Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

Poema 144

De diferentes puntos del cuadro,

en el centro de la tela,

aparecía su barba encanecida

y un puño verde del bastón esmerilado.

Una vara de apoyo impropia,

que difícilmente lo sostenía encorvado ante la mesa.

No era posible que regresara  

de ningún paraje conocido

puesto que no existían precedentes

que lo hicieran imaginable bajo esa figura.

Yo le amaba desde muchos años atrás

y sin cesar lo amaba.

También lo temía,

y su sombra se había ahincado  

a mi ilusión de escribir

Igual que la clave en un pianista,

Una donosura para un trapecista,

una exigencia para un creyente,

de esa molécula tan firme

que viví mucho tiempo alzado.

Y ahora, sin embargo,

en la terraza del  café,

yo me acercaba con dificultad

a abrazarlo

mientras él venía armado

como de un bastón maldito,

tan grave como sin fuerza

Cada cual, en ese instante,

nos habríamos reconocido   

como antiguos  vivos transparentes

y sin transición, cerradamente,

como unos muertos pavorosos.

Leer más
profile avatar
29 de mayo de 2017
Blogs de autor

Desprecio

La semana pasada desayunamos leyendo la noticia del presunto blanqueamiento de capitales de Sandro Rosell, a quien se le atribuye haber trajinado la misma cantidad que Cristiano Ronaldo ha burlado al fisco –de quince en quince millones, y tiro porque me toca–, y nos topamos de nuevo con la evidencia de que los negocios del fútbol son tan opacos como los del ladrillo, el Palau o el Canal de Isabel II, pero se toleran mejor, se llame uno Messi o CR7, como si el ciudadano de a pie, cada vez más adelgazado de espíritu y de saldo, les debiera algo por alcanzar una gloria efímera gracias a sus goles.
Entre tantas noticias de lavandería de guante blanco y señoritingos con jet privado que pueblan las celdas carcelarias, también leímos que los psicólogos especializados en acoso escolar –sobre quienes recae la responsabilidad de evitar autolesiones o suicidios, por ejemplo– cobran quinientos euros al mes. Desde que se pusiera en marcha, el servicio del 900 018 018 –activo día y noche– ha atendido más de 17.000 llamadas: es tarea compleja la de hablar con un menor arrasado, vacío de autoestima y lo que es aún peor, de alegría. Las transferencias experienciales que estos profesionales logran por teléfono son de extrema importancia: sin verlos ni olerlos, intentan transmitirles confianza y un pu­ñado de herramientas que les sirvan. También procuran brindarles el coraje necesario para revertir una situación en la que el débil acaba por creer que merece ser vejado y mantiene en silencio su dolor.
El ministro Méndez de Vigo, al ser preguntado por este penoso asunto, ha echado balones fuera señalando que no compete a su departamento sino a la compañía adjudicataria del contrato público. Y añade que lo verdaderamente importante “es que el servicio sea bueno”. Al carajo con la precariedad que desalienta a los trabajadores sociales que no llegan a fin de mes. ¿Cómo una especialidad tan compleja –y lo son todas las que se refieren a docencia y tutela de niños y adolescentes– puede ser tratada de forma tan despreciable? Siento gran envidia por aquellos países que seleccionan a los estudiantes más brillantes para formarles como educadores. En Finlandia, por ejemplo, es necesario un 9 de media de nota de corte, y por supuesto, están muy bien pagados. La noción del triunfo no se apoya en burbujas y pelotazos, sino en una sólida formación de las generaciones futuras.
Estamos a la cabeza de Europa en temporalidad, con uno de cada cuatro contratos que se firman con esta fórmula que eterniza la inestabilidad social, y cerca de la mitad de los trabajadores se las arregla con salarios por debajo del mileurismo, según un informe elaborado por el sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) con motivo del Primero de Mayo. ¿De qué sirve diseñar planes estratégicos nacionales si los pilares de los mismos no pueden soportarlos, empezando por el menosprecio hacia aquellos que forman y atienden a nuestros hijos?
Leer más
profile avatar
29 de mayo de 2017
Blogs de autor

El fin de la propiedad

Los especialistas en robótica e inteligencia artificial vaticinan que las máquinas destruirán, en menos de cincuenta años, el sentido de la propiedad.

