Skip to main content
Category

Blogs de autor

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Berlín

Mentiría si dijera que conozco Berlín como la palma de la mano. Sólo viví unos meses en lo que era todavía la ciudad dividida, en el invierno de 1979, en la parte occidental, y aunque me desplacé en varias ocasiones al Este, nunca estuve más que unas horas en las desoladas y siniestras calles y avenidas de lo que era entonces la capital de la República Democrática de Alemania. Después he visitado Berlín en muchas y variadas ocasiones, antes y después de la caída del Muro. La más reciente, hace apenas unas semanas, durante la campaña para las elecciones que han dado la victoria de nuevo a Angela Merkel y han liquidado la gran coalición. Recuerdo con especial entusiasmo los días que permanecí en Berlín poco después del 9 de noviembre de 1989, cuando corrían todavía los trabis y las gorras soviéticas y las chaquetas de los guardias fronterizos que se vendían en los tenderetes eran auténticas, y no como ahora que son prendas confeccionadas para la siempre próspera industria de la memoria.

La vida y el ambiente de aquel Berlín oriental felizmente desaparecido han sido evocados con bastante acierto por dos películas que han hecho fortuna entre nosotros, como ?Goodbye Lenin? y ?La vida de los otros?. Pero para mi gusto, la mejor evocación de aquel Berlín siniestro donde imperaba la Stasi se encuentra en ?El expediente?, la narración autobiográfica de Timothy Garton Ash, que ahora debiéramos recuperar con este vigésimo aniversario. Cada vez que paseo por las calles de Mitte próximas a la zona donde estaba el Muro no puedo dejar de recordar aquella ciudad desierta y aquella tremenda herida que dividía la ciudad y cercaba el Berlín occidental. Berlín celebra dentro de pocos días uno de los momentos más felices de su historia. La noche de aquel 9 de noviembre de hace 20 años es el último momento de la sincronía trágica entre la historia de la ciudad y la historia del mundo. Con motivo del aniversario y del Premio Príncipe de Asturias concedido a la ciudad, El País Semanal ha dedicado el número entero de este pasado fin de semana a la capital alemana, en el que he participado con un texto sobre la historia de la ciudad en el siglo XX. No conozco Berlín como conozco Barcelona, pero probablemente mucho mejor que otras ciudades donde he vivido mucho más tiempo. Sobre todo su historia, su pasado doloroso, las huellas que todavía pueden localizarse en el presente. Por eso me he atrevido a escribir sobre esta ciudad destinada a ir tomando cada vez más cuerpo como capital cultural y política de la Europa unificada. (Enlaces: con mi artículo ?Berlín, capital trágica del siglo XX?; con las referencias de ?El expediente?, ?Goodbye Lenin' y ?La vida de los otros?).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
19 de octubre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Apocalypse Love

En el texto que cierra El fondo del cielo, Rodrigo Fresán tiene el tino de aclarar: "Esta no es una novela de ciencia-ficción. Esta es una novela con  ciencia-ficción". La salvedad viene a cuento dado que el relato utiliza (en más de un sentido) como personajes centrales a dos que fueron fanáticos del género en su época de oro; que permitieron que esa pasión moldease sus vidas -uno optando por la ciencia, el otro por la ficción-; y que, en consecuencia, nunca dejaron de concebir sus vidas como lo que en efecto son, al igual que las nuestras: un viaje en el espaciotiempo. 

 

         La novela también está llena de homenajes a grandes del género (o, para ser precisos, a sus alter egos de universos tan paralelos como próximos) en cualquiera de sus soportes, desde Philip K. Dick, Kurt Vonnegut y Howard Philip Lovecraft a Stanley Kubrick; y de guiños a Rod Serling, Star Trek, Amazing Stories, El eternauta (ah, esa nieve que la tragedia convirtió en perjurio), Adolfo Bioy Casares y un largo listado de lo que en Fresán-speak sería apropiado denominar Greatest Hits del asunto.

         Pero todo esto, en cuaquier caso, es lo previsible. Lo que resulta imprevisible es la naturaleza del relato. Que inspira la tentación de ser definido como Jules et Jim reescrito por Ray Bradbury. (Sí, por Bradbury y no por Dick ni por Ballard: como suelen hacer los grandes escritores, Fresán subraya algunas influencias para disimular la única que cuenta. Después de todo, ¿quién es el maestro indiscutido de los melancólicos atardeceres marcianos?) Tentación que resistiré, porque sería conformarse con menos de lo que El fondo del cielo sugiere, y por lo tanto se merece.

