Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

II. Honduras: cerrar las puertas a la guerra civil

No se trata de ninguna manera reconocer que el golpe de estado contra el presidente Zelaya ha sido legal. El reclamo de su reinstalación en el cargo debe ser mantenido como hasta ahora, bajo la letra de las resoluciones que ya han sido adoptadas; pero más adelante de donde se ha llegado con las sanciones impuestas, es difícil pasar.

Un bloqueo económico y comercial a Honduras es muy improbable, desde luego que su territorio está conectado al territorio centroamericano, y la suspensión del intercambio comercial diario, así como el tráfico marítimo que hacen los demás países de la región por los puertos hondureños, significa la ruina no sólo para Honduras, sino también para estos otros países. Y en una intervención militar ni siquiera se puede pensar, porque así como el golpe ha generado un repudio basado en los principios de los que depende el orden democrático internacional, de la misma manera, una intervención militar generaría peor repudio, y más bien su solo anuncio fortalecería al gobierno actual en Honduras.

Ha llegado entonces la hora de la negociación seria para buscar soluciones efectivas al restablecimiento del orden democrático en Honduras,  las próximas elecciones mediante, y estas negociaciones deben pasar por una mediación aceptada por ambas partes. La OEA se negó, en su justa posición de rechazo al golpe de estado, a buscar de antemano una negociación, y su Secretario General perdió la oportunidad de actuar como mediador.

Presidentes latinoamericanos que han observado mejor ecuanimidad y compostura en el conflicto, sin dejar de repudiar el golpe de estado, se hallan en la posición de idónea de asumir el papel de mediadores. Por eso es correcta la escogencia por ambas partes del presidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez. Gracias a su papel en la solución del conflicto bélico de Centroamérica en los años ochenta, ganó el Premio Nóbel de la Paz, excelente antecedente de confianza en su capacidad.

Se abre, pues, el segundo acto del drama, que debe ser necesariamente de negociación. Sólo así se pueden cerrar los espacios a una guerra civil, frente a una sociedad polarizada. La agenda de una negociación semejante no consiste sólo de las elecciones, porque cada parte tendrá puntos que inscribir, pero las elecciones de noviembre no pueden faltar.

Leer más
profile avatar
10 de julio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Gritando poemas

 

 

 

Estoy convencido que Góngora hablaba bajito. Que insultaba en susurros. No me imagino al genial cordobés pegando gritos. Las soledades se tienen que leer quedamente. ¿O no? Tengo un antiguo amigo, de los tiempos prehistóricos universitarios, de bares y novias juveniles, que era pintor y degeneró en poeta. Mucho tiempo estuvo, no creo que lo haya abandonado, del lado satírico. Y ahora, con los años, se va desmelenando. Ahora grita poemas por garitos, bares y escenarios que admitan un humor dicho en voz alta. Y no sólo de humor se alimenta Ángel Guache, que de él estoy hablando. De amores y desamores, de soledades y umbrías están poblados sus últimos poemas.

Al principio la declaración del maestro Góngora: "Amor está, de su veneno armado".

Después alguno de sus poemas de "Umbro. Baladas eléctricas y poemas gritados" que ha publicado con los amigos de Huerga y Fierro. Me gustaría que me gritara alguno. Pero también me gusta la cercanía susurrada, la seriedad tapada en poemas como éste:

"nardo de naderiles nadas,

nardo discreto

vacua bacanal

 o flor exhausta

más vivos están los gongorinos trinos,

cifra de la noche,

manantial de sombras".

 

Guache, ¡que bueno sería encontrarte en el Camino de santiago, en alguna taberna de reposo de caminantes y pegarnos unos gritos, después de tomarnos unos vinos!

