Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

El sentir del hablar

Citaba hace un tiempo el siguiente párrafo de Karl Marx relativo a la sociedad que surgiría de la abolición positiva de la propiedad privada:
"los sentidos y el goce de los otros hombres se han convertido en mi propia apropiación. Además de estos órganos inmediatos se constituyen de este modo órganos sociales, en la forma de la sociedad; así, por ejemplo, la actividad inmediatamente en sociedad con otros, etc., se convierte en un órgano de mi manifestación vital y en modo de apropiación de la vida humana"
Cabe enfatizar en este texto la referencia a órganos sociales que trascienden y enriquecen los órganos sensibles inmediatos y que, al igual que estos, tienden a actualizar toda su potencialidad. Añadiré por mi parte que concreción y testimonio de esta aspiración irreductible a la individualidad es simplemente la inclinación a hablar, y sobre todo la aspiración a que el lenguaje se despliegue en plenitud. Pues aunque uno pueda "hablar consigo mismo", aprender a hablar no es posible sin intrínseco lazo con otro ser de palabra, lazo que refleja toda la entera articulación del lenguaje. De nuevo esa afortunada expresión de Steven Pinker, de nuevo el "instinto del lenguaje". Dar todo su peso a la exigencia de hablar con plenitud, presente en todos y cada uno de los seres humanos, es lo que en realidad designa ese proyecto de "actividad inmediatamente en sociedad con otros", esa apuesta por la "apropiación de la vida humana" a la que el pensador se refiere.

Leer más
profile avatar
30 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Épica de diario

Los periodistas alemanes llaman, para variar, “die Iberer” (los íberos) a los españoles, sobre todo, a los futbolistas. Y los periodistas íberos titulan “galos” a los franceses, cada dos por tres. Dicen el ministro galo, la policía gala, o los ciclistas galos, como si estuvieran en un cómic de Astérix. Los periodistas galos, por su parte, no menos que los íberos, nombran “teutones” a los alemanes, el portero teutón, la escuadra teutona,  como lo harían, qué sé yo, Tácito o Tito Livio. Y no olvidemos a los "transalpinos", que vienen a ser los italianos para los periodistas íberos, galos y teutones, como si hablaran desde el punto de vista de Aníbal.


[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
30 de julio de 2013
Blogs de autor

El ritual

Rituales o rutinas. Los primeros se viven con mayor conciencia, arrastrando su erre que viene de antiguo, capaces de abstraer el paso del tiempo e incluso abrazar la ilusión de eternidad. En su relieve descansa la vida idealizada, la celebración de la belleza, la vanidad del devoto que aspira a un trozo de cielo. El virtuosismo. La experiencia como promesa. Las rutinas, en cambio, suelen calzar zapatillas. Cuando abundan, enmascaran el abismo y crean la ilusión óptica de ordenar el vacío existencial. El primer café del día, sin abrir los ojos. La minibaguette de jamón antes de entrar al trabajo. El museo de los jueves. El pilates de los viernes. El fútbol del domingo. Regar las plantas del balcón antes de acostarse. En realidad son una confirmación de que todo va bien, o de que al menos va igual. Por ello hay gente que se lleva alguna de vacaciones. Su cafetera o su almohada. Su música de jazz o su transistor. Sus antidepresivos o su botella de ron añejo. Pero lo importante no es lo que va en el equipaje sino lo que se deja. Las colas de problemas. Los asuntos pendientes. La vecina huraña. Los hipócritas, pedigüeños, traidores, mandones o estúpidos que no nos resbalan. Cambiar de paisaje, aunque no se vaya muy lejos, limpiar la mirada de imágenes demasiado vistas. “Aparcar”, decimos, dinámicas construidas a partir de un horario, de una agenda, de un mandato al que nos aferramos a fin de hallar una carcasa que nos proteja frente al extravío. Veinticinco días al año de libertad para aquéllos que tienen un contrato laboral. Un paréntesis que permite alternar con otros aires. Pero sobre todo una pausa entre cuentas de resultados y llamadas pendientes. Entre exámenes y castings, reuniones y manicuras, ebitdas y cash-flows. La agenda del mundo no se detendrá aunque tú te desentiendas de las rutinas a fin de iniciar un ritual. El de escoger una playa; comer al aire libre; leer libros cuidadosamente seleccionados; estrenar bañador; descubrir una nueva canción que se adherirá, tozuda y vitamínica, al hipotálamo; comer sopas frías; dormir con la ventana abierta; escuchar el eco gozoso de los niños en la orilla o el empedrado. No hace falta que el ritual sea sofisticado. Porque su peso es mental. Puede que hallemos una habitación verde lima, que tan bien combina con el mar. Que tengamos días de bruma, en los que el sol cae como una escueta acuarela, y atardeceres rojos que hasta fundirse en negro regalan postales de souvenir. Nos encontraremos con sofás tapizados de flores francesas, o con figuras de dioses tailandeses que habitan con mudez los apartamentos de verano. Olfatearemos esa humedad alquilada, que convive junto a la arena, los mosquitos, y en algún rincón del jardín, el moho. Y haremos todo lo que esté en nuestras manos para celebrar la vida sin negruras. Las vacaciones, ese ritual azul. (La Vanguardia)

