Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

El mensaje de Misiones

A ver si consigo explicar el asunto, que es complicado por naturaleza. El domingo pasado, en la provincia argentina de Misiones (un pequeño territorio en el extremo noreste del país, famoso por su tierra roja, por las cataratas del Iguazú y por sus ruinas de misiones jesuíticas) hubo una consulta popular. Lo que se votaba era si se le permitiría al actual gobernador Rovira, que ya va por su segundo mandato, presentarse a elecciones para volver a ser gobernador cuantas veces se le ocurriera. El líder de la campaña por el no era un obispo, hoy ex obispo, llamado Joaquín Piña, que sostenía que darle la oportunidad a Rovira de perpetuarse en el poder era antidemocrático. ¿Me siguen hasta aquí? La cuestión es que Rovira contaba con el apoyo explícito del Presidente Kirchner. Esto es fácil de explicar, por una parte, dado que Rovira fue de los primeros gobernadores provinciales en plegarse al proyecto de Kirchner, cuando el Presidente recién despegaba y estaba lejos de tenerlas todas consigo. En este sentido, el apoyo de Kirchner representaba una devolución de favores: Kirchner era leal con quien le había sido leal, y esto –se supone- no puede ser malo. Pero al mismo tiempo Rovira es uno de esos gobernadores que construye poder al viejo estilo de la política: otorgando prebendas cuando puede, y presionando –y hasta patoteando- cuando no le queda otra, aun cuando esto suponga ignorar la voz de los mecanismos de control democrático. Uno de los escándalos que se menearon en su contra durante la campaña fue el de un asesinato en el que está implicado el hijo de una legisladora rovirista, y que en condición de tal no está preso. Como ocurre en tantas provincias argentinas, el gobernador es feudal y se impone por encima de los demás poderes republicanos –incluso por encima de la Justicia.

Es verdad que Rovira resultaba una versión superadora de su antecesor, Ramón Puerta; pero en el mismo sentido, lo mejor que podía predicarse en su favor era que se trataba del mal menor. En el bando contrario estaba el ex obispo Piña, a quien todos reconocen como uno de los pocos referentes progresistas de un Episcopado más bien reaccionario. Por eso mismo Piña se cuidó en campaña de criticar a Kirchner, con cuya política de derechos humanos concuerda; todo lo que dijo al respecto es que consideraba que Kirchner se había equivocado al apoyar a Rovira en Misiones. El problema radica en buena parte de los que apoyaron expresamente a Piña. Para empezar, tratándose de quien se trata, es innegable que detrás de Piña está la Iglesia argentina, a quien un periodista que admiro, Horacio Verbitsky, suele adjudicar el deseo de convertirse en el partido de oposición al actual gobierno. (De hecho el titular del Episcopado, Jorge Bergoglio, manifestó su respaldo a Piña aun en contra de la voluntad del Vaticano.) También apoyó a Piña el ex gobernador Ramón Puerta, que tal como dijimos es una versión empeorada y empiojada de lo que Rovira es. Y Mauricio Macri, el candidato de la derecha argentina. (Que, dicho sea de paso, ya lleva realizados unos cuantos negocios oscuros con Puerta, a quien le debe favores.) Y el ingeniero Blumberg, que ya ha saltado de pedir justicia por el asesinato de su hijo a la política grande, que tan grande le queda. Es decir: detrás de un reclamo lícito como el que Piña expresaba viene mucha gente que acuerda con él, pero también otra mucha de intenciones oscurísimas, una suerte de Armada Brancaleone de la reacción argentina.

La cuestión es que el no que Piña propugnaba ganó el domingo, por amplio margen. Es verdad que la conducta de Piña fue ejemplar: ni siquiera en el triunfo se avino a criticar a Kirchner, y además se negó a recibir a Macri y a Blumberg e insistió en que su actividad política terminaba aquí. Pero la visión de Macri, Blumberg, Puerta y Bergoglio celebrando lo que consideran “su” triunfo es algo que revuelve el estómago de muchos, yo incluido. Sin embargo entiendo que la mayoría del pueblo misionero emitió un mensaje en las urnas que estaría bueno que Kirchner asimilase, en especial a la luz de acontecimientos de las últimas semanas como el de las patotas metidas en el conflicto de un hospital y la gresca intrasindical del 17 de Octubre, o como los próximos intentos de perpetuarse en el poder de otros gobernadores provinciales, como el de Buenos Aires y el de Jujuy. Entiendo que se trata de una cuestión con la que Kirchner no contaba, un problema que se le metió por la ventana: el Presidente asumía que su tarea era sacar adelante al país, y que para ello no tenía más remedio que usar –con todo el rechazo que esto le inspira, después de su fracaso en el intento de nuclear a todo el progresismo argentino- las herramientas que tenía a mano, como por ejemplo la estructura política del peronismo y sus caciques provinciales. Creo que Misiones le está diciendo a Kirchner que la gente espera todavía más de él: no sólo que saque a flote a la Argentina, lo cual es en sí misma una tarea titánica, sino que además lo haga construyendo poder de una manera transparente. Basta de políticos mafiosos, basta de políticos que se consideran por encima de la ley: ese parece ser el reclamo.

