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Eder. Óleo de Irene Gracia

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Tiempos inútiles

 

Incluso los que no leían Tiempo de silencio contribuyeron con su reverencia al éxito de la novela. Pues no fue tan solo el retablo costumbrista de una época tenebrosa, sino el conjuro de una agonía espiritual. Por algún motivo pareció que todos podían beneficiarse de un exorcismo tan conmovedor como subversivo. De hecho, si Luis Martín-Santos no hubiera muerto en aquél desdichado accidente de carretera, habría consumado esas nuevas Escrituras que debían sustituir a las antiguas, falsas y caducas. Con una vida algo más larga su obra habría dominado el imaginario literario español y así lo comprendieron sus más cercanos y generosos admiradores. Entre los que se encuentra el que de algún modo pudo llevar a cabo la anunciada demolición del mito de la España Sagrada: Juan Goytisolo.

No obstante el aura de héroe sacrificado no libró a Luis Martín-Santos del sufrimiento que en vida torturaba a su talento.

Esta es una de las tristes conclusiones que uno saca de Vidas y muertes de Luis Martín-Santos, la biografía escrita por José Lázaro, publicada por Tusquets y ganadora de la XXIª edición del Premio Comillas.

El autor, médico e investigador, ha recuperado los testimonios que permiten conocer a Luis Martín-Santos y lo ha hecho con precisión quirúrgica y no pocas intenciones morales. Quizá sea éste uno de los rasgos que distinguen su minuciosa labor biográfica: hacer justicia al muerto. ¿Acaso era necesario? Se preguntará quién considerara indiscutible el prestigio del autor.

José Lázaro ha reunido un coro de voces para seguir la huella dejada por Luis Martín-Santos entre los que le trataron: algunos con incondicional complicidad, otros con más o menos afecto.

Mario Camus, Blanca Andreu, Enrique Múgica, Salvador Clotas, José Carlos Mainer, Alberto Oliart, José Vidal Beneyto, Josep María Castellet, entre muchos otros, hacen que la lectura de los fragmentos sea una entretenida evocación de la España de aquél tiempo. Aunque al final sólo nos quede la vaga sensación de que la amarga desdicha de España fue un inútil desperdicio.



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24 de febrero de 2009
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Arte versus evolución

El arte no está sometido a la evolución. No hay que confundir el arte con la vida. La metáfora de un embrión que se despliega para acabar feneciendo no es válida tratándose del arte. Tampoco hay en el arte progreso, aunque sí se de superación (de hecho esta constituye una exigencia) de toda forma archivada. Hay aquí como una prueba de de la singularidad de las construcciones del espíritu respecto de las de la vida. En arte siempre se aspira al origen, aun sabiendo que nosotros estamos lejos del mismo.

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24 de febrero de 2009
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Leña

El título de este post es una mal juego de palabras sobre el nombre del crítico de ficción de The New Yorker, James Wood, y de esto trata en un artículo de la revista Prospect, "Cleaning way dead Wood", literalmente: "limpiando la leña". De vez en cuando sale algún artículo que dice algo de verdad sobre las polémicas en el mundo de la crítica literaria. Es el caso con este texto de Daniel Miller. Un texto en inglés -lo siento- pero imprescindible para entender la polémica real, y noble en el fondo, que opone James Wood a Zadie Smith.

¿De qué se trata? De la denuncia, ya muy antigua, que hizo Wood del "realismo histérico". Novelas que ofrecen historias inverosímiles, de un postmodernismo perfecto pero donde no cabe la vida humana, la vida real tal como se conoce en sociedades humanas. Wood, denunciando en esta época a Smith, llegaba a hablar de unos especialistas en la escuela sociológica de Francfort disfrazados de novelistas para producir historias enormes.

