Vicente Verdú
Lamentos y lamentos
hasta contribuir juntos
a una lamentable circunstancia.
Fortificada por la lamentación,
en su interior una laguna.
en su exterior una muralla,
en su punto de vista cenital
una charca de cristal.
O en su punto de vista ocasional
Una perpetua
sucesión
de vacuidades,
gotas sin sabor.
Todas ellas inválidas
que segregaban lágrimas
de alcanfor.
Que aumentaban el vacío,
círculo a círculos
y concluían
en no ser
sino la vacía lamentación.
Lágrimas sin sustentación.