         Cualquier intento de glosar su anécdota sería reduccionista. Si dijese que la novela cuenta la historia de Isaac Goldman (aquel que optó por seguir escribiendo ficción) y de Ezra Leventhal (aquel que renunció al género para elegir la ciencia, reescribiendo la historia del mundo desde el Manhattan Project en adelante), cometería una injusticia, porque el asunto de los chicos americanos y judíos que idolatran y finalmente practican un género considerado 'menor' remite a The Amazing Adventures of Kavalier & Clay de Michael Chabon (otra influencia que Fresán conjura en los agradecimientos), cuando su novela toma una dirección por completo distinta. (Además, su contexto mismo lo altera todo: en USA es posible escribir una novela sobre autores de historietas y ganar un Pulitzer. En Hispanoamérica los custodios de la cultura creen que los géneros 'menores' no deben contaminar la literatura, y suelen castigar con la indiferencia a los que desconocen ese dictum. O sea: lo que Chabon hace de manera natural, Fresán lo hace a sabiendas de que practica una osadía.)

 

 

(Continuará.)



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
19 de octubre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Carver no era carveriano

Después de una larga batalla, se ha publicado por fin Beginners (Principiantes), el manuscrito original que Raymond Carver entregó a su editor Gordon Lish y que fuera la base para su celebrado libro de cuentos, De qué hablamos cuando hablamos de amor (1981). En Inglaterra, Beginners puede conseguirse en una edición en tapa dura, mientras que en los Estados Unidos el libro es parte de Carver: Collected Stories, el volumen que acaba de publicar The Library of America.

El libro publicado en 1981 sirvió para consolidar la reputación de Carver como el cuentista más importante de su generación. Sin embargo, la polémica lo acompañó desde el principio: Carver se quejó de la "amputación" a la que fueron sometidos los 17 cuentos que componían el libro, se distanció de Lish e inició un proceso de restauración de algunas de las versiones originales; llegó a publicar cinco hasta su muerte en 1988. Tess Gallagher, su viuda, continuó la batalla con la editorial Knopf, dueña de los derechos de De qué hablamos. Con los años, salió a la luz la angustiada carta de Carver a Lish, fechada el 8 de julio de 1980, en la que le pedía que hiciera "lo necesario para detener la producción del libro... Estoy confundido, cansado, paranoico, y sí, con miedo a las consecuencias si el libro es publicado tal como está ahora". Lish no le hizo caso, y Carver terminó cediendo al ímpetu y convicción de su editor.

Se sabía entonces que Lish tuvo una participación activa en los cuentos; lo que no se sabía era cuán radicales eran los cambios propuestos por Lish. Comenzando por la cantidad: Carver entregó un manuscrito de más de 200 páginas, pero, después de dos rondas de trabajo de edición línea tras línea, Lish lo redujo a apenas 100 páginas. Ejemplos: "Where is Everyone?" tenía quince páginas, pero en la versión de Lish tiene sólo cinco; las 37 páginas de "A Small, Good Thing" se redujeron a 12. Otros cambios tienen que ver con los títulos: Lish mantuvo sólo 7 de los 17 títulos (el cuento "De qué hablamos cuando hablamos de amor" se llama originalmente "Principiantes"). Lish incluso cambió, de manera caprichosa, los nombres de los personajes: Herb se convirtió en Mel, Cynthia en Myrna, Bea en Rae...

En cuanto al estilo, lo "carveriano" es en buena medida una creación de Lish. Carver no era un minimalista; sus personajes no eran lacónicos, y sus silencios no lo eran tanto; había desolación, pero también una mirada sentimental que Lish eliminó sin compasión. Lo que en Carver es explícito se convierte implícito en la versión de Lish: en "I Could See the Smallest Things", Nancy escucha un ruido y trata de despertar a Cliff, su esposo; fracasa en el intento y sale a la calle y se encuentra con el vecino; después de una conversación con él, vuelve a la cama, y la ansiedad ahora se ha dirigido a su matrimonio, aunque eso no está dicho sino apenas sugerido. En la versión original de Carver, titulada "Want to See Something?", Nancy vuelve a la cama y se dirige a su esposo dormido: "Comencé todo lo que quería decirle diciéndole que lo amaba. Le dije que siempre lo había amado y siempre lo amaría. Esas eran las cosas que necesitaban decirse antes que otras cosas... Continué diciéndole, sin rencor ni pasión de ningún tipo, todo lo que estaba en mi mente. Terminé diciéndole lo peor y lo último que quería decirle, que sentía que no íbamos a ninguna parte y que era hora de admitirlo, a pesar de que probablemente no había forma de solucionarlo".