Esta polémica, la conocemos a fondo, incluyendo la hermosa respuesta de Smith en el New York Review of Books explicando que la novela en este momento tiene la posibilidad de escoger entre dos caminos. Un camino abierto, que deja muchas preguntas disponibles, sin respuesta para el lector (el verdadero realismo para ella) y un camino más convencional, más formal, donde reconocemos el camino de Wood. El camino de Wood viene de Stendhal explicando que una novela es lo que se ve en un espejo desplazado por un novelista a lo largo de un camino. Wood me encanta. Su libro How Fiction Works es para mí luminoso, pero hay una dignidad herida y culta en Smith en el momento de responder. Todo esto me parece muy bien explicado en el artículo de la revista Prospect. Su autor denuncia claramente el blog que todos conocemos para atacar a Wood  y mantiene una posición yo no diría neutral (apunta de manera más favorable hacia Smith) pero respetando a ambos protagonistas. Ahora bien, no sé si plantearse alguna pregunta sobre una posible pérdida del dominio de la crítica por parte de Wood ya no es un gran ultraje.

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24 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Películas y Oscar

Esto de los Oscar se parece a la mayoría de los premios. Un grupo de intereses, unos interesados y muchos cálculos de negocios varios, interesantes o menos, son capaces de hacer de una noche un negocio universal. A veces, no pocas, pero no todas ni mucho menos, el negocio y el premio coinciden con buenas películas. Los Oscar de éste año no producen mucho sonrojo. Abruman ocho oscar, ocho, para una película tan de diseño, tan llena de trampas, lágrimas y sonrisas como la gran  triunfadora  "Slumog millonaire". Tengo amigos, incluso amigos críticos, que hablan bien, hasta muy bien de la película. Está claro que es una película de "oscar".

Sin oscar se queda "El Desafío. Frost contra Nixon", una enorme película para entender las miserias de la política, de la comunicación y los  comunicadores. También para ver a uno de los más grandes actores contemporáneos, Frank Langella.

Un oscar la incomprensible, banal y olvidable "Vicky, Cristina,  Barcelona". Tonta desde el título hasta el último fotograma. También los genios se duermen con el dinero fácil. Sí es cierto que Penélope Cruz es una maravillosa actriz. Capaz de sacar petróleo en las alcantarillas de Alcobendas. Un merecido premio en una película que sólo existirá por su actuación.

Sorprende que tampoco "La duda" haya tenido mayores reconocimientos. Y no extraña que "El curioso caso de Benjamín Button" haya tenido unos oscar técnicos. Hasta esos son más que discutibles.

Y una roñosería, una ceguera o una frivolidad parece que las dos emocionantes películas, procedentes de dos grandes novelas, se hayan quedado sólo con un oscar. El que no han podido negar a la gran actriz contemporánea, el mejor relevo de las grandes, la muy querida Kate Winslet. Protagonista de dos de las más importantes de éstos premio, de éstos tiempos: "Revolutionary road" y "The reader". De los dos libros creo haber hablado más de una vez. Y desde luego pienso volver a esa novela llena de verdad, bondad, inteligencia e historia tan nuestra, tan europea, tan universal. Vean la película. Y, si quieren disfrutar de la literatura, no duden acercarse a su lectura. A veces el cine y la literatura se llevan bien. Los oscar son otra cosa.



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24 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Llegaron las viudas

En estas páginas suelo dejarme llevar por mis aventuras como espectador y / o lector -algo que ha sido desde que tengo memoria, y que seguiré siendo mientras la conserve-, porque compartirlas es parte de su gracia. Pero a veces, de puro habituado a ser el ojo que observa, me olvido de referir cosas que quizás encuentren interesantes y que relego porque me relaciono con ellas de un modo distinto. A saber:

          Ayer viví una experiencia interesantísima. Me refiero a la lectura por parte de todo el cast del guión de Las viudas de los jueves, una película basada en la novela de Claudia Piñeiro que Marcelo Piñeyro -apellidos parecidos, pero no iguales- empezará a rodar el lunes 2 de marzo aquí, en Buenos Aires con producción de Tornasol y Haddock Films. La adaptación de la novela la hicimos Piñeyro y yo. Y los actores son un verdadero seleccionado de aquí y de allá: Juan Diego Botto, Leonardo Sbaraglia, Gabriela Toscano, Pablo Echarri, Ana Celentano, Ernesto Alterio, Gloria Carrá, Adrián Navarro, Juana Viale.