Leer más
profile avatar
29 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

De inanitate

Nada muestra mejor la inanidad del farfullido de la actualidad que la llegada de agosto. El gobierno, los políticos y los opinadores con mando en plaza se van de vacaciones, desconectan, como dicen en su jerga de espectrodoméstico, y no pasa nada, todo sigue igual. ¿Qué mejor prueba de su inutilidad? Ese ritmo infantiloide, remedo del curso escolar, de la tropa de oficiantes del diario juego floral prueba su dedicación exclusiva a la nadería. El otro día hablaba Félix Ovejero de la porción de mañas pueriles que han adquirido sonsonete de axioma con el guitarrón del porquesí de aquella tuna del 68, el botellón de conbenditos que acabó porque llegaron las vacaciones escolares, gran momento de la humanidad. 
 
Todo lo que tiene rentrée, el porrompompero editorial y gubernamental, la opinión estacionada y los poetas vacacionales, no vale nada, ahora ni luego.
 
Quitando a los pobres, que se agostan todo el año y así no marcan tendencia ni llegan a nada, quienquiera que sea algo, desde el presidente de la nación de turno con casquería propia hasta su más fresco literatún subvencionado, desde el emérito que más se aburre hasta el cagulete que más promete, todos cesan en agosto, dejan el timón, y vemos que el artefacto era en efecto un timo grande, porque da lo mismo.
 
Andaba tecleando estas ocurrencias cuando han cortado la luz. Vaya hombre, tu quoque, oh miseras hominum mentes, iba a escribir, pero al back up le da igual Lucrecio y ha seguido chillando aparatoso. He tenido que grabar y abandonar, como si yo también fuera un prohombre que sale de vacaciones, siquiera al balcón. Y entonces he visto a los operarios que montan la gran torre del tendido eléctrico. Y ha roto la tormenta. Pero ellos han seguido trabajando igual. Levantar bajo la lluvia incensante una torre de acero y dotarla de su cableado, cerámicas, bucles y conexiones, es un trabajo que requiere concentración, agilidad, resistencia y sentido de equipo. La tensión estaba por las nubes. He visto los chispazos del temible poder.  Y ellos han seguido sujetos con arneses al monumento, pequeña torre eiffel de la pradera, veinte metros de altura sobre el suelo, siempre entre los visillos del aguacero y el retumbo del trueno. El hombre es aún capaz de mojarse. Me han quitado la velación y como he sido su único público, he ido a pegar hebra con los héroes subcontratados. Van al paro en agosto. No somos nada.