Para llegar a semejante conclusión llevan a cabo el siguiente razonamiento: en el futuro todas las industrias se verán sometidas a una despiadada competitividad. Debido a ello, prácticamente toda la producción será llevada a cabo por máquinas. En esas industrias, obligadas a abaratar costes hasta el límite de lo posible, la propiedad será un precio añadido e insoportable. Lo ideal será que no tengan propietarios o que sus propietarios aspiren a muy leves beneficios. Ser propietario no será interesante, ni siquiera será viable.

También dicen que ahora mismo los ordenadores tienen el cerebro de un insecto, pero dentro de diez años ya tendrán el de un ratón, dentro de veinte el de un hombre, y dentro de cincuenta el de un dios. Ya para entonces, un solo ordenador podrá albergar en su inmensa inteligencia todo el saber de la humanidad. Podrá además procesarlo y seleccionar, según el criterio infalible que le dará su gigantesca objetividad, lo mejor y lo peor de su memoria. Esa gran mente (¿ese Gran Hermano?) tendrá el poder de resucitar a seres cuya memoria haya quedado depositada en él. Por ejemplo, a partir de las obras de un filósofo y de las imágenes que hayan quedado de él, ese Gran Hermano podría materializar literalmente a ese ser, obligándole a regresar a la vida.

El lector se preguntará si esto es una fábula o una pesadilla. Bien, son las dos cosas a la vez. Porque aquí no se está hablando de una materialización virtual, se está hablando de una materialización real.

El ordenador podrá reproducir la "unidad de carbono" que fue básicamente Jean Paul Sartre, por poner un ejemplo. De modo que Sartre podrá volver a los estudios de televisión y hasta aclarar asuntos que no quiso dejar aclarados mientras le duró la vida material.

El problema, de ser cierto lo que nos cuentan, es que ese Gran Hermano también podrá resucitar a seres profundamente malignos, de los que ha quedado mucha información visual y sonora. ¿Habrá que pensar que en el futuro ni siquiera seremos propietarios de nuestra muerte?

Leer más
profile avatar
29 de mayo de 2017
Blogs de autor

Historia del rey de Bohemia y de sus siete castillos

 

En el momento de su aparición, 1830, esta novela recibió calificativos tales como “delirio narrativo”, “extravagancia ortográfica y tipográfica” o “disparate esotérico”.  Años más tarde surrealistas  como André Breton y Tristan Tzara  la idolatraron y rupturistas como Apollinaire incluso imitaron sus filigranas tipográficas.  Cuando Nodier publicó Disertación sobre el uso de las antenas en los insectos, el primero del centenar largo de obras que después firmaría,  nadie supo ver que estaba iniciando su carrera un hombre que llegó a ser un prolífico autor de literatura fantástica, aparte de novelista, dramaturgo, ensayista, autor de odas panfletarias contra Napoleón y un reputado lexicógrafo, como lo prueban sus todavía vigentes Dictionnaire universel de la langue française (Diccionario universal de la lengua francesa, 1824), y su estudio filológico Bibliothèque sacrée grecque-latine de Moïse à Saint Thomas d'Aquin (Biblioteca sacra greco-latina, desde Moisés hasta Santo Tomás de Aquino, 1826).

            Nodier todavía tuvo tiempo de alentar una tertulia a la que durante años asistieron  gente como Alfred de Vigny, Balzac, Delacroix, Nerval, Sante-Beuve, Gautier, Dumas y Víctor Hugo, que más adelante le robaría con su propia tertulia a muchos de esos  contertulios. Aunque la competencia distanció a los anfitriones, Hugo siempre mantuvo que el Romanticismo europeo tenía una deuda impagable con el magisterio ejercido por Nodier.

            Vaya por delante que si alguien está interesado en conocer qué les pasó de verdad al rey de Bohemia y a sus siete castillos más le vale ir a buscar en otras fuentes porque no se la van a contar ni Nodier, ni ninguno de los tres narradores que irrumpen arbitrariamente en la acción y llevan ésta de aquí para allá sin orden ni lógica alguna. Por ejemplo Thédore, el narrador que abre el libro, clama desesperado por un caballo para trasladarse a Bohemia y alude a Bucéfalo y al caballo de César (como diciendo que si ellos tuvieron montura a ver por qué razón no puede disponer él de una). Y termina aludiendo al famoso y muy trágico “¡Un caballo!¡Un caballo! ¡Mi reino por un caballo!”. Sin embargo, a pesar de tanta urgencia y desespero, el capítulo siguiente, titulado Retractación, empieza así:”Por lo demás, ¿qué haría yo con un caballo?”.

