Skip to main content
Category

Blogs de autor

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Consecuencias del mal periodismo

Es más que notable que una de las tres debilidades actuales de la política exterior norteamericana, según diagnóstico de un analista tan destacado y bien informado como el ex consejero nacional de Seguridad de Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, tenga que ver directamente con ?el declive acelerado en la circulación de los diarios y la trivialización del reporterismo televisivo, antaño informativo?. Este fenómeno conduce a que ?noticias fiables y a tiempo sobre los problemas más serios se hallan cada vez menos a disposición del público? y, en cambio, ?soluciones formuladas en términos demagógicos se convierten cada vez en más atractivas, especialmente en los momentos difíciles?. La consecuencia de todo ello, que le permite a Brzezinski su original conclusión, es que ?entre todos los grandes países democráticos, Estados Unidos tiene uno de los públicos menos informado cuando se trata de los asuntos internacionales?.

Esta observación parece venir al pelo también para la opinión pública española, justo en el momento en que España va a hacerse cargo de la presidencia semestral de la Unión Europea, en un momento tan decisivo como es la aplicación y puesta en marcha de las instituciones del Tratado de Lisboa. Pero lo curioso es que también vale una de las otras dos causas esgrimidas por el experto en política mundial como es la profundización en la polarización política, que impide la realización de políticas de consenso (bipartidistas en Estados Unidos) y anima, a su vez, ?a la infusión de demagogia en los conflictos políticos?. Tan es así que, en el caso español, la firma de un acuerdo sobre la presidencia española no impide que gobierno y oposición sigan tirándose los trastos a la cabeza por cualquier motivo, incluidos todos los que tienen que ver con la política exterior. La tercera causa o ?debilidad sistémica? de la política exterior norteamericana, citada por Brzezinski como la primera de todas, es quizás la más genuina y de difícil traslación, pero no menos interesante para el observador. Se trata de la creciente influencia de los lobbies o grupos de presión en lo que concierne a la política exterior, lo que conduce a que el Congreso ?no tan sólo se oponga activamente a las decisiones políticas sino que incluso imponga algunas al presidente?. El veterano experto no se refiere a la presidencia norteamericana en general, sino a la de Obama en particular y con tintes abiertamente pesimistas. ?En la campaña por la presidencia, Obama ha probado que es un maestro a la vez en la conciliación social y en la movilización política?, asegura. Pero añade que ?no ha hecho todavía la transición desde el orador inspirado hasta el estadista efectivo?. Estas observaciones aparecen en un artículo que publica en su próximo número de enero/febrero la revista Foreign Affairs y que constituye un serio varapalo para la presidencia de Obama, en el que se le reprocha que no haya sabido aprovechar el primer año en la Casa Blanca para hincar el diente a los principales problemas mundiales, debido sobre todo a su concentración en la economía y en la reforma del sistema de salud. (Enlace con el artículo, de pago).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
28 de diciembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Lo truculento y lo milagroso

En Lima me contaron que había bandas en la selva que se dedicaban a matar para utilizar la grasa de los cadáveres en productos que, en manos de ciertos curanderos, aseguraban la eterna juventud, la inmortalidad y algo de ningún modo despreciable como es la potencia sexual perpetua. A esos asesinos los llamaban "sacamantecas", herederos de una siniestra tradición, la de los pishtacos, supuestos almacenadores de grasa humana. Quien me contó esta historia estaba bien informado y sabía detalles tremebundos, aunque reconocía que se trataba de un rumor que nadie había verificado oficialmente.

Recordé la historia unos cuantos días y luego la olvidé en el desván de las noticias inverosímiles. Ahora ha habido una verificación oficial del rumor, o eso asegura el jefe de la Dirección de Investigación Criminal de Perú, quien ha revelado a la prensa la existencia de una banda, los Pishtacos de Huánuco, dedicada a almacenar grasa humana. Los asesinatos cometidos serían unos 60 y el ex jefe de la banda Hilario Cudeña se vanagloria de llevarpishtaqueando más de 30 años. La única diferencia con respecto a la historia que mi interlocutor me relató es que los clientes de los sacamantecas no eran curanderos locales, sino fabricantes europeos de cosméticos.

La Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética se ha apresurado a desmentir cualquier vínculo posible, ya que la utilización de grasa humana "carece de toda lógica". Naturalmente, hay que creerlo. No será fácil, van juntos. Cuando uno entra en una farmacia a comprar aspirinas y repara en la cantidad de productos, aprobados legalmente, que otorgarán la eterna juventud y la inmortalidad, el milagro se hace evidente. Nuestras farmacias son más audaces -o temerarias- en las promesas que albergan que cualquier tienda de santería, y por ahí siempre pueden colarse la sospecha y sus fantasías. Espero que Cudeña y sus secuaces aclaren cuál era el destino de todas esas botellas llenas de horrores licuados.

 

El País, 28/11/2009



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
28 de diciembre de 2009
Blogs de autor

Mis aventuras con las películas (2009)

Antes de comentar cuáles fueron mis películas favoritas del año que culmina, dejo constancia de una consideración.

         Víctima de las presiones del mercado y de sus propios esquemas de producción, el cine de hoy parece determinado a parafrasear a Richard Matheson y convertirse en el increíble arte menguante. Las películas –admitámoslo- son cada vez peores. Y las variantes tecnológicas (3D, IMAX) no van a salvarlo de su actual marasmo, del mismo modo que no fueron ni el Cinemascope ni la pantalla en 70 mm lo que preservó al cine de perecer a manos de la TV entre los años 50 y 60. (Los salvadores fueron narradores como David Lean y Anthony Mann, más allá de la dimensión de las pantallas; y por supuesto, los productores que confiaron en ellos en lugar de contratar a profesionales mediocres para dirigir Lawrence de Arabia y El Cid.) Esa es la razón por la cual la lista de películas nuevas que desgranaré es corta: ¡es que simplemente no hay tantas películas buenas!

         Las que más me gustaron de este año son: Let the Right One In de Tomas Alfredson (una bellísima historia de amor, que para más datos tiene por protagonistas a dos niños o, para ser preciso, a un niño y a una niña-vampiro), Public Enemies de Michael Mann (no es la mejor peli de su carrera, pero uno elige comparando con el resto de la manada del año), District 9 de Neill Blomkamp (fantástica como ciencia ficción, pero también como cine político –y cine a secas, por supuesto), Up (si los muchachos de Pixar se animasen a no convertir los terceros actos de sus películas en persecuciones convencionales, Wall-E y Up serían obras maestras), Historias extraordinarias (el maratón de Mariano Llinás, una máquina narrativa con vocación de sinfín) y La sangre brota de Pablo Fendrik.

         Gran Torino y Bastardos sin gloria me parecen buenas pelis, y punto. Mi hija Agustina sostiene que Two Lovers de James Gray es maravillosa, pero todavía no pude verla. The Hangover me resultó muy graciosa. Encontré que (500) Days of Summer era encantadora. Y Antichrist de Lars von Trier me perturbó tanto que no me animé a escribir sobre ella en este sitio; precisamente porque sigo tratando de entender qué me produjo, creo que no debe faltar en esta lista.

         Por supuesto, algunas de las pelis memorables de este año las vi gracias a la maravillosa tecnología del DVD, porque –admitámoslo también- cada vez vemos menos cine en los cines. Este es uno de los signos de los tiempos que los grandes estudios cinematográficos parecen reacios a comprender: no es el que la proliferación de nuevas tecnologías conspire contra el cine porque impulsa a la gente a ver pelis en sus casas, en sus computadoras-ordenadores y hasta en sus teléfonos; se trata, por el contrario, de que la gente tiene tanta avidez de ver cosas buenas que, con tal de saciar su sed, buscará donde sea y cómo sea.