Me voy, haré camino, practicaré unos días el arte de la fuga. Volveré.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
10 de julio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El monte Fuji y el guijarro

José Luis Díaz comentó el post de ayer, relativizando el optimismo que a Andrés Neuman y a mí nos inspira el hecho de los chicos de hoy escriban más que nunca, habilitados por la tecnología. José Luis dice que “la inmensa mayoría de lo que se escribe es irrelevante” y que “el 99% de lo que se escribe es nada”. Después dice que parte de la búsqueda warholiana de los 15 minutos de fama pasa por tener un blog y “opinar a lo pavote”.
    En términos generales coincido con él. De un modo u otro nos consta a todos que no existe hoy un sucedáneo de la identidad más difundido que la fama. También está claro que opinar no necesariamente significa pensar, y que la mayor parte de las opiniones que se vierten en todas partes –en la TV, en la radio, en internet- no buscan tanto echar luz sobre un asunto equis como producir reafirmación personal –una variante contemporánea del dictum cartesiano: Opino, luego existo.
    En lo que quizás diferimos es en la manera de interpretar los datos. A mí no me preocupa que se escriban muchas cosas irrelevantes. Siempre ha sido así. Si hubiese que determinar una ratio entre lo que se escribe y la parte de lo escrito que merece perdurar, seguramente no andaríamos lejos de la proporción que José Luis sugirió (1/99) o de la figura del iceberg. El hecho es que, cuanto más se escriba, más posibilidades hay de que se creen textos maravillosos. El 1% del monte Fuji supone mucho más que el 1% de un guijarro. Y en este mundo que ha perdido el norte de manera tan evidente, nos vendría bien que ese 1% sea lo más enorme posible.
    Por lo demás, todos empezamos escribiendo pavadas. Hasta los genios lo han hecho sin avergonzarse. Lo deseable es que las nuevas generaciones le tomen el gusto a la palabra; que entiendan hasta qué punto pueden jugar con ellas, y usarlas para expresarse y conectar con otros de manera más profunda –y hasta para reinventarse a sí mismos como los personajes shakespirianos, que cobran mayor y mejor noción de sí mismos a medida que se oyen hablar.
    Querido José Luis, gracias por ayudar a pensar.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
10 de julio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Lecturas para el verano

Con los primeros calores, ya se sabe, es fatal como el destino, periódicos y revistas, y alguna vez hasta una televisión de gustos excéntricos, le preguntan al autor de estas líneas qué libros recomendaría para leer durante el verano. He tratado de esquivar la respuesta siempre, porque considero la lectura una actividad suficientemente importante para que nos deba ocupar todo el año, éste en que estamos y todos los que vengan. Un día, ante la insistencia de un periodista empeñado que no dejaba de llamar a la puerta, decidí solventar la cuestión de una vez por todas, definiendo lo que entonces llamé mi ?familia de espíritu?, en la que, no hace falta decirlo, adoptaría la figura del último de los primos. No fue una simple lista de nombres, cada uno llevaba su pequeña justificación para que mejor se entendiese la elección de los parientes. Incluí en los Cuadernos de Lanzarote la imagen final de ?árbol genealógico? que me había atrevido a esbozar y la repito aquí para ilustración de los curiosos. En primer lugar estaba Camões porque, como escribí en El Año de la Muerte de Ricardo Reis, todos los caminos portugueses nos llevan a él. Seguían después el Padre António Vieira, porque la lengua portuguesa nunca fue más bella que cuando la escribió ese jesuita, Cervantes, porque sin el autor del Quijote la Península Ibérica sería una casa sin tejado, Montaigne, porque no necesitó de Freud para saber quien era, Voltaire, porque perdió las ilusiones sobre la humanidad y sobrevivió al disgusto, Raul Brandão, porque no es necesario ser un genio para escribir un libro genial, Húmus, Fernando Pessoa, porque la puerta por donde se llega a él es la puerta por donde se llega a Portugal (ya teníamos a Camões, pero todavía nos faltaba un Pessoa), Kafka, porque demostró que el hombre es un coleóptero, Eça de Queiroz, porque enseñó la ironía a los portugueses, Jorge Luis Borges, porque inventó la literatura virtual, y, finalmente, Gogol, porque contempló la vida humana y la encontró triste. ¿Qué tal? Me Permitirán ahora los lectores una sugerencia. Organicen también su lista, definan la ?familia de espíritu? literario a la que más cercanos se sientan. Será una buena ocupación para una tarde en la playa o en el campo. O en casa, si el presupuesto no da para vacaciones este año.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
10 de julio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El blog de Mariano José de Larra, 2

El oficio de periodista Somos gente que cuenta a otra gente lo que le pasa a la gente, dijo un día Eugenio Scalfari, el fundador del diario italiano la Repubblica; en el bien entendido de que las tres gentes que salen en la frase son grupos humanos distintos, como mínimo hasta ahora: los periodistas es la primera gente, el público la segunda y los protagonistas de la noticia la tercera. Todos son gente pero cada uno juega un papel distinto en la información tradicional.

