Skip to main content
Category

Blogs de autor

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Un taxi en Cuba

Taxi en Cuba. Fuente: Letras Libres He recibido en mi email varios correos acerca de las largas, y absolutamente previsibles, reacciones de los escritores cubanos en Cuba (como diría Vallejo "perdonen la tristeza") a raíz de la participación de un grupo de avanzada (Halfon, Enrigue y yo) en La Habana, financiado por el Hay Festival y teniendo como anfitriones a Senel Paz y Wendy Guerra (y con el marco fotográfico de Mordzinski). Como dije, todo muy previsible. Pronto daré mi propia versión sobre el tema. Por lo pronto, les dejo con este extraordinario artículo que publicó en enero el autor de Livadia, José Manuel Prieto, en el último número de Letras Libres (dedicado a Cuba, por cierto) que tiene un artículo también del gran Antonio José Ponte y Ernesto Hernández Busto (un trío bastante peliagudo si se han enterado algo leyendo La fiesta vigilada). Les dejo la parte titulada "¿Quién soy yo y por qué voy viajando en ese taxi?" ¿Quién soy yo y por qué voy viajando en ese taxi? Soy, podría decirlo de esta forma y levantar más de una ceja, el más genuino fruto de la Revolución cubana, su más genuino hijo, alguien que de no haberse dado esta, el acontecimiento que explico o intento explicar en este libro, jamás habría venido al mundo (mis padres consideraron posible tener otros dos niños, mi hermana y yo, en la holgura de los primeros años en que todo debe haberles parecido fácil).Un niño modelo que creció en una guerra privada y no menos dolorosa que la que atravesaba el país, resistiéndome a Czerny, a las escalas cromáticas y los estudios para cuatro manos de Béla Bartók, las largas sesiones de piano que debí aprender porque mi madre había querido estudiarlo. Un niño revolucionario enfrascado y poniendo en práctica el sueño pequeñoburgués de una infancia con piano y lecciones de esgrima. Fui luego, cuando crecí y quedó claro que jamás sería concertista, a la mejor escuela del país, a la Eton cubana (para que se me entienda en Inglaterra). Una institución con el simpático y muy evocador nombre de Vladimir Ilich Lenin, líder de la Revolución Mundial. Donde, en el ambiente de seriedad y excelencia académica ?absolutamente cierto, dicho esto sin ironía?, me decidí en el último año de estudios a convertirme en ingeniero en computación, para lo que debí, de la manera más inverosímil y en un viaje que terminó por cambiar totalmente mi vida, yéndome a Rusia. Un largo viaje en barco que, cada vez que pienso en él y lo rememoro, se me antoja más fantástico e imposible: veintiún días del Caribe al Mar Negro, una larga semana en tren luego, a lo más profundo del territorio soviético, una ciudad en su lejana retaguardia, a dos mil (¡) kilómetros de la ya muy lejana Moscú.Mi asombro ante la coloración muy roja de las hojas la tarde que llegué a esa ciudad a fines del verano y donde viviría cinco inviernos (cinco duros inviernos) y donde, de manera insospechable para un hijo del Trópico, aprendí a calcular con facilidad a cuántos grados bajo cero por la escarcha en la ventana. Quise irme el primer año, pensé muchas veces en hacerlo y no me arrepiento de haberme quedado, terminado mis estudios y dejado entrar en mí la vida de todo un país del que el mío era meramente un aliado político, un frío (nunca mejor dicho) aliado político, un país que llegué a amar profundamente, cuya literatura llegué a conocer tan bien y a querer tan bien como la literatura de mi propio país.Menciono esto, o debería explicarle al taxista porque viene a cuento: la vida improbable, el mundo absolutamente nuevo (y exótico) en el que la Revolución cubana colocó a todo el país (y a mí con él). Gústenos o no.Un fruto imposible de la Revolución cubana, lo improbable de un destino del que no sólo no reniego sino que considero una gran suerte: aquella remota ciudad, los duros inviernos, la más profunda y radical experiencia.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Volver a la novela social

Me han llegado las ediciones críticas que Castalia hace de Los Bravos de Jesús Fernández Santos. Una excelente colección de clásicos y en este caso contemporáneo. Hace más de veinte años murió este escritor que leímos de adolescentes y que ahora nos hace regresar a aquellas lecturas. Hay que elegir muy bien las relecturas, ¡queda tanto por leer!, es decir tan bien como las lecturas. Ante tantas novedades, muchas veces muy seductoras, volver a una lectura del pasado es cómo volver a una región conocida aunque bastante olvidada.

