Skip to main content
Category

Blogs de autor

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

La caida del imperio masculino

El éxito de la serie Mad Men de HBO y el inminente estreno de Revolutionary Road de Sam Mendes -basada en la inolvidable novela de Richard Yates- parecen poner el foco en la misma cuestión: el trasfondo de profunda angustia existencial que, al menos según ambos relatos, habría existido por detrás de la ‘perfecta' vida del ciudadano americano promedio, beneficiado por el boom económico de la posguerra. Que esta angustia se cuente hoy, cuando el trasfondo es por completo otro -el de la crisis económica causada por el sistema de libérrimo mercado-, no deja de tener su gracia, en tanto nos recuerda que ni siquiera lo tenemos todo cuando en efecto lo tenemos todo.

Mad Men es una serie creada por Matthew Weiner (guionista, como todos los creadores de las mejores series de la TV). Hace algunos años, el guión del piloto de Mad Men le valió que David Chase lo contratase para escribir para The Sopranos. Tuvieron que pasar todos estos años para que alguien se animase a producir su proyecto; por fortuna, para ese entonces The Sopranos había llegado a su fin y Weiner pudo contar con algunos de los miembros de su viejo equipo de trabajo.

Centrada en el grupo de gente que trabaja para una ficticia agencia de publicidad al despuntar los años 60 (mad men, o sea hombres locos, es un juego de palabras con ad men, los hombres de los avisos: la distancia entre uno y otro apelativo es demasiado poca para resistirse a la tentación de dar el salto), lo primero que sacude al espectador es todo aquello que nos separa de aquel mundo, que por lo demás no está tan lejos. El hecho de que todo el mundo fuma, todo el tiempo y en todo lugar. (Lo mismo puede decirse, y en la misma medida, del acto de beber.) /upload/fotos/blogs_entradas/mad_men_3_med.jpgEl machismo rampante, al punto de lindar con la misoginia. (Las mujeres son felpudos -con todo lo que esto implica en relación al tema del polvo-, o esposas -lo cual significa tan sólo otra clase de felpudo.) El tratamiento de los niños como seres inferiores. (Uno de ellos -llamado Glen, si no recuerdo mal- es sin duda alguna el niño más triste que he visto jamás en la televisión.)

Ya la misma secuencia de títulos, que recuerda deliberadamente al arte de Saul Bass en la presentación de tantos films de Hitchcock, muestra a un hombre en caida libre -como de algún modo le ocurre a Don Draper (Jon Hamm), el director creativo de la agencia Sterling Cooper y protagonista de la serie. Estoy seguro de que Matthew Weiner habrá pensado en Draper como el modelo masculino exitoso de la época -atractivo, varonil, triunfador en el mundo-, para poder pintar de manera más dramática el ocaso que lo espera: tanto en lo que hace al manejo de sus afectos como respecto de un mundo al borde de un cambio profundo. (Visualmente el mundo de Draper coincide con el imaginario que tenemos de los 50, más Rat Pack que The Beatles: los 60 en los que tendemos a pensar no habían estallado aún.) Pero lo que sin dudas Weiner no podía prever, al menos conscientemente, era el otro ocaso, quizás el único que le faltaba al modelo tradicional del hombre occidental: el económico. Habiendo perdido la mayoría de sus justificaciones, el hombre blanco sólo conservaba la de su habilidad para producir dinero. Hoy en día ya ni siquiera puede vanagloriarse de eso.

Porque vive su ocaso. Lo cual, hasta donde yo puedo verlo, no deja de ser una maravillosa noticia. 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
2 de enero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Feliz año nuevo

Ya estamos en otro año, ¡Felicidades a todos! Ya estamos en ese año en que parece que las vamos a pasar más canutas que el anterior. Y, sin embargo, cuánta curiosidad, ¿cómo nos las apañaremos para salir adelante?, ¿aparecerá de pronto por ahí algún genio que nos revele algo importante de nuestra existencia? ¿se descubrirá alguna nueva vacuna? ¿sabremos por fin si hay vida en otros planetas? ¿se cumplirá alguno de mis deseos? ¿Cómo será el futuro?