         Antes de irme, anoto algunas pelis que siguen esperando su oportunidad de actuar para mí, en una torre que se eleva junto a la TV de casa: Synecdoche, New York de Charlie Kaufman, Election y Election II de Johnnie To, Siete novias para siete hermanos (una de las favoritas de mi madre), El prisionero de Zenda (la de Ronald Colman), Tideland de Terry Gilliam, El afinador de terremotos de los hermanos Quay…

         Tantas pelis interesantes, y tan poco tiempo.

         ¿Vieron ustedes algo que valga la pena buscar?

Leer más
profile avatar
27 de diciembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Breviario del año que acaba: el caso Gürtel (1)

 

A diferencia de la izquierda moralista, la derecha pragmática no imputa a su partido los delitos de sus dirigentes. Esta distinción nos ayudará a entender el escaso coste social de la corrupción política: los barómetros de opinión no registran ningún daño visible en la intención de voto al Partido Popular.

Los votantes de la derecha no asumen como propio el pecado de su dirigente. Cuando se inhiben, omiten o dilatan sus juicios no pretenden exculpar al corrupto, sino dejarlo a merced de la purga (judicial, mediática, orgánica) que se ha buscado.

La izquierda, sin embargo, al concebirse a sí misma como una comunión mística, padece en su carne los delitos de sus miembros. Se siente ofendida por sus felonías y sucia a causa de su avaricia.

La derecha no admite haber sido víctima de un engaño y sobrevive airosa a todo escándalo. La izquierda, al sostener una poderosa creencia en la virtud, padece una vergüenza insuperable cuando alguno de los suyos es descubierto en falta.

Esta es la izquierda clerical. Aquella, la derecha laica.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
27 de diciembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Nuevo texto sagrado

 

Alguna vez habíamos paseados por sus ciudades tan peculiares, tan propias, tan diferentes a muchas de las que habitan nuestros poetas. También conocíamos alguna de sus prosas. Además de seguirle como personaje de Vila Matas pero nunca como ahora se nos había acercado de forma tan transparente. Está Francisco Ferrer Lerín, que de él estoy hablando, en lo que uno imagina como plenitud. En esas cotas de excelencia que deben tener alguna vez el poeta y su voz. Su lengua de arena nos invita a tumbarnos con este libro y ver pasar pájaros, vidas, nubes, cielos y cientos volando. Paisajes urbanos, paisajes desérticos, ejidos o claros del bosque por dónde faunas y floras cercanas y extravagantes se pasean o se quedan.

Como un cuaderno de bitácora, mejor, como un cuaderno de campo de un ciudadano que dibuja el campo y la ciudad se pasea con sus armas cargadas de palabras este poeta, ni fámulo, ni señor. Poeta que acaba de publicar su libro más abierto y amparador. Se llama "Fámulo", en esa colección de paganismos poéticos y otras espiritualidades que se llama "Nuevos textos sagrados".

Estos días, con empacho de televisión en casa, con melancolía por otros mitos y otros ritos no he parado de recordar uno de los poemas de Ferrer Lerín. Lo copio como regalo de pascuas

"Nunca nadie vio ni pudo imaginar que un día

aciago, sin señalamiento

especial, un día que vale ya

por una era, eso que llaman

sistema de valores, la vertebra-

ción de nuestras vidas, ¿para ellos

también fue pues

así?, la cara

extrema, de fealdad

total, horripilante, vulgar-eso es,

vulgar-

ocupara nuestros hogares,

durmiera

en nuestros lechos.

¿Qué oscura trama? Desmedida

ambición

por destronar las reinas: veo

a Ingrid Bergman,

a la princesa Gracia, por no avanzar

más, y a aquellos hombres,

volviendo a Notorious, Louis Calhern, Claude

Rains, e incluso

el algo insípido y envarado

Cary Grant y me estremezco al comprobar la tropa

que invade: un tal Tosar,

tratante sin duda en casquería, Resines

tendero de la esquina, y las féminas

como una Seseña, otra Padilla y otra Baró, jefa,

ésta, de una chabola donde la mugre

del amontonamiento causa furor en las audiencias. Fue Somerset

Maugham quien nunca pudo acostumbrarse a la humana fealdad.