          El hecho es simple: se trata de leer el texto del guión, con cada actor interpretando su personaje, del mismo modo en que podría ser leida una pieza teatral. A pocas horas del comienzo del rodaje, esa lectura tiene un valor muy especial. Para el director porque le da un vistazo panorámico del relato. Y para el guionista, porque constituye la primera vez que su criatura se despereza para adquirir algo parecido a la vida. Esa lectura se parece a los primeros cincelazos sobre el bloque de mármol: confirma si la forma ideal que le habíamos imaginado resiste el test de la materia.

          En este caso lo resistió. Las viudas es una historia actualísima, en tanto habla de mundos que se derrumban y de nuestra incapacidad para anticiparnos a su caida. Es una instantánea del momento en que una sociedad reacciona de manera salvaje, y su mérito -sospecho- pasa por su búsqueda de humanidad aun en el más cuestionable de sus personajes. O por lo menos eso creí ayer, cuando toda esa gente talentosa empezó a probarse pieles distintas de las suyas, buscando el elusivo milagro del arte.



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24 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Un relato infantil para adultos

Carátula de la novela. Fuente: estudioenescarlata Como "un relato infantil para adultos" ha calificado Rodrigo Fresán la última novela de Salman Rushdie, recién traducida al castellano por Mondadori, La encantadora de Florencia. En la estupenda reseña que acaba de publicar en ABCD las letras, empieza citando aquel momento del clic, el big bang, que lanzó a Rushdie a la literatura y que es un leit motiv que se presenta en la mayor parte de sus obras:Casi no hay entrevista en la que Salman Rushdie no señale y ubique a su big bang artístico en ese día mágico en el que, con poco menos de diez años, entró a un cine de Bombay para ver El mago de Oz y, 101 minutos más tarde, salió de allí convertido en otra persona, en un escritor. Y está claro que la influencia y el alcance de la radiación color rubí del clásico de 1939 ha sido larga y poderosa. No hay título en la obra de Rushdie (Bombay, India, 1947) que no aparezca marcado por la idea de atravesar una «membrana» que separa a un mundo de otro o, para ser más específicos, que divide a Oriente de Occidente. Así -ya sean los niños mágicos de Hijos de la medianoche, los arcángeles en picado de Los versos satánicos, los iluminados envejecidos de El último suspiro del moro, los rockers en fuga de El suelo bajo sus pies, los artistas de circo de Shalimar el payaso-, todos sus personajes son recorridos por la idea del tránsito de una cultura a otra, del pasaje del dócil blanco y negro al más rabioso tecnicolor, impulsados por la magia torrencial de palabras apasionadas. La encantadora de Florencia -que puede ser considerado un relato infantil para adultos del mismo modo que Harún y el mar de las historias fue entendido como un relato adulto para niños- no es la excepción a la regla y nos trae al Rushdie más Rushdie de todos.Por otra parte, anuncia que en esta novela Rushdie es más Rushdie que nunca. Es decir, que no deja de lado ese maravilloso poder de imaginación y libertad que no está atado a ningún convencionalismo "políticamente correcto" ya sea nacional o literario. Esa autonomía de la imaginación, que algunos críticos como la Kakutani vieron como un error o un cansino loop en las novelas de Rushdie, para Fresán es el valor agregado:(...) no está de más advertir a los exploradores que en La encantadora de Florencia, Rushdie -alguien que siempre hace lo que se le antoja, que no pide permiso a nadie y a quien nada preocupa- es más Rushdie que nunca. Y que abundan aquí sus tics, sus gracias, sus magias, sus travesuras -más que juegos- de palabras, sus malabarismos y caídas libres. Por lo que quienes no disfruten de sus modales harán bien en no bajar del barco; mientras que sus seguidores serán recompensados con uno de los viajes más regocijados y regocijantes por la movediza tierra firme de un universo que es suyo y sólo suyo. En el inicio de la novela, describiendo al «Mogor dell´Amore», dice Rushdie: «Era capaz de soñar en siete lenguas: italiano, español, árabe, persa, ruso, inglés y portugués. Había adquirido las lenguas del mismo modo que los marineros adquirían las enfermedades; las lenguas eran su gonorrea, su sífilis, su escorbuto, su paludismo, su peste. Tan pronto como concilió el sueño, medio mundo empezó a balbucear en su cerebro, contando prodigiosos relatos de viajeros. En este mundo a medio descubrir, cada día traía consigo noticias de nuevos encantamientos. La ensoñadora poesía de lo cotidiano, visionaria y reveladora, aún no había sido aplastada por la estrecha y prosaica realidad. Siendo él mismo narrador de relatos, se había sentido impulsado a abandonar su casa por historias asombrosas, y por una en concreto, una historia que lo enriquecería o le costaría la vida». Pero está claro que Rushdie nos habla de Rushdie, del encantador de Bombay, de su capacidad para seducir contando, de su convencimiento de que una buena trama -un Había otra vez?- es la más grande de todas las riquezas. Bienvenidos a la noche 1.002