Debía tener catorce o quince años cuando leí Los Bravos, nunca olvidé el clima de la novela aunque el argumento se me fuera borrando con el tiempo. Pero aquél ambiente cerrado, desconfiado, sometido de los habitantes de un pueblo perdido en años de posguerra. Un pueblo de montaña al que llegan dos forasteros que todo lo trastocan, el médico y un viajante que no era lo que parecía. Algo de aquél realismo, de aquél ambiente de vida cerrada, de vida difícil, de mundo aislado se quedó en mi memoria lectora. Han pasado cuarenta años, han pasado muchos libros, muchos olvidos, pero vuelvo a éste libro del realismo en español. Un mundo que tuvo otros escritores a los que seguimos, alguno vivo y tan diferente en sus temas y su estilo, como Sánchez Ferlosio. Otros nunca olvidados como Juan Benet. Y dos tan vivos y necesarios como Juan Marsé o Juan Goytisolo. Hay muchos más nombres, Aldecoa, Ferres, García Hortelano, Caballero Bonald, Luis Goytisolo, Sueiro, Matute, Martín Gaite y otros cuantos narradores que nos contaron el pasado desde la escritura de los niños de la guerra. De aquellos que conocieron la barbarie de una época y lo peor de lo que vino después. Eso por hablar sólo de los narradores, aunque Caballero Bonald haya mantenido su doble vida, triple, de poeta y memorialista. Fueron las lecturas de nuestra juventud. Una lectura que nos llevó a los americanos, Faulkner, Hemingway, Capote, Dos Passos.

Escritores españoles que también nos llevaron a los italianos, a los franceses a otros que nos llegaron sin haber leído el Ulises y sin haber leído a Kafka. Después de ellos, de Joyce y Kafka, todo fue diferente. El realismo fue relegado. Volvimos a él por el realismo sucio, por la novela negra. Hasta que regresamos a Faulkner, a él nunca se le deja.

Hoy, volviendo a Los Bravos, he vuelto a las primeras lecturas "serias". Hoy creo que no hay que ser tan serio. Ni tan frívolo. 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Becaria humillada

Muy bonita la broma que ha circulado por Internet en que el Gran Wyoming le echa una bronca a una becaria por interrumpir un momento del ensayo de su programa, que emite la Sexta. Por lo visto se han conseguido varios objetivos: el vídeo ha tenido un gran éxito en YouTube, el programa anoche alcanzó más audiencia de la acostumbrada ante la curiosidad de cómo el Gran Wyoming saldría del embrollo. Y tercera, y al parecer más importante, poner en evidencia a Intereconomía con quien anda a la greña.

            Se me ocurre un cuarto objetivo que también podría haber servido como justificación, denunciar el abuso de poder que corroe a la jerarquía y organización de nuestra sociedad y que va de los más alto a lo más bajo porque siempre puede existir uno más débil a quien machacar, sólo hay que tener ganas. Que levante la mano quien alguna vez no se haya sentido como una "becaria humillada".

            Un dato a tener en cuenta es que para contar esta delicada historia se haya elegido a una becaria y no a un becario (también los hay). Desde el luego, el efecto no habría sido el mismo y no habría conmovido tanto los corazones, quizá porque el becario es menos susceptible de ser vejado, ¿por qué será?, me pregunto.

            Por otro lado, y sin pretender restar mérito al vídeo, cualquiera que haya asistido a una bronca en condiciones, ésta le tiene que parecer descafeinada y blanda, porque cuando la crueldad humana se desata le pasa como al llanto de Federer, que es incontenible. Aunque lo cierto es que las broncas tipo la simulada por el Gran Wyoming, llena de gritos, hostias y cojones, es la versión más primitiva del abuso de poder. El más común no se puede grabar en vídeo, es más sibilino, consiste en cerrarle el paso a alguien en su carrera, en orillarle, en intentar hacerle desaparecer.