La publicación de Beginners no va a alterar el prestigio de Carver; está claro que Carver era un gran escritor, pero también que Gordon Lish lo convirtió en uno aun mejor. ¿Con cuál de los Carver nos quedamos? Yo, con el de Lish. Sin él, Carver no hubiera sido tan influyente en el desarrollo de la cuentística de los últimos veinte años. Hay cosas que no necesitan decirse, aunque la ironía de leer a este Carver desde esa perspectiva es que la hemos aprendido leyendo al otro Carver.

(La Tercera, 19 de octubre 2009)

P.D. Hace más de un año, el New Yorker publicó la versión original del cuento "Beginners", comparada con la editada por Lish. El documento se encuentra aquí

 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
19 de octubre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Foto de familia

Imagen tomada del “underblog” del Ministro Miguel Ángel Moratinos En la instantánea que se llevará el canciller español Miguel Ángel Moratinos de su visita a Cuba no habrá espacio para los parientes inconformes. Frente al lente, estarán las sonrisas forzadas de los ministros, el lustre de las cancillerías y la fingida complacencia de los que detentan el poder. En la composición sobrarán los que dicen ?no? y serán excluidos los escépticos. Sólo se admitirán rostros felices delante de la cámara, por aquello de que la ropa sucia se queda en casa, aunque hace décadas no se enciende la lavadora de la discusión pública ni se permite aplicarle detergente a la maloliente utopía. El que se mueve no sale en la foto, porque la imagen resultante deberá recabar apoyo político y económico, no generar preocupación. De ahí que pintarán con cal sobre las telarañas, esconderán los uniformes militares bajo los trajes de protocolo y ?por un breve momento? aparentarán menos años de los que realmente tienen. Se evitarán los temas espinosos. ¿Para qué incomodar al visitante? Y una vez que se marche, algún que otro niño travieso recibirá su cocotazo por molestar al invitado. Tendrá color sepia y dulzón el retrato de familia que quedará de esta visita, porque los tonos contrastados de la realidad no caben en el álbum de la diplomacia. Con una de esas camaritas bobas con las que se hacen las mismas fotos turísticas de siempre, se tomarán las repetidas imágenes habituales: una escuela llena de estudiantes con uniformes bien planchados, una fábrica de maquinarias relucientes y modernas, una obra de ingeniería a punto de terminar y no faltará ?claro está?  el baño de multitudes preparadas, organizado desde arriba. El negativo debe quedar impecable para su posterior impresión en las páginas de la historia. Si acaso se escapa algún detalle inapropiado, habrá que arreglarlo en Photoshop, retocar la foto de la ya trucada normalidad y enmendar las caras de los que no salieron sonriendo.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
18 de octubre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Van Sant y Easton Ellis co-guionistas

Gus van Sant y Bret Easton Ellis. Foto: Focus Features/Everett/Rex Features and Jennifer Graylock/AP. Fuente: The GuardianSegún informa The Guardian, basado en una nota en Variety, el director Gus Van Sant y el narrador Breta Easton Ellis han hecho un tándem para escribir un guión sobre el suicidio compartido de dos artistas teatrales célebres en los circuitos alternativos de Nueva York: Theresa Duncan y Jeremy Blake. El guion está basado en la nota de Vanity Fair "The Golden Suicides". No es difícil ver por qué el tema le interesa a Van Sant y a Ellis. Hay de todo, desde drogas, violencia, glamour, paranoia, depresión hasta fanatismo religioso con ovnis (es decir, cienciología) Dice The Guardian:It is a tale of intrigue, paranoia and harassment by unseen forces, one which takes in the rock star Beck, the Church of Scientology and 9/11 conspiracies. It ends with the deaths of two wildly successful and popular artists who may have killed themselves to escape the demons ? real or imagined ? that were pursuing them. (...) Sales suggests that the lovers may have felt they were being targeted by agents from the Church of Scientology, stemming from their ties with Beck. Duncan had planned to involve the singer in her abandoned film project, Alice Underground, in 2004, while Blake supplied the artwork for his Sea Change album. But the relationship soured and Duncan started to blog, alleging harassment by Scientologists. That was the start of their downward spiral. By their final months, they were also reportedly interested in a number of CIA plots and leftwing 9/11 conspiracy theories and had alienated many of their former friends with their obsession. Van Sant is co-writing the screenplay with Easton Ellis, but has not yet decided whether to direct, Variety reports. The Oscar-nominated film-maker most recently brought Milk, his biopic of the assassinated gay politican Harvey Milk, to the big screen.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
16 de octubre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Argentina en Fráncfort

