precisamente no tiene que ver con los valores de Dios y de la patria, ni del Cid Campeador ni de Menéndez Pelayo representa sin embargo el patrimonio de valor superior.

Resulta inútil y casi grotesco pretender un próspero porvenir para estas tierras aumentando las inversiones en I+D+i o esperando resultados de nuestra capacidad científica o tecnológica. Ese cuento ha terminado hace tiempo de embobar incluso a los niños.

Probablemente el asunto quedó liquidado desde que José Echegaray pronunciara su discurso de ingreso en la Academia, ya a comienzos del siglo XX y refiriéndose a nuestra realidad de dos siglos antes. Mientras la Ilustración francesa o la Aufklärung desarrollaban el pensamiento, aquí, en este recinto peninsular, se continuaba blasonando en términos nobiliarios y guerreros. Y también, más tarde, casticistas.

El casticismo puro fue nuestro atraso o nuestro arrobamiento romántico. Pero hoy el casticismo reciclado en patrimonio artístico, cultural, gastronómico, humano, tiende a convertirse en la fuente central de riqueza, atracción y desarrollo. A un país como España que fue incapaz de crear una burguesía industrial e inhábil para fundar alguna suerte de teoría contemporánea, no puede demandársele que se comporte de la misma manera que los demás países europeos. El “España es diferente” fue una coartada nacionalista o fraguista válida para el turismo. Todo ello pareció entonces una patraña infame porque nuestra liberación era Europa. Ahora Europa no se libera de sí misma y pesa más que hace volar. Hoy los historiadores coinciden en la verdad de la diferencialidad española. Ningún proceso nacional europeo se parece al español que, como se constata diariamente, sigue sin haber cuajado, ni mucho menos.

Pero también el “Spain is different” valdría para referirse a otras diversidades activas y que son un signo elocuente de otras peculiaridades nacionales de gran valor. Me refiero a la facilidad de los españoles para aceptar esto y lo otro, tolerar al emigrante, aceptar leyes subvertidoras de lo establecido, cambiar la tradición por la aventura, la conservación por la transgresión, la religión por las drogas, el respeto a la autoridad por la temeridad. Todo ello en tiempos récord.

La leyenda de derechas, la mala fama conferida por los análisis de izquierdas y el artefacto de intereses proveniente del mundo exterior, han venido a diagnosticar a España como tierra de la Inquisición y el granito de El Escorial. Sin embargo, no hace falta sino ver con qué facilidad, tolerancia o indiferencia se aprueban leyes o cómo es la discoteca Revival de Torrevieja para inducir que el estilo de la inquisición no ha penetrado en la mayoría de las mentalidades, de hoy y de ayer. Más bien al contrario. La Inquisición que trataba al islam de secta y al judaísmo de herejía hacía ver la estrecha relación y filtreos entre todos ellos. No sólo en cuanto religiones de un Libro sino en cuanto piezas de una realidad peninsular que se definía por las trenzas, las mallas y los mestizajes. Si el catolicismo en España tomó su deriva política y se fundió en los Reyes Católicos, la España de María Santísima, el pueblo escogido, fue precisamente debido, como explicó Américo Castro, a que en los ochos siglos de la Reconquista los cristianos adoptaron los planteamientos teocráticos de sus perdurables, conspicuos y admirados enemigos.

Se fue católico a la manera fanática de los islamistas radicales pero en tanto la religión afloja institucionalmente la sociedad se filtra de laicismo y la tolerancia flota. De hecho, si hoy la tolerancia entre sexos, razas o creencias se extiende por todo el país no se debe a la adopción del modelo francés, al italiano o al norteamericano. Aflora desde el interior de la propia composición de esta tierra llamada España y cuyo potaje general ahora bulle en el caldo de la convivencia.

Con la convivencia fácil, con la tolerancia, el humanismo bullente, el casticismo, el paisajismo, el idioma, el clima benévolo, el cinturón de mares y montes, el servicio hotelero, etcétera, etcétera, este país perdería demasiado proyectándose a imagen y semejanza de los enclaves protestantes, sus fríos y celliscas, sus fast food, su polución industrial, su aislacionismo interpersonal, etcétera, etcétera. “Que inventen ellos”. Los I-pods y toda la pesca ya lo adquiriremos en el mercado y en su última versión. Entre tanto nuestra labor radica en elegir un líder capaz de entender qué de nuevo y diferente, de extraordinario y valioso, puede presentar esta España (o como se diga) en un mundo que día a día demanda como lo más apreciable la clase de vida, el plato, el ritmo, el carácter, el entorno o la bonanza climatológica que se tiene especialmente aquí. ¿Que cómo hacer? Los inversores extranjeros en España ya lo están haciendo. Y mal, desordenadamente, pingüemente.

