Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

CIUDADES MUTILADAS

He pasado una semana en Bangkok y no había prácticamente ancianos. No se les veía por ningún lado, mejor dicho. A diferencia de lo que todavía puede observarse en las grandes ciudades españolas, los mayores en Bangkok y otras urbes por el estilo, desde Kuala Lampur a Abdis Abeba, no tienen a dónde ir. No es fácil que puedan pasear en zonas donde los coches han acaparado el espacio y se ha dispuesto de vías elevadas sobre las ya desprovistas de aceras, árboles o algún resguardo exterior donde puedan conversar.

La patética consecuencia de muchos desarrollos tan explosivos en el sudeste asiático se manifiesta en la desbordante aglomeración de las capitales que, como si hubieran sido sacudidas por un monstruoso fenómeno, han estallado hacia una periferia maldita y han concentrado en su corazón, envenenado de rascacielos, el modelo más inhóspito para asentarse en él.

En España, efectivamente, se acentúa el panorama de gentes que cruzan las ciudades cargadas de años y como pertenecientes a una especie en expansión que se ha llamado “la tercera edad”. Esta edad provecta fue el tronco de la sabiduría y la autoridad tópicamente oriental pero, como se constata en Bangkok, en Shangai o en Singapur, su presencia ha sido espantada por los gases más contaminantes.

No ha hecho falta ninguna depuración ni selección genocida, la propia dirección del desarrollo económico se ha encargado de ahuyentar precipitadamente a los mayores. Sin parques, sin aceras, sin apenas lugares de reunión, la vida que ha podido crecer en tiempo ha menguado drásticamente en espacio. Los viejos permanecerán estabulados, tal como ha ocurrido antes en numerosas localidades norteamericanas.

El espectáculo mediterráneo de las plazas públicas, todavía en pleno tecnicolor, donde al atardecer de los otoños o las primaveras se juntan adultos y niños, ancianos y bebés, en una fiesta de la vida entera, podría declararse Patrimonio de la Humanidad.

Como los cuerpos mismos en los que cualquier amputación afecta al organismo entero, la extirpación de los mayores o los niños del ambiente ciudadano, decide la salud de las metrópolis. Ciudades que dan vida y otras que incitan a matar o darse muerte mientras los hoteles de máximo lujo acogen a los altos ejecutivos en sus suites de 2.500 dólares por noche. Ejecutivos medio muertos, a su vez, en nombre de la empresa y del exhaustivo trabajo por objetivos (de autoaniquilación).

Leer más
profile avatar
10 de noviembre de 2006
Blogs de autor

No pegar golpe

Ayer fue fiesta en Madrid, de modo que no hubo blog, se me olvidó avisarlo. Estamos tan acostumbrados a las vacaciones y a las fiestas que ni siquiera nos damos cuenta de que semejante jolgorio es un invento de hace cuatro días. Todavía a principios del siglo XX el concepto mismo de “vacaciones” o “fiestas” tenía una carga emocional intensa, era una reivindicación revolucionaria y olía a pólvora. En la actualidad parece un asunto meramente burocrático. Bueno, lo es.

Las fiestas antiguas ordenaban el año de manera que no hubiera despistes. Cuando llegaba la Candelaria había que plantar las habas, la festividad de San Martín era día de matanza y por el Corpus se cosechaban las uvas. Como es evidente, estos ejemplos son un invento, pero la música no.

Hemos olvidado por completo el antiguo calendario porque ya no existen las estaciones y, por así decirlo, las habas se plantan cuando nos da la gana, se mata el cerdo en todo momento y lugar, y las uvas se cosechan en Vitigudino, Cartagena de Indias o Nueva Zelanda según las fechas, de modo que tenemos uvas todo el año. Suprimidas la estaciones, ¿para qué necesitamos un calendario?