Yo comprendo que la cuestión irrite a Kirchner, en la medida en que los más vocales defensores de la transparencia republicana son aquellos medios que no decían ni pío de la transparencia ni de la República durante la dictadura militar. Pero hay que diferenciar al mensaje del mensajero, sobre todo cuando los votantes expresan que el mensaje también los representa. Creo que Kirchner debería hacer de tripas corazón y adueñarse del reclamo para hacerlo suyo, como lo ha hecho ya con tantas otras cuestiones que eran reclamo popular, desde la política de derechos humanos, pasando por la economía hasta el saneamiento de la Corte Suprema. La gente ya vio que Kirchner pudo con cuestiones peliagudas que se creían de imposible resolución, y ahora le pide más. Le pide que construya poder de modo más transparente, para que cuando no esté no volvamos a quedar prisioneros del peronismo que gobierna a lo cacique o impide gobernar.

Me pregunto si este resultado incidirá decisivamente sobre la cuestión de si Kirchner se presenta o no a la reelección que la ley le permite el año próximo. Hoy intuyo que su candidata será Cristina Fernández de Kirchner.

Leer más
profile avatar
31 de octubre de 2006
Blogs de autor

COMPRAR CON EL PLACER

A través de la revista Im (Investigación y marketing. Septiembre 2006. nº 92) he conocido algunas conclusiones más o menos recientes sobre la conducta del consumidor ante el acto de la compra. No son desde luego las únicas reacciones posibles pero resumen muchas de las que actualmente se refieren a la  psicología de la clientela, su volubilidad, su sensibilidad, sus percepciones y, fundamentalmente, su emotividad.

Desde los primeros años del siglo XX los productores han tratado mediante la publicidad de conferir a los productos un deliberado plus en su  valor de cambio. Desde el principio de los tiempos, los objetos llevan consigo, dentro de su atracción, un valor de uso más un valor de cambio. El primero se refiere a su utilidad como herramienta o instrumento, el segundo hace mención a su cotización en cuanto a signo: signo de distinción social,  estética, signo de carácter, de fe, de pertenencia.

Todas las marcas son marcas por su aporte de valor de cambio aunque el prestigio de muchas deba apoyarse necesariamente en su importancia como valor de uso, como una lavadora, por ejemplo. Un coche, en cambio, es el modelo tópico de objeto con obvio valor de uso y con un potencial extraordinario en valor de cambio. ¿Cuál prevalece en el momento de la adquisición?

Claramente, hoy, su valor de cambio puesto que la regla común dice que todos los automóviles son más o menos iguales en cuanto herramientas y de hecho apenas una docena de empresas fabrican la totalidad de las marcas. Entonces ¿por qué elegir este y no aquel? 

La novedad del estudio que publica Im  radica en hacer ver que en todo acto de compra y más allá de una prescripción utilitaria resplandece una voluptuosidad hedonista. El impulso por concederse placer mediante la posesión del objeto llega a alcanzar una presencia muy superior a otras consideraciones. La culpa por adquirir algo superfluo planeará siempre pero su réplica hedonista triunfa la mayor parte  de las veces.

El posterior padecimiento de partículas culpables existe pero ante todo, en el trance de la decisión, lo decisivo es la turbación sensual del producto.  Con esta información desarrollada a partir de un estudio de Dhar y Wertenbroch (2000) en su artículo Consumer choice between hedonic and utilitarian goods, los profesionales del marketing se proponen, en primer término, tratar con las emociones.

La emoción que fue tenida por un subproducto del carácter débil o un velo para la lucidez –racional por antonomasia- ha venido a convertirse en luz de luz, elemento dilucidador de lo bueno o lo malo, del candidato elegido  o descartado, del éxito o del fracaso. El prototipo feminizado de lo sentimental ocupa el centro del mercado. Y de tantos otros centros más, consecutivamente, simultáneamente. Y no desde luego para empeorar la salud del cuerpo y de la mente.

Leer más
profile avatar
31 de octubre de 2006
Blogs de autor

NOSOTROS, LOS CORTOS DE VISTA

Un fenómeno que no puede pasar desapercibido es el importante cambio en las noticias referidas a la cultura.

Empezando por los suplementos que antes eran de arte y literatura, a las secciones diarias de los periódicos, el contenido de la cultura vuela desde las páginas a las pantallas, desde los lienzos a los vídeos, desde el arte real al net-art.

No pocos medios de comunicación han sido reticentes a estos vientos y, a través de coartadas espaciales o entregas informales, dieron noticias de festivales o creaciones singulares procedentes de un universo que ya no pertenecía a la escritura ni al mundo de la plástica tradicional.