Leer más
profile avatar
24 de octubre de 2006
Blogs de autor

LAS NEURONAS ESPEJO

Todo el mundo habla de las “neuronas espejo”. Aquello que correspondía en especial a las mujeres y consistía en hacerse más plenamente cargo de lo que le ocurría al otro ha venido a ser una habilidad neuronal descubierta en 1992 por el científico italiano Giacomo Rizzolatti.

Para saber con detalle el desarrollo del descubrimiento y los pormenores de este comportamiento neuronal acaba de aparecer un libro en la editorial Paidós titulado así Las neuronas espejo, firmado por el mismo Rizzolatti y Corrado Sinigaglia.

Las neuronas espejo son decisivas en el mundo de la empatía emocional. Hay personas que no detectan una situación embarazosa o no son capaces de captar (“no se enteran”) el estado en que se halla su vecino o su pareja, a causa de la opacidad de sus neuronas.

Gentes muy inteligentes son muy tontas socialmente. No aciertan a relacionarse o a relacionarse satisfactoriamente porque no pescan cuáles son las emociones de quien se encuentra cerca de él. En los congresos, en las reuniones sociales, gentes de valor se muestran incómodas porque no acaban de introducirse en comunicación personal alguna.

La empatía que hace tanto papel en el entendimiento y acompañamiento sentimental del otro resulta ser hoy clave no ya en la vida privada sino en la mayor parte del comercio, puesto que cada vez más la personalización, el personismo, el tú a tú, la confianza en el otro, los nexos interactivos, la perspicacia y la seducción, han pasado a la categoría de materia prima. Materia de primera necesidad en el mundo de la información y la comunicación, y de importancia decisiva para lograr éxito en el lanzamiento de las mercancías.

En la casi totalidad de las mercancías de la nueva era puesto que casi cualquier producto, desde la ropa a los videojuegos, son objetos de comunicación y emoción. Casi cualquier cosa, casi cualquier comercio o restaurante se funda hoy con el factor “e”. El e-factor o factor emocional que han puesto en primer lugar los estudios de marketing.

La especial habilidad para asumir y desenvolverse en las emociones del otro la ha bautizado Daniel Goleman como “inteligencia social”. Goleman fue, como todo el mundo sabe, el autor del best seller Inteligencia emocional y la inteligencia social viene a ser su derivación más inmediata. La inteligencia social facilita los vínculos instantáneos, genera gratificaciones recíprocas y nos confirma como personas deseables porque nada se anhela más que ser comprendidos y, aún más, presentidos. La complejidad del éxito la ilustra la presencia, según Paul Ekman, de hasta 18 tipos diferentes de sonrisa enumeradas por este superexperto de la microexpresión facial tras dedicar todo un año a observarse en el espejo (¿las neuronas espejo?).

Efectivamente el doctor Ekman está considerado una eminencia pero hay individuos sin ciencia cuya sensibilidad neuronal les permite estas y otras muchas distinciones inexploradas. El poder que puede deducirse de la empatía parece tan complejo como infinito. Una suerte de don divino luciendo en el laberinto emocional de las vidas.

Leer más
profile avatar
23 de octubre de 2006
Blogs de autor

PERVERSIÓN O ESPECULACIÓN

Las periferias fueron el espacio preferido por los urbanistas y arquitectos de hace algunos años. Leían en su desorden y su descontrol, en su caos y su negligencia, signos auténticos de nuestro tiempo.

La ciudad se generaba en esos territorios siguiendo el dictado del accidente. No había plan que preconcibiera el rostro de la ciudad y su caracterización nacía de la sucesiva adición de circunstancias. La imprevisibilidad sustituía a la ordenada previsión, el movimiento orgánico al mecanicismo, la biología a la física.

Todo encajaba con los paradigmas posmodernistas que saltaban sobre la geometría de la razón para producir una postrazón o geometría emocionada. Y se hacían coherentes con la clase de conocimiento imperante en la filosofía o en la ciencia, en la psicosociología y en la filosofía de la ciencia.