La desaparición del calendario estacional ha traído el nuevo calendario de días feriados y recuperables. Es decir, el calendario burocrático. Coincide a veces con el viejo calendario, como en la próxima emigración masiva de la Inmaculada Concepción, tiene narices la fiesta. No obstante, a poco que moleste el santo se traslada de día y se queda sin celebrantes. Me parece estupendo. Que taña el arpa.

Sólo siento que se hayan perdido las viejas formas de la pereza, de la vagancia, de la molicie, de la pigricia, cuando los humanos estábamos más cerca de los animales, es decir, éramos menos animales que en la actualidad. Cuando usábamos las fiestas para no hacer absolutamente nada, en lugar de matarnos a sacrificios deportivos, pintorescos, gastronómicos, automovilísticos y turísticos como en la actualidad.

Me parece emocionante y aún lloro cada vez que veo el cuadro de Millet en el que aparece una pareja de campesinos durmiendo a pierna suelta (buena expresión) a la sombra de un almiar. El cuadro lo copió otro hombre que sabía valorar el ocio porque nunca lo tuvo, Van Gogh, el suicidado por desconfiado. Sus campesinos haciendo la siesta son una de las pinturas más religiosas que conozco, un reposo total inundado de sol y placidez y pinceladas cortadas como tallos de trigo.

Los cuerpos estirados, el sombrero de paja sobre la cara, los brazos bajo la nuca, las piernas enlazadas a la altura de los tobillos… ¡qué espléndida es la posición del holgazán! Es una de esas posturas, como la del niño que se arranca una espina del pie o la muchacha que lava su cabello en el río, que mantienen intacta nuestra dignidad animal.

Si yo fuera artista trabajaría sobre los animales en reposo. Las vacas con las patas dobladas bajo los pechos, los caballos tendidos cuan largos son en la hierba, los patos con la cabeza hundida en el plumón del ala, los gatos desparramados junto al fuego, cuánta confianza, qué serena y magnífica aceptación de la oscuridad.

Buen fin de semana.

Leer más
profile avatar
10 de noviembre de 2006
Blogs de autor

Divagación otoñal

No creo que puedan citarse párrafos más nobles que aquellos apuntes de Kant, editados con el título de Lógica, en los que describe el cosmos de nuestra conciencia como Newton había descrito el cosmos celeste, es decir, como un entramado de relaciones que con la sutileza de una casi invisible tela de araña representaba un universo geométrico, regulado y armónico, similar al Arte de la Fuga.

La telaraña de Kant, sin embargo, a diferencia de la de Newton, no era la invención de ninguna araña divina, sino de los humanos atrapados por regularidades y repeticiones, leyes, normas, que ningún dios había imaginado en su inacabable ocio. Desde Kant, quedamos presos en una telaraña deshabitada, sin dueño, cuya enigmática presencia como lugar ocupado en exclusiva por los humanos nos obliga a suponer la más temible de las hipótesis, a saber, que la telaraña nos la hemos tendido nosotros mismos.

No obstante, en tiempos de Kant era hermosa y su belleza aún inclinaba más sobre el abismo. Los herederos de Kant ya lo entendieron así: los románticos se complacían en decir que éramos la mosca y la araña simultánea e incomprensiblemente. La telaraña, por lo tanto, nos seduciría como obra nuestra, adecuada a las emociones y sentimientos mortales, pero también porque es nuestra cárcel y de ella jamás podremos escapar. El romanticismo no tiene nada de romántico. Es más bien siniestro.

Que los románticos admiraran la urdimbre de un universo solipsista nos hace sospechar que se admiraban a sí mismos y a esa diabólica voluntad de sentirse presos de sus propias creaciones. O como diría el último romántico, Walter Benjamin, hijos nosotros de nuestra producción y creados por nuestras creaciones. Taimada excusa para acusar de todos nuestros males y alegrías a la inexistencia de la araña.