            La pregunta es ¿qué puede hacer una becaria ante las maniobras o broncas de un o una déspota?. Pues lo más sencillo es mandarle a la mierda. Porque cuando una puerta se cierra, otra se abre.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Cumbres de desconfianza

Davos, como París, no termina nunca. Un día contaré mis visitas al Museo Ernst Ludwig Kirchner, el expresionista alemán cuya última etapa pictórica (de menor calidad, todo hay que decirlo) se identifica con la estación suiza. Otro quizás podría regresar a ‘La Montaña Mágica', a los debates entre Naphta y Settembrini por la Promenade entre el Belvedere y el Casino, la calle ahora abarrotada donde hace exactamente cien años, entre 1908 y 1914, transcurre la acción de esta novela absolutamente fundamental para entender el siglo XX. Otro más, al debate filosófico más famoso de la época de entreguerras, el que sostuvieron el neokantiano Ernst Cassirer y el existencialista Martin Heidegger, en la primavera de 1929, hace 80 años, poco antes de la toma del poder por el nazismo. Hay un hilo secreto que conecta todos estos debates, incluyendo los actuales, en este remoto valle alpino donde el aire es purísimo y se puede conseguir, cuando no quedan turistas ni congresistas, una especial sensación de desconexión del mundo real. Quizás algún día me ocuparé de todo ello.

De momento, quiero tirar de otro hilo que también hace inacabable la historia de Davos: sus debates, los documentos que se elaboran y presentan, y el conjunto de las actividades que rodean al Foro Económico Mundial darían para mantener un blog permanentemente abierto. No lo haré, por supuesto, porque ni me corresponde ni voy a dedicar en exclusiva mi actividad a una institución ajena. Pero sí sacaré todavía algún partido más de algunos papeles y datos de este Davos 2009 tan polémico y sombrío, pero a la vez creativo y sugerente. En concreto de la presentación de un barómetro sobre la confianza en las empresas y los gobiernos presentado bajo los auspicios del Financial Times por la agencia de relaciones públicas Edelman. Veamos.

Edelman viene realizando este barómetro desde hace diez años y lo hace a partir de una encuesta en la que se entrevista durante media hora a casi 4.500 personas con estudios universitarios, rentas altas y consumidores de medios de los países más significativos. Del texto de presentación del estudio se desprende una fuerte caída de confianza en las empresas, los medios y los gobiernos. Esta caída es más fuerte todavía en Estados Unidos, donde la confianza en los negocios ha bajado en un año del 58 por ciento al 38, empezando por la banca (baja del 69 al 36 por ciento) y el automóvil (del 60 al 33 por ciento). En los tres principales países europeos industrializados (Alemania, Reino Unido y Francia), la confianza en los negocios se mantiene para el 36 por ciento de los encuestados, en contraste con China (donde ha subido del 54 al 71 por ciento) o en Brasil (del 61 al 69 por ciento).

Pero ahora viene el capítulo que merece mayor atención para mi gusto. Muchas veces los periodistas nos hacemos eco de la necesidad proclamada por unos y otros de recuperar la confianza para salir de la crisis, pero no nos damos cuenta de dos cosas: que los medios también atraviesan una crisis, en algunos casos tan profunda que algunos la consideran mortal; y que esta crisis también es una crisis de confianza. La caída de la confianza en los semanarios económicos es del 57 al 44 por ciento y en los informes y análisis de bolsa del 56 al 47 por ciento. La confianza en la cobertura de noticias por televisión ha caído del 49 al 36 por ciento y en los periódicos, atención, del 47 al 34 por ciento. Fíjense que sólo la industria del automóvil suscita menos confianza que los diarios.