La revolución en la comunicación que estamos presenciando confunde todas las fronteras y límites: toda la gente es gente, los que cuentan, los que escuchan y los protagonistas; y todos cuentan, escuchan y protagonizan, sin que nadie pueda tener voz propia sin identificarse previamente como mera gente. La voz objetiva e independiente que nos daba parte del estado del mundo ha ido adquiriendo color y forma hasta identificarse con un individuo concreto, con cualquier individuo concreto. Y todos los individuos concretos tienen ahora los medios y la incitación para ser también ellos esa gente que cuenta a la gente lo que le ocurre a la gente, aunque a veces sea contar lo que les ocurre a ellos mismos. Ya no es lo que está pasando o les está pasando a los otros lo que interesa, sino lo que me está pasando a mí en este preciso instante. Las preguntas de la vieja retórica periodística americana, recordadas por la mnemotecnia de las 6 uves dobles, han sido sustituidas por otras totalmente distintas. Ni el qué (what), ni el quién (who), ni el cuándo (when), ni el dónde (where), ni el por qué (why), ni el cómo (how) nos sirven; lo que nos interesa es ¿qué estás haciendo? (como sucede en el sistema de microblogging twitter). O ¿qué estás pensando? (como se pregunta al entrar en la red social en internet facebook). En preguntas de este tipo se sintetiza la cultura de la nueva información digital y de las redes sociales y las comunidades. ¿Y qué estamos haciendo ahora mismo los periodistas? Varias cosas a la vez: seguir con nuestro trabajo de siempre, ciertamente, los que podemos, si todavía lo tenemos. También dejar de ser periodistas en una gran proporción. Y los que no, en todos los casos, interrogándonos estupefactos sobre el futuro del oficio. Dejar de ser periodista es una actividad tan vieja como el periodismo. Este es un oficio de grandes vocaciones pero también de grandes huidas. Se podría recopilar un pequeño manual con las llamadas de atención a los jóvenes periodistas para que abandonen el oficio urgentemente, antes de que sea demasiado tarde. Pero estas llamadas no están hoy al orden del día, al contrario: es el oficio el que está abandonando a muchos de quienes lo practican. Las causas son bien claras. El coste de los diarios es creciente y los ingresos decrecientes. La información de calidad ha sido siempre muy cara. Lo es mantener redes de corresponsales, en el extranjero y en las principales capitales políticas; contar con equipos de reporteros que indaguen y analicen las actividades de los gobiernos y de las grandes empresas; financiar largas y costosas investigaciones sobre la gran delincuencia, la corrupción política, el fraude, el tráfico de estupefacientes y de personas y los paraísos fiscales; contar con reporteros especializados en ciencia y salud, en economía y en medio ambiente, en energía y en transportes, y en todas las ramas de las actividades objeto de conflictos y de debates relevantes en nuestras sociedades; como lo es obtener los artículos de los escritores y creadores más prestigiosos, como ha venido haciendo la prensa de referencia en todo el mundo. Hasta ahora nos hemos podido permitir estos lujos, que no son tales, puesto que han servido para garantizar, aunque sea de forma imperfecta, el funcionamiento de la democracia y del Estado de derecho. Está ya perfectamente analizado e incluso cuantificado: allí donde no hay buen periodismo empieza el estercolero donde crecen las peores flores de la corrupción, la delincuencia, el terrorismo y los estados fallidos. Pero estas grandes inversiones en contenidos, en periodismo, están en peligro. El último ciclo de prosperidad, entre la última burbuja tecnológica del 2002 y la hipotecaria de 2008, ha sido el momento dorado de la prensa escrita y quizás su canto del cisne. Pero de pronto nos encontramos ahora con que no podemos seguir con nuestro viejo tren de vida. Y escuchamos endechas y elegías por la prensa, entonadas por sus propios protagonistas, periodistas y editores, esperemos que de forma prematura, porque aun tratándose de funerales de cuerpo presente, el muerto en cuestión todavía se mueve, anda, habla y razona e incluso todavía es capaz de intentar mantener en marcha sus negocios. (Este texto es la segunda entrega que publico en el blog del artículo que aparece en el actual número de julio-agosto de la revista Claves de la Razón Práctica. Se trata de la adaptación de la conferencia pronunciada en Ávila, el 25 de mayo de 2009, dentro del ciclo ?Los medios de comunicación al servicio del siglo XXI?, con motivo de los actos del bicentenario de Mariano José de Larra).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
9 de julio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El doble de Hemingway