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
2 de enero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El primer sol del 2009

http://www.youtube.com/watch?v=jAnwbs4NfQ8

Los hombres se suceden, las ideologías se vienen abajo, los líderes agonizan y los discursos se acortan, todo eso bajo el repetitivo ciclo de un sol que se pone y vuelve a salir. Cuando veo asomarse al Indio frente a mi balcón, compruebo qué pequeñez la nuestra, qué risibles pretensiones de trascendencia las de algunos. Aquí les dejo el primer sol del dos mil nueve, el dorado círculo de luz que nos sobrevivirá a todos. Les deseo un feliz año y que los rayos de este amanecer los calienten a todos.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
1 de enero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

As every year

De una parte, los augures. De la otra, los registradores. Todos se equivocan. Los primeros, por definición (la moda de este año es la confesión pública de los errores predictivos). Los segundos porque no pueden retenerse hasta el último momento: este año ya pasado de 2008 con la crisis financiera y la elección de Obama estará marcado por la catástrofe bélica de Gaza, con el agravante de que 2009 también lo estará y que lo que se discute es hasta dónde marcará a Obama esta sorpresa de la transición presidencial, el hecho inesperado que se produce mientras un presidente ya prácticamente se ha ido y el otro todavía no se ha instalado. El silencio de Obama es ahora ruidoso: si ya se ocupa de la economía, ¿por qué no debería ocuparse de Oriente Próximo? A fin de cuentas las cosas han ido tan mal también gracias a Bush, por lo que tendría perfecta justificación una reacción prematura del presidente electo. La conferencia de Anápolis, organizada más para Bush que por Bush, a la que no se quiso invitar a Hamas, ya se ha visto en qué ha terminado. Mejor no revisar los titulares de prensa que arrancó la Casa Blanca con motivo de aquella solemne e inútil conferencia.

Pero lo definitivo respecto a los balances es la perspectiva. ¿Por qué debemos tomar como referencia el momento arbitrario en que cambia la cifra del año? Como si la rotación de la tierra alrededor del sol se acompasara con el transcurrir de la vida de los habitantes del planeta. Esta referencia se sitúa en el mismo territorio esotérico en el que se fabrican las profecías, los augurios y los conjuros. No hay, por tanto, augurios ni resúmenes del año calificables para el conocimiento racional. Si queremos perspectiva debemos buscar un montículo mejor acreditado y un período quizás más largo. Chu En-lai aseguraba que nos falta perspectiva para juzgar la Revolución Francesa, ¿cómo podemos juzgar lo que acaba de suceder en un año y además empezar a adelantar los balances a mitad de diciembre?

¿Invalida todo esto los ritos de esta noche, esas ceremonias supersticiosas que se reproducen en todas las latitudes? Al contrario, augures y visionarios, cronistas del año y echadores de cartas se encuentran perfectamente cómodos en la plaza donde se amontonan todo tipo de caracteres y mentalidades, incluidas las más racionales, para celebrar con el rito anual algo más profundo y común a todos. Si unos celebran las conexiones con el más allá, todos se añaden a una fiesta que festeja y conjura la partida hacia el más allá: un año más estamos aquí, dispuestos a seguir gozando de la vida. Una persona tan seria y notable como Helmut Kohl, canciller de la República Federal de Alemania desde 1982 hasta 1998, ha dejado entre muchas otras cosas, una frase célebre, útil para estos días y probablemente para siempre: "Hay una vida antes de la muerte que todo cristiano, protestante o católico, tiene derecho a disfrutar".

Este blog pasó ya hace un año su primer rito calendario de fin de año. Lo hizo con el comentario y la recomendación de un extraño filme alemán hablado en inglés, 'Dinner for one'. La frase más célebre del corto, que puede verse en youtube y cuyo contenido ya expliqué entonces, se adapta como un guante a las necesidades rituales de estas fechas: the same procedure as every year. Mis mejores deseos para todos y mi propósito de repetir el rito, si la fortuna acompaña, dentro de un año. ¡Feliz 2009!



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
1 de enero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

En el año nuevo

Último post de un año intenso. Este blog continuará, pero no con el ritmo alucinado de este año. La novela que estoy escribiendo ha arrancado, por fin, y planeo dedicarle más tiempo de escritura el 2009. De todo corazón, mi agradecimiento a todos los lectores del blog, en especial a los que, con su participación continuada, lo han convertido en una verdadera comunidad. He aprendido mucho, de eso se trata.