Que suerte haber, amigo, alcanzado ya

la definitiva paz.

 

 

 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
26 de diciembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

La SER, lo justo y la Justicia

 

Si la condena contra los periodistas de la SER Daniel Anido y Rodolfo Irago fuera consecuencia de un error judicial, no nos importaría apelar a una instancia superior. Al fin y al cabo, afrontar el proceso legal que lleva de Villaviciosa de Odón a Estrasburgo sólo requiere tiempo, dinero, paciencia, viajes, buenos letrados y confianza en el discernimiento racional de lo establecido por las leyes. Sin embargo, se me hace difícil sustraerme al temor de una sentencia que parece querer encauzar la profesión periodística por otros derroteros. El fallo del juez no sería en este caso una sanción a dos profesionales, sino un inesperado aviso a todos los demás.

Sorprende que un juez pretenda llevar a cuestas semejante tarea cuando la propia marcha del mundo nos impele a ser informados de todo cuanto nos incumba. No sólo al amparo del espíritu constitucional sino por la expectativa del sentido común: ¿quién querría proteger secretos políticos sin alterar la dialéctica ciudadana?

Puede ser que el juez haya incurrido en una interpretación sesgada por una ley ambigua. Ya se verá. Mientras tanto, la lectura de su sentencia inspira sentimientos a cuya fuerza no podemos sustraernos.

La pertenencia a un partido político se consideraba secreta cuando la ley de Franco perseguía a sus militantes. Hoy el ordenamiento constitucional pretende todo lo contrario: la participación en la institución "partido político" resulta aconsejable. Considerarla un acto de privacidad contradice el logro de una sociedad liberada de sus temores. Por eso, penalizar al periodista que nos cuenta cómo se produjeron unas militancias conflictivas, y quiénes fueron sus protagonistas, supone admitir que la pertenencia a un partido puede ser un motivo de vergüenza.

Como la información proporcionada por Anido e Irago nos ha permitido conocer una historia de afiliaciones fraudulentas, resulta implícito en el auto del juez lo que la Justicia quiere negar: que la vinculación a un partido -en este caso al Partido Popular de Villaviciosa de Odón- es una información vetada.

Nada podría parecernos más absurdo que este silogismo: si los militantes se avergüenzan y los periodistas nos informan, éstos se condenan.

Los desagradables inconvenientes que durante un tiempo sufrirán Anido e Irago por cumplir con su deber de informar representan un gravísimo altercado en el funcionamiento de nuestra constitucionalidad. Ser inhabilitados para el ejercicio de la profesión, ser condenados a prisión y a pagar multas e indemnizaciones por haber contado una historia de corrupción urbanística contribuirá a fomentar una conclusión coloquial que en modo alguno podemos aceptar: lo justo será esconder información al ciudadano. Dado que informar acarrea penas de prisión, se entenderá que informar es un delito.

Mientras se enmienda el juicio, y eso llevará su tiempo, recordaremos "la convicción de sentido común" que subraya John Rawls en su Teoría de la Justicia: "la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales".



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
25 de diciembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

1989

Fue una Navidad muy especial. La alegría de la libertad se extendió por media Europa y por contagio y simpatía a todo el mundo. También la angustia de un futuro todavía incierto, sobre todo en países como Rumanía, el único donde el dictador pereció violentamente. Aquellas imágenes de una ejecución sumaria, tras una farsa de juicio, fueron la única pieza sangrienta y repugnante de un dominó que fue cayendo suave y pacíficamente hasta liberar el entero continente. Buena parte de lo que somos hoy empezó en aquellos días de noviembre y diciembre de 1989, de los que ahora conmemoramos el veinte aniversario. Esta celebración ha sido uno de los acontecimientos del año actual y sobre ella he escrito en El País Semanal el texto que doy a continuación.