En estos últimos años,  sin embargo, toda la prensa española, desde la tildada de derechas o de izquierdas, ha ido reemplazando espacios consignados para libros por informaciones sobre videojuegos o novedades creativas en la red. Dentro de muy poco, el fenómeno se habrá extendido con tal poder que la superficie entera de la prensa habrá experimentado una metamorfosis inesperada.

El artista estrella, el best seller, el autor popular, el genio celebrado, dejará de pertenecer al elenco de hace dos o tres siglos y se colectará entre profesionales que apenas han leído un libro o, incluso, no han visto ese cine considerado hasta ahora maestro y magistral.

Con estos indicios se apreciará la vanidad del aburrido dilema entre prensa escrita y prensa digital, entre libro y pantalla, entre escritura y audiovisual. La letra va alejándose de la escena hasta ir perdiéndose de vista y, justamente, los diarios se plantean si será posible todavía aumentar el cuerpo del texto puesto que los lectores residuales son todos hipermétropes. Prácticamente nadie que ve con total nitidez dedica sus mejores esfuerzos a la lectura. Todas las campañas a favor de la cultura son benditas pero la obstinación en que se lea como clave de la culturización general es una voluntariosa pretensión de gentes formadas en otro tiempo.

Gentes que, como uno mismo, sufren la melancolía de una pérdida hereditaria capital y a través de cuyo extravío se desvanece no ya una referencia histórica sino decisivas raíces de la propia identidad.

Todos los periodos son periodos de cambio, no cabe duda. Pero ahora, además, el cambio conlleva alteración del paradigma cultural, alteración del punto de vista y de la misma realidad a observar.

Leer más
profile avatar
30 de octubre de 2006
Blogs de autor

¿Están listos para que les rompan el corazón?

No me digan que nunca tuvieron la fantasía de ser un músico famoso. Todo el mundo sueña alguna vez con ser una estrella de rock, un pianista desmelenado o un cantante de boleros. Ayer me di cuenta de que, si debiese elegir, me quedaría con Lloyd Cole. Ya sé que suena descabellado (muchos de ustedes se estarán preguntando, ¿y quién demonios es el Cole este?), pero si uno reflexiona un instante la cosa se pone más sensata. Yo no querría ser Lennon ni Jeff Buckley por las dudas, no sea cosa de terminar de la misma trágica manera; ni querría ser Bob Dylan por el peso a cargar sobre los hombros cada mañana, al enfrentarme al espejo; tampoco sería Joni Mitchell ni Aimée Mann, para no confundirme en la ocasión de enfrentarme al mingitorio; ni Morrissey, para no tener que verme condenado al celibato. Pero creo que me sentiría cómodo en la piel de Lloyd Cole. Quiero decir, en el caso de que el bueno de Lloyd se sintiese a gusto en su propia piel –cosa que, como nos consta a sus fans de siempre, no es muy probable.

Lloyd Cole nació en Buxton, Derbyshire, el 31 de enero de 1961, lo cual establece que más allá de los miles de kilómetros, no nos separan más que trescientos sesenta y tres días. Obtuvo cierta notoriedad en los 80, cuando produjo con su banda The Commotions tres obras (Rattlesnakes, Easy Pieces y Mainstream) que lo consagraron como una de las mejores esperanzas del rock sensible. Cole era un gran cantante y un escritor de pluma literaria, y The Commotions era una de esas bandas con propulsión a arpegio de guitarra que lo llevan a uno silbando hasta el altar. En aquel entonces yo conducía y editaba un programa de TV dedicado al naciente género del videoclip, y veía centenares de esas peliculitas por semana. Todavía recuerdo la impresión que me causó el videoclip de Jennifer She Said, una de las canciones de Mainstream. Me sedujo la imagen de Cole –era una suerte de Elvis joven, ligeramente excedido de peso aún cuando le faltaba mucho todavía para llegar a su propia versión de Las Vegas-, pero lo que me enamoró fue la canción. Jennifer She Said cuenta la historia de un hombre que, dejándose llevar por un impulso amoroso, se tatúa el nombre de la chica en cuestión para desenamorarse más temprano que tarde. El karma de ese hombre que se dispone a vivir el resto de su vida marcado (¡literalmente!) por un amor que ya no siente queda encapsulado en la canción, una melodía inolvidable que no excluye el sentido del humor con que el pobre hombre revisa su propia pena. Jennifer She Said ya pintaba a Cole de cuerpo entero: la desventura amorosa, la postura en apariencia cínica que apenas disimula el corazón del tonto sentimental (título de una de las canciones de su álbum solista Love Story), la prosa zumbona y una capacidad en apariencia infinita para transformar el dolor en canción –y a menudo, en canción esperanzadora a pesar de todo.

