Skip to main content
Blogs de autor

Una película pequeña pero soleada

Por 7 de noviembre de 2006 Sin comentarios

Marcelo Figueras

El sábado fui a ver una película maravillosa: Little Miss Sunshine. Concebida por un team de debutantes en el territorio del largometraje (el guionista Michael Arndt, los directores Jonathan Dayton y Valerie Faris), Little Miss Sunshine cuenta una historia que quizás suene convencional –las familias disfuncionales ya son un lugar común del cine contemporáneo, así como lo son las road movies– pero lo hacen con una gracia, una agudeza y una ternura que me proporcionaron la mejor hora y media que pasé en mucho tiempo en el interior de una sala oscura.

Lo que cuenta Little Miss Sunshine es el viaje que hacen los Hoover entre Albuquerque, donde viven, y California, donde la más pequeña de la familia, Olive (Abigail Breslin, una actriz descojonante de 7 años), participará en un concurso de belleza que lleva el mismo título del film. Cuando la noticia de que ha sido aceptada en el concurso llega a sus oídos, tan sólo un día antes del certamen, los Hoover no las tienen todas consigo. Richard (Greg Kinnear), el padre, trata de salvarse de la bancarrota con la venta de un curso de autoayuda de su invención, que insiste en aquello de que este mundo se divide entre ganadores y perdedores –sin advertir cuán prontamente esa distinción caerá como espada sobre su propia cabeza. Su hijo adolescente, Dwayne (Paul Dano), venera a Nietzsche y ha hecho un voto de silencio; el sueño que lo mantiene vivo es el de llegar a ser piloto de jets. Y la madre, Sheryl (Toni Colette, siempre brillante), acaba de hacerse cargo de su hermano Frank (Steve Carell), que intentó suicidarse cortándose las venas. La falta de tiempo y de dinero fuerza a los Hoover a subirse en pleno a un minibus Volkswagen y a emprender el viaje, llevándose también al Abuelo (Alan Arkin), un viejo a quien echaron del asilo por su negativa a dejar de esnifar heroína. El Abuelo es de la clase de hombre que aconseja así a su nieto: “Cuando uno es joven, drogarse es una idiotez. Cuando uno es viejo, la idiotez es no drogarse”.

La película no es perfecta (hay algunos hilos sueltos y escenas rematadas con cierto capricho), pero cumple su cometido con creces. Al llegar a su climax, en el momento clave del certamen de belleza, produjo en mí una reacción inesperada: pasé en cuestión de segundos de la carcajada (no se pierdan la improvisada reunión familiar al ritmo de Superfreak) al llanto emocionado -aun con Rick James sonando de fondo. Me conmovió la forma en que Dayton, Faris, Arndt y el elenco impecable me contaban lo que querían decir, sin apelar a los subrayados ni a los golpes bajos: que aun cuando todos somos un poco superfreaks en el fondo o en superficie, aun cuando alentamos sueños disparatados (el curso de autoayuda, los jets, el concurso de belleza) y aun cuando la mayor parte del tiempo nos sentimos solos e incomprendidos, en el momento clave la familia siempre aparece. Ya sea sanguínea, de amistad, de afinidad o de simple coincidencia de especie, funciona siempre como debe, y en el momento en que debe. Los Hoover no resuelven ninguno de sus problemas concretos, pero descubren lo que no sabían a pesar de convivir bajo el mismo techo: que cuando las papas se queman pueden contar el uno con el otro. Aun cuando su familia, tan similar a todas en su esencia, se parezca tanto a un minibus destartalado al que hay que empujar para que arranque, y sobre el que no queda otra que saltar, una vez en carrera, para no quedarse a pie.

profile avatar

Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

Obras asociadas
Close Menu