Han comenzado las celebraciones en Australia. En San Cristobal de las Casas ya se escuchan los cohetes. Para este post, pensaba dejarlos con una canción relativa al año nuevo, algo de The Walkmen o Death Cab, pero, ya que estamos en México, me quedo con Kinky, un grupo de Monterrey cuyo CD, Barracuda, ha estado entre los mejores del año. La canción se titula "Hasta quemarnos".

Feliz año.

 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
31 de diciembre de 2008

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Obama y la Alianza de Civilizaciones

Con frecuencia surge la pregunta, sobre todo en coloquios abiertos al público. ¿Hay de verdad analogías de fondo entre Zapatero y Barack Obama? Hay algo de retintín en la cuestión, porque es evidente la fosa que separa a ambos personajes: la popularidad inmensa del presidente electo norteamericano, el culto que ha despertado su imagen entre los jóvenes, la fuerza de su oratoria y la envergadura del cambio que se propone nada tienen que ver con las dimensiones de nuestros políticos y de nuestro presidente. También son evidentes los puntos comunes, sobre todo generacionales y en problemas de los que se suelen llamar de sociedad. Ante la igualdad de derechos, entre sexos, opciones sexuales, razas y religiones, por ejemplo. Quizás también ante las cuestiones relacionadas con la investigación genética, interrupción del embarazo, derecho a la muerte digna. Todo esto está muy bien, al menos para mi gusto. Entiendo que preocupe a otros, por ejemplo a esa derecha católica que manda en Roma y desanda el camino admirable del Concilio Vaticano II. Pero de lo que quiero escribir hoy, para discrepar de Obama y de Zapatero, es de uno de los más evidentes puntos que tienen en común, nada menos que en política internacional y en el que, para colmo, ambos no están precisamente muy bien aconsejados. Veamos.

Se trata de la Alianza de Civilizaciones, un invento de Zapatero que Obama, por desgracia, parece haber tomado como pauta para su política en relación al Islam. El presidente electo ha planteado la celebración de una conferencia de líderes musulmanes en su primer año de presidencia, ha señalado que le gustaría pronunciar un discurso desde una capital islámica dentro de sus primeros cien días y ha asegurado que "quiere aclarar muy pronto que Estados unidos no está en guerra con el Islam".

Si se toma como referencia lo que hizo su predecesor, hay toda una interesante rectificación en estos propósitos del nuevo presidente. Los días posteriores a los atentados del 11 S fueron de fiebre anti árabe y anti islámica en Estados Unidos. Ciudadanos norteamericanos e inmigrantes de origen árabe fueron detenidos sin juicio, agredidos en la calle o increpados. La retórica desplegada por muchos políticos conservadores, dentro y fuera de Estados Unidos, en España sin ir más lejos, se impregnó de fuertes componentes islamofóbicos. Recordemos los panfletos de la malograda Oriana Fallaci. No hay duda de que en algún momento se quiso identificar la Guerra Global contra el Terror como una nueva contienda bipolar entre Occidente y un Islam político que tendría al terrorismo como brazo militar.

/upload/fotos/blogs_entradas/obama181_med.jpgLa aclaración de Obama podría parecer de lo más sensato y pertinente, aunque yo preferiría que antes declarase que Estados Unidos no está exactamente en guerra con nadie porque no hay una guerra global contra el terror que sea de verdad una guerra: combatir el terrorismo no quiere decir estar en guerra. Sin embargo, hay una premisa errónea en todo su planteamiento, y en el de la Alianza de Civilizaciones de Zapatero, que han refutado dos excelentes especialistas en estas cuestiones, como son Oliver Roy y Justin Vaise en un artículo publicado en The New York Times, que se puede condensar como sigue: "La idea de reconciliar Islam y Occidente es bien intencionada, por supuesto, pero parte de una premisa falsa", puesto que "quienes quieren promover el diálogo y la paz entre ‘civilizaciones' o ‘culturas' conceden como mínimo una cuestión crucial a quienes como Osama bin Laden promueven el enfrentamiento o clash de civilizaciones: que las civilizaciones separadas existen".