Pero no nos angustiemos: siempre hay alguien peor. En Estados Unidos sólo un 17 por ciento confía en la información que tiene como fuente al propio CEO de la compañía, mientras que, por el contrario, si se trata de un académico o un experto quien proporciona información al público, entonces hasta un 59 por ciento manifiestan que confían en ella. Recuperar la confianza ha sido la vasta tarea que se han impuesto unos y otros en Davos. Los periodistas deberíamos añadirnos también a esta manifestación de piadosos deseos. Pero a la vez deberíamos empezar por indagar y saber primero el por qué nos sucede esto y luego ver cómo se hace y hacerlo. Se admiten sugerencias.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de febrero de 2009
Blogs de autor

José Luis Ortega Mata

El 24 de marzo de 2001 se dirigía a recoger a un colega al aeropuerto, cuando lo secuestraron. Doce horas después la policía lo encontró a bordo de su automóvil con cuatro balas en la cabeza. Era director del Diario Ojinaga de Matamoros, Tamaulipas, donde publicaba reportajes de denuncia sobre los nexos de la política y el narcotráfico. En el momento de su asesinato había anunciado la publicación de una investigación sobre financiación de campañas políticas por importantes capos del tráfico de drogas. La policía encarceló el 29 de abril a Jesús Manuel Herrera Olivas como autor del crimen, pero lo liberó el 19 de julio por "falta de pruebas", ya que se descubrió que el principal testigo del detenido, Arturo Molina Aguirre estaba en la cárcel el día del asesinato. El crimen nunca fue resuelto.

Leer más
profile avatar
3 de febrero de 2009
Blogs de autor

Verdad de otro orden

Esa cosa tremenda e inasible a la que alude el enamorado cuando (tras escuchar la frase que, por un momento, convierte en menudencias las demás preocupaciones de la vida) añade trémulo: ¿de verdad? Esa certeza que experimentamos de que aquel que está dando su saliva como bálsamo para el muñón infectado del primer desconocido, aunque no tenga segundas intenciones conscientes,  no está de verdad dando muestra de amor por los hombres. El sentimiento de que algo chirría cuando en la escucha  de un poemario que nos era hasta entonces perfectamente desconocido, el involuntario deslizamiento de un significante o la simple necesidad de paliar un olvido convierte en Qu'il disperse le son dans une terre aride (que disperse el sonido en una tierra árida) en lo que después se supo ser Qu'il disperse le son dans une pluie aride (que disperse el sonido en una lluvia árida)...

La verdad  a la que se refiere la  frase del enamorado, como la verdad  que subyace a los evocados sentimientos de falacia o chirrido, tiene en común con la verdad de lógicos y científicos el carácter de constituir un criterio, criterio en el segundo caso para nuestra ansia de conocimiento -a poder ser apodíctico-, pero criterio en el primer caso en nuestra exigencia de veracidad. Seguiré ahondando en esta distinción.

Leer más
profile avatar
3 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Del poder de los libros

Hubo un tiempo en que los libros eran un artículo suntuario, la clase de objetos a que sólo accedían los ricos o los expertos -subvencionados, en categoría de tales, por los poderes terrenales o por la Santa Iglesia. Después se extendió -por fortuna- la idea de que los libros, como vehículo privilegiado de la educación, debían llegar a todos. Y así, por consejo de algunos iluminados, por la labor de muchos maestros y por la prepotencia de la producción en masa, sobrevino una época en que los libros se volvieron moneda corriente -y el común de la gente se volvió (¡literalmente!) letrada. ¿Será demasiada presunción atribuir la era de la modernidad, que más allá de las guerras supuso un salto hacia delante en materia de conquistas sociales, a la iluminación que generaron tantos libros en tantas manos?

Hoy en día el libro ha vuelto a ser un artículo suntuario. La producción en masa sigue abaratando sus costos -comparativamente hablando, una novela de Sidney Sheldon debe costarle a su comprador menos de lo que costaba un códice en la Edad Media-, pero en relación a lo que es esencial de manera inevitable (la comida, el techo, la salud), los libros son hoy más caros de lo que eran, por ejemplo, en la década del 60. ¿Será demasiada presunción atribuir esta era de oscuridad, que a caballo de las guerras interminables y del cuento de la inseguridad privilegia las armas a las letras, a la inanición de las almas que deriva de la escasez de libros?

         Esto viene a cuento de algo muy bonito que me refirió Julia Saltzmann. Pero eso se los digo mañana.

 

(Continuará.)      