[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
28 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El centro y las orillas

Primer caso. La escritora más famosa -y rica- del planeta publica una ácida comedia suburbana que en nada recuerda a sus obras anteriores, dedicadas al público infantil. La expectación es inmensa: sin atreverse a decirlo, los críticos esperan su fracaso con la misma impaciencia de los fanáticos que se plantan en las librerías por un ejemplar de Una vacante imprevista. Como se esperaba, las reseñas resultan condescendientes cuando no demoledoras. Su autora, coinciden, tuvo un golpe de suerte con Harry Potter, pero sus recursos literarios no alcanzan para una empresa más seria (y aun así, vende millones). Entonces J.K. Rowling decide escribir una novela policíaca con un seudónimo celosamente custodiado. Desprovista de la fama asociada con su nombre, The Cukoo's Calling, firmada por un tal Robert Galbraith, recibe elogiosas críticas y vende unos 1500 ejemplares. Prevenida por un tuit anónimo, la presa la desenmascara (y el libro pasa a ser número 1 en Amazon).

            Segundo caso. Uno de los cineastas mexicanos más apreciados, capaz de convertir sus obsesiones en tramas tan deslumbrantes como rentables, realiza la película de mayor presupuesto de su carrera, un blockbuster de los grandes estudios para la temporada de verano. Tras haber trasladado sus historias delirantes y oscuras a otros proyectos hollywoodenses, y de tramar al menos una pieza perfecta -El laberinto del fauno-, la expectación en torno a su nueva aventura es enorme. Al final, Pacific Rim resulta lo anunciado: un banal blockbuster para el verano. Aunque los críticos intentan hallar algún toque personal -el cameo de sus actores-fetiche-, el abrumador espectáculo de robots contra godzillas podría haber sido dirigido por cualquier otro director. De Guillermo del Toro, poco más que su nombre.

            Tercer caso. Se cumplen diez años de la muerte del escritor en lengua española más apreciado por la crítica y más venerado por los lectores del orbe desde García Márquez. Alguien que, tras la publicación de una decena de textos en sus últimos años de vida, se convirtió en un autor de culto entre los jóvenes latinoamericanos y luego en un gigantesco fenómeno de mercado. Traducido por doquier y representado por el agente literario neoyorquino más conspicuo, Roberto Bolaño dejó de ser el escritor marginal de su juventud, cuyos fracasos generacionales tan bien retrató en Los detectives salvajes, para alzarse como un icono global. Apenas sorprende que quienes lo alabaron por ser un "escritor para escritores", un autor secreto, apreciado por unos happy few, sean los mismos que ahora lo menosprecian por encarnar la mainstream.

            Si bien estos casos no tienen otro vínculo que la coincidencia temporal que los amalgamó en la prensa en estas semanas, pueden ser vistos como pruebas de la tensión entre la marginalidad y el centro que persiste en todas las áreas de nuestra cultura capitalista. Pese a las acusaciones de sus detractores, ninguno es un "producto del mercado": J.K. Rowling era una desempleada que escribió el primer volumen de Harry Potter en un café, a Del Toro le costó un ingente esfuerzo financiar su primer filme y Bolaño pasó largos años participando en concursos para publicar sus primeras narraciones. En los tres, el ascenso a la fama fue tan inesperado como merecido: dígase lo que se diga, Harry Potter contiene un mundo imaginario fabuloso, las negras fantasías de Del Toro están llenas de sabiduría y Los detectives salvajes y 2666 son las mejores respuestas a las novelas del Boom.

            No obstante, al transitar de los márgenes al centro, estas obras no han podido escapar a la condición de mercancías de consumo global, para desazón de sus primeros fanáticos. Una vez allí, la maquinaria diseñada para acentuar su éxito resulta imparable: en cuanto un producto cultural produce millones de dólares, escapa al control de sus artífices (y se convierte en blanco de los exquisitos que creyeron descubrirlo). Aunque la codició, Bolaño no tuvo ocasión de padecer las desventuras de la fama, pero Del Toro y Rowling han tratado de enfrentarse a ella con distintas estrategias. El primero ha combinado sus proyectos más personales con sus incursiones hollywoodenses, en tanto que, al crearse un seudónimo, Rowling pretendió volver al anonimato de sus inicios.