Durante siglos la telaraña fue descrita desde fuera, como si ocupáramos el imaginario lugar de una araña. Los actuales, sin embargo, la vemos ya desde dentro y al perder la perspectiva plana nos encontramos en un laberinto tridimensional que recorremos haciendo estaciones horrorizadas, allí donde encontramos cadáveres sin sangre envueltos en su sudario, como el gusano de seda en su capullo.

Las estaciones de ese vía crucis histórico (porque la historia es la tercera dimensión del cosmos) nos detiene ante mármoles rotos, desiertos en cuyo vientre de arena se esconden dinastías milenarias, templos vacíos que son ahora refugio de murciélagos, y también naciones, estados, monarquías y teocracias en cuyas ruinas tratamos de desentrañar una orientación, un sentido, un destino, como los antiguos arúspices trataban de encontrar señales en las vísceras sanguinolentas del sacrificio.

Leer más
profile avatar
8 de noviembre de 2006
Blogs de autor

Porno espiritual

El día que conocí a David Barba, él tenía unas ojeras como dos costales de arroz y estaba afónico. Llevaba diez meses trabajando en la biografía de Nacho Vidal, el actor porno español famoso porque su pene no cabe en un vaso largo de cerveza, y se le notaba agotado. Había tenido que seguir a esa celebridad en pelotas a lo largo de una frenética vida que incluía bares, fiestas, orgías y el resto de la rutina habitual de una estrella del género.

Alguna vez, Vidal había obligado a David a subir a un escenario y hacer gala de sus dotes. Ese era su concepto de “periodismo de investigación”. Una de esas veces, la prueba había sido someterse a una felación pública rodeado de doce hombres más en la misma situación, algunos de ellos profesionales. Al parecer, lo consiguió sin incidentes que lamentar (o que David se atreva a contar). El caso es que, el día en que lo conocí, David Barba estaba claramente extenuado, pero un brillo de orgullo y satisfacción refulgía en sus ojos. 
 
No nos vimos mucho en los años siguientes, hasta que me mudé a Barcelona. Por entonces, el libro sobre Vidal había aparecido con éxito y David entrevistaba a decenas de españoles hablando de sexo para un nuevo libro. De hecho, sigue embarcado en ese proyecto. Pero ahora, atraviesa una etapa espiritual. Asiste a los espectáculos de psicomagia de Alejandro Jodorowsky y conoce a chamanes y brujas. Lee sobre adivinación y ritos paganos, y dedica horas de la conversación a disertar sobre el tema. Desde mi llegada a esta ciudad, muchos amigos comunes me advirtieron:

-David se ha vuelto loco. Y nos quiere volver locos a todos los demás. O eso, o nos quiere estafar leyéndonos la suerte.

A pesar de las advertencias, he visto mucho a David desde entonces. De hecho, periódicamente hacemos tours para conocer la Cataluña profunda. Hemos visitado abadías, baños termales y volcanes. Y ahora puedo dar fe de que, en efecto, está mal de la cabeza.

Una vez fui a su casa. Su mensaje en el teléfono me invitaba a un “aquelarre contra los malos espíritus”. Yo pensé que era una broma y que íbamos a beber como hace todo el mundo. Pero era cierto palabra por palabra. Éramos tres invitados, y David nos hizo ponernos ropa enteramente blanca –ropa suya que, por cierto, me queda como si fuera de mi hermanita menor-. Después encendió las velas del altar que tiene en el salón y me dio una olla con agua, en la que remojó unas ramas de algún árbol. Acto seguido, todos recorrimos la casa sacudiendo las ramas contra las paredes mientras él recitaba una letanía. En uno de los cuartos había alguien durmiendo. O quizá era algún espíritu. Al final, bailamos y nos tomamos fotos.

Me quedé con la sensación de que era un plan divertido para el fin de semana pero que, si alguna vez quiero hacer una carrera política, esas fotos acabarán conmigo.