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Davos

He leído qua la reunión de Davos este año no ha sido precisamente un éxito. Ha faltado mucha gente, la sombra de la crisis heló sin piedad las sonrisas, los debates no tuvieron interés real, tal vez porque nadie sabía bien qué decir, temiendo que los hechos concretos del día siguiente pusieran en ridículo los análisis y las propuestas con tanto esfuerzo engendradas para corresponder, aunque fuera por mera casualidad, las más que modestas expectativas creadas. Sobre todo se habla mucho de una inquietante falta de ideas, hasta el punto de que se ha llegado a admitir que el ?espíritu de Davos? ha muerto. Personalmente nunca vi que sobrevolara por allí un ?espíritu?, o algo más o menos merecedor de esa designación. En cuanto a la alegada falta de ideas, me sorprende que sólo ahora se haya hecho esa referencia, puesto que ideas, lo que, con todo el respeto, llamamos ideas, nunca salió de allí ni una que sirviera de muestra. Davos ha sido durante treinta años la academia neocon por excelencia y, por lo que puedo recordar, no se ha oído ni una sola voz en el paradisíaco hotel suizo que apunte los caminos peligrosos que el sistema financiero y la economía habían adoptado. Cuando ya se estaban sembrando vientos nadie quiso ver que se acercaba las tempestades. Y agora nos dicen que no hay ideas. Vamos a ver si surgen ahora, cuando el pensamiento único ya no tiene más mentiras que ofrecernos.       



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Galería de espectros: "Melancolía hermética"

de chiricoRafael Argullol: Hoy en mi galería de espectros he visto el de la melancolía otoñal.
Delfín Agudelo: Te refieres a "Melancolía hermética", cuadro de de Chirico.
R.A.: Sí, me gusta mucho este cuadro porque pienso que es uno de los cuadros en los que se define mejor el lenguaje del primer de Chirico, que fue uno de los pintores verdaderamente rupturistas hacia el surrealismo. Uno de los pioneros, si no el pionero quizás más destacado en el inicio del surrealismo. Plantea ese escenario urbano desnudo, ese escenario que él llamaba pintura metafísica y que en todos los casos se remitía a los escenarios urbanos del quattrocento, pero despojado de todo elemento humano y que da esa sensación de incomunicación y de ausencia del factor humano que tanto fascinaba, por ejemplo, a Michel Ángelo o Antonioni. Por un lado es un de Chirico muy maduro y por otro lado sin embargo viene a recoger una de las tradiciones iconográficas más ilustres de todo el arte occidental, que es la tradición de la melancolía. De Chirico nos presenta esa estatua dentro de su cuadro, otorgando un efecto muy de chiriciano: él pinta esculturas, y esas esculturas pintadas por de Chirico en realidad tiene todos los rasgos de lo que ha sido la melancolía a través de la historia, esa dejadez, ese abandono, ese estado intermedio de lo que podríamos llamar la nostalgia de un mundo perdido y un estar en suspensión con respecto al presente. Por tanto, en suma, sería un cuadro en el que de Chirico nos mostraría de manera muy brillante que la auténtica vanguardia estaba basada en un estudio muy profundo y al mismo tiempo muy subversivo de la propia tradición.


[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
2 de febrero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El regreso desde las cumbres

Davos ha terminado ya. Hoy todavía, esta mañana, quedan algunos actos conclusivos, de los que desertan buena parte de los asistentes, unos porque ya se van y otros porque aprovechan el último día para esquiar o para dormir después de la noche del sábado. La clausura estuvo a cargo de Marruecos que tiró la casa por la ventana como hacen todos los países y empresas que patrocinan este tipo de fiestas. Este es todo un capítulo aparte sobre el que poco puedo decir: sólo me asomé al principio de la cena marroquí para añadirme en seguida a la despedida de los periodistas de a pie, los dos centenares de corresponsales que han cubierto la cumbre sin acceso privilegiado. Durante la última jornada útil, el sábado, todavía tuve ocasión de obtener impresiones e informaciones interesantes. Ahí van algunas. 