Bush dio vida política a Bin Laden reconociéndolo como capitán general de las fuerzas del mal que había que derrotar, agrupadas todas, por variadas y diversas que fueran en orígenes y propósitos, indistintamente bajo su mando. Si prosperan las ideas de Obama y Zapatero se seguirá dando vida al islamismo político radical que sin ser directamente terrorista se escuda detrás suyo para hacer avanzar su antioccidentalismo. Islam y Occidente no son entidades distintas y diferenciables, aseguran Roy y Vaise. Convertir el Islam en un todo monolítico y dar luego representación de este todo ya sea a los líderes políticos de los países islámicos ya sea a los ulemas o ayatolás es un error conceptual tan profundo como el de Bush.

Según Roy y Vaise lo primero que debe hacer el presidente norteamericano respecto a las relaciones con la opinión pública de los países árabes y musulmanes es cerrar Guantánamo, retirarse de Irak, prohibir la tortura, impulsar la paz en oriente Próximo. Zapatero debería, a su vez, estar con quienes promueven una auténtica investigación parlamentaria sobre las complicidades europeas con las políticas antiterroristas de Bush en todos los ámbitos: Guantánamo, colaboración entre agencias de espionaje, vuelos secretos de la CIA, cárceles secretas en territorio europeo. Muy limitado interés tiene todo el resto, sean Alianzas de Civilizaciones o sean las bóvedas marinas, por magníficas que sean, que las celebran en las salas de Naciones Unidas en Ginebra.

(Escribí y dejé preparado este texto la pasada semana, antes de que muriera Samuel Huntington, el politólogo de Harvard que acuñó el término antitético y original del Clash o Enfrentamiento de Civilizaciones. Sin su elaboración teórica y su libro de éxito inmenso no hubieran surgido estas iniciativas. Este 2008 ha sido bueno para el Clash de Civilizaciones: Gaza es la última y más trágica jugada, pero antes fue Bombay, la resurgencia talibán en Afganistán, la guerra todavía abierta en Irak y sobre todo la tensión creciente entre India y Paquistán, que proporcionan sólidos argumentos respecto a la validez de estas ideas. La elección de Obama también confirma que hay gente dispuesta demostrar su falsedad. Pero deberán actuar con acierto y reaccionar pronto, en vez de seguir el surco que deja la nostalgia del hombre blanco, que no otra cosa son estas teorías supremacistas, en las que resplandecen como tablas de honor las jerarquías de religiones, lenguas, culturas y creencias. Ojalá 2009 sea malo para las ideas del desaparecido Huntington. Aunque tenga serias dudas, hoy es día de expresar buenos deseos para todos. ¡Feliz Año Nuevo!)



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
31 de diciembre de 2008
Blogs de autor

Reprobando se aprende

La escuela está algo lejos de la casa. Francamente, dan ganas de no ir, pero basta con recordar la sensación triunfante de la noche anterior para recuperar el espíritu y lanzarse hacia allá con el ánimo fresco y la mejor disposición a mirarse humillado cada que es menester. Hace unos cuantos años, me pasaba lo mismo con el tae-kwon-do. Me sentía agotado desde los mismos ejercicios de calentamiento, luego me equivocaba con las formas -katas, que les llaman los karatecas- y al final me bastaba con que no me noquearan a patadas. Salía con las piernas temblonas del cansancio y la respiración aún entrecortada, celebrando los golpes repartidos y olvidando de a pocos los encajados. Pero ahora es distinto. Cada vez que dejamos la escuela de baile, hay una ligereza que nos acompaña a lo largo de las tres cuadras que recorremos para volver al estacionamiento. Llamémosla conciencia chévere. Quien la tiene sospecha que se tiene a sí mismo.

Si tras una sesión de tae-kwon-do me sentía capaz de estamparle la suela en la jeta al primero que me contradijera -con el riesgo latente de que ocurriera exactamente lo contrario- una hora intensiva de clases de cumbia no hace sino afirmarlo a uno en la certeza de que pasan las tardes y todavía no aprende a abrillantar el piso. El cerebro se embota, las piernas se embarullan, las manos se entorpecen, miras hacia el espejo que abarca el muro entero y te enteras de que eres un pelmazo, pero igual te empeñaste en demostrarte lo opuesto y una vez más empiezas. Uno-dos-tres, cuatro-cinco-seis. Los laterales ya están saliendo, las vueltas de repente se atoran, pero a la hora de intentar la culebra todo se viene abajo. Ya lo dice mi madre: Pobres hombres, nunca pueden pensar en dos cosas o más al mismo tiempo.