El doble de Hemingway en Pamplona. Fuente: adn.es Thomas Grizzard es el nombre del ganador de un concurso de dobles de Ernest Hemingway, organizado en Pamplona para celebrar los cincuenta años de la última vez que el escritor visitó Pamplona. Asimismo, para conmemorar la fecha se ha inaugurado una estatua de Hemingway, a la que se le ha colocado el pañuelo rojo símbolo de los sanfermines. Digo yo: a tantas noticias históricas y celebraciones entusiastas: ¿Por qué no le añaden una definitiva? Que se acaban los sanfermines y las corridas de toros. Eso sí que sería histórico y magnífico. Nos devolvería la fe en que el hombre es un ser racional y sensible. Nada, ni una fiesta patronal ni un escritor notable y menos aún todo el dinero y el show mediático que corre en las plazas de toros, justifica la crueldad contra los animales. Basta ya.Para muchos, Hemingway es el responsable de que los Sanfermines sean unas fiestas conocidas internacionalmente. Visitó Pamplona en nueve ocasiones, la primera el 6 de julio de 1923 como corresponsal en Europa del semanario canadiense Toronto Star y la última, y motivo de este aniversario, en 1959. Su novela "Fiesta" suele señalarse como culpable de la repercusión y la transformación que de los Sanfermines se produjo tras su publicación, por el enorme tirón turístico e icono cultural y mediático que supone desde entonces y que continúa en la actualidad. Así lo ha señalado hoy la alcaldesa durante el acto, al explicar que Hemingway "fue de verdad", una persona que "cambió nuestras fiestas", pues su llegada marcó "un antes y un después" en la historia de los Sanfermines. Barcina ha recordado que en 1923, durante la primera visita del escritor a la capital navarra, Pamplona era una ciudad de unos 35.000 habitantes y a cuyas fiestas no acudían visitantes de países lejanos, "tan sólo de la vecina Francia", pero el estadounidense "consiguió hacer la fiesta internacional y llevarla a todos los rincones del mundo". La alcaldesa también ha valorado la actitud de Hemingway al saber mezclarse con los pamploneses y comprender la forma de disfrutar de "lo auténtico de las fiestas". El homenaje se ha celebrado en la estatua con la que Pamplona honra a Hemingway, situada junto al callejón de entrada a la Plaza de Toros, desde donde el escritor "puede ver el último tramo del encierro todos los días de las fiestas y escuchar cómo se viven las corridas", ha dicho Barcina. Más tarde, la alcaldesa ha colocado un pañuelo a la efigie del escritor, "el más grande que he puesto nunca", ha bromeado, como símbolo de "pañuelo que se anudan personas de todo el mundo".



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
9 de julio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Persépolis

De niña me gustaban los libros con ?figuritas? y esa atracción por los textos acompañados de imágenes, me queda hasta hoy. El gustazo mayor me lo doy cuando encuentro una historia bien escrita, junto a ilustraciones hechas por el propio autor. Fue justamente esa combinación la que me cautivó de Persépolis, el libro de la iraní Marjane Satrapi. Me adentré en sus primeras páginas para evocar mis tiempos de lectora de historietas, pero no calculé que esta visión de Irán me impactaría tanto. Como todo llega bastante tarde a mi Isla, primero supe de la marea verde en Teherán y después pude acercarme a la historia de esta mujer crecida en medio de la intolerancia y las prohibiciones. La Marjane pequeña no deja de hacerse preguntas, tal y como me ocurre a mí desde hace más de veinte años. Si no fuera por el velo negro sobre el pelo y la presencia constante de la religión, pensaría que Persépolis cuenta la historia de la Cuba en que he vivido. Especialmente en lo referente a la crispación, a la constante mención del enemigo externo y al martirologio alrededor de los caídos. Le mostré a Teo algunas páginas del libro y se quedó con la vista fija en el recuadro donde Marjane reflexiona sobre una valla política. La frase anunciaba que ?Morir como mártir es inyectar sangre en las venas de la sociedad? y la niña se figuró un cuerpo que gritaba, mientras lo transfundían a la insaciable Nación. Mi hijo, que no se queda atrás en eso de cuestionárselo todo, le encontró similitudes con la consigna de ?Estamos dispuestos a derramar hasta la última gota de nuestra sangre?, tan repetida por estos lares. No pude controlar mi imaginación gráfica y visualicé a un cubano que goteaba sobre el suelo patrio, después de ser exprimido hasta el máximo.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
9 de julio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Richard Price sobre David Simon