De alguna manera Cole intuía su destino desde el comienzo. La canción central de Rattlesnakes es la que cierra el álbum, Are You Ready to Be Heartbroken? Allí Cole se burlaba de su propia ambición, preguntándose: ¿estás listo para que te rompan el corazón? Canciones como las maravillosas 2 CV y Hey Rusty insinuaban el dolor por la pérdida de la juventud, que estaba siendo reemplazada por una madurez que solo era registrada como incertidumbre: en 29, una mirada hacia el tránsito a la treintena a la que Cole se aproximaba por entonces, el narrador se dice a sí mismo que el amor no lo es todo, y a continuación ruega casi a la chica a la que le habla: La verdad es que esperaba que te quedases / Si es que no tenés nada que hacer. Digamos que Cole nunca se sintió lo que se dice un ganador. Imagino que lo que lo convierte en un pariente de esos a los que se admira, además de sus letras y de sus músicas maravillosas, es esa dignidad que logró conservar a pesar de los reveses: los amorosos y los profesionales, que desde el desbande de los Commotions lo relegaron a una penumbra en la que sólo lo divisamos unos pocos. Ayer Rodrigo Fresán contaba en Página 12 que eran apenas doscientas las personas que lo vieron en su concierto barcelonés, lo cual, tratándose de Cole, no le impidió bromear al respecto. Ver la foto del viejo Lloyd en el facsímil del ticket de entrada, con la barba de días entrecana como la mía, me recordó que en buena medida hemos crecido juntos. Y el texto de Rodrigo me trajo a la mente los versos de Lou Reed, otro grande de la misma familia, que alguna vez escribió: La vida es buena, pero no es justa.

  Si yo fuese un músico ya no famoso, pero sí reconocido, elegiría ser Lloyd Cole. Porque sus canciones forman parte de la banda sonora de mi vida, porque sus versos siguen funcionándome como epígrafes (mi novela La batalla del calentamiento se abre con una frase de Forest Fire: “I believe in love, I’ll believe in anything”, lo cual significa creo en el amor, así que creeré en cualquier cosa) y porque sigo asumiendo, como él me lo enseñó hace tanto, que vivir supone prepararse para que nos rompan el corazón.

Leer más
profile avatar
30 de octubre de 2006
Blogs de autor

Teoría y práctica de Evo Morales

En Bolivia, el Che Guevara está en todas partes. Se le ve más que a las estampitas religiosas, o quizá en vez de ellas. Decora los parachoques de los buses y los pedestales de los monumentos. En un puesto de discos piratas, los grandes éxitos son Plácido Domingo,  los últimos sones de la tecnocumbia y la foto del Che en la portada de un disco de canciones revolucionarias. A Evo Morales, por su cumpleaños, le regalan una imagen del Che. Las brujas andinas le rezan al guerrillero para que sane enfermedades -porque era médico de profesión-, y hay figuras de él en los altares populares.

El presidente Morales es otro de sus admiradores, por supuesto, y en su discurso mezcla la cosmovisión andina con la retórica revolucionaria. A nueve meses de asumir el liderazgo, su mayor reto es conciliar todo eso con la administración de un gobierno real. Como dice el periodista Ricardo Bajo, “yo quisiera que todas las transnacionales se largaran a patadas de este país. La mayor parte del país lo quiere. El problema es que no se puede. Una medida así no mejoraría las cosas a la larga. Evo lo sabe, y camina en la cuerda floja. Para su gente, habla de una nacionalización. Pero de cara a los empresarios, este proceso se llama negociación”.

Por esa indefinición, en las últimas semanas los mayores problemas de Evo han surgido de sus propias filas: las huelgas de maestros, los enfrentamientos entre mineros y las protestas en las cárceles han hecho a los columnistas políticos hablar de un exceso de expectativas que el gobierno no puede cumplir. Pero los periodistas afines al gobierno no piensan igual. Para ellos, la prensa está aprovechando conflictos normales para montar una gigantesca campaña contra Evo en defensa de los grandes intereses económicos de sus propietarios. Una campaña que solo puede contrarrestar el inquebrantable carisma del presidente.

No obstante, ese carisma no funciona igual en todas partes. En la ciudad de Santa Cruz, donde el 74% desaprueba la gestión de Morales, se oyen voces críticas en cada esquina. Una funcionaria cultural cruceña opina: “las líneas generales de Evo son utópicas: quiere favorecer la multiculturalidad, pero eso es demasiado amplio. Más allá del discurso, no hay planes concretos del ministerio, ni indicaciones, ni presupuestos. Lo mismo pasa en todos los ámbitos. Quiere nacionalizar los hidrocarburos, pero eso no es solo una decisión política. Requiere un plan técnico, que no hay. Es como cambiar los proyectos de gobierno por buenas intenciones”.   

En las zonas más altas, en cambio, el apoyo al gobierno es casi total: alcanza el 62% en La Paz y el 86% en El Alto. En Cochabamba, corazón del país, donde el respaldo de Evo es del 51%, también se respira relativo optimismo. Un vendedor me dice: “no se puede cambiar todo de repente. Evo no lleva en el gobierno ni siquiera un año. Y la negociación de los hidrocarburos aún no termina”.