Veinte años después Las dos décadas transcurridas desde la caída del Muro de Berlín han cambiado Europa y el mundo Aquella noche del 9 de noviembre de 1999 cayó en Berlín una mera pieza de dominó. Luego fueron cayendo en cadena muchas piezas más, sin interrupción, hasta cambiar la faz del continente europeo. Y en cierta manera del planeta entero. Fue la primera en caer, pero no la causa última del hundimiento del mundo soviético. La corriente de fondo que condujo a la desaparición en una noche de aquel Muro, que se había erigido también en poco más de una noche en 1961, 28 años antes, fue la previa quiebra del sistema soviético, erosionado por la ineficacia colosal de la economía de Estado, la esclerosis de su casta dirigente, el agotamiento de su ideología y su incapacidad para mantener la carrera armamentística en la recta final de la guerra fría. Construido para impedir precisamente la fuga hacia el Oeste, fue la presión de quienes querían salir del país la que directamente lo derribó. El gesto de los alemanes tenía algo de premonitorio, tanto en la esfera europea como en la mundial. Al mundo bipolar y congelado de la guerra fría, que había garantizado la estabilidad del planeta, iba a sucederle un nuevo mundo globalizado, caracterizado por la desaparición de fronteras comerciales, económicas y financieras, el incremento de las comunicaciones y de las migraciones e incluso la aparición de una nueva división internacional del trabajo. El Muro había sido la clave de bóveda sobre la que se sostenía la aparentemente sólida arquitectura de la guerra fría. La capital del Reich hitleriano, dividida en 1945 entre las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, fue durante los 44 años de división de Europa y del mundo en dos bloques el punto de mayor tensión y lugar de confrontación entre los dos sistemas. No es extraño que fuera precisamente ahí, en este punto crucial de intersección de las fuerzas enfrentadas, donde se resolviera y terminara una etapa singular y difícil de la historia del mundo. Aquel continente dividido y en buena parte ocupado militarmente es ahora un continente unificado donde se gozan los mayores niveles de libertad y de bienestar del mundo. La frontera que lo partía y le separaba del imperio soviético se ha desplazado hacia el este y limita ahora con los restos del imperio ruso, donde no ha menguado la idea de un poder expansivo y con derecho de vigilancia sobre el continente. Esto se produce ahora gracias a las necesidades energéticas europeas y al fabuloso caudal de gas y petróleo de los yacimientos rusos. El peligro de una guerra nuclear desencadenada por las dos superpotencias, que se cernía sobre Europa y el mundo en 1989, ha desaparecido. Otros peligros han venido a sustituirlo, pero ninguno con la fuerza y la verosimilitud de aquella promesa de destrucción total. Nada que ver, en todo caso, con lo que había en Europa hace dos décadas, como era una amenaza directa de destrucción mutua asegurada esgrimida por unos arsenales instalados y preparados y por centenares de divisiones blindadas listas para actuar a uno lado y otro lado del telón de acero. Y una nueva Europa mestiza y multicultural, por primera vez toda entera continente de recepción de inmigrantes, ha emergido precisamente en el momento en que Estados Unidos se mira en el espejo europeo para reformar su sistema de salud y repensar el papel del Estado. No es, sin embargo, una situación tranquilizante, porque estos cambios no se produce sin resistencias. La aparición de populismos xenófobos, la resurgencia de un integrismo cristiano y los brotes de nacionalismos y de chauvinismos que a veces protagonizan gobiernos perfectamente civilizados son los últimos y más preocupantes frutos de esta mutación del continente europeo. El eje del mundo también se ha desplazado, del Atlántico al Pacífico. Europa, que había sido el mayor campo de batalla mundial durante el siglo XX y la región donde se almacenaban los mayores arsenales destructivos, se ha convertido en un continente menos relevante y en todo caso el más tranquila del mundo, después del último brote de violencia étnica en los Balcanes. Desde aquella noche admirable de noviembre de aquel año también admirable de 1989, los europeos occidentales pudieron empezar a darse cuenta de que había terminado una etapa de su historia. Lo que correspondía a partir de entonces era hacerse cargo de sus propios asuntos, sobre todo en seguridad y defensa, después de esos 50 años en los que la garantía de paz y estabilidad no pertenecía a sus gobiernos y sus ejércitos sino a los Estados Unidos. La unificación del continente, la adopción de alguna forma de identidad política común y la creación de la moneda única se convirtieron en cuestiones urgentes. El actual aniversario ha sido un excelente momento para revisar esos 20 años y comprobar el retraso de Europa respecto a aquellos propósitos, parcialmente colmados con el Tratado de Lisboa, revisión a la baja de la fracasada Constitución Europea, cuya entrada en vigor se ha conseguido justo para el último mes de 2009. Sucede todo esto en el mismo momento en que se configura una nueva geometría política mundial en la que destacan dos actores de primer nivel, condenados a emparejarse, como son Estados Unidos y China, y el protagonismo de nuevos actores, como Brasil e India. La Unión Europea que sale de las celebraciones de este 20 aniversario aparece así como un agente internacional menor, con menos vocación de protagonismo que ansias de protegerse. Todavía, y quizás para siempre, gigante económico y enano político. (P.S. Liu Xiaobo ha sido condenado a 11 años por el régimen de Pekín. Su delito, la promoción de los derechos humanos a través de Carta 08, la iniciativa de un grupo de intelectuales en favor de la democracia y el Estado de derecho en China, en la misma línea que Carta 77, el grupo de checos encabezado por Vaclav Havel que estuvo en el origen de la Revolución de Terciopelo, hace 20 años. Enlace con el texto en inglés de la Carta 08).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
25 de diciembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Camila y su cesto de mimbre