La idea no era cumbia, sino salsa, pero al llegar ahí nos bajaron los humos de un tirón. Primero lo primero, explicó la maestra, y hube de resignarme a seguir aquel ritmo que de niño me parecía detestable, comenzando por esas portadas calentonas que señalaban como libidinoso a su dueño y atentaban contra el pudor romántico infantil. ¿O es que siquiera habría tolerado el sonrojo mayor de reconocer que contra mis pequeñas convicciones me sabía de memoria la letra de La pollera colorá? Y ahí está la cuestión, nada parece haber más tentador que la idea de hacer justamente lo que uno dijo que jamás haría. Desafiarse, contradecirse, rebasarse, dar el salto, volverse y encarar lo hasta entonces extraño. ¿Por qué? ¿Por qué no, pues?

Al paso de los años escolares, recuerdo haber perdido lentamente el pavor al error. Cuando menos pensé, reprobaba materias con una indolencia que no tardó en tornarse alegría. Afortunadamente, en la escuela de baile no hay boleta de calificaciones, pero de sólo ver lo que hace uno de los maestros con mi princesa -que hasta hace una semana sólo sabía sambar- me miro reprobado una vez más. Vuelvo entonces la vista hacia aquel nuevo alumno que trastabilla como un oso beodo y se mira agobiado los pies desobedientes. Ese era yo, me digo, hinchado de esa satisfacción mezquina que suele dar cobijo a las medianías, y regreso a la pista con la desfachatez de quien ha decidido una vez más desafiar al ridículo, hasta quebrarlo.

Que otros pierdan el tiempo trazándose propósitos edificantes para el año que viene, yo me conformo con quitarme de encima esta suerte de dislexia rítmica y alcanzar el olvido de sí mismo que libera al que baila de la necesidad absurda de pensar. El olvido: qué asunto tan chévere.

Leer más
profile avatar
31 de diciembre de 2008

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Champán y confetti en Wall Street

La escenografía es importante: no hace tanto que la Nochevieja se celebraba con champán y confeti en la Bolsa de Nueva York y que las limusinas se agolpaban ante la sede de los bancos de éxito más fulgurantes, como el ahora sombríamente recordado Lehman Brothers. Los nervios y las malas caras irrumpieron de repente en medio del verano y esto constituyó una sorpresa mayúscula, por más que los augurios eran francamente negativos desde hacía tiempo. En todo drama el calculado camuflaje del argumento es imprescindible y, en el actual, hay que reconocer que los artífices del desastre consiguieron desconectar al público durante años con la opacidad de sus rapiñas.

¿Acaso hemos olvidado en qué consistía la salud de nuestra sociedad a lo largo de estos últimos años? Bastaría con repasar en la hemeroteca los periódicos que informaban sobre los índices de nuestro bienestar en días no demasiado lejanos. ¿No eran, por ejemplo, el imparable aumento del precio de la vivienda o las ganancias surreales de las bancas signos de nuestra salud económica colectiva? ¿No creíamos, o se nos hacía creer, que la noria del mercado, girando a velocidades de vértigo, nos transportaba al paraíso o, al menos, nos hacía más llevadero el purgatorio? Ahora los especuladores son declarados villanos y sin embargo hemos estado adorando a los especuladores. En estos años ha habido momentos en que parecía que la Bolsa usurpaba el alma de todos, con los medios de comunicación excitando a los creyentes: "ansiedad del parquet", "euforia del mercado" y todas esas expresiones que tanto educan a las nuevas generaciones de incautos.

La tormenta, que se había ido gestando en el transcurso de la primavera, estalló en pleno verano. Súbitamente la escenografía cambió y se hicieron con el protagonismo estos personajes inquietantes y melodramáticos que ocupan las fotos a menudo. Me refiero a estos tipos implicados sobre el terreno en las operaciones bursátiles y que, a juzgar por sus gestos, se hallan en una suerte de perpetuo frenesí. Sufren, gozan, sienten terror, saltan de alegría mientras la sangre fluye por sus arterias sometida a la presión de las cifras. Es difícil en nuestro mundo encontrar rostros sometidos a tal contracción de las emociones: una exótica mezcla de avidez, codicia y desamparo.