David Simon cuando era periodista en Baltimore. Fuente: the feed En el Suplemento Ñ dejaron una encuesta a principio de semana sobre qué serie de TV equivaldría a una buena novela. El resultado favoreció a Lost y lo siguió The Sopranos. Pero un alto porcentaje votó por "otros". Yo voté esa opción pensando en Mad Men, cuya segunda temporada acabo de terminar de ver, aún más entusiasmado que con la primera. Pero otra opción que encaja en "otros" es The Wire, esa "novela rusa" en palabras de Richard Price, creada por David Simon. Richard Price colaboró en algunos episodios con la serie y es amigo personal de Simon, por lo que no es de extrañar que sea él quien presenta la aventura literaria de David Simon y su crónica novelada Homicide. Dice Price:Simon escribe de forma exhaustiva y con claridad sobre la imposibilidad de la profesión de policía de investigación. El policía de homicidios no sólo tiene que lidiar con el cuerpo que yace frente a él sino con todo lo que carga a sus espaldas, que es la entera jerarquía de jefes que responden a jefes ?el peso de la preservación burocrática?. A pesar de la sobrepopularización de los avances forenses estilo CSI, hay momentos en los que parece que la única ciencia confiable para estos investigadores en el peldaño más bajo de la cadena alimentaria es la física del carrerismo, que sencilla y confiadamente establece que una vez que un asesinato llega a los diarios o toca cualquier tipo de nervio político, la mierda siempre va a ir hacia abajo. Los mejores de ellos ?los que con frecuencia, bajo una gran aunque superflua presión, cambian los nombres en el pizarrón de rojo a negro? quedan con un aire mundano y de orgullo elitista bien ganado. Homicide es un diario del día a día, y cada página está atravesada por una intermitencia de lo mundano y lo bíblicamente abominable y las ansias y la avidez de absorber de Simon, su afán por digerir, por estar ahí y conducir el mundo frente a sus ojos hacia el universo más allá. Hay un amor por todo lo que presencia, una creencia implícita en la belleza de simplemente dar cuenta de que cualquier cosa que ve desarrollándose en tiempo real es La Verdad de un mundo ?así es como es, así es como funciona, esto es lo que la gente dice, así es como reaccionan, actúan, disocian, justifican, donde se quedan cortos, se trascienden, sobreviven, se hunden. (...) Homicide es una historia de guerra, y el teatro de operaciones se extiende desde las devastadas casa del este y el oeste de Baltimore hasta los salones de la Legislatura estatal de Annapolis. Revela con no poca ironía que los juegos de supervivencia en las calles espejan juegos de supervivencia en la Legislatura, cómo todos los involucrados en la guerra contra las drogas viven y mueren por los números ?kilos, onzas, gramos, pastillas, ganancias para un lado; crímenes, arrestos, porcentajes de casos resueltos y recortes de presupuesto para el otro?. El libro es un examen de realpolitik de una municipalidad en el medio de un disturbio en cámara lenta, pero a través de la firme celeridad de la presencia de Simon, Homicide nos ofrece los patrones escondidos dentro del caos. Baltimore, de hecho, es la Teoría del Caos encarnada.La última frase -que podría haber estado firmada por el mismo Rodrigo Fresán- está muy graciosa:(...) si Edith Wharton volviera de los muertos, desarrollara una inclinación por operadores políticos municipales, policías, adictos al crack y el reportaje, y no le importara la ropa que tuviera que ponerse en la oficina, probablemente se parecería un poco a David Simon.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
9 de julio de 2009
Blogs de autor

El cine gratuito

Estoy pensando comprarme un coche, yo que no tengo carné de conducir. Lo haría, en primer lugar, por avaricia: esos 2000 euros del Plan 2000E que nos regalan a partes desiguales los fabricantes (1000 euros por barba), el gobierno central (500 euros) y las comunidades menos irredentas (otros 500).  Pero también pesa, a la hora de albergar en mi cabeza esa idea descabellada, el deseo de servir a la patria en un momento de carencia social, ya que, como es sabido, la iniciativa trata de estimular al menos durante un año la producción y venta de automóviles, que, nos dicen las estadísticas, suponen "315.000 empleos directos e inducidos" (este último adjetivo no lo acabo de entender, y lo que entiendo de él me resulta sospechoso).