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23 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Ricardo Sumalavia en Chile y Argentina

Ricardo Sumalavia en Madrid. Fuente: moleskine A mediados del año pasado, Ricardo Sumalavia publicó su primera novela en la editorial Bruguera, titulada Que la tierra te sea leve. El hecho de que la editorial no tenga una distribuidora en Lima, sumado a que Sumalavia vive desde hace años en Francia, hizo que la novela pasase un poco desapercibida en los medios limeños. Pero todo cae por su propio peso (es el boca-oreja famoso del que he hablado en comments hace unos días) y la novela ha sido reseñada, el mismo día, en dos medios importantes: el suplemento Radar Libros de Página 12 y la Revista de Libros de El Mercurio (para ver más reseñas, pueden visitar el blog que Ricardo ha destinado a su novela). En esta última, el crítico oficial del suplemento, Camilo Marks, dice :Ricardo Sumalavia se inscribe en el grupo, cada vez más numeroso, de jóvenes autores latinoamericanos con educación muy cosmopolita, residencia en el exterior -por lo general Estados Unidos o Europa- y creciente desarraigo con el país nativo, que se nota en híbridos o deshilvanados trabajos (no es éste el caso). Durante años, vivió en Corea del Sur, donde enseñó español en un centro de estudios superior, ha sido profesor en la Universidad Católica del Perú, donde coordinó el Centro de Estudios Orientales y en el presente fijó su domicilio en Burdeos, Francia. Una vida tan itinerante, en parajes tan remotos y, sobre todo, la sujeción a culturas e idiomas sin ningún lazo con el nuestro, podrían haberse traducido en una obra confusa, atravesada por las más heterogéneas influencias, lejos de una de las más ricas tradiciones literarias del continente. Sin embargo, sus libros de cuentos Habitaciones, Enciclopedia mínima y Retratos familiares demuestran que Sumalavia, aunque mañana se vaya a trabajar a Kazajstán, en ningún momento dejará de pensar y sentir como peruano. Y, lo que es más importante, tampoco dejará de escribir como peruano.(...) Quizá la palabra gótico sea la mejor para definir el clima y el estilo de Sumalavia en los ires y venires de sus funambulescos héroes y heroínas. No estamos, claro, en castillos abandonados con misterios espeluznantes ni tampoco ante mujeres locas que se inventan un pasado inexistente -Charlotte Brontë, T. Williams-, pero esa ilustre vertiente parece visible en Que la tierra...Memorias de Burdeos, Tongseng y Baumgartenhöhe son tres secciones insertadas tras la mitad de esta notable e inusual ficción. A primera vista, se trata de ensayos autobiográficos, sin el más remoto enlace con lo que hemos venido diciendo. Y, por cierto, estamos ante tres piezas perfectas, amenas, divertidas, sobre encuentros y desencuentros entre literatos, académicos o críticos en situaciones algo implausibles (...) Las afinidades entre el conjuro verbal de la Lima prostibularia y absurda de Que la tierra... y sus piezas de sofisticado carácter novelesco deberán ser definidas por el lector. Y si se trata de un lector agudo, disfrutará intensamente con este relato.Grandes y merecidos elogios. Pero igual, me queda la duda de saber cómo es eso de "pensar y escribir como peruano", sobre todo dicho por un crítico extranjero. ¿Existe un modo determinado o determinable de ser un escritor peruano? La crítica