El caos, la catástrofe resultante, daba pie a la contemplación de la “belleza convulsa” que proclamaban las vanguardias surrealistas. La ciudad se hacía a sí misma con el espontáneo comportamiento de un tejido celular. El urbanismo decimonónico y su ilustración expiraban en manos de un postmodernismo imprevisible, improvisador y tan bárbaro como orgánico. Rem Koolhaas, el arquitecto más admirado y premiado, había descrito el fenómeno del desorden de nuestras ciudades como la eximia creación de la especulación. El especulador tomaba en sus manos la función del urbanizador y marcaba la ocupación del territorio a través de una patología inmoral convertida en la identidad creadora de nuestro tiempo.

De esa visión urbana o posturbana, posturbana o transurbana, se nutren las actuales periferias de España en un grado superlativo. O mejor sería decir: así se gestan los nuevos ensanches de las ciudades, pueblos y aldeas de España. No importa en qué dirección se viaje ni en qué contemplación se detenga la vista,  las ciudades se dilatan  través de porciones desalineadas o no que, siendo en su mayoría viviendas adosadas, reptan por valles y colinas, coronan las lomas y prosiguen su proliferación al otro lado de los sotos hasta un horizonte sin definición.

No hay centro ni línea de referencia, tampoco una estampa mágica que opere como escenario de la atracción. El movimiento avanza sin búsqueda de un destino porque las construcciones no se dirigen hacia ninguna meta determinada. Van uniéndose o abrochándose entre sí bajo la compulsión de  aproximarse a una distancia crítica de imantación, compañía o protección. La orientación que adquiere el conjunto pudo deberse originariamente a la relevancia de un panorama, el paisaje de unas lomas o la presencia del mar, pero más tarde la mancha urbana se extiende como un cuerpo sin cabeza, sin más ley que la ocupación del territorio y la conexión decapitada con la masa anterior.

En lugares costeros como Torrevieja y tantas otras poblaciones del litoral, las urbanizaciones más recientes no miran al mar, miran a las anteriores urbanizaciones que miraron a las anteriores urbanizaciones que miraron a las anteriores urbanizaciones que llegaron a avistar lejanamente la orilla.  La consecuencia final de su delirio desemboca en conjuntos distanciados absolutamente de la costa imaginaria y girando ya  su orientación a la carretera porque en la tesitura de no ver prácticamente nada diferente a otras viviendas idénticas se prefiere ver a los coches pasar.

De esta aberración son partícipes millones de metros cuadrados construidos y centenares de miles de viviendas, primarias o secundarias. La especulación inmobiliaria ha forjado esta clase de estructura habitacional autoreferente (“especular”o “especulativa”) y, en consecuencia, no puede entenderse nada si se observa desde el exterior. La inexplicable locura de la formidable demanda de adosados emplazados en lugares inhóspitos y sin ninguna gratificación aparente en su entorno debe ser superada por la lógica interna de esa construcción alienante y ciega: alienada, alineada a otras construcciones y cuya legitimación se encuentra en el protocolo de la compulsión, en el engranaje de la neurosis, en la patología auténtica del urbanismo que dirige y otorga significado a la ataraxia de la máxima especulación.

Leer más
profile avatar
20 de octubre de 2006
Blogs de autor

EL HOMBRE MATA

Las noticias de muertes de mujeres a manos de sus parejas se ha convertido en un portentoso signo de identidad nacional, la prueba acumulada de una perversa endemia típicamente española que si conmociona sin cesar a la población nos marca con un ominoso estigma.

Los asesinatos de mujeres por sus parejas masculinas registra, sin embargo, un índice superior en Francia y muy superior en  Finlandia, en Suecia o en Estados Unidos, pero allí no se tiene como el foco obsesivo de la información ni los hombres son contemplados con el proporcional recelo.

Está bien que se llame la atención sobre esta clase de asesinatos pero su magnificación mediática, su ascensión a fenómeno diferencial, aberra la idea que se tiene del país y de sus hombres.

Esta tierra que por legado árabe ha sido muy machista ha girado espectacularmente hacia una corriente de tolerancia general y de igualitarismo entre sexos. En pocos países del mundo se ha decretado la paridad en la composición de los gobiernos o en las listas electorales, en pocos países se ha enfatizado más el paro de las mujeres y su diferencia salarial. En casi ningún país europeo hay más mujeres en la administración, al frente de las direcciones culturales, en los escaños del senado o del parlamento. Para ser un supuesto país machista los hechos no están mal. Pero además, todos los países católico-machistas de Europa, Italia, Polonia o Irlanda son, con España, quienes sufren menos tasa de muertes y agresiones de este tipo.