Durante mucho tiempo, tuvimos como ritual para el nuevo año el de reunirnos con varios amigos en casa de Camila. Sentados en el piso y en medio de una gran algarabía, poníamos en un cesto de mimbre un trozo de papel con nuestro nombre, un deseo personal, un propósito y un vaticinio para el año que comenzaba. Muchos llegábamos a la cita con nuestras respuestas meditadas, pero en algunos eneros fue especialmente difícil predecir o anhelar cualquier cosa, en medio de la incertidumbre de la crisis. No obstante, hacíamos el ejercicio de imaginar mínimamente nuestras vidas, de ambicionar o adivinar algo que podría ocurrirnos. Antes de concluir esa velada anual, se leían los escritos del encuentro ocurrido doce meses antes y se contrastaban con los recién incluidos en el cesto. Aquella lectura era un verdadero recorrido por las aspiraciones pospuestas y los planes incumplidos, aunque en ese entonces sólo atinábamos a reírnos y a seguir proyectando nuevas fantasías. Pocas veces acerté con los augurios de qué ocurriría en mi Isla, aunque creo haber cumplido con una buena parte de lo que me propuse para mí misma, más por testarudez personal que por reales condiciones para lograrlo. Entre los participantes de aquel festejo, se repetía llamativamente el anhelo de radicarse en otro país, seguido ?a mucha distancia? de las apetencias del corazón y de las ansias de un techo propio. En cada encuentro alrededor del cesto, notábamos que el número de los que lograban emigrar aumentaba. La llamada ?fiesta de los papelitos? se convirtió así en el pase de lista de los ausentes, en el inventario de las ilusiones de todo un grupo de amigos que ?ante la falta de expectativas? prefirió levar anclas. Hasta Camila, nuestra dulce anfitriona, se fue a miles de kilómetros de su pequeña casita de Ayestarán. Por estos días, puede que esté repasando la montaña de empeños y profecías que escribimos y acumulamos ?año tras año? en su sala. Sé muy bien que ella conserva esas hojas amarillentas cual testimonio de una generación desperdigada, clara constancia de quienes no dejamos de soñar ni siquiera en los períodos más duros.

