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VUELTA AL RUEDO

Por 21 de mayo de 2010 Sin comentarios

Javier Rioyo

 

He vuelto al ruedo. Una forma de no salir del "ruedo ibérico". Una manera de seguir acercándonos a nuestro esperpento. En la fiesta de los toros se conserva esa España que puede ser mirada como esperpéntica. Algunos somos los penúltimos asistentes a una historia que muere: la tauromaquia.

Hace no muchos años escribía, con su gracia y su verdad, Joaquín sabina un artículo que se llamaba  de "purísima y oro". Y contaba algo que nos pasaba a muchos de los que habíamos tenido la suerte de ver a Curro Romero, Rafael de Paula o Antoñete, un tremendo hastío generalizado ante las corridas de toros. Algo que nos hacía estar más cerca de "pedir el carné de la sociedad protectora de animales" que de volver a las plazas. Es verdad que, de vez en cuando algún destello, alguna cosa de Morante de la Puebla- hoy lo veremos en Madrid- y de algunos toreros ibéricos o franceses nos hacía salir de nuestro sopor. Poca cosa. Hasta que llegó José Tomás. Y todo volvió por el lugar de los mejores momentos. El muchacho de Galapagar, ese serio artista, "más místico que épico", nos devolvió la verdad y la emoción de un olvidado arte.

Vuelvo al ruedo, aunque no creo que este año podamos ver a José Tomás, con la ilusión rebajada y con la mirada puesta en una única esperanza: el regreso de José Tomás.

Menos mal que nos queda la literatura. Los poemas, los ensayos, las reflexiones, los artículos y algunos textos dispersos que hacen grande un arte. Algo así como evocaciones de un mundo que se extingue. Y estoy hablando del excelente libro recopilado, inventado, por el poeta Carlos Marzal. Lo llama "Sentimiento del toreo". Con dibujos de los mejores- de Gaya a Benítez Reyes- y con textos de toreros, periodistas, poetas o narradores que alguna vez han sentido esa emoción que pasa en alguna rara tarde de toros.

Un libro para los amantes de la literatura y de los mundos en extinción. Algunas explicaciones sobre lo inexplicable de un juego que se convirtió en arte.

 

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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