de Página 12, realizada por Juan Pablo Bertazza, aunque no deja de poner algunos reparos, enfatiza el carácter inusual de la novela de Ricardo y la califica como "novela de fantasmas" (coincidiendo con el adejtivo gótico que le impuso Marks), creo yo que muy apropiadamente:Siguiendo con las paradojas, podríamos definir esta novela como un libro de fantasmas sin fantasmas, y más aún, como una primera novela ?la del escritor peruano Ricardo Sumalavia, ¡otro! finalista del Premio Herralde y publicada en España? que, acaso, no se diferencie tanto de sus tres volúmenes de cuentos, único género que había trabajado hasta ahora (...) Lo cierto es que lo más logrado de esta parte lo constituye La Gran Casa, un inmueble plagado de habitaciones que fueron dejando vacías abuelos, tíos y primos y de la que buscan apropiarse los hermanos César y Sebastián a partir de un pacto de unión eterna y algunos juegos al borde de lo diabólico. Sin embargo, esta gran idea que recuerda a ?Casa tomada? de Cortázar e incluso a la obra de teatro de Boris Vian Los constructores del imperio o El Schmürz, tal vez pierde fuerza porque el extrañamiento que debería generar esa mansión se lo apropian, en realidad, algunos personajes que, por otro lado, tienen algo de cliché, como el propio Sebastián, un enano tan superdotado como lujurioso, y una mujer a la que le molesta ser bella. La otra historia, el otro hemisferio del libro ?y ya el motivo de tapa, a cargo de la artista Evelyn Williams, acerca un poco la metáfora cerebral o, mejor dicho, encefálica?, por el contrario, es geográficamente nómada porque recorre un itinerario que va de Burdeos (Bordeaux) a Corea pasando por Alemania, y mucho más clásico en términos literarios. A partir de congresos y clases universitarias repletos de valijas y malentendidos, un joven escritor con mucho del propio Sumalavia ?quien, además de haber sido profesor de la Universidad Católica de Perú, vivió en Corea dando clases de español y actualmente reside en Burdeos? se va enredando en distintos enigmas narrativos que tienen en común, también, la búsqueda de hermanos (ficticios y no tanto), uno de los cuales sería el propio Thomas Bernhard. Por otro lado, esta parte del libro repleta de referencias a distintos escritores como el coreano Yi Munyol, el poeta peruano Martín Adán y el peruanista francés Roland Forgues, recuerda un poco al Roberto Bolaño de Estrella distante por mostrar de manera marginal, muy velada pero íntima, ciertas claves de una generación pujante de escritores peruanos como Patricia de Souza, Iván Thays y Marco García Falcón, algunos de los cuales tienen en común los reconocimientos de Herralde y cierta obsesión por Europa, ya sea por haber viajado, por temática, o por ambas cosas. Lo cierto es que los dos hemisferios, las dos historias, de la primera novela de Ricardo Sumalavia, no se rozan más que temáticamente. Y, en su unidad, Que la tierra te sea leve deja un extraño sabor de boca: el de un libro bien escrito, una promisoria primera novela con cierta solidez, a la que, sin embargo, parece faltarle una vuelta, un cierre que conecte esos dos hemisferios. Algo que tal vez no tuvo lugar por su breve extensión.



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23 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

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La tristeza del cazador

 