Un abrazo fuerte en este fin de año a todos esos ?palitos chinos? regados por el mundo, a los comentaristas de este blog, a los bloggers cubanos de adentro y de afuera, de una tendencia u otra, a los traductores de Generación Y que ?de manera voluntaria? hacen mis textos asequibles a tantos, a los que transcriben los textos que dicto vía telefónica y después los colocan en Twitter, a los que envían mis posts a miles de emails en todo el mundo y me llaman a casa para contarme lo que mi minusvalía como internauta no me permite saber. A todos, felicidades, suerte y constancia para este 2010 que comienza en unos días.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
24 de diciembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Para remontar el año

Al fin del año el mundo se acaba, y para contribuir con su renacimiento celebramos y ofrendamos, deseándonos bienestar.  Esa memoria atávica todavía nos exalta con la promesa de sus saberes y la incertidumbre del porvenir. Pero si lo moderno construye la memoria como una economía del olvido, de la fiesta colectiva nos queda todavía el lenguaje, que nos recuerda mejor, entre cuentos y recuentos de fin del año.  Frente a la zozobra de lo ilegible, el lenguaje nos sostiene, circular y locuaz. Y enumeramos sus mejores momentos para no olvidarnos de lo que es capaz; para celebrar lo mucho que puede el lenguaje contra el olvido, a pesar de lo mucho que puede el hombre contra el hombre.

Lo dice mejor el poema de José Emilio Pacheco que transcribo, celebrando el Premio Cervantes.

Comparto también, entre finales y recomienzos, la palabra de Roberto Méndez, poeta cubano de certidumbre madura;  de Luigi Amara, poeta mexicano de sutil diseño verbal y ensayista conversable, como lo demuestra su recomendación de lecturas del año; y de Meagan Morse, estudiante estadounidense que cree, con buena fe, que el español puede hacer lo que el inglés no puede: albergar a los inmigrantes pobres. 

José Emilio Pacheco: La flecha

        

No importa que la flecha no alcance el blanco


Mejor así
        

No capturar ninguna presa
        

No hacerle daño a nadie 


pues lo importante
 es el vuelo         la trayectoria          el impulso
        

el tramo de aire recorrido en su ascenso
        

La oscuridad que desaloja al clavarse


vibrante
        

en la extensión de la nada

 

Roberto Méndez: Ofrenda

Las flores amarillas sobre la mesa

son mi única ofrenda

para este fin de año.

Parcas, silvestres,

tienen el tallo áspero

de la terca resistencia,

las corolas marcadas

por el polvo y la desmemoria

del sitio que las vio nacer.

¿Cuánto valen para ti?

(ayer costaron cinco pesos)

Nada mejor he podido guardar para estos días.

Nada.

Quiero abrir la ventana

y mostrarlas al aire.

¿Serán de San Lázaro, del Niño y su Madre,

o del caos

que ya las está devorando?

Ponles otra gota de agua

(mañana tendrán el precio de la esperanza).

 

La Habana, diciembre-2009

 

Luigi Amara: Mis favoritos del año

 

Lorrie Moore, Pájaros de América. Emecé

Una cuentista estupenda que retrata la vida cotidiana con crueldad y humor implacable (aunque “retrato” no es la palabra: es pura ficción).

 Charles Burns. Black Hole. Phanteon

Una enrarecida novela gráfica que sí cumple con el par de características del género: sí es una novela y su gráfica es admirable.

 Jimmie Durham, Entre el mueble y el inmueble. Alias

Ya quisieran muchos autonombrados escritores componer un libro con la libertad e inteligencia de este artista plástico. Una prosa diferente.

 Elsa Cross, Bomarzo. Era

Una largo y poderoso poema que explora las consecuencias de las posposiciones y los viajes imposibles.

 Michel Onfray, La fuerza de existir: manifiesto hedonista. Anagrama

Con una prosa llena de pólvora que hacía mucho no se veía en filosofía, Onfray arremete contra los pilares idealistas (y pacatos) de nuestra civilización.

 

Meagan Morse: Crónica de inmigrantes

La madre no tiene quién

La madre agitó el bolígrafo, intentando que asome la última gota de tinta negra sobre un trocito de papel. Pero el bolígrafo no tenía suficiente tinta como para terminar la carta a su hermana. La madre volvió la vista a la única ventanita rajada de su apartamento ruinoso. Vio la llovizna constante y gris del otoño de Providence.