Esa negociación representa el núcleo de la propuesta de Evo, pero también su mayor encrucijada. Su viejo amigo Lula representa en esto a la transnacional Petrobrás. Es a la vez socio y cliente. Ambas partes han tratado de llevar la fiesta en paz para no amargarle la campaña electoral al brasileño. Pero, según un diplomático, “a Lula no le gusta nada que Evo funcione en la órbita de Chávez.  La negociación sería más fácil si Brasil conservase la posición de liderazgo que ha perdido en manos de Venezuela”.

La clave del éxito de Evo reside precisamente en sus alianzas internacionales, alianzas que deben abrir mercado para sus hidrocarburos –y con suerte para su coca- además de proporcionarle un colchón político. Evo no tiene el margen de maniobra de Chávez  porque no tiene tanto petróleo, y necesita un respaldo exterior sólido. Lo natural parece integrarse en el Mercosur, pero además de las tensiones ya descritas, eso plantea el problema de que el gran tema internacional de Bolivia está exactamente del otro lado: en la salida a un oceáno pacífico cuyas costas están íntegramente gobernadas por presidentes más conservadores. Esa fragilidad externa aumenta su dependencia de Venezuela.

En todo ese complejo ajedrez, el gran reto de Evo Morales es el de la izquierda latinoamericana: convertir el discurso revolucionario en políticas concretas que satisfagan a todos los actores. Esto es, convertir la revolución en negociación.

Leer más
profile avatar
30 de octubre de 2006
Blogs de autor

EL CORAZÓN DE VOLTAIRE

Acabo de leer El corazón de Voltaire del escritor puertorriqueño Luis López Nieves (grupo editorial Norma). Es una novela escrita en español pero que da la sensación de ser traducida del francés. La razón es sencilla: se trata de una novela compuesta por cartas electrónicas, una serie de e-mails cuyos autores son todos franceses; y además muchos de ellos funcionarios; es decir, más franceses que los propios franceses. Cada e-mail viene con las indicaciones clásicas; a: fulano, de: fulano, asunto: X, fecha: Y. Al final, son mails tal como circulan en Francia pero escritos todos en castellano, lo que produce en un lector francés la sensación extraña de una especie de exotismo en el ciberespacio.

Como se trata de una novela policíaca, no puedo contar la historia. Basta decir que su dinámica es la de una encuesta para determinar si el corazón que se encuentra dentro de la estatua Voltaire sentado de Houdon, en uno de los sitios de la Biblioteca Nacional, es el corazón de Voltaire o de otra persona. Como estamos en Francia y Voltaire es un héroe de la República francesa, existe una verdad oficial sobre este corazón. Tanto el sitio de la Biblioteca como el sitio del Ministerio de Asuntos Extranjeros difunden la verdad oficial de la República francesa sobre lo que ocurrió al cuerpo de Voltaire después de su muerte. Luis López Nieves ha inventado otra historia, una sabia construcción que merecería ser traducida al francés.

Además, tal como lo dice la contratapa de su libro, escribió «la primera novela epistolar por medio de correos electrónicos del siglo XXI». Francamente, me parece mucho mejor utilizar cartas clásicas como en Las amistades peligrosas, la novela de Choderlos de Laclos. La carta electrónica, por el momento, no es un género literario, por ser demasiado directa, breve. No sé cómo decirlo pero me parece que queda por inventar el concepto del cariño electrónico; esto quita mucho placer a la novela pero, a su vez, le da una eficiencia mecánica o lógicamente electrónica.

Luis López Nieves era el autor nato para ese experimento. Creó en la web, hace ya más de diez años, un sitio (más bien el primer sitio dedicado a la literatura) para colgar cuentos en línea. Ahora suman más de tres mil cuentos y vale la pena guardar la referencia entre sus favoritos. Hay cuentos de todo tipo: clásicos, anónimos, traducidos, etc.

En lo que tiene que ver con Voltaire, unos internautas, afrancesados, podrían preguntarse qué pasó con el cuerpo de Voltaire (sin su corazón, por supuesto) después de su muerte. Existen biografías para buscar la respuesta. Hay un libro excelente: Inventaire Voltaire, simpático desorden sobre el filósofo preparado por tres autores, Jean-Marie Goulemot, André Magnan et Didier Masseau. Creo que buena parte de su contenido figura dentro de una curiosa revista literaria en Internet, Ironie, que dedica su último número a Voltaire. Habrá que añadir la creación de un puertorriqueño que robó el corazón de Voltaire a los franceses para inventar una historia verosímil en el ciberespacio.

Leer más
profile avatar
30 de octubre de 2006
Blogs de autor

El lenguaje de los soldados

La otra noche, con Eva y los Albisu, tratamos de reconstruir de memoria los pretéritos españoles. Yo me suelo armar un lío tremendo entre perfectos e imperfectos, sobre todo desde que los perfectos se llaman simples y compuestos, y me mareo con la perspectiva temporal del pluscuamperfecto. Eso de que un tiempo pasado suceda a otro tiempo pasado en el mismo verbo… Lo que los franceses llaman mise en abîme.