            El argumento es que ese animal no tiene nada que hacer frente al mejor carruaje jamás inventado, la cama, “un coche que me pertenece a mí, donde duerno apaciblemente en cada una de sus cuatro esquinas, algunas veces solo, a menudo acompañado, y que dirijo a mi antojo hacia todos los lugares del universo”. Y si encima masticas hojas de adormidera que despiertan en la mente a la adorable familia de los ensueños para qué, en efecto, se necesita un caballo. Además el bueno de Théodore no está dispuesto a partir hacia Bohemia (estamos ya en el tercer capítulo) si no es en compañía de sus dos buenos amigos Pic de Fanferluchio y el fiel Breloque.Gracias a la técnica del grabado en madera, un invento revolucionario que permitía intercalar imágenes en el texto, el lector tiene ocasión de conocer en efigie a tan estrafalarios personajes mientras se saludan desde una página a la opuesta. La cosa sigue así todo el rato, de un narrador a otro, y como en la novela de K., nos quedamos para siempre a las puertas del castillo.

            Si es maravilloso que un autor de mediados del siglo XIX arriesgue su prestigio y sus caudales (al parecer se arruinaron él y los editores) en escribir, ilustrar y poner a la venta un libro que ya entonces se consideraba invendible, bien se puede hablar de milagro si un pequeño editor del siglo XXI tiene la osadía de poner a la venta por vez primera en castellano una edición que prácticamente es una reproducción casi idéntica a la original, respetando el tamaño, la tipografía, los grabados y encima en un papel que enciende los sentidos con solo pasar las páginas. Todo ello se le debe a Francisco González Fernández, que además de traductor es el autor de un prólogo yo creo que definitivo sobre Charles Nodier, el Romanticismo y este libro tan singular llamado Historia del rey de Bohemia y de sus siete castillos. Cualquiera que ame los libros se felicitará si acepta mi consejo y sale corriendo a conseguirse ahora mismo un ejemplar de esta joya.

 

Historia del rey de Bohemia y de sus siete castillos
Charles Nodier

Edición de Francisco González Fernández

KRK    

 

Leer más
profile avatar
27 de mayo de 2017
Blogs de autor

Escritores de romería

Madrid quema, y las rosas del Retiro se cocinan a un sol rabioso. El aroma a pétalos marchitos y a verdor hervido acompañará a los escritores en su romería durante este verano en primavera. Ayer se inauguró “realmente” la Feria del Libro –que los monarcas detallen los títulos que compran ya forma parte de un principio mediático y simbólico, ignoro si moral–. Creada en la II República como parte de los festejos de la Semana Cervatina, la Feria renueva su besamanos y ofrece libros recién salidos del horno, donde los denominados “autores” estamparan su nombre, cumpliendo con el ritual de la dedicatoria; el sector editorial, junto al orfebre y al de sábanas y manteles, fueron pioneros en inaugurar la tan manida “personalización”.
 
La canícula siempre ha estado ligada a la literatura. “Insolación" tituló Emilia Pardo Bazán aquella historia en la que una madura aristócrata gallega sufre un golpe de calor en una feria y queda atrapada en la tela de araña de un encantador señorito andaluz mucho más joven que ella. Así de brava y moderna era doña Emilia. Las madames Macron han ido ganando terreno: alcanzan una edad en la que ya nada les sofoca. Como Isabel Allende, una de las protagonistas de esta edición, que regresa a Madrid con “Más allá del invierno” (Plaza & Janés). Hace un par de años, cuando publicó “El amante japonés” coincidiendo con su separación de Willie Gordon –27 años juntos–, declaraba que estaba abiertísima al amor y que las veces que había tenido amantes “había sido rebuenísimo”. Allende trae siempre cola. Las filas de lectores ante las casetas provocan feísimas comparaciones. Los famosos suelen arrasar, aunque les hayan escrito el libro, mientras que algunos autores mayúsculos y minoritarios deben refugiarse en el teléfono.
 