Al final, sus intentos demuestran que, si se busca permanecer dentro del sistema, huir de la telaraña es imposible: la mayor paradoja de esta historia es que justo los creadores que más se han empeñado en retratar los márgenes de nuestra cultura -la magia y los monstruos infantiles o la bohemia artística latinoamericana- hayan terminado absorbidos por ese centro que tanto parecía repelerles. El cliché tiende a confirmarse: quienes habitan las orillas aspiran con todas sus fuerzas a viajar al centro y quienes han llegado al centro no hacen sino producir obras que reflejan su nostalgia por ese pasado marginal, sólo para que sus publicistas procedan a venderlas como modelos de integridad artística.   

 

Twitter: @jvolpi

 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
28 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Zapatos sucios

Jorge Bergoglio no cuida de sus zapatos. Son los de un cura andariego, poco atento al atildamiento de un príncipe de la Iglesia. Se vio enseguida, en el contraste de sus zapatones de papa recién elegido con los esmerados mocasines rojos de Benedicto XVI.

No es solo el diablo el que está en los detalles. El papa Francisco lleva su cartera atiborrada de papeles y circula en utilitario, el Ford Focus o el Fiat Idea de las clases medias emergentes, en vez de los Mercedes y BMW de los ejecutivos. Los pastores no tienen remilgos en mezclarse con las ovejas ni en hundir los pies en el barro.

Su mensaje inicial aparece en toda su magnitud en su primer viaje internacional esta pasada semana. Este hombre que escogió como papa el nombre del pobrecillo de Asís quiere una Iglesia pobre y para los pobres. El primer país católico del mundo así lo ha entendido a la primera: no hacen falta muchos teólogos para captar el mensaje.

Brasil es uno de los países emergentes, que va a contar y ya cuenta en el nuevo reparto de poder mundial en el siglo XXI. Su fuerza está en sus clases medias, estas multitudes que están saliendo de la pobreza a costa de sudor y sufrimientos y accediendo a la educación, la vivienda, la sanidad y el bienestar. Su debilidad, en cambio, en los que se quedan en el camino y los que no consiguen subir el peldaño.

A pedir la atención y su cuidado dedica Francisco sus sermones de cura de barrio. De poco sirve emerger de la pobreza si la sociedad deja atrás a multitud de minusválidos y enfermos, drogadictos y presos, maltratados y prostituidos, parados y desposeídos. A ellos ha dedicado sus primeros cien días y sus primeros viajes, el que hizo a la isla de Lampedusa para recabar solidaridad con los inmigrantes tachados de ilegales, y ahora a Latinoamérica, su continente y continente también de los desposeídos.

No los ha dedicado, en cambio, a la moral sexual y reproductiva, donde el conservadurismo católico busca angustiado su identidad y frontera con la sociedad laica, a pesar de que su instalación en el Vaticano coincide con los mayores avances legales del matrimonio entre personas del mismo sexo en Estados Unidos y Francia. ¿Significa eso que Bergoglio está a favor del aborto, del matrimonio gay y de la reproducción asistida? En absoluto: pero sí nos dice, con la elección de los temas de su preferencia, que considera mucho más importante arrastrar sus zapatos de pastor junto a los parias de la tierra.

Hay euforia en la Iglesia católica con el nuevo Papa. Cosas así no se habían visto desde hace al menos medio siglo, cuando llegó al papado Juan XXIII, el hombre que suscitó la admiración de la filósofa judía y agnóstica Hannah Arendt por el hecho insólito de que un verdadero cristiano alcanzara la sede de San Pedro. ¿Sabían entonces realmente los cardenales a quién habían elegido? ¿Lo saben ahora?



