Se me está quitando el miedo a ser reaccionario. Al menos ser reaccionario a tiempo parcial. Eso me sucede cuando leo a Nicolás Gómez Dávila. Escritor casi secreto, bogotano, reeditado, redescubierto entre nosotros por la editorial Atalanta- dirigida por el acomodado, inquieto y libre editor que es Jacobo Siruela- que hace un año publicó sus "Escolios a un texto implícito", obra mayor del pensamiento, del estilo y del castellano. El que se quiera enterar que se entere y no me culpe de no dar los datos. Tampoco me importa ser ese culpable que no incluye la ficha de lo que lee, creo que con algunas pistas es suficiente para contar los caminos que a uno le gusta transitar.
He sido "razonablemente progresista" tantos años que no me importa reconocerme en la edad madura en textos, escritos, pensamientos de reaccionarios tan auténticos como los de Gómez Dávila. No está sólo, hay muchos reaccionarios que me implican en su lectura. Aunque después sea un mal seguidor de sus pensamientos.
Vuelvo a Gómez Dávila, el libro que más he recomendado en estos días finales de Feria del Libro. Segundo de sus libros. Publicado hace casi cincuenta años con el título de "Textos", inencontrable, inclasificable e inmejorable. La edición contiene un regalo: la recuperación de un texto perdido llamado "El reaccionario auténtico". Genial y breve panfleto que debe hacer mover el culo de los cómodos asientos dónde instalamos nuestras ideas.
Cómo pálidos reflejos de su verdadero ser, y sin permiso de nadie, copiaré algunos pensamientos bien peinados y muy extractados de Gómez Dávila.
"Nuestro terrestre aprendizaje es un desposeimiento minucioso. Cada atardecer nos desnuda. Nuestra ambición persigue decrecientes pequeñeces. Vivir no es adquirir, sino abdicar"
Texto para reconfortarme con mis continuas peleas con la técnica, esa amante tan infiel desde hace tantos años:
"La técnica no es producto democrático, pero el culto a la técnica, la veneración de sus obras, la fe en su triunfo escatológico, son consecuencias necesarias de la religión democrática. La técnica es la herramienta de su ambición profunda, el acto posesorio del hombre sobre el universo sometido. El demócrata espera que la técnica le redima del pecado, del infortunio, del aburrimiento y de la muerte. La técnica es el verbo del hombre-dios"
Para ser reaccionarios, al menos para no desdeñarlo:
"....El reaccionario no se abstiene de actuar porque el riesgo lo espante, sino porque estima que actualmente las fuerzas sociales se vierten raudas hacia una meta que desdeña..."
"Ser reaccionario es defender causas que no ruedan sobre el tablero de la historia, causas que no importa perder"
"El reaccionario no es el soñador nostálgico de pasados abolidos, sino el cazador de sombras sagradas sobre las colinas eternas"
Pues eso, así estamos esta tarde. Si no les gustan mis ideas, tengo otras
"La vida es un valor. Vivir es optar por la vida"
"Vida es lo que se tiende, absorto, ciego, consagrado, hacia un fin sin meta"
Ahora mi meta sería estar esperando la puesta del sol con un gin tónic en un lugar de Galicia. Llegaré.