Me sucede como a San Agustín: mientras camino no tengo ningún inconveniente en ir poniendo un pie delante del otro educadamente, pero en cuanto me da por pensar en cómo estoy poniendo los pies, me caigo. Rara vez dudo sobre el tiempo a emplear en una frase, por complicada que sea. Incluso me he entretenido, como todo el mundo, en ir variando la forma verbal en esas interminables frases hipotácticas a las que tan aficionado es Ferlosio. Eso sí, en cuanto me detengo a analizar qué tiempos se superponen o suceden los unos a los otros, me sale el vizcaíno: “Vale, quedamos en el Amalur después de comer, si no llovería”.

De los pretéritos pasamos a los imperativos, que son de lo más caprichoso e impredecible. “¿Tú cómo dices en clase: “leeros esto”, “leeos esto” o “leedos esto”?”. Risas para rememorar el más celebrado uso del imperativo, cuando la Pantoja o la Jurado o la Flores, que se me hacen las tres una divinidad mona y trina, se dirigió a la muchedumbre que la acosaba con su amor y gritó desde el balcón: “Si me queréis, ¡irse!”.

Al llegar a casa busqué ayuda en la Guía de verbos españoles de Celia Villar, y no la encontré. Fuime al Weinrich sobre Estructura y función de los tiempos, y tampoco hallé consuelo. Me dieron las tantas y lloraba yo amargas lágrimas sobre mi ignorancia verbal. Entonces puse la tele y pasaban un anuncio de la película esa, Alatriste.

Vaya por delante que soy defensor de los libros de Pérez-Reverte, de los lectores de PR, y del propio PR. Me parece un lujo que contemos con un narrador de la estirpe de Alejandro Dumas. También admito que no lo he leído como es debido, pero por una razón: no puedo entrar en sus personajes por el modo en que se expresan. Hablan como mis alumnos y eso me despista. O estoy en la batalla de Trafalgar o estoy en un aula sin aireación, sin iluminación y con una acústica para perros como corresponde a una Escuela de Arquitectura, pero no puedo estar en los dos sitios a la vez.

El lenguaje que solemos llamar “coloquial” me parece que no existía antes de la aparición de las modernas aglomeraciones urbanas y que en tiempos de Cervantes, de Quevedo y de Alatriste, no debía de haber una gran diferencia entre el modo de hablar de la gente rica y la gente pobre. De ahí que llamara tanto la atención una moda como el cultismo y el culteranismo, o que se hiciera befa de los curas campanudos.

Por supuesto había una enorme carga de localismos (todos hemos pasado por Menéndez Pidal), pero estoy persuadido de que los soldados no decían: “¡Dame el arcabuz, joder tío!”. Tengo para mÍ que hablaban con mayor economía y exactitud. Un modelo de lenguaje barroco para soldados me pareció el de los marineros de la soberbia película Master and comander. Hablaban más o menos como Shakespeare, y eso me parece más verosímil que oírles hablar como un colgao de Lavapiés. Aquel horror de novelas históricas en las que los personajes usaban (mal) el “vuesa merced” y decían cosas como “maguer no haberse personado el Príncipe”, eran aún más inverosímiles, claro.

Digo yo que en aquel tiempo nadie sabía que estaba hablando “en la lengua de Cervantes”, ni que existiera tal cosa como una lengua, o unos verbos y unos pretéritos. Se limitaban a hablar. Y todo esto viene a cuento de que enjugándome las lágrimas volví a la Historia verdadera de la conquista de Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, esa Iliada española que pocos leen, y de nuevo me sobrecogió en las primeras páginas aquella voz pausada, tan bella como los galeones en los que navegó su dueño, narrando los sucesos de Méjico y sus aventuras con Cortés y la surreal ciudad de Tenochtitlán y la Malinche y Moctezuma y las pirámides aztecas y el calendario de oro macizo y así sucesivamente, todo en primera persona del singular. Aquel antiguo soldado, convertido en su vejez en pequeño propietario, carecía de formación literaria y su cultura debía de ser muy discreta. No obstante, ¡qué prosa!, ¡Señor, qué fuerza, qué respiración, qué musculatura! Y pienso yo que no hablaría de modo muy distinto.

Por eso digo que los soldados de Pérez-Reverte habrían de cambiar de lenguaje. Y yo, volver a estudiar los verbos.