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
27 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

En las montañas de la locura

El narrador de Todos los perros son azules (Sexto Piso, 2013), del brasileño Rodrigo de Souza Leão, sabe que tiene un problema mental y que por eso está recluido en un psiquiátrico. A ratos explica que la culpa de su locura la tiene un grillo que se tragó diez años atrás. Otras veces, que todo se debe a un chip que le han implantado en su cabeza, y otras, a que en un ataque de furia destrozó todas las cosas de vidrio de la casa de su madre. En la tradición literaria de los locos lúcidos, el narrador dice algunas verdades ("Detesto el espejo. El espejo sólo sirve para mostrar cómo empeoramos con el tiempo. La primera cosa que rompí fue el espejo"), mezcladas con señales inequívocas de su trastorno ("Lo rompí porque estoy hecho de trozos de vidrio y cuando los trozos de vidrio me invitan, desordeno todo").

No es fácil representar la locura, dar cuenta de ese estado alterado de manera verosímil. Muchos escritores lo intentan y pocos salen bien librados de ese desafío (el mejor escritor contemporáneo de la locura es el húngaro László Krasznahorkai: de una manera u otra todos sus personajes están poseídos por una locura trascendente y nos hacen entender que el mundo, bien mirado, es la obra de un Dios psicótico). De Souza Leão suena convicente, sugieren algunos críticos, porque estaba loco y conocía la locura de cerca; nacido en 1968, padecía de esquizofrenia y falleció en un psiquiátrico en el 2008; su novela es, digamos, autobiográfica.

Pero ese no es un argumento; un loco no tiene por qué escribir una excelente novela sobre un loco. Bastaría grabar el discurso de un loco para hacernos ver cómo eso puede terminar en un texto impenetrable, que necesita de sus interpretadores para ser "entendido" por el lector. Un muy buen ejemplo de esto: El Padre Mío, de Diamela Eltit, la grabación que la escritora hace del habla de un esquizofrénico, y cuyo hermetismo, rotura de sentido y alucinada asociación de ideas termina siendo interpretada por la misma Eltit en el prólogo al libro como el testimonio alegórico del Chile roto por la dictadura. El Padre Mío es un gran texto a pesar del prólogo: es un correctivo a la transparencia del discurso testimonial, que busca una fácil empatía entre los lectores y los seres marginales (los pobres, los locos). 

Puede que la locura sea insondable, pero, aun así, su representación literaria necesita tener algunas conexiones con la realidad, armar al menos un esbozo de sentido, por más que éste se refiera a la falta de sentido de la vida. Todos los perros son azules funciona porque está cómodamente instalada en una tradición importante de la literatura moderna desde Rimbaud, pasando por Vallejo y Beckett, que da cuenta, a través de su mismo discurso quebrado, de incansables y rítmicas asociaciones de ideas que obedecen a su propia y secreta lógica, de la "temporada en el infierno" que es la vida. El psiquiátrico en el que vive el narrador puede entenderse como una metáfora del mundo: "La primera libertad es salir del cubículo. La segunda libertad es andar por el manicomio. Libertad, sólo fuera del manicomio. Pero la libertad de verdad no existe. Estoy siempre chocando con alguien para ser libre. Si hubiera libertad, el mundo sería una locura con todo el mundo".

El narrador de Todos los perros son azules inyecta buenas dosis de inteligibilidad dentro de su desvarío psicótico. Habla todo el tiempo con Rimbaud y Baudelaire -los santones de este delirio--, aunque sabe muy bien que no están presentes junto a él: "es tan triste tener como amigos a dos alucinaciones". Esa capacidad para darse cuenta de algunos elementos de su locura y no perder jamás el sentido del humor ("¡Quiero ser promovido a alucinación de alguien, por favor!"), no es freno suficiente para su desvarío, que lo lleva a crear un lenguaje universal, el Todog, para que todos los seres del universo puedan comunicarse ("Sí, yo estoy en todo. Anhamambé arlicouse proto bumba Todog"). Rodrigo de Souza Leão estaba loco. A pesar de eso, en esta magnífica novela ha logrado una representación de lo locura que suena muy verosímil.  

