Las ideas se deslizan
Entre las fisuras de los 35.00 millones de neurona
que posee el cerebro.
Pero no termina ahí su acrobacia colosal.
En los entresijos del cuerpo,
por lerda que parezca la carne, las venas y todo eso.
resbalan emociones de eminencia
interconectadas con los miles de millones de otras células
en movimiento.
Con todo, el cuerpo es un vividero y un moridero
tan asqueroso como interesantemente pringoso.
Tan excesivo en su caudal como vulnerable
En una de sus menudas acequias.
¿Nos salvan las ideas del tropiezo ignorante o mortal?
Nos salvan provisionalmente las ideas
que casualmente transitan
como nubes de azufre
sobre sabios subidos a hombros de gigantes
Por allí vislumbran, entre el infinito enjambre,
uno hilo de platino, un hilo blanco de seda
que, siguiendo su ruta, nos va extrayendo
de cierta oscuridad y
,sin duda,
encerrándonos en otro jeroglífico más brillante
que jamás, estando vivos,
llegaremos a descifrar del todo
y comer sosegadamente de su pan.
La vida es un alimento
incompatible mentalmente con la vida.
Y la mente, la mente
tan maciza y azucarada en su apariencia ideal
Es una vez tras otra
La revelación de un pieza pequeña de cemento
que se emplaza sin plazo ni plaza,
en un tránsito de nunca acabar.