El error cometido por el ministro de justicia y el juez (irse juntos a cazar venados) revela un extraño modo de procesar la experiencia que los dos han acumulado en su larga y estimable trayectoria. ¿Acaso hacía falta advertirles sobre la pregnancia de la realidad mediática? Hay simetrías que persiguen como un cazador a sus víctimas. Todos los sujetos públicos están expuestos a la inspección de esta mirada intransigente que no cesa de repetir: seréis comparados. Este juicio puede ser desmesurado pero siempre es implacable: descubre lo evidente. ¿Cazaban los juristas sin dirigirse la palabra? ¿Disparaban hablando de otra cosa? Lo que revela la pregnancia es la tendencia natural a imponer simetrías. La opinión pública no sabe, tan solo sabe reconocer lo poco que recuerda. La imagen del cazador poniendo su pie satisfecho sobre el cadáver de un ciervo revela un estado de ánimo que se aviene mal con la figura del administrador judicial. La escopeta humeante no es un instrumento adecuado al minucioso proceder del magistrado. Esta falta de correspondencia entre las dos figuras ha resultado de fatales consecuencias. El ministro dimite porque su imagen no puede derrotar a la imagen del cazador. Ha resultado ser una poderosa sombra la que dejó el ministro en la dehesa. Primera conclusión para los supervivientes: en la medida en que su acción política sea una eficaz actuación contra la corrupción, en esa justa medida deberá comprender que ya carece de vida privada. Su itinerario cotidiano deberá ser una monacal procesión de juiciosa sobriedad. Ay de aquéllos que lo olviden.



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23 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

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A Mercy de Toni Morrison

Toni Morrison. Fuente: Guillermo Arias/ blog syracuse La nueva novela de la premio Nobel Toni Morrison, A Mercy, que ha logrado arrancar un encendido elogio a la durísima Michiko Kakutani, ocurre en 1860 y en ella Morrison dice que "quería comprender cómo podía sentirse una esclava negra en el período de transición en que la esclavitud era normal, pero no lo era el racismo. Desde los antiguos egipcios, griegos y romanos, cada civilización grande o pequeña fue construida por los esclavos, llamados con nombres diferentes: campesinos, peones, siervos". Una época en la que el color negro no era considerado un signo de inferioridad sino al contrario, de un poder secreto, asociado con Satanás. En el ADN Cultura Alessandra Farkas entrevista a Toni Morrison en Princeton a raíz de su nueva novela:En el libro, la escritora vuelve a indagar acerca de la rebelión de Bacon de 1676 (así llamada por el nombre del líder, Nathaniel Bacon), cuando la rabia de las clases subalternas instigó a los esclavos negros y a los siervos blancos a tomar el control del Estado de Virginia durante algunos meses, hasta que fueron vencidos por una fuerza naval enviada desde Inglaterra. Tras dicha insurrección, el empleo de los esclavos africanos aumentó considerablemente por el temor de los propietarios a una nueva revuelta, de manera que los negros sustituyeron a los siervos contratados como principal fuente de mano de obra en Virginia. "La revuelta de Bacon llevó a las autoridades a modificar la ley, para consentirles a los blancos matar a cualquier negro sin motivo. Con esto se les entregaba a los siervos ?deudores´ el poder sobre la vida y la muerte de los negros, si bien pertenecían a la misma clase social." El privilegio conferido por la piel blanca -según Toni Morrison- es todavía el factor clave en la política de los estados del Sur. "Permite mantener explotados a enormes sectores de blancos pobres que les imputan a los negros sus desgracias. O a los mexicanos, los nuevos ?malos´. Y así, mientras la clase trabajadora se desgarra, las corporaciones hacen negocios de oro."Por otra parte, también habló de los Premios Nóbel:(...) también Europa tiene sus vicios, comenzando por el Premio Nobel. "Es extraño que lo haya obtenido Dario Fo y no Edward Albee, Arthur Miller o Tennessee Williams." ¿Jean-Marie Gustave Le Clézio? "Aquí en Estados Unidos, nadie había escuchado hablar jamás de él. Pero la culpa es nuestra porque no traducimos de otras lenguas y nos aislamos." Cuando lo obtuvo ella, hay quien la bautizó "la reina de la literatura negra". "Estúpido y absurdo", contesta la autora y añade: "Si yo escribo de afroamericanos, los críticos me definen como black writer ; si John Cheever escribe de los blancos de Nueva Inglaterra, la discusión se entabla acerca de la complejidad de la narración. Espero que un día la literatura no se divida más en negra y blanca, porque estoy bastante cansada de que me consideren una socióloga en vez de una escritora". Al día siguiente de la noticia del Nobel, el autor de Oxherding Tale , el afroamericano Charles Johnson, la acusó de ser "el triunfo de lo políticamente correcto". "A los 77 años ciertos comentarios no me tocan en lo más mínimo. Lo que hoy me hace mal son los problemas verdaderos, como la muerte y la enfermedad, no la maldad de alguien que no aprecia mi trabajo." Finalmente, adelanta algo de su próximo libro, aún en estado embrionario:"Cuenta la vida de los afroamericanos en los pueblitos del Centro-Sud de Estados Unidos, durante los años cincuenta, cuando los soldados negros regresaban de Corea y eran linchados -explica-, mientras que en estados como Oklahoma los editores negros publicaban incluso quince periódicos negros. Es un capítulo de nuestra historia que nadie conoce."