A primera hora de la mañana, un panel sobre 'Nuevas fronteras de los conflictos', que me va a servir para contar dos cosas realmente notables de este Foro. En primer lugar, el método: hay un presentador, Audrey Kurth Cronin este caso, profesor del Colegio de Guerra de Estados Unidos, un especialista de tanta calidad como los otros invitados, que hace una presentación muy rápida del tema y luego pregunta directamente a cada uno de los participantes. Los participantes responden en un minuto si es posible, y mejor todavía en medio, para dejar a continuación que el propio público les pregunte. En total una hora, en la que han aparecido y han sido objeto de disección las ideas más importantes sobre el tema. En segundo lugar, el contenido, que tiene que ver con el espíritu de Davos, del que se habla mucho cuando se pierde (véase el encontronazo entre Shimon Peres y Erdogan) pero poco cuando funciona: los especialistas convocados cubren un abanico que permite juntar a controladores y controlados, artistas y críticos, y si se me apura incluso a combatientes de dos bandos. En este panel estaban desde el secretario general de Interpol, Ronald Noble, hasta el director de Human Rights Watch. Los contenidos, lógicamente, las armas biológicas, los ciberataques, la lucha antiterrorista, la droga, las mafias y, sobre todo, la protección de la población civil mezclada en los conflictos.

Segundo apunte: presentación del Global Economic Outlook, sobre el que no me voy a extender porque los lectores podrán leerlo en la prensa de hoy y especialmente en la magnífica crónica de Claudi Pérez. Entre las notas que tomé escribí: "la magnitud del desconcierto", que luego mandé como título de mi columna de hoy. Puse también otro título alternativo que por su longitud no entraba, pero que sintetiza una de las impresiones que se puede sacar de la cumbre: "el capitalismo reformado será verde y tecnológico". La presentación fue de lujo, moderada por Martin Wolf del Financial Times y con la ministra francesa de Economía Christine Lagarde, el vicepresidente del Plan Económico de India Montek Ahluwalia, el número dos del FMI John Lipsky, el gobernador del banco central canadiense Mark Carney  y el banquero de Standard Chartered Peter Sand. Lo menos que puede decirse es que tiraron de todas las señales de alarma, la señora Lagarde notablemente advirtiendo sobre el peligro de una fuerte agitación social.

Tercer y último capítulo: nuevo encuentro con el más genuino y creativo espíritu de Davos. Jeff Jervis, bloguero y además gurú de digital, dirigió un encuentro sobre innovación de masas. Si hasta ahora habíamos llegado al suministro de contenidos por parte del público, el famoso out-sourcing, o el llamado web 2.0, ahora de lo que se trata es de que el talento del público sea el que funcione como motor de la innovación y del cambio de las empresas. Jeff Jervis prometió escribir sobre el tema y contarlo en su blog esta próxima semana (buzzmachine.com), pero a mí me servirá para redondear la imagen de este espíritu montañero que inspira el encuentro. Los participantes  se agruparon en varias mesas, cada una encabezada por un panelista destacado, altrededor de un tema sobre el que imaginar cómo se podría aprovechar las ideas, experiencias y talento de la gente. La mesa donde yo me senté, dedicada a los bancos, imaginó un banco abierto en el que no sería posible la contaminación de las hipotecas subprime ni la expansión de la infección Madoff como le ha sucedido al Santander. Tenía al lado a uno de los vicepresidentes de Google que me mostró irónico su teléfono móvil donde se podía leer Open Bank debajo del logo del Santander. Cuando terminamos la discusión, Jarvis dirigió la revisión de todas las ideas que fueron surgiendo y al final hubo incluso bromas sobre la aplicación inmediata de la mejor de todas, que resultó precisamente la de este sistema bancario. En este panel, divertido y efervescente, había militantes del software abierto y gente de inconfundible aroma ácrata. Una gozada, la verdad.

Y se acabó la jornada en lo que se refiere a la actividad de la esponja, que es lo más interesante de Davos. Luego hay que contarlo, en el periódico y en blog, como lo hago ahora. Muchas gracias por leerme y por participar. Debo decir que estoy muy satisfecho del seguimiento del blog estos días y no tanto de algunos comentarios. Todos, y sus autores especialmente, saben por qué.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
2 de febrero de 2009
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.