Leer más
profile avatar
30 de octubre de 2006
Blogs de autor

Cuidado con los idiotas

La abundancia de idiotas es una prerrogativa del género humano. Existen idiotas en otras especies, pero la selección natural se encarga de matarlos, privilegiando la supervivencia de los más aptos. En cambio en el género humano los idiotas no solo sobreviven a menudo, sino que terminan determinando la muerte de otros, en cifras que a menudo orillan las cotas del genocidio. Por supuesto que existen idiotas bienintencionados y generosos, que inspiran refranes populares como aquel que dice que el camino del infierno está sembrado de buenas intenciones. Pero los idiotas verdaderamente peligrosos son los que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de figurar, consagrarse o salvar el pellejo. Digamos, a modo de ejemplo, que un idiota peligroso es aquel que llega a la presidencia de un país y lanza una guerra contra otro para revertir su descrédito y convertirse en un presidente popular. (Popularidad que dura, por supuesto, tan solo hasta que los votantes advierten que han sido engañados.) O, en un tono menor, es un idiota peligroso aquel que entiende que su vida privada genera rating televisivo y la expone sin preocuparse de las consecuencias que esa disección genera entre los suyos: hijos, padres, amigos. (Este pertenecería a la categoría soy-idiota-pero-no-me-importa-porque-me-conocen-por-la calle.)

Yo no conozco a los fiscales Alberto Nisman y Marcelo Martínez Burgos, así que mal puedo saber qué clase de gente son. Lo único que sé es lo que sigue: que el miércoles solicitaron al juez Rodolfo Canicoba Corral que dicte órdenes de captura contra ocho ciudadanos iraníes, entre los cuales figura un ex presidente y algunos de sus ministros, responsabilizándolos por el atentado contra la mutual judía AMIA que ocurrió en Buenos Aires en 1994. Que los fiscales formularon esta acusación poco después de que el juez Juan José Galeano, designado responsable de la causa por el gobierno presuntamente corrupto de Carlos Saúl Menem, fue destituido bajo acusación de presunta corrupción. Que los argumentos que los fiscales esgrimieron en su dictamen de 800 páginas son los mismos que ya había esgrimido el presuntamente corrupto Galeano, con el agravante de que aquel había sugerido que los responsables eran iraníes radicalizados, o sea elementos marginales, y este dictamen atribuye el atentado al gobierno de Irán en pleno. Y que las pruebas que supuestamente incluyen provienen en su mayoría de informes de inteligencia de las embajadas de USA e Israel, particularmente interesadas en justificar una invasión a Irán con cualquier pretexto.

El periodista Raúl Kollman, de Página 12, dice que el dictamen “evidencia que los fiscales se basan continuamente en informes de inteligencia, algo muy discutido a nivel internacional por cuanto resultan muy relativos como prueba judicial”. Laura Ginsberg, una de las dirigentes argentino-judías de criterio más independiente, declaró al mismo diario que “la fiscalía responde a las presiones de los gobiernos de USA e Israel para cerrar la causa y entregarla a la lucha contra el terrorismo internacional. Es una declaración efectista para generar una situación favorable hacia la guerra”. Por supuesto que la pelota está ahora en campo del juez Canicoba Corral, sobre el que deben pesar presiones inimaginables para que avale el curso sugerido por el gobierno de USA. Pero lo cierto es que la pelota llegó allí por pase de los fiscales. Yo imagino que si tuviese prueba fehaciente del asunto firmaría ese dictamen, sin hacerme cargo de sus posibles consecuencias: yo sigo creyendo, como cuando era un crío, que la verdad es un valor en sí mismo. Pero si no tuviese prueba fehaciente me cuestionaría la utilidad de mi dictamen. Me preguntaría qué ocurriría si algún iraní, ofuscado por la acusación, nos convirtiese en blanco de un atentado. Me preguntaría cómo me sentiría si un gobierno extranjero utilizase mi dictamen para justificar una invasión que produciría miles de víctimas, entre las que no pueden faltar niños, mujeres y ancianos –como los que ya han muerto y mueren a diario en Irak. Yo no querría todas esas muertes sobre mi conciencia aun cuando el dictamen fuese beneficioso para mi carrera, pero en fin, yo soy yo. Alguien que se esfuerza por seguir siendo un simple idiota, en vez de pasarse a las filas de los idiotas útiles.

Leer más
profile avatar
27 de octubre de 2006
Blogs de autor

LITTELL, CASO CERRADO

Hay que rematar el tema: ayer hablé del caso Littell como algo inverosímil. La enorme (900 páginas) novela del autor americano podía conseguir cualquiera de los seis premios literarios más importantes de Francia. Hoy, el caso parece cerrado: Littell consiguió el Grand Prix de l’Académie Française. El jurado estuvo encerrado más de lo normal. Quizás lo más difícil no era elegir el ganador del galardón; más bien, era desafiar a los otros jurados. Todos apuntaban a la novela de Littell como herramienta para demostrar la influencia de su premio sobre las ventas. Por esta razón, no se puede descartar otro premio para Littell, pues ningún jurado tiene la obligación de enterarse de lo que pasó en la vieja Academia.