Pero además, el célebre talante del presidente, la reversión interior española queriendo liberarse de un pasado antimoderno, ha desatado una batería de lasitud y feminidad que choca hasta a los franceses, modelo hasta ahora de desenfados sexuales y feminismo activo. La hiperreacción para ser modernos ha producido las leyes más liberales y ha focalizado la violencia doméstica en la violencia contra la mujer, en sentido simbólico. No ya la violencia contra una u otra esposa o novia, sino, genéricamente, “contra la mujer”, considerada ya como “el porvenir del hombre”.

De esta mitificación se deduce una ideología de genocidio contra la persona de la mujer y un aura de azufre sobre la condición de varón. La escrupulosa atención con la que los medios destacan insaciablemente, fatigablemente, neuróticamente, todos los casos de violencia sobre la mujer debería también emplearse para rastrear en las razones por las que el asesino se suicida, prácticamente siempre. ¿No existirá en el centro de la relación un núcleo delirante? ¿No habría que atender a esa perversa formación y no simplificar hasta la náusea atribuyendo al hombre una inclinación maldita?

De otra parte, ¿cuántos asesinatos de hombres a manos de mujeres se callan o aparecen en letra pequeña, escondidos en el interior del periódico o sepultados entre los vecinos del pueblo? Abordar los casos de asesinatos de hombres por mujeres completaría el cuadro de las relaciones aniquiladoras, como de otra parte ya se hace en otros países y sin este clamor que, de paso, no permite ver el complejo sistema de la violencia doméstica sobre ancianos, sobre discapacitados, sobre niños, etc.

No es el machismo, como simplemente se proclama, el causante decisivo de la agresión sino las exasperaciones y agresividades que desata una relación confinada y enferma. No es la patología del hombre quien mata en primer lugar sino la patología de la relación.

Sin embargo, día a día son hombres –y no mujeres- los asesinos de mujeres. Ellos –nunca ellas-  quienes aparecen destacados en las noticias de la violencia en casa. “El hombre mata”, “Ella muere”. El hombre es el asesino y ella la víctima. ¿No parece demasiado grotesca esta ecuación? ¿Y peligrosamente simple? El hombre mata, como mata el tabaco, como mata la droga, como mata la carretera. El hombre se ha convertido en un mal social. Presunto o confeso. ¿Puede asumirse, en definitiva, este juicio que, de otra parte, abonan diariamente el sensacionalismo de la prensa, la radio y la televisión?

Leer más
profile avatar
19 de octubre de 2006
Blogs de autor

ADIÓS AL ANUNCIO DE TINTA NEGRA

El siniestro personaje calvo que protagonizaba el anuncio de la lotería de Navidad ha sido finalmente abolido.La noticia de estos días no ha indicado si la sustitución del spot, exhibido durante ocho años consecutivos, obedece a un mero gesto de renovación o coincide con la exacta defunción del personaje.

La mortuoria hipótesis que suscitaría acaso raramente otra clase de publicidad no es incoherente con la naturaleza del anuncio, su ambientación, su musicalización, su ritmo, sus colores, sus atuendos. La lotería, así proclamada, ha llegado presidida durante años por el signo de lo aciago, lo macabro y el desasosegante trato con la mortalidad. ¿Por qué?  Casi puede decirse que el producto no procedía de una u otra agencia sino de un paraje descontrolado que traía por su cuenta los peores presagios sobre la actualidad de esos días supuestamente inocentes y, sin embargo, grabados de una punky-perversión, gótica y snuff.

Rodado en blanco y negro, la amenazante aparición del tipo que soplaba al azar sobre el cuenco de su mano derecha componía una angustiosa  escena de ultratumba donde la lotería  no consistía, en sus manos, en la esperanza de que te tocara el gordo sino en que no te tocara morir.

Un anuncio de esta clase no habría encontrado acomodo en ningún otro espacio o patrocinio que no fuera el ámbito  macabro de la insufrible Dirección de Tráfico. Pero ¿en Navidad? ¿Para amenizar la Navidad?

Sólo aceptando que Televisión Española hubiera ahondado en los significados ocultos de estas fiestas paganas y religiosas, de luz y de sombra, podría entenderse que repitiera diciembre tras diciembre un Bergman de tamaña intensidad.