Logo La literatura Argentina ya tiene un pie metido en Fráncfort, mientras espera su oportunidad en el 2010. Ayer fue la presentación oficial en la feria de Argentina como País Invitado de Honor y se mostró, además, el lema y el cartel que llevará a la Feria más importante del planeta. En la presentación se mencionaron no solo a autores de renombre, los clásicos indiscutibles, sino a los de recambio, las nuevas generaciones. Enhorabuena.Abre el anfitrión, Juergen Boos, presidente de la Feria de Frankfurt. "Argentina es el tercer país latinoamericano (después de Mexico 1992 y Brasil 1994) invitado a la Feria", dice. Apuesto, joven, simpático, Boos dice que Argentina ofrece "violencia, recuerdos, mitos pero también humor". Y destaca que, además de los "grandes" hay "autores discutidos a los que les gusta experimentar". Entre ellos cita a Osvaldo Bayer; a Claudia Piñeiro y a los jóvenes Gisela Antonuccio, Washington Cucurto, Juan Terranova, Pablo Toledo y Samanta Schweblin, entre otros. Menciona también lo de Buenos Aires Capital del Libro 2011, como un guiño al ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, que se quedó con las ganas de subir al estrado y miró la ceremonia desde la primera fila.Victrio Tacetti, secretario de Relaciones Exteriores de Cancillería, ignora datos y habla de la "inclusión social" y la "igualdad de oportunidades". Llega el turno de Magdalena Faillace, que alude a la "orgullosa condición de latinoamericanos". Y dice que los argentinos somos mestizos. Y que "hablar de mestizaje significa aludir a una realidad nueva, nacida de la violencia y del conflicto entre culturas". Y va al grano: "Latinoamérica no es el continente más pobre pero sí el más inequitativo en la distribución de la riqueza".Ya hay una página de internet destinada a la presentación.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
16 de octubre de 2009
Blogs de autor

IV. Leer o no leer

Pero seguramente no veremos el paso abrupto de una etapa a otra de manera tan drástica como podríamos pensar, la desaparición de todos los periódicos impresos de la noche a la mañana, y el establecimiento del reinado de los periódicos electrónicos; y aunque hay quienes dan hasta la fecha exacta de cuando se publicará el último diario de papel sobre la tierra, y para esto haría falta ya poco según los vaticinios, habrá, seguramente, un largo período de convivencia entre ambos. Y sobre todo en los países más pobres, donde el acceso a Internet es más limitado, los periódicos con los que uno se encuentra cada mañana, y huelen aún a tinta fresca, tendrán una vida más prolongada.

      Y la etapa de sustitución de los libros, será, sin duda, aún más prolongada, y se abrirá una convivencia de muchos años con sus versiones electrónicas, salvo por los diccionarios y las enciclopedias que están pasando ya a mejor vida, porque la tarea de consultar palabras y datos se acomoda con mucha más celeridad y eficiencia a las redes de Internet que el papel impreso con informaciones que envejecen sin remedio.

      De todas maneras, el asunto vendrá a ser, al fin y al cabo, si leemos o no leemos, sea en el papel o en las pantallas. Y sobre todo, si la literatura creativa, la verdadera, sobrevivirá en las pantallas, o acabará sepultada bajo la avalancha de basura banal que asfixia al mundo.

Leer más
profile avatar
16 de octubre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

La muerte en el teléfono

El teléfono es un arma.

Bien, de acuerdo, no posee los caracteres para matar pero puede, sin embargo, efectivamente hacerlo. Los teléfonos fueron antes negros como también los coches, los trenes, las máquinas de escribir y las baterías de cocina. Todos ellos llegaban, en cuanto signos de progreso, envueltos en un aura misteriosa  y tan interesante como la muerte. Con el tiempo las baterías de cocina primero, a través del aluminio inoxidable, y los ordenadores y trenes después, con la brillante pintura metalizada, trataron de deslizarse en nuestras vidas en cuanto nuevas balas de velocidad peligrosa y estimuladora.