En 1977 la prensa madrileña afirmaba “hay más editoriales que partidos de derechas”. Ir a ver escritores se había convertido en un pasatiempo noble y adquiría un beneficio simbólico y reparador, más allá del fetichismo. Algunos se resistían, como el Delibes misántropo a quien le fastidiaba desplazarse cada mayo desde su querido Valladolid. Se cuenta que, en una ocasión, un admirador le pidió una dedicatoria para él y su perro. Delibes, molesto, le contestó que los perros no disfrutan de la lectura, a lo que el orgulloso amo le replicó que el suyo sí, y que, de hecho, él mismo le leía pasajes de sus obras. "Pues fírmeselo usted mismo”, resolvió. Uno de los autores más esperados en esta edición es Juanjo Millás con “Mi verdadera historia”, un libro de pasaje y anclaje, el retrato de un adolescente osado y frágil que no se suelta desde la primera página. Millás, cada vez más ajeno a las fiestas de escritores, tiene la agenda saturada. Le pregunto si se siente a gusto en la caseta: “Cuando estoy dentro, tanto si firmo como si no, me acuerdo de cuando de pequeño me mandaba mi madre a la tienda de ultramarinos a por un cuarto de galletas hojaldradas y 200 gramos de chóped. Me parecía a mí que el dependiente, por el simple hecho de encontrarse al otro lado del mostrador y de manejar con aquella seguridad la cortadora del bacalao, había llegado, signifique lo que signifique llegar. Creo que todo lo que he hecho en la vida tenía que ver con el deseo de alcanzar el otro lado del mostrador. Podría haberlo alcanzado cortando el bacalao, pero, mira por donde, vendo libros”.
 
Entre las firmas más esperadas se cuentan el reciente Premio Alfaguara Ray Loriga, Enrique Vila-Matas, David Trueba, Javier Marías, Rosa Montero, Joël Dicker, otro de los ilustres visitantes foráneos, o Fernando Aramburu, cuya “Patria” (Tusquets) se lo come todo. Pocas mujeres tienen programadas sesiones intensivas, entre ellas: Cristina Morató y su vida de Lola Flores o Julia Navarro, que siempre arrasa. Cayetana Guillén Cuervo debuta con “Los abandonos” (La esfera), libro apuntalado en la saudade de Pessoa, intimista y sincero, que aborda el duelo, la pérdida y la construcción de nuestro propio abandono. “¿En qué momento se me escapó la vida?” se pregunta Guillén Cuervo al certificar que todos tenemos las mismas cartas y que los atajos no existen. O que el calor es el mismo para todos. 
Leer más
profile avatar
27 de mayo de 2017
Blogs de autor

Roger Moore y los actores de nuestra vida

Uno no elige a su agente 007. Es el que le toca a su generación. La generación de mi padre creció con el James Bond del elegante y desacomplejado Sean Connery. La de mi hijo, con el complejo, traumatizado, posmoderno Daniel Craig.

A mí me tocó Roger Moore, quien murió esta semana a los 89 años. Curiosamente, Moore fue el único de los Bonds que alcanzó la cifra de 007 películas. Aunque seguramente no figurará como primero en el ranking  de los fanáticos del personaje creado por Ian Fleming, para mi generación, la que se introdujo en el cine y en las preguntas sobre quiénes éramos y quiénes queríamos ser en la década de 1970, Sir Roger fue el agente secreto que se ajustaba a nuestras necesidades de espejo. En él veíamos reflejada la masculinidad, la seguridad, la ironía que nos marcaría de por vida, para bien y para mal.

Roger Moore era el hombre que yo aspiraba a ser, desde la primera serie que le vi, Dos tipos audaces con el ambiguo, algo amanerado Tony Curtis. Moore era el hombre de sonrisa ladeada que las mujeres buscaban. Ellas lo perseguían, él se dejaba querer. Sólo debía sonreír. Y no lo perjudicaba para nada ese gusto horrendo para vestir y peinarse, que siempre vincularé con ese aire de fiesta pobre y pretenciosa de finales de los setenta. Esas corbatas anchas, esos trajes lustrosos, esos zapatos abrillantados. El mal gusto era parte integrante de ese ser macho sin esforzarse, la marca de El Santo, su segundo gran papel.

En sus películas de Bond, como Vive y deja morir, La espía que me amó y Moonraker, llevó hasta las cotas más altas su tercera gran virtud: la ironía. Roger Moore parecía burlarse de sus jefes, de sus enemigos, de la muerte, de la Corona, del amor y del odio. Pero lo hacía sin que se notara, levantando la ceja, como levemente hastiado de sus propios sentimientos.