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23 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Vargas Llosa escandalizado

Lápida inamovible de Jorge Luis Borges. Fuente: azularte Cuando a Mario Vargas Llosa algo lo escandaliza, lo remueve por dentro, lo asquea, no deja de buscar el término preciso para su asco, que es siempre el más lapidario. "Farsa elogiosa repugnante" es la frase que, inspirado por Luis Cernuda, acuñó en su última Piedra de Toque para rechazar de plano el fallido intento populista de repatriar los restos de Jorge Luis Borges. Y de paso, deja en claro algo que debería ser obvio para todos: los artistas no le pertenecen a ningún país, las naciones no producen escritores aunque muchas veces -y solo para beneficios políticos- se apoderen de ellos. Lo explica así Vargas Llosa:(...) los grandes talentos no los ?producen? los países y, por eso, Borges no es un ?producto? argentino. Resultó de una alianza casi indiscernible de ideas, imágenes, poemas, novelas, ensayos, sistemas filosóficos, teologías, procedentes de muchas lenguas y culturas, de la atmósfera estimulante de una familia, de un grupo de amigos y conocidos, pero, principalmente, de una disposición o don personal, exclusivo y único, para soñar, fantasear, asimilar las grandes creaciones literarias y ordenar las palabras del español en frases, páginas y libros de extraordinaria precisión e inusitada belleza. Y por esa razón, al igual que Shakespeare y Goethe y Cervantes y tantos otros eminentes creadores, Borges no pertenece a la Argentina sino a todos los que lo leen y se deslumbran con su imaginación, su cultura literaria, su elegancia, su ironía y su soberbia manera de utilizar nuestra lengua imponiéndole la exactitud del inglés y la inteligencia del francés sin que por ello pierda el bronco vigor de la lengua castellana. Borges se fue de su país porque, como les ocurre a muchos escritores con los suyos, estaba acaso asqueado con lo que allí ocurría, o simplemente harto de ser una ?gloria nacional? (después de haber sido un ilustre desconocido hasta que Francia, Europa y los Estados Unidos hicieron saber a los argentinos que tenían un genio en casa) o porque, a la vejez, como dicen que hacen los elefantes cuando sienten que van a morir, quiso pasar la última etapa de su vida y morir donde había comenzado la vida que a él le importaba ?la vida intelectual?: esa Suiza donde fue, o creyó ser, feliz, leyendo vorazmente, aprendiendo idiomas, y contrayendo, contagiado por los suizos, la sobriedad, la frugalidad, la corrección y la modestia que fueron rasgos permanentes de su vida privada.Al final, Vargas Llosa da un consejo a sus amigos escritores, que deberíamos tomarlo como una confesión de parte: Nada de homenajes póstumos. Hay que cuidarse de la posteridad burocrática:Un consejo, amigos escritores: nadie puede poner lo que escribió a salvo de futuras manipulaciones, distorsiones y vejaciones. Pero sí es posible, en cambio, precaverse contra póstumas emboscadas como la que estuvo en marcha y felizmente fracasó contra los huesos del pobre Borges. Háganse incinerar y que esparzan sus cenizas en lugares inalcanzables, como el bosque o el mar. ¡Mil veces preferible alimentar a los peces o a los pájaros que a esos inescrupulosos caníbales que engordan con los despojos de los buenos escribidores!



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23 de febrero de 2009
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El Boomeran(g)
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