Algunos pintores, como Edvard Munch y Francis Bacon, defendieron que los casinos eran las mayores escuelas para estudiar la quintaesencia de las reacciones emocionales. Me gustaría saber qué hubieran opinado de estos otros casinos, inmensamente mayores, en los que en el black-jack se hunden y se reflotan empresas y en los que en la ruleta las apuestas abarcan el entero planeta. Claro que estos sobreexcitados y vistosos personajes no son si no las huestes dirigidas por otros personajes que permanecen más ocultos. Alguno de estos últimos, debido a las circunstancias y a las indemnizaciones millonarias que han cobrado, ahora han sido obligados a subir a la escena. El más shakespeariano de todos ellos, una combinación de Macbeth y de Mercader de Venecia, es Richard S. Fuld, al que creo que llamaban Rey de Wall Street o algo por el estilo, presidente ejecutivo de Lehman Brothers, causante directo de 8.000 despidos y de la pérdida de 14.000 millones de dólares y cuyo salario en 2007 fue de 53 millones, también de dólares. Quizá sin la mirada teatralmente maligna de Fuld -¿o es sólo una mirada circunspecta?- hay un centenar de individuos semejantes por Manhattan y los alrededores. Lejos de Manhattan deben de ser unos miles más.

Con el otoño la escenografía ha variado. Los políticos se han hecho dueños de la escena, como acostumbran, y se han pertrechado detrás de una extraña palabra: rescate. Es maravillosa la capacidad de los políticos para afrontar los conflictos con extrañas palabras. Aún me acuerdo de la Conferencia de Donantes convocada tras destruir Irak y en la que nadie sabía a ciencia cierta qué era lo que se daba ni a quién ni con qué objetivo. Con todo, tras pasarme la vida escuchando las peregrinas invenciones lingüísticas de los políticos, debo reconocer que la más rara es ésta del rescate. Cuando al principio la soltaron por aquí, traducción de lo que Bush anunciaba en Estados Unidos, pensé que hasta el momento el rescate era algo dedicado a los rehenes y sobre todo a los náufragos, y la primera imagen que se me vino a la cabeza fue La balsa de la Medusa de Géricault, con todos aquellos supervivientes arremolinándose en busca de la salvación.

Y tal vez esta primera impresión no era tan inexacta puesto que a medida que avanzaba el otoño más ambiciosos eran los significados que se atribuían a la extraña palabra: hemos pasado de ir al rescate de unos bancos envenenados por fondos tóxicos a tratar de rescatar el entero sistema financiero y, últimamente, se habla ya sin recato que de lo que debería ser rescatado es el entero capitalismo. Somos llamados, por tanto, a participar en una cruzada cuyo fin, sin embargo, no es liberar a una princesa secuestrada por algún malvado o recuperar a náufragos perdidos en aguas procelosas sino rescatar al capitalismo, el cual, por así decirlo, y puestos a personalizar, se ha extrañado, el pobre.

¿Y quién lo ha hecho extraviar? ¿El perverso Fuld e individuos de su calaña? Es una solución: los banqueros temerarios y demás especuladores. Pero ¿no eran todos ellos hasta hace poco héroes? ¿Por qué los banqueros buenos, que han ganado cantidades casi tenebrosas en estos años, no han denunciado a los banqueros malos, que les ayudaban a ganarlas? Otra solución: ha sido cosa de los banqueros. Pero ¿si todos los banqueros estaban conchabados para deteriorar el sistema financiero por qué no lo denunciaban los ministros de Economía o los presidentes de Gobierno? Y si también éstos eran cómplices, ¿por qué los medios de comunicación callaban y sacaban titulares sobre nuestra salud nutriéndose de las mismas estadísticas que alimentaban a los especuladores? Como en toda buena tragicomedia no pueden faltar los bufones podemos preguntarnos, asimismo, ¿por qué los grandes expertos económicos, los cantores de la bondad suprema del mercado, no bramaron ante la evidencia de las trampas que acabarían rompiendo su juguete favorito?

Ahora nos llaman fervorosamente al rescate. Empezaron los americanos y luego, mal avenidos, los dirigentes europeos. Zapatero se hizo acompañar por los banqueros más poderosos para anunciar la cruzada. Suena la fanfarria salvadora. Y no obstante, la mayoría de nosotros no sabemos muy bien lo que tenemos que salvar y además sospechamos que se perpetrará a nuestra costa el mayor atraco concebible.