     Ya que hablamos de sospecha, hablemos de los sospechosos más habituales. Hablemos del cine español, ese muñeco con pies de barro al que tanto gusta hacer el pim pam pum, en los medios impresos y radiofónicos de la caverna y (a veces) también, ay, en éste mismo periódico. ¿Cuántos empleos directos genera el cine español? (en los inducidos prefiero no meterme, por si me pierdo). Las cifras son inferiores a las del automóvil y a las del sector textil, otro mundo laboral en crisis que, leo con estupor, también pide una operación de salvamento. Si no lo he entendido mal, tanto las grandes firmas de confección y venta de ropa (Inditex, Cortefiel, Mango, etc.) como los fabricantes más modestos están siendo víctimas de una caída de ventas portentosa, que sólo en los pasados marzo y abril osciló entre el 20 y el 30%. ¿Y qué piden estos? Pues unas urgentes medidas para dar liquidez al sector mientras dure la tormenta financiera. Tormenta, sea dicho de paso, que también afecta, y son las últimas noticias, a la venta de motocicletas, con lo que la ayuda estatal al coche debería con toda justicia extenderse a ese artículo de primera necesidad que es la moto.

    Las cifras y las crisis del cine español. Aunque el blanco principal del fuego enemigo sean las ‘vedettes', los directores y los actores que, además de chupar el plano y las subvenciones, son encima muy quejicas y de un progresismo izquierdista vociferante y sectario, no estaría de más recordar que el cine también tiene su, por así decirlo, personal manufacturero: los ayudantes de cámara, los eléctricos, los sonidistas, los maquilladores y peluqueros, los actores de reparto, los músicos, los guionistas, los técnicos de laboratorio y post-producción, el personal de taquilla y sala, en un largo etcétera que alcanza una cifra en torno a los 60.000 trabajadores; la cifra, consultados la FAPAE (federación de productores), la TACE (sindicato de técnicos de cine) y otros organismos pertinentes es aproximada, por lo bajo, y muy volátil, precisamente porque muchos han de salir periódicamente del cine para hacer (con suerte) televisión, teatro, anuncios o simples chapuzas. Todos ellos, hombres y mujeres del vapuleado sector fílmico, también cargados de una familia a la que tienen la pretensión diaria de dar de comer, exactamente igual que los montadores de las plantas de Opel y los patronistas de Zara.

     Ahora bien, podrán decir los enemigos del cine español, la locomoción es un bien de utilidad general, como lo es el vestirse, y al ayudar a estas industrias en estado agónico el gobierno (al frente de todos nosotros, que subvencionaremos con nuestros forzosos impuestos los 1000 euros de la subvención al coche) está haciendo país. El cine no es un utensilio público ni nos protege del frío, al menos no de un modo físico; las metáforas están fuera de lugar mientras dure la crisis. Y está además ese escaso 13.3% de cuota de pantalla de las producciones nacionales; una miseria, en efecto. Viéndolo estrictamente desde tal punto de vista, los acusadores de la ‘sopa boba' en la que pretendería vivir nuestra gente del cine tienen una sesgada parte de razón (ya que no entraremos ahora, por economía narrativa, en el asunto de las descargas ilegales y demás formas de piratería que tan duramente golpean a la industria cinematográfica).