 

(La Tercera, 27 de julio 2013)



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
27 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

84. Lecturas íntimas y lecturas zombies

Ayer estuve en Jaca dando una conferencia y dije, entre otras cosas: / La figura del lector es comparable a la del zombi. No he visto muchas películas de zombis (en esto el experto es Jorge Fernández Gonzalo, autor del sugestivo ensayo Filosofía zombi, 2011), pero en la mayoría los zombis se alimentaban de los cerebros de humanos, y no podían ser revertidos: no podían salir de la condición "zombiesca", de modo que la única opción era dejarlos vivos o matarlos. Creo que al infectado por el virus de la lectura le sucede algo parecido, entendiendo por lectura no la de best-sellers, sino la de auténticas obras de arte. El lectoespectador no puede dejar de alimentarse de (las obras de) los cerebros ajenos. El síndrome lector es aún más fuerte que el de la escritura, pues este último admite reversión pero el de la lectura no. Hay quien se cura del vicio redactor y abandona la literatura. Ustedes recordarán varios nombres de escritores que dejaron de escribir pero, casi seguro, a ningún escritor que dejase de leer. Una vez inoculado el veneno de la lectura (un veneno que, como el pharmakon platónico, es a la vez mal y remedio, según Jacques Derrida), el tósigo amolda y formatea el cerebro infectado, que ya nunca podrá dejar de leer compulsivamente. / Cuando el escritor se queda ciego, como Papini o Borges, pide a sus personas cercanas que le lean textos en voz alta. La lectura es la única droga que puede disfrutarse en carne ajena, que se goza incluso inoculada en otra carne. / Internet y las tecnologías digitales que ahora asumen la literatura han apartado el cuerpo de la experiencia lectora, pero ésta no ha abandonado la cama. Lynn Kaplanian-Buller llama lecturas cálidas a las que se hacen de noche en el lecho, con las que el lector establece una relación afectiva: "es una forma privada de lectura, a menudo hecha en la cama, y sentimos que los materiales orgánicos como el papel pueden absorber y mantener la experiencia lectora más segura para otro día". Igualmente, Remedios Zafra recuerda en su reciente ensayo (h)adas. Mujeres que crean, programan, prosumen, teclean (Páginas de Espuma, 2013), que la educación de Ada Lovelace, la primera programadora, y la de otras mujeres jóvenes de los albores del XIX, se producía también en la cama, donde leían los libros y la correspondencia de sus tutores. El cuarto propio que reivindicaba Virginia Woolf para la mujer se reducía muchas veces a la cama. El espacio íntimo, dice Zafra, vuelve a ser ahora, dos siglos después, espacio de acceso a la información, pues también se llega desde la cama o el sillón preferido al conocimiento a través del ordenador o los dispositivos móviles. / Vivir es ver volver, dijo Azorín. / Jorge Carrión reclama "desacralizar una actividad que a estas alturas de la evolución humana ya debería ser casi natural: leer es como caminar, como respirar, algo que hacemos sin que sea preciso pensarlo antes" (Librerías, Anagrama, 2013).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
27 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El foco de Dios

Claro está que la idea de belleza cambia con cada época. Perecería que existiendo un Dios eterno la belleza acompañaría ese zanco de eternidad, pero no es, sin embargo, de este modo. Dios obra como una poderosa luz que desataca lo bello y lo feo, lo malo y lo bueno, aunque o todo depende, desde luego, de aquello que los autores sitúen en el plató.

La batalla para lograr lo hermoso y su contrario se halla en manos de los autores. Con una importante condición y es que a Dios no se le pueden exponer baratijas, diseños que no poseen imaginación. La relación de Dios con los aristas es muy estrecha y muy laxa, a la vez. Es estrecha en el recinto de la mente pero es laxa en el sentido de que a Dios lo mismo le da, una obra maestra que una copia, algo excelso u otra que no levanta un palmo de la mediocridad.