No me pregunten si se toma en serio su carrera chamánica. De hecho, ni siquiera sé si todo lo que dice es verdad. De repente, David cuenta anécdotas de cuando asistió a un congreso de las juventudes comunistas en Moscú, o cuando se enroló como escudo humano en Bagdad, o cuando visitó Venezuela para un tour de brujería. Y siempre hay alguna anécdota sexual involucrada. De hecho, cada vez que hay una conversación grupal que involucra a David y a mujeres, la temperatura empieza a subir. No sé cómo lo hace, pero siempre tengo la sensación de que todos vamos a quitarnos la ropa y montar una orgía ahí mismo, en la calle, en el metro.

Me temo que David no es una persona normal. Antes me bastaba con esa distante constatación, pero últimamente sospecho que somos amigos, y me pregunto entonces si yo soy una persona normal. En todo caso, no se lo preguntaré a él.

Leer más
profile avatar
8 de noviembre de 2006
Blogs de autor

CIUDADES DE “INSERSOS”

En buena parte por lo que a mí me corresponde, compruebo con emoción cómo ha cambiado en pocos años el rostro de las ciudades españolas. Contando con que los jóvenes están mucho tiempo en sus trabajos o que cuando se divierten lo hacen por la noche, durante las horas del día el panorama está repleto de mayores y jubilados, gentes despaciosas y vestidas de oscuro.

En las colas de los bancos, en los paseos, en los autobuses, en los comercios, en los bares, la gran mayoría de los rostros aparecen cargados de edad, experiencia y arrugas. El grupúsculo tradicional de ancianos que antes señalaba un lunar solar sobre una plaza, una reunión amortizada a la puerta de un bar o un enjambre de “insersos” subiendo al autocar, se ha dilatado hasta colonizar el ambiente. Una nación se transforma en otra a través de este movimiento biológico que metamorfosea a sus ciudadanos por dentro y por fuera, en la cara y en el corazón y decide, en suma, el estilo del mundo. En consonancia con esta ascendencia de la masa envejecida evolucionará el planeamiento, la arquitectura, la decoración, las músicas, los alimentos, la iluminación y la moda. Puede que de la misma manera que actualmente impera un diseño general expresamente antisocial, la siguiente oleada se atenga a la alternativa social de la edad expresa o extrema. Una morfología explícita en la máxima visión de la ciudad diurna y transportable irónicamente al territorio de la ciudad nocturna donde la materia prima de la actualidad se nutre de mixturas, composiciones opuestas, juego con la vida y la muerte, la acción y la defunción.

Leer más
profile avatar
8 de noviembre de 2006
Blogs de autor

Actores que brillan aquí y en todas partes

Durante el fin de semana el New York Times difundió una producción sobre las “Holiday Movies”, en anticipo de las películas por estrenarse allí desde aquí hasta fin de año. Más allá del elogiosísimo perfil dedicado a Guillermo del Toro, director de El espinazo del diablo y de Pan’s Labyrinth, la sección incluye además un apartado que se llama Breakthroughs, Five to Watch, que selecciona entre todas las de los films por venir, cinco actuaciones que pretende soberbias. De los cinco actores elegidos, tres son españoles.

El primero es Sergi López, elogiado por su rol de Capitán Vidal en Pan’s Labyrinth, la película del mexicano del Toro. La periodista Karen Durbin dice que “su maldad produce escalofríos”. El Capitán Vidal “considera que toda necesidad, incluida las propias, es despreciable… Su único amor está reservado para el impiadoso código de conducta de acuerdo al cual vive”.

La segunda elegida es Carmen Maura, por su papel como la madre fantasma de Volver, que se estrenó en los Estados Unidos el viernes pasado con grandes críticas. “Metiéndose dentro del baúl de un auto, escondiéndose debajo de la cama y desapareciendo dentro de armarios a gran velocidad, ejecuta un slapstick tan ágil, preciso y tierno que si su actuación no fuese tan divertida, nos haría llorar”, dice Durbin. “La insinuación de tristeza en la cara de Maura nunca deja que uno olvide que se está escondiendo de alguien a quien ama”.