Como se trata de un negocio, me pareció bien que otra noticia llegara de manera casi simultánea: HarperCollins compró los derechos de traducción para EE. UU. Y Chatto & Windus hizo lo mismo para el Reino Unido. Vienen traducciones en un sin fin de idiomas. Caso cerrado con cerradura de plata.

EE. UU. - AMÉRICA LATINA, CASO ABIERTO

En el rio, más bien en el caudal de la información, es difícil sacar los hechos sobresalientes sin equivocarse. Pasión, perjuicios, ignorancia, son los factores comunes de nuestra ceguera. Pero hoy, el error no es posible. La firma de George W. Bush en la parte inferior del texto que crea un muro entre EE. UU y México pertenece a los hechos sobresalientes de la Historia. El presidente electo de México, Felipe Calderón, no se equivoca al hablar del muro de Berlín: a largo plazo, su derrumbe fue el símbolo de la derrota del campo socialista.

No me gusta escribir de manera solemne pero vale la pena recordar que el país que más ayuda recibe de EE. UU. fuera de Oriente próximo es Colombia. Lo sabemos, se trata sobre todo de una ayuda militar que, tanto como el muro, corresponde a una decisión dudosa de Washington. El contraste convierte a Bush en el peor presidente para el diálogo interamericano: un muro en contra de las espaldas mojadas de México y un flujo de dinero a favor de un ejército cuya acción provoca malestar, tal como lo escriben el Washington Post en inglés o la agencia Associated Press en castellano. Sería muy fácil -quizás lo haré en este blog– demostrar que nunca la relación fue tan mala entre los americanos del norte y del sur (mucho peor que en la época de la famosa visita del vicepresidente Nixon en 1952). Basta decir esto: hoy, con este muro, somos testigos de una catástrofe política. En medio del auge de un nuevo populismo en América Latina, Bush 43 (el presidente 41 era el padre) reparte pan caliente a sus enemigos.

Leer más
profile avatar
27 de octubre de 2006
Blogs de autor

LAS CRIADAS DE ROJALES

En el mismo viaje a la Vega Baja del Segura que contaba ayer me di una vuelta por Rojales. Rojales fue uno de los pueblos alicantinos de donde partían las criadas que servían en Alicante o en Elche. En casa hubo dos de Rojales, además de una de Catral y otra de Almoradí.

Esa zona –e incluso el campo de Cartagena– proveía de mano de obra barata a la pequeña industria del zapato o el juguete y de asistencia doméstica a la pequeña burguesía más o menos acomodada.

Ahora Catral está en el centro de los telediarios porque el ayuntamiento ha sido tan venal que la Generalitat Valenciana le ha debido retirar las competencias como en la misma operación Malaya.

En cuanto a Rojales en sí, las cosas no deben andar muy lejos del precipicio legal. Por el momento, la localidad que yo vi hace unos quince años con apenas mil habitantes puede que cuente actualmente con unos cuarenta mil. El milagro de Rojales sólo tiene equivalente en Pilar de la Horadada, más al sur, que ha multiplicado el padrón en diez años por más de un 3.000 por 100.
La explosión de Rojales constituye una bomba urbanística cuya tipología se repite por Alicante y Murcia especialmente.

El punto de la ignición puede atribuirse a un campo de golf, a un desbordante campo de golf nacido de la nada, pero la resonancia atómica resulta espacialmente inabarcable. Efectivamente en torno a la dulce pradera que están disfrutando a media mañana algunas docenas de golfistas, ha ido creciendo un circo de chalets y adosados pertenecientes a urbanizaciones de una o varias empresas inmobiliarias. Este primer cinturón hace ver que su destino se encuentra en la visión del césped y algunos árboles distribuidos como al azar natural. Sin embargo, un segundo cinturón y un tercero y hasta un cuarto o quinto  van siendo menos dependientes ópticamente del césped y crean satélites de vida autónoma cuyo desarrollo debe atribuirse a la propia fuerza celular o inercia ideal de las cosas.  De este modo van surgiendo, sin embargo, necesidades y servicios reales, supermercados y farmacias, aparcamientos, hoteles y gimnasios. La población, en su inmensa mayoría británica y alemana,  reside allí como en un espacio anónimo que les exime de toda alteración. Se divisan jubilados paseando, matrimonios jóvenes conduciendo el coche del bebé, gentes maduras en actitud de footing.

El panorama general pertenece al mundo de los ensalmos. En estas amplias zonas nadie es de la zona ni tampoco necesita conocerla.  Es posible que enfermen y mueran allí, en Rojales, pero están muy lejos de incluir en su biografía el nombre del territorio o el mes del año. 

Con el paso de los años, los pasados y los por llegar,  España avanza velozmente hacia una caracterización urbana de aluvión que presenta una tipología impensable. No responde a una ideación de urbanistas ni tampoco de sociólogos o siquiera de concejales. La urbanización nace de la especulación, la construcción es efecto de la destrucción. Shumpeter habría encontrado aquí su ecuación paradisíaca.

Leer más
profile avatar
27 de octubre de 2006
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.