Era otra vez octubre, el mismo de los últimos quince octubres en que la madre había esperado una llamada que le diera su turno. Quince octubres en la lista de espera para un apartamento público subsidiado no había disminuido su paciencia, sólo había arruinado el paraguas que empuñaba para salir a visitar a su asistente social. Este asistente era uno de los pocos hispanohablantes de la agencia; la madre tenía mucha suerte de haberlo encontrado. El primer viernes de cada mes, ella tomaba el bus 41 hasta la Oficina Pública de Vivienda para hablar con él y averiguar dónde estaba en la lista de espera, esperando, y ocultando esa esperanza, que hubiera avanzado su número.

Aguardando el bus bajo el paraguas, que  servía mejor para mirar las estrellas que para protegerla de la lluvia, la madre pensó en su hijo, producto de la escuela norteamericana. Vio al niño, escuálido y casi ahogado en su ropa holgada de segunda mano: su esperanza para el futuro. Pensó con un rasgo de abyección, soy hija de mi hijo. Es él quien llama a las agencias de vivienda y habla con el casero. Será él quien tome las clases de capacitación que yo no puedo tomar y solicite los trabajos que yo no puedo pedir.

Esa noche, sola en su cama y temblando de frío bajo su manta andrajosa, la madre escuchó la gotera de agua en el techo. Ahogada en la duda que seguía a cada viernes infructuoso, caviló, ¿Cuando conseguiré el apartamento? Hasta que lo obtenga, ¿cómo viviremos?

Pero como el bolígrafo agotado que esta mañana dejó a su mano muda por falta de tinta, ella no encontró ninguna respuesta.

 

Años de pobreza

Demasiados años después, mientras las termitas devoraban los muebles y todas sus pertenencias, Pilar pensó en el día que se mudó a Providence. Fue un caluroso día de verano; las paredes blancas de su nuevo apartamento brillaron tan resplandecientes como el sol tras su ventana.

Pero pronto Pilar se había percatado de que  la estufa del piso vecino emitía vapores nocivos. Los gases penetraban sus paredes y al entrar, se transformaron en fantasmas de los tres hijos y el marido que ella había dejado en su país natal. Esos espíritus la acompañaban constantemente y aunque a Pilar le encantaba ver a los niños que tanto extrañaba, no le hablaban; sólo andaban por la casa, como vagabundos, pidiéndole con los ojos que volviera. Los fantasmas la estaban volviendo loca de tristeza cuando por fin pidió al casero, Apolinar Moscote, por favor, que arreglara la estufa. Apolinar negó que hubiera un problema.  Los servicios legales la tenía caminando en círculos, rellenando el mismo papeleo, y en pos de un administrador hispanohablante.

Finalmente consiguió otro departamento, tan blanco como el primero. Pero sus esperanzas se estrellaron el día que  cayó por un tramo de escaleras al pisar  un canto de madera astillada.  Se rompió la cadera y se dislocó una rodilla. El departamento de servicios humanos y el hospital la tenían dando vueltas, rellenando el mismo papeleo y buscando a un hispanohablante para ayudarla a solicitar el seguro médico.

Con el apoyo de un médico que escribió varias cartas al casero, quien también se llamaba Apolinar Moscote, Pilar logró trasladarse a un apartamento del primer piso. Allí, un rumor interrumpió la soledad de su pobreza: el zumbido de una colonia de termitas que  comía las paredes y el techo. Se lo informó a Apolinar, pero éste se negó a llamar a los fumigadores.

Empezó a caer una lluvia furiosa que parecía querer borrar la faz de la tierra. Pilar se encerró en su cuarto, a esperar, mientras las termitas seguían engullendo el apartamento. Cuando escampó, cuatro años, once meses y dos días después, las termitas habían devorado todo, hasta los huesos de Pilar.

 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
24 de diciembre de 2009
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.