La tercera seleccionada es Paz Vega, por la comedia de Brad Silberling 10 Items or Less. Después del paso en falso que significó Spanglish (no por culpa de Paz sino del director Albert Brooks), me sienta bien que reivindiquen su trabajo en los Estados Unidos. Lo cual, dado que esta vez debe medirse con una coestrella del nivel de Morgan Freeman, no es poca cosa. En la película de Silberling la actriz interpreta a Scarlett, la cajera de un minimart de Los Angeles, que recibe la visita de una estrella de Hollywood venida a menos (Freeman) que pretende “investigar” el lugar como parte de su preparación para una película. Vega, dice Durbin, “dota a Scarlet de un perfecto timing de comedia, mientras deja traslucir a la brillante e insegura mujer que existe por debajo de su fachada desafiante”.

Me llena de orgullo que estos actores se destaquen más allá de las fronteras físicas y del idioma. Me tomo el atrevimiento de sentirlos míos, nuestros, aun cuando son españoles, del mismo modo en que imagino que los españoles sienten suyos a actores como Luppi, Darín y Cecilia Roth, o que todos sentimos como propios a gente como Gael García Bernal: yo soy de los que cree que, más allá de las deliciosas idiosincracias de cada lugar, todos los que vivimos al sur del muro (y en la península al otro lado del charco) somos más bien lo mismo. El reconocimiento que empieza a darse al talento latino es justo, y además demuestra que no hay muro que valga para contener nuestra exuberancia.

Leer más
profile avatar
8 de noviembre de 2006
Blogs de autor

FUMAR, BEBER, TAL VEZ…

¿Se puede uno fiar de alguien que ni bebe ni fuma? No es fácil, pero seguramente se puede. Que se deba, no lo tengo claro. Sin fumarlo ni beberlo -o al menos bebiéndolo poco- me encontré en un lugar donde el tema giraba alrededor de Buñuel, de sus películas, su mundo, su memoria y su fe. Unos días antes tuve que hablar de la cabra, las Hurdes y las pistolas de Buñuel para hablar de la verdad de las mentiras del cine documental. Ahora el asunto era cine y mística, la cita en Villa Medici, en Roma, y el grupo entre lo más variado y suavemente excéntrico que se pueda imaginar. Invitados por la escritora francesa, Dominique de Courcelles, colaboradora de la Academia de Francia en Roma y publicada en España por la pequeña y prestigiosa editorial Alpha Decay. Los elegidos formaban parte de un grupo de españoles y mexicanos entre los que había intelectuales, escritores, gentes del cine, curas, guardadores de los secretos, conocedores de los símbolos y algunos inclasificables entre la mística sí y la mística no. Más bien no, si la mística es aquello que asociamos con algunos de los históricos místicos. Claro que la mística puede tener muchas caras, y muchos morros.

Todavía recuerdo el premio de poesía mística que le dieron a una poeta muy conocida y apreciada por mayores y menos mayores, yo uno de la lista. Una chica guapa, inteligente, superviviente y elegante que se vino a vivir a Madrid. Una poeta que supo regresar cuando el Chagall se volvió pintura realista, demasiado realista. Nuestra mística, en aquellos días, tenía más que ver con los canutos, las fugas orientales, las químicas lisérgicas y un poco de vuelo por san Juan de la Cruz mezclado con J B. Me refiero a la familia de Justerini and Brooks, no a otros ilustres “jotabes” de nuestra mítica vida literaria. Si aquello era misticismo, nosotros también fuimos místicos o allegados.

Entre Margo Glantz, Carlos Monsiváis y Mario Bellatín, parte de los amigos mexicanos que compartieron unos días la vida poco mística en aquellos jardines, salones y estancias del palacio romano, me costaba encontrar los vuelos espirituales. Quizá buscando entre los pucheros, pero no tuve tiempo. Ya no estoy para esos trotes, ya no pretendo dar a la caza alcance. Tampoco lo pretendí cuando entonces.