Era suficientemente joven como para encandilar a las mujeres y aterrar a los malos y lo bastante viejo como para haber pasado por todo y saberse el libro de la vida de memoria. Con dominar esa ironía, que por supuesto nunca conseguiré, soñaba yo y sospecho que muchos de mis compañeros de generación.

Descansa en paz, Roger Moore. No fuiste el gran actor shakespereano que tal vez soñaste ser cuando te metiste a actor. Pero toda una generación de hombres en busca de una seguridad que se escapaba ante la revolución imparable de las mujeres te agradeceremos siempre que nos dieras esperanza. Fuiste nuestro James Bond. Tu sonrisa de aprobación nos acompañará desde allí donde estés. 

Leer más
profile avatar
25 de mayo de 2017
Blogs de autor

Bang Bang

Ariana Grande era, hasta ayer, una portavoz del mundo rosa metalizado de la preadolescencia. En su registro, el de una joven estrella del pop que triunfó en las series azucaradas para niños, los ­tacones se llevan con calcetines cortos, las colas de caballo son muy altas y se estilan traseros como Cadillacs –así lo canta en Bang bang, desinhibida y sexua­lizada: “Bang bang en la habitación (sé que lo quieres) / Bang bang encima de ti (te dejaré tenerlo)”. Sus letras hablan de chicas malas que consiguen que “tu mente explote”, de amores peligrosos a lo Bonnie & Clyde y de feminismo chic. Venden una transgresión tácitamente aceptada en el mercado teen –en España los llamados millennials suman cinco millones de consumidores–, tan audaz como mimado por las marcas. En los ­videoclips de Ariana, en Break free por ejemplo, aparecen monstruos con armas que fulminan a quien les da la gana con rayos verdes. No se trata de indios y vaqueros, pero sigue reproduciéndose el esquema maniqueísta de buenos y malos, mezclando inocencia con se­ducción.
Ayer el mundo rosa metalizado de Grande saltó por los aires en Manchester, ante miles de chavales que apenas se han desperezado de la niñez y que aún no conocen el significado de la palabra atentado. Ver reflejado el terror en la mirada de un niño te horada por dentro. Hay devastación en ello. Como pisar un jardín recién cultivado. En la radio buscaban precedentes comparables y recordaron aquella escuela de Beslán donde murieron 186 niños en el año 2004, o un colegio judío en París atacado hace un lustro. Pero, en Manchester, los terroristas no sólo detonaron una sangrienta bomba entre los más vulnerables, jóvenes que ignoran la yihad salafista y su califato de terror, ajenos también a la creciente islamofobia, chicos que quizás sí sepan que cerca de trescientas estudiantes fueron secuestradas en una escuela nigeriana y que más de cien siguen en manos de sus verdugos tres años después sin que la inteligencia internacional haya sido capaz de encontrarlas. La bomba, que explotó en una atmósfera peinada de risas y efectos especiales, cayó sobre el estilo de vida occidental, sobre los padres que llevan a sus cachorros a conciertos, sobre las madres que siguen sus mismos pasos de baile, sobre las letras tontorronas y picantes, sobre la vida ligera e instagrameada. También cayó sobre los valores que asientan la democracia.
Y además de cobrarse dolorosas víctimas, agranda más la brecha entre los partidarios de la integración multi­cultural y los que quieren volver a le­vantar muros. El terrorismo siempre ha ­sido sinónimo de un mundo cerrado con candado. Su llave es la libertad.
Leer más
profile avatar
24 de mayo de 2017
Blogs de autor

Quet

Varias masías del Maestrazgo, en el año 1823 , registran nacimientos de cabritos con ligeras anomalías. Son animales de buen peso y color pero que rechazan la ubre chotuna coceando y profiriendo sonidos que algunos interpretan como “¡tet, tet!” y, otros, los más, como “¡quet, quet!”. Prefieren tomar la leche de los pechos femeninos aunque invariablemente mueren pronto; a los diez o doce días. Diseccionado un ejemplar por el farmacéutico de Castellón de la Plana licenciado Gutierre Pallás García se halla, en el interior de la cabeza –que hace de funda-, otra cabeza, pero ésta de niño humano, eso sí con los labios gruesos y prolongados a manera de belfos caballares. Ante la duda de si es o no acreedor de enterramiento en camposanto se opta por abrasarlo en el horno de pan de la Masada del Sordo, y no se sigue con la pesquisa.