      Pero el deporte de meterse con el cine español es tan fácil, tan socorrido, que no sólo lo practican los hinchas del graderío ‘ultra', sino también personas inteligentes y olímpicas como Juan Marsé, quien, en los días en que era justamente galardonado con el Premio Cervantes, hizo unas curiosas declaraciones contra los guionistas españoles. La autoridad literaria de Marsé es indiscutible, y muy respetable su aversión a las adaptaciones fílmicas de varias de sus novelas, punto en el que yo, como mero espectador de esas películas, discrepo al menos en tres casos. Pero hay algo más. Marsé fue guionista de cine, breve episodio de su vida no evocado en esa ocasión y tal vez poco conocido. En 1964, cuando ya había publicado sus dos primeras novelas, el futuro autor de ‘Últimas tardes con Teresa' colaboró junto a su gran amigo Juan García Hortelano y otros en el guión de un horroroso melodrama playero situado en Torremolinos y titulado ‘Donde tú estés'. Nadie en su sano juicio juzgaría hoy a Marsé por aquella co-autoría sin duda hecha por motivos de subsistencia en tiempos de necesidad, evocados con mucha gracia por el estupendo novelista Hortelano en un libro de conversaciones con Augusto M. Torres, ‘Cineastas insólitos'. Penuria, oportunismo momentáneo, "guiones realmente tremendos", necesaria "prostitución" (las palabras entrecomilladas son de García Hortelano, que llegó a hacer tres). Los guionistas y otros asalariados actuales del denostado cine español firman a menudo títulos tan deplorables como aquellos agraciados con el nombre de Hortelano y Marsé, por razones lamentablemente parecidas y  -esto conviene subrayarlo- en proporciones similares a las que se dan en la novela española contemporánea, donde ni muchísimo menos todos los libros publicados tienen la calidad de, por ejemplo, los de Marsé.

    Hay otro punto que generalmente se ignora y los escritores, los dramaturgos, los compositores y cantantes, los escenógrafos y directores de escena conocen bien. Que yo sepa, entre las ayudas oficiales al cine aún no se ha llegado a ofrecer al espectador la posibilidad de costearle la tercera parte de la entrada que compra en taquilla, como ahora se hace con el automóvil y otros bienes de consumo que bien pueden juzgarse (es mi opinión de usuario exclusivo de transportes públicos) de lujo. Ni las películas españolas ni el cine de autor mundial gozan de una entrada a precio reducido, es decir, subvencionado respecto al del mercado comercial, en las salas cinematográficas. Algo que es, sin embargo, una práctica extendida desde hace décadas en el teatro institucional, cuya producción  -como la de la ópera, las exposiciones de arte y una parte no desdeñable de la edición de poesía, ensayo y narrativa-  sale directamente de las arcas municipales, autonómicas y estatales. No hace falta decir que, al igual que las películas españolas, hay obras de teatro, conciertos, exposiciones maravillosas y libros de mérito que no llegan ni siquiera al 13.3% de asistencia o lectura en nuestro país. Pero nadie se queja de esto. Al cine, por el contrario, se le exige no sólo altura estética sino éxito en taquilla, dos finalidades sin duda deseables para quienes realizan ese trabajo. El cine, para una parte importante de la población y los medios, tendría que ser un mecanismo industrial de sólido funcionamiento y auto-suficiencia financiera. Como lo fue antes, en efecto. Antes de que los tiempos y los hábitos cambiaran y el estado protector se dedicase a financiar las cazadoras de punto y los fines de semana en la parcela.  

Leer más
profile avatar
9 de julio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Bricolaje

En los posibles aportes creativos de esta Crisis se encuentra uno, muy antiguo, primitivo más bien, que consiste en el bricolaje a la manera que lo estudió la antropología de Lévi Strauss. No se trataría tanto de descubrir conocimientos o explorar materiales desconocidos como en crear combinaciones inéditas. El bricolaje del que tanto uso se ha hecho empujado por la globalización emerge ahora como una acentuada oportunidad experimental. Mezclar comidas en la gastronomía de fusión, melodías en la música internacional, estilos en las pasarelas de Milán, ha sido una práctica muy corriente. La diferencia con el bricolaje que nacería en este tiempo es que mientras el otro significaba un juego retórico y se inspiraba en la moda el actual procedería de la necesidad a secas y procedería del quehacer utilitario. El mundo de las reparaciones artesanales en barrios o pueblos pobres ha ido produciendo gran cantidad de objetos y soluciones funcionales cuyo origen es la menesterosidad y cuyo efecto es la invención. Ivan Illich habló sin descanso en sus libros sobre educación, energía o medicina de esta clase de alternativas que no sólo admiran por su genialidad sino por la virtud de mejorar el genio o el talante de la especie.  



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
9 de julio de 2009
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.