Me interesaron, aunque me mueva por espacios muy alejados de ellos, Victoria Cirlot -digna hija de su padre- y Amador Vega. De ellos, de los mexicanos citados, de Dominique Courcelles, de algunas películas y charlas que allí nos reunieron tuve la mejor de las impresiones. Después habló un dominico. Se subió a su altar, mintió sin secreto de confesión. Ensució la limpia vida de ateo de Buñuel. Lo santificó, lo empequeñeció a la creencia, lo paseó por la fe mariana y le hizo bajar a los cielos del fanatismo y la creencia. Aquel cura, al que otro día y en otro lugar me referiré, me ayudó a confirmarme en mi falta de fe. El padre mexicano, el dominico que dice guardar las cenizas de Buñuel, me ayudó a seguir manteniendo mi ausencia de creencias. Gracias a Dios.

Buñuel no se fiaba de los que no fumaban. No bebían. Y no… Yo tampoco. Y eso que cada vez fumo menos. De lo demás, tampoco demasiado. Estoy mayor.

Leer más
profile avatar
8 de noviembre de 2006
Blogs de autor

CÓMO CAMBIAN LAS COSAS

En La Habana, desde ya hace tiempos, las noticias son para los gringos: CNN o Associated Press. En este caso fue para la agencia de noticias Associated Press. Y noticia grande es de verdad la «entrevista exclusiva» con Felipe Pérez Roque, canciller cubano, el lunes 6 de noviembre. Ahora ya lo sabemos: Fidel Castro no regresará a gobernar a principios de diciembre, tal como se había dicho en el verano pasado.

"Será cuando tenga que ser" dijo Felipe asumiendo su papel de recadero de Raúl Castro. Fidel tenía una cita con el pueblo cubano el 2 de diciembre. Ese día, el aniversario cincuenta del desembarco del Granma, inicio de la guerrilla castrista contra Batista, debía ser también la celebración de su cumpleaños ochenta, aplazada por su estancia en el quirófano. Unos días después de la difusión del video escalofriante de un hombre agotado con piel de cera y movimientos de robocop con pilas desgatadas (en La Habana, a Fidel no le dicen «el barbudo» sino «el muñeco»), el pronóstico filtrado por Felipe es una manera suave de decir: Fidel no volverá al poder, quizás. No es una iniciativa propia del canciller o un error. Hay que conocer a Cuba para entender que se trata de un asunto de primer orden: preparar a la opinión para una opción alternativa a la recuperación.

Todo demuestra un gran nivel de profesionalismo en la técnica utilizada: un rebote a través de la prensa norteamericana (no se ha dicho nada en la prensa cubana), la certidumbre de convencer a la opinión (las noticias de afuera, aunque entran muy mal, tienen más credibilidad que las publicadas en Cuba) y, finalmente, a nivel político, una manera florentina de «quemar» a Felipe (queda estancado en el pasado al hablar del viejo poder).

Fidel se va (no existe la figura de un Fidel apartado del poder), esta es la noticia entregada mezza-voce por Felipe en el día del retorno anunciado de Daniel Ortega. Me gusta el título del editorial de El País: "Último tren para Ortega". Es cierto: Ortega es un viajero que intentó varias veces subir al tren del poder. Por fin lo consiguió pero ya cambió de maletas y cambiaron también sus compañeros. Supongo que tampoco sabe mucho del recorrido. Pero está en el tren, por fin.

Me acuerdo del 26 de febrero de 1990, en la madruga, cuando comenzó a circular en La Habana la noticia de la derrota de Daniel Ortega frente a Violeta Chamorro en las primeras elecciones del régimen sandinista; varias veces escuché en boca de responsables la misma frase atribuida a Fidel «el deber de un revolucionario no es organizar elecciones». La frase era aparentemente apócrifa. Pero la rabia de Fidel frente a la salida de Daniel Ortega del poder era muy real. Hoy, Fidel se queda afuera del poder y Ortega vuelve a la presidencia. Cómo cambian las cosas.