 

Leer más
profile avatar
24 de mayo de 2017
Blogs de autor

La miseria del mejor oficio del mundo

A comienzos de este siglo tres periodistas realizaron, sin saberlo, el mismo proyecto: vivir entre seis meses y un año con el sueldo mínimo, “disfrazándose” de obreros manuales, camareros, lavaplatos, limpiadores.

El colombiano Andrés Felipe Solano publicó Salario mínimo; la estadounidense Barbara Ehrenreich, Por cuatro duros y la francesa Florence Aubenas, El muelle de Ouistreham. En los tres se detalla en primera persona cómo afecta al cuerpo, al ánimo y a la calidad del trabajo el vivir con tan poco, el no tener margen económico para decir ‘no’, el estar permanentemente sujeto a los caprichos del jefe, el comer mal y matarse corriendo detrás de una liebre que siempre corre más rápido.

Hoy los periodistas no necesitamos disfrazarnos de nada para tener la experiencia de vivir con el sueldo mínimo. Y el aprendizaje de las dificultades psicológicas, mentales y físicas de vivir con muy poco que plantean esos libros ahora llega a nuestro gremio y afecta el periodismo que hacemos.

En Hispanoamérica, los sueldos de los periodistas nunca fueron para tirar cohetes, pero con la crisis económica y la crisis de los modelos de negocios de los medios provocada por el auge de internet, la situación se ha deteriorado de manera alarmante.

Hace algunas semanas, el sindicato español CNT publicó un informe alertando sobre la caída de los pagos de medios de España a sus colaboradores. La agencia oficial EFE paga en promedio un poco menos de 20 dólares por crónica o reportaje. El diario El Mundo paga 76 dólares por un artículo para la web; El Economista, casi cien dólares por el contenido que llena una página. Y así en casi todos.

Es menos que lo que se paga por jornada de trabajo en la construcción o la limpieza de edificios. Si se calcula lo que un periodista cuidadoso debe emplear en la confección de un reportaje bien investigado, escrito, editado y chequeado, debería pagarse al menos 200 dólares para que sea compatible con el sueldo mínimo, que en España es de 825 euros (900 dólares) mensuales por 172 horas de trabajo.

En América Latina la situación no está mejor. Los autores famosos ganan más, pero para un periodista que se está abriendo camino, se paga entre 50 y 100 dólares por reportajes o crónicas de unas mil palabras (el tamaño de esta columna).

Cada vez se viaja menos y los hechos que suceden fuera de los centros del poder quedan sin cubrir, bajo un manto de silencio, no debido a la represión y las amenazas de los lobos autoritarios (que también padecemos) sino a la falta de dinero para contar las noticias.

Según un reciente estudio, los periodistas novatos de Colombia cobran un promedio de 400.000 pesos colombianos (136 dólares). Un sueldo medio para los que comienzan raya los 682 dólares. En países con alta inflación como Argentina o en economías deprimidas como las de Centroamérica es un sueño conseguir que paguen 100 dólares por un artículo.

Helena Calle, una joven periodista de Bogotá, calculó su ganancia mensual en “900.000 pesos (307 dólares) por ser periodista, ghost writer, transcriptora, traductora, community manager, contadora, vendedora y asistente editorial. Los jóvenes somos muy baratos”, concluye Calle, “y la mayoría de las empresas tienen filas y filas de practicantes, chicos y chicas recién desempacados de las facultades de comunicación”. Consulté a una decena de periodistas veinteañeros en seis países y las respuestas fueron muy parecidas.

Ante la inestabilidad y angustia del freelance, muchos ven la obtención de un empleo fijo como un sueño realizado. Pero también ha desmejorado la situación de los periodistas “de planta”: según la Asociación de la Prensa de Madrid los sueldos han caído un 17 por ciento en el último lustro y más de la mitad de los empleados de un medio ganan menos de 27.000 dólares al año.

En toda Iberoamérica las plantillas de los principales medios se achican y los despidos están a la orden del día. En Argentina, un conglomerado tan potente como Editorial Atlántida acaba de despedir a 25 trabajadores. En el último año, el poderoso diario Clarín despidió a 180 trabajadores de la redacción y 270 de su planta de impresión. Y otros medios se han sumado a esta tendencia.