Efectivamente no hay fiesta sin tragedia. No hay felicidad familiar sin su réplica de hondísima desdicha. No hay vida sin muerte ni celebración que no encierre en el brillo de la copa un guiño de otra defunción.

La Navidad, en tanto se enaltece la cohesión del grupo, estalla la trifulca;  en tanto se acentúa la idea del amor, el resentimiento culebrea debajo de las sillas. Y también, en tanto la idea de estar juntos y vivos se enfatiza, el punto mortal llamea en su centro. O sus fisuras.

La vuelta del spot de la Navidad no era sino una representación de la visita de la muerte. Sobre los manteles de hilo, festoneando la alegría inducida, pespuntando los golpes de alegría, la muerte salpicaba como el polvo de oro que esparcía “el calvo”.

Bajo su patrocinio el décimo nunca fue, ni mucho menos, un juego de niños. Constituía una muy seria apuesta al azar, trato documentado con la suerte, liturgia del mundo y del transmundo que ese tipo arrastraba tras de sí, manchando las calles y las plazas con su rastro de luto.

Bendito pues el adiós al maldito anuncio de tinta negra que, año tras año, en medio de la búsqueda del sosiego vacacional o familiar introducía un pulso de inquietud aciaga que sin duda se ha llevado por delante a muchos. Empezando por los señores creativos y por su fosca criatura de terror.

Leer más
profile avatar
18 de octubre de 2006
Blogs de autor

LA POLÍTICA DE LA FEALDAD

Puede considerarse una bendición que Bono haya sostenido el “no”. La mayor parte de las decisiones más notorias de este gobierno han adquirido  la condición de chapuzas. No “chapuza” en sentido rigurosamente conceptual sino chapuzas en su visible componente  formal.

Sin que exista explicación fácil la estética no parece haber penetrado todavía aquí en la ya crecida política del espectáculo.

Ni en la horrenda escenografía de los mítines, ni en los acartonados ademanes de los candidatos. Tampoco en la posible toma de decisiones importantes ni en el mismo estilo del talante declamatorio.

Varios de los más altos representantes del Gobierno o de la oposición prolongan los portes convencionales de otro tiempo o, sencillamente, no dan valor a las formas.

Desde las negociaciones con ETA a la accidentada reforma del Estatut, desde los no pactos sobre emigración a los términos de la ley de Memoria Histórica, este gobierno ha ido sembrando su mandato de tropezones, resbalones, rectificaciones y adefesios.

La designación de Bono a contrapelo de su voluntad y mostrando las vísceras de intereses intrapartidistidas ha entregado el último episodio de la continuada política de la fealdad. Con el rastro de la experiencia vivida  queda la desagradable impresión de haber observado la consideración de un militante político como si se tratara de un soldado de Dios o un sicario del Jefe. La afirmación en su negativa se ha estimado tan insólita dentro del partido que las consecuencias desbordan cualquier manual de previsión.

Lo común, normal, lo lógico en lo partidario sería obedecer soviéticamente al mando puesto que, como se ha repetido estos días pasados, el militante se encuentra “a disposición del partido”. Dispuesto para lo que el partido guste ordenar continuando así la tradición de las órdenes monacales o las secuencias de la jerarquía militar.

“Lo que Rafa y yo” decidamos, decía Zapatero aludiendo a Simancas. El militante deja de ser algo personalmente y sólo en determinados casos en que el militante se desencarna como tal, escarnece al jefe, se reencarna en padre de familia, se da de baja y, en consecuencia, muere como milicio, cabe en el capítulo de excepción.

Excepción que conlleva, consecuentemente, la expulsión, la purga o la marginación. Bono ha terminado pues para el socialismo de Zapatero. Deberá esperar, si sigue anhelando participar en la política, a una reencarnación distinta puesto que en el organismo establecido actualmente se ha comportado como una piedra, un cálculo, un elemento extraño que conviene expulsar o disolver.

Los partidos, dicen sus militantes, son “máquinas de picar”. Hamburgueserías que traducen las piezas enteras en picadillos, las identidades diferenciales en una masa maleable y presta  para hacer  alcaldes de Madrid, presidentes canarios o ministros de industria, sin importar la voz de esa carne ni tampoco su sabor (su saber). Se hacen voluntariamente carnaza para ser del partido y de ahí, finalmente, el feo aspecto que presentan cuando hechos pedazos emergen a la luz pública y dicen sí queriendo decir no. O dicen sí para, tazados, no pudrirse en el cantón.

Leer más
profile avatar
17 de octubre de 2006
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.