Dios es sólo el foco. Un foco tan potente como la de un juez absoluto más allá del cual no hay recursos de casación. ¿Y que qué le queda al artista ante este anonadamiento judicial? Sólo la invención. Inventarse, reinventarse o revelarse son asuntos de gran empaque criminal. Toda innovación conlleva una negación de lo preexistente y si el golpe es de muerte mejor que mejor. El auténtico artista es un gran asesino. Sacar una belleza nueva de los preexistente comporta tomar lo preexistente como un cadáver y practicar sobre él una suerte de autopsia y resucitación.

Sólo los artistas de potencia, abocados al precipicio, olvidados de sí son capaces de mostrar ante Dios otro género insólito bajo su foco insólito. A Dios no lo intimida el cambio, no faltaba más. Pero la época se siente afectada por el un nuevo modelo de belleza que remueve la moral.

La belleza, en suma, es todo menos un aditamento estético. Los artistas que innovan son capaces de intuir que ha cambiado el mundo y no siempre exageran en su apreciación. Lo bello y lo feo son faros de ida y vuelta. Atraen luz divina sobre la nueva cosa y la nueva cosa irradia sobre el entorno de las costumbres o la manera de amar. Ser humano, aparte de otros alicientes, permite disfrutar de este imprevisible cambio entre lo bello y su birria. O, lo que es lo mismo: lo que al cabo es moral habiendo sido inmoral.

El ejes obre el que gira el mundo podría reasumirse en esta idea sencilla. Lo que es feo hoy será bello mañana, tal como dicen los modistos. Y la moda es el torno crucial en torno al cual orbita una constelación de símbolos que terminan por aterrizar en el asunto del bien y del mal. ¿Una boda entre homosexuales? Era feo y ahora tiende a ser bonito. Un cuadro o un espectáculo de vieja factura pasará ahora al cementerio de lo ya visto. Lo no visto, sin amargo, impresiona bajo el potente foco de Dios que revela la emergencia de una nueva belleza. Nos pasaba ya con chicas que nos enamoraban. No eran guapas para la época pero llevaba en sus facciones los presagios de otro gusto actual, preconizadoras de una nueva cultura estética y primordial.

Somos lo que somos sin llegar nunca a ser. Y la belleza más atractiva es aquélla que es sin alimentarse en el pesebre de toda la vida nos llama la atención. Toda la vida, en cualquier punto, posee belleza pero gracias a los artistas -fautores clave- la estética es cambiante, la estética es divertida, la estética da pie a mantener un diálogo digno y bailable con la Creación. Dios el mundo y yo.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
26 de julio de 2013
Blogs de autor

I. Imprimes, luego existes

La idea que tenemos de imprimir se reduce generalmente al papel. Reproducir un documento, que es lo que un tiempo los monjes hacían a mano con los libros, y luego pasó al dominio de la imprenta de tipos móviles, la gran revolución del siglo XV. Siempre me ha fascinado imaginar el desconcierto de aquellos copistas encerrados tras las paredes de los conventos, no pocos de ellos analfabetas, cuando escucharon las primeras noticias de que se había inventado una máquina que sustituiría para siempre su paciente trabajo de pendolistas.
Como uno de esos monjes medioevales me sentí cuando en los años ochenta del siglo pasado abrí en Managua la caja donde venía el primer ordenador de palabras que llegaba a mis manos. Yo mismo lo instalé, siguiendo de manera febril las instrucciones del manual, y no quedé en paz hasta que pude teclear la primera palabra en la pantalla verde mientras la señal del cursor me incitaba a seguir adelante.
Las impresoras conectadas a las computadoras personales de entonces eran rudimentarias, pero hoy han logrado eliminar de nuestras mentes el concepto de original y copia que antes teníamos. Una impresora sólo produce originales, y esto que parece tan simple ha significado la alteración de todo un concepto filosófico.
Los grandes inventos no sacuden de un solo golpe a la humanidad, sino que se van abriendo paso en las mentes hasta que, después de ser un asunto de pocos, su uso se generaliza, y se vuelve costumbre.

Leer más
profile avatar
26 de julio de 2013
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.