Leer más
profile avatar
7 de noviembre de 2006
Blogs de autor

LA UNIVERSIDAD SIN SESO

Mis hijos y sus amigos, todos universitarios y en la segunda mitad de la veintena, se quejan inconsolablemente de las malas condiciones en el empleo. Les pagan poco, les asignan tareas sin interés, les obligan a quedarse en la oficina hasta las tantas.

Se sienten maltratados por una época que, según ellos, explota abusivamente a su generación. Tienen tanta razón como les falta, obviamente, perspectiva. Mientras en los años sesenta españoles salían de la universidad unos pocos miles de licenciados, hoy ocurre que prácticamente quien se lo propone obtiene un título.

España es el país con más universitarios de Europa y la oleada se vuelca sobre el mercado de trabajo permitiendo a los empleadores la oportunidad de elegir y escatimar. Pero ¿escatimar cuánto? ¿apretar en qué grado comparativo?

Mientras ahora los mileuristas se indignan con la baja remuneración, en los años sesenta resultaba impensable que la inmensa mayoría llegara a cobrar un sueldo semejante, en términos reales. ¿La razón? Que mientras en nuestra cohorte obtenían su títulación algunos, el resto se enrolaba en trabajos menores, manuales, industriales o agrícolas, con retribuciones exiguas.

Ahora un millón y medio de universitarios se distribuyen en el sistema de producción con alguna protección de conocimientos y cualificación. Antes, la mayor proporción de nuevos empleados partía como obreros. Mientras un joven tipo, en trance de encontrar empleo, sufrirá hoy la cicatería del mileurismo, el joven tipo hace cincuenta años, en trance de encontrar empleo, no podría esperar mucho más que ser camarero en Altea o emplearse en un almacén.

Cierto que el malestar procede directamente de ver las expectativas denegadas. Pero ¿cómo no tener por muy inocente o hipócrita la creencia en verse recompensado laboralmente y de inmediato por enarbolar actualmente un diploma?

Durante las últimas décadas, acaso durante todo un siglo, la Universidad ha elegido, con todo orgullo, apartarse gradualmente de la empresa. Los claustros de catedráticos se reconocen como la sede del saber más puro mientras el mundo empresarial se tiene como un ámbito bruto, interesado, materialista, desdeñable. La consecuencia de ello ha sido, hasta recientemente, que los planes de estudio auspiciados por el corporativismo reinante no hayan atendido la funcionalidad práctica del saber y, por el contrario, hayan mantenido sacralizada la idea del conocimiento.

Existen otras razones para que los jóvenes licenciados se encuentren insatisfechos en el trabajo pero una central radica en que su preparación, además de deficiente, se revela improductiva.

Con esto las promociones universitarias son víctimas de una doble decepción. El desajuste entre sus ensueños del pasado y la realidad del presente es una. La otra obedece a que, efectivamente, su calificación no se aviene con las demandas concretas. De ahí la proliferación de másteres, cursillos, escuelas privadas y toda clase de apéndices educativos (y lucrativos) que viven del anacronismo de la Universidad y de su conspicuo o grotesco desdén por lo pragmático. La Universidad –todavía se dice- debe ser el centro del saber por el saber en sí. Ganas, en fin, de encubrir la vetustez y la incompetencia de las cátedras.

La Universidad nació como una institución creadora de élites para el ejercicio de funciones eficaces relacionadas con el poder (social, político, cultural) y, en consecuencia, con manifestaciones y transformaciones materiales, integradas, efectivas. El fracaso de la Universidad actual se corresponde con ese tremedal de jóvenes formados o medioformados, pero para otros tiempos. El anacronismo, la inerte prolongación de las materias impartidas hace despeñarse como bultos sin sentido los títulos de la Universidad y, de paso, la cultura juvenil de la queja y la adjunta sensación de sinsentidos.