Así expresaba el clima general el periodista argentino Juan Pablo Csipka: “Yo me siento un sobreviviente. El llegar y que te digan: ‘No, a partir de mañana no vengas más’ como espada de Damocles. En estas condiciones es que se reclama mayor excelencia y calidad, recargando labores de treinta personas sobre las espaldas de diez”.

La periodista mexicana Cecilia González, corresponsal de la agencia Notimex en Buenos Aires, lleva la cuenta del desastre en su país de adopción: “El año pasado, según el Foro de Periodismo Argentino, perdieron su trabajo 1499 periodistas o trabajadores de medios de comunicación. Otras organizaciones gremiales elevan la cifra de despidos a entre 2500 y 4000”.

Sin embargo, en este panorama preocupante sigue existiendo un vivero de jóvenes entusiastas que quiere entrar en “el mejor oficio del mundo”, como decía Gabriel García Márquez. Ellos buscan referentes y modelos fuera de los medios tradicionales.

Un ejemplo son los periodistas jóvenes que fundan nuevos medios digitales, donde tratan de implementar un nuevo modelo de negocio con independencia, creatividad y vigor narrativo. En los últimos premios de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) fueron estos medios, como El Faro de El Salvador o La Silla Vacía de Colombia, los que se llevaron los principales galardones. Medios nuevos como estos atraen a un público cansado del periodismo tradicional y contratan a jóvenes ansiosos de vivir de lo que aman y contar sin cortapisas.

Recientemente, Ignacio Escolar (41 años), el director de uno de estos medios —eldiario.es de Madrid—, inauguró el año académico de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado de Chile. “La gran amenaza del periodismo ya no es cómo se investiga, se escribe o se publica, sino cómo se paga”, les dijo Escolar a un centenar de chicos de entre 18 y 20 años.

Escolar comenzó eldiario.es con 12 periodistas y el presupuesto de su primer año era menos que lo que costó la fiesta de lanzamiento del anterior medio que dirigió, un diario en papel. Hoy tiene más de 60 y cuatro cabeceras en las principales ciudades españolas.

¿Qué futuro le espera a los estudiantes que lo escuchaban? En sus preguntas se notaba el entusiasmo pero también la inquietud. Al presentarlo, Mónica Rincón, la periodista chilena de CNN comenzó citando a Eduardo Galeano: “Sueñan las pulgas con comprarse un perro…”.

En la sala abarrotada, los alumnos de periodismo sabían perfectamente a qué se refería.

 

(Publicado el 13 de mayo de 2017 en el New York Times en español)

Leer más
profile avatar
24 de mayo de 2017
Blogs de autor

Edad de Oro

He asistido a uno de los admirables cursos de la Fundación March. Esta vez, sobre la pintura paleolítica. En realidad, sobre la vida en las cavernas hace 40.000 años. No hay nada más actual, porque no tenemos ni idea de cuáles son nuestros orígenes, de manera que mal hemos de saber cuál será nuestro destino. La prehistoria comienza, para nosotros, a mediados del siglo XIX. La prehistoria es algo muy reciente. Antes los sabios creían que la edad de la Tierra era de 6.000 años. Desde entonces nuestro pasado ha crecido en millones de años. Nuestro futuro, en cambio, se ha esfumado.

Fue Picasso quien dijo: "Después de Altamira todo es decadencia". Se refería a la inexplicable delicadeza de las pinturas que se han conservado en cuevas como la cántabra o las francesas de Chauvet y Lascaux. La extremada elegancia y exactitud del trazo hiela la sangre. Las primeras imágenes de la humanidad son perfectas. Nadie sabe cómo fue posible, pero seguimos echando luz sobre el enigma del Paleolítico. De hecho, nada envejece más deprisa que la prehistoria. Lo que decía sobre Lascaux un talento como Georges Bataille hace 50 años sigue siendo inteligente y poético, pero apenas hay datos que no estén equivocados.

Los ponentes del curso, Alcolea, García-Diez, Baquedano, describieron minuciosamente el mundo de los cazadores cavernarios, hermanos de bisontes, ciervos, caballos, renos o mamuts, y a mí me pareció un mundo ejemplar, civilizado, profundo, respetuoso con lo viviente, en comunión con los animales a los que admiraban.

Su esperanza de vida era de 25 años. Así que, comparados con aquellas sociedades juveniles que mantuvieron una mesura vital milagrosa durante 40.000 años, nosotros somos unos salvajes.

 

Leer más
profile avatar
23 de mayo de 2017
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.