No sé si en la próxima Nochevieja de Wall Street habrá champán y confeti. Igual sí, no crean. Igual se celebra ya el pecio del rescate.

 

El País, 02/11/2008



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
31 de diciembre de 2008

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El otro Pablo

  Pablo Milanés y yo compartimos una tarde inolvidable en la Tribuna Antiimperialista. Él estaba en el escenario, cantando su amplio repertorio, mientras yo enarbolaba un cartel con el nombre de Gorki. Su concierto duró casi tres horas, pero la tela que levantamos algunos impertinentes tardó sólo segundos en ser destrozada. A pesar de estar tan cerca del cantautor de Yolanda, aquel 28 de agosto pensé que miles de kilómetros separaban mi inconformidad de su tendencia apologética. Me equivoqué. He leído la entrevista dada por Pablo al periódico El Público y cualquiera de sus respuestas le acarrearía una golpiza si la expusiera en una céntrica plaza de La Habana. Sus criterios se parecen a los que me llevaron a abrir este blog e incluso algunas de sus frases bien podría firmarlas como propias. Cuando dice ?estamos paralizados en todos los sentidos, hacemos planes para un futuro que nunca acaba de llegar?, me toca más de cerca que con todas sus canciones juntas. Ese porvenir del que habla, nos fue pintado lleno de luces y con un fondo musical que incluía su voz entonando ?Cuba va?. En aras de alcanzar tamaño espejismo todo sacrificio pareció pequeño, incluso el de callarnos nuestras diferencias, el de ahogar todo vestigio de crítica. Los colores se le corrieron al avejentado rostro de la utopía y la sinfonía de la victoria se trastocó en un reggaetón de la sobrevivencia. Las canciones de Pablo Milanés pasaron a ser como himnos de viejos tiempos donde éramos más cándidos, más crédulos. ?Mucha gente tiene miedo a hablar? nos dice ahora y con un temblor que me recorre las rodillas confirmo que sí, que el costo de la opinión es demasiado alto todavía. Fuera de los acordes y de las tensadas cuerdas de su guitarra ha modulado ayer su mejor tonada, esa que lleva la inconformidad y el dedo del ciudadano apuntando al poder. Es la misma música que tarareamos millones de cubanos, pero que él tiene la capacidad de modular con esa cálida voz que una vez nos hizo creer en todo lo contrario.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
31 de diciembre de 2008

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Israel

No es el mejor augurio que el futuro presidente de Estados Unidos repita una y otra vez, sin que le tiemble la voz, que mantendrá con Israel la ?relación especial? que une los dos países, en particular el apoyo incondicional que la Casa Blanca dispensa a la política represiva (represiva es decir poco) con que los gobernantes (¿y porqué no también los gobernados?) israelíes han venido martirizando por todos los modos y medios al pueblo palestino. Se a Barack Obama no le repugna tomar su té con verdugos y criminales de guerra, buen provecho le haga, pero que no cuente con la aprobación de la gente honesta. Otros presidentes colegas suyos lo hicieron antes sin necesitar otra justificación que la tal ?relación especial? con la que se da cobertura a cuantas ignominias fueron tramadas por los dos países contra los derechos nacionales de los palestinos. A lo largo de la campaña electoral Barack Obama, ya fuera por vivencia personal o por estrategia política, supo dar de sí mismo la imagen de un padre dedicado. Eso me permite sugerirle que le cuente esta noche una historia a sus hijas antes de que se duerman, la historia de un barco que transportaba cuatro toneladas de medicamentos para socorrer a la población de Gaza en la terrible situación sanitaria en que se encuentra, y que ese barco, Dignidade era su nombre, ha sido destruído por un ataque de fuerzas navales israeliés con el pretexto de que no tenía autorización para atracar en sus costas (creía yo, ignorante redomado, que las costas de Gaza eran palestinas?) Y que no se sorprenda si una de las hijas, o las dos a coro, le dicen: ?No te canses, papá, ya sabemos qué es una relación especial, se llama complicidad en el crimen?.

Los cadáveres de cinco hermanas palestinas de 4 a 17 años muertas en el bombardeo nocturno israelí a una mezquita del campo de refugiados de Yabalia yacen en la morgue de un hospital Agencia France Press - Publicada en El País - 2008-12-27 El Roto Publicada en El País - 30 - 12- 2008       



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
31 de diciembre de 2008
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.