Leer más
profile avatar
7 de noviembre de 2006
Blogs de autor

Una película pequeña pero soleada

El sábado fui a ver una película maravillosa: Little Miss Sunshine. Concebida por un team de debutantes en el territorio del largometraje (el guionista Michael Arndt, los directores Jonathan Dayton y Valerie Faris), Little Miss Sunshine cuenta una historia que quizás suene convencional –las familias disfuncionales ya son un lugar común del cine contemporáneo, así como lo son las road movies- pero lo hacen con una gracia, una agudeza y una ternura que me proporcionaron la mejor hora y media que pasé en mucho tiempo en el interior de una sala oscura.

Lo que cuenta Little Miss Sunshine es el viaje que hacen los Hoover entre Albuquerque, donde viven, y California, donde la más pequeña de la familia, Olive (Abigail Breslin, una actriz descojonante de 7 años), participará en un concurso de belleza que lleva el mismo título del film. Cuando la noticia de que ha sido aceptada en el concurso llega a sus oídos, tan sólo un día antes del certamen, los Hoover no las tienen todas consigo. Richard (Greg Kinnear), el padre, trata de salvarse de la bancarrota con la venta de un curso de autoayuda de su invención, que insiste en aquello de que este mundo se divide entre ganadores y perdedores –sin advertir cuán prontamente esa distinción caerá como espada sobre su propia cabeza. Su hijo adolescente, Dwayne (Paul Dano), venera a Nietzsche y ha hecho un voto de silencio; el sueño que lo mantiene vivo es el de llegar a ser piloto de jets. Y la madre, Sheryl (Toni Colette, siempre brillante), acaba de hacerse cargo de su hermano Frank (Steve Carell), que intentó suicidarse cortándose las venas. La falta de tiempo y de dinero fuerza a los Hoover a subirse en pleno a un minibus Volkswagen y a emprender el viaje, llevándose también al Abuelo (Alan Arkin), un viejo a quien echaron del asilo por su negativa a dejar de esnifar heroína. El Abuelo es de la clase de hombre que aconseja así a su nieto: “Cuando uno es joven, drogarse es una idiotez. Cuando uno es viejo, la idiotez es no drogarse”.

La película no es perfecta (hay algunos hilos sueltos y escenas rematadas con cierto capricho), pero cumple su cometido con creces. Al llegar a su climax, en el momento clave del certamen de belleza, produjo en mí una reacción inesperada: pasé en cuestión de segundos de la carcajada (no se pierdan la improvisada reunión familiar al ritmo de Superfreak) al llanto emocionado -aun con Rick James sonando de fondo. Me conmovió la forma en que Dayton, Faris, Arndt y el elenco impecable me contaban lo que querían decir, sin apelar a los subrayados ni a los golpes bajos: que aun cuando todos somos un poco superfreaks en el fondo o en superficie, aun cuando alentamos sueños disparatados (el curso de autoayuda, los jets, el concurso de belleza) y aun cuando la mayor parte del tiempo nos sentimos solos e incomprendidos, en el momento clave la familia siempre aparece. Ya sea sanguínea, de amistad, de afinidad o de simple coincidencia de especie, funciona siempre como debe, y en el momento en que debe. Los Hoover no resuelven ninguno de sus problemas concretos, pero descubren lo que no sabían a pesar de convivir bajo el mismo techo: que cuando las papas se queman pueden contar el uno con el otro. Aun cuando su familia, tan similar a todas en su esencia, se parezca tanto a un minibus destartalado al que hay que empujar para que arranque, y sobre el que no queda otra que saltar, una vez en carrera, para no quedarse a pie.

Leer más
profile avatar
7 de noviembre de 2006
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.