 Las máquinas de escribir, como ahora los ordenadores, aceptaron al cabo casi cualquier color en señal de que la escritura dejaba de ser un asunto serio  para pasar al mundo del entretenimiento, el experimento y la diversión.

En general, de una idea trascendente de la vida se ha ido pasando a la preocupación por amenizar la existencia como un cine.

Por su parte, el teléfono se hace móvil en vez de fijo porque como la misma vida carece de un fijado fin en donde se apoyaba el juicio final y actuaba cimentado y con la máxima firmeza.

El juicio final como la misma Justicia del sistema  ha derivado en un móvil. Un juego movido por el poder, un móvil empujado por uno u otro interesado móvil. Quizá siempre fue aproximadamente así pero nunca resultó tan patente y asumido.

 En los principios, la justicia fue incluso arbitraria pero en coherencia con el caprichoso arbitrio del poder absoluto. Era arbitraria como los árbitros en el campo de juego. Ahora, no obstante, es extensivamente  un juego del juego del poder, descarada en su volubilidad, su vaivén y cualquier otra peripecia propia de los juegos.

Finalmente, el teléfono, fijo o móvil, en unas u otras circunstancias, ha guardado en el interior de su sonido o su politono el carácter de un arma letal. Suena el teléfono y es, con frecuencia, un asunto intrascendente pero suena el teléfono y en la misma música puede hallarse la noticia funeral.  Jugar con los teléfonos es jugar con la muerte inscrita en su llamada, tratar con la muerte por escondida o enmascarada que parezca. Lo decisivo es que jamás abandona ese lugar. El timbre anida la muerte, mata, destroza, deshace la vida, la vuelve del revés. Ni siquiera el tren, tan gigantesco, es tan vilmente asesino.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
16 de octubre de 2009
Blogs de autor

Más sobre ‘chafandines’

No quiero quedar como un chafandín en este blog que termina aquí una primera parte dedicada al rodaje de ‘El dios de madera', satisfactoriamente terminado en Valencia, y al que seguirán de forma más salteada algunas entradas sobre el proceso que inicio la semana próxima y más fascinante resulta para mí: el del montaje. Y por ello respondo a jfsebastian, mi comentarista del pasado día 11, que además de su leve y educada queja, hace una interesante glosa sobre las hablas mezcladas del lugar de origen de la familia de su mujer, Olivenza.

    Intrigado yo mismo por la nebulosa de la palabra ‘chafandín', he querido, antes de explicarme, consultar a las autoridades, y para mí ninguna más alta que Doña María Moliner, cuyo Diccionario de Uso del Español es uno de los libros que más veces he abierto en mi vida. Pues bien, yo, que tenía una idea atávica de lo que es un chafandín según la lengua de mi madre, veo que Doña María define el término en términos prácticamente idénticos a los que le daba mi madre: "Persona vanidosa y poco juiciosa o de poco valor", añadiendo como acepción similar la de "botarate".

   Lo curioso es que ‘botarate' es otra palabra recurrente en ‘El dios de madera'. De hecho es la penúltima que se oye en la banda sonora, dicha a través de un mensaje cibernético, por el personaje de Yao (Madi Diocou). La última, susurrada entre la sonrisa y el llanto por María Luisa (Marisa Paredes), es chafandín.

Leer más
profile avatar
16 de octubre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Límites y reglas

El poderoso siempre intenta escaparse, encontrar un punto de fuga por donde se produzca la expansión de su poder, conseguir una ley especial que sólo valga para él. Sólo se salvan quienes se incorporan humildemente al servicio de la comunidad, aceptando los límites, comprometiéndose a someterse a las reglas y añadiendo un plus además de autocontención y de prudencia. Son muy pocos. En el panorama europeo soy capaz de señalar a una persona sin mucho riesgo de equivocarme: Angela Merkel. El sistema contribuye, no hay duda, pero no basta. Sus dos predecesores, Helmut Kohl y Gerhard Schroeder, no demostraron las mismas virtudes. Alemania tiene probablemente el Estado de derecho más sofisticado y equilibrado y la democracia más fina entre todos los grandes países; pero no basta. Lo definitivo es la persona, su carácter, su formación, sus ideas y valores.

Estoy leyendo el segundo volumen de las memorias de Jordi Pujol, que ha presidido el Gobierno de la Generalitat de Catalunya durante 23 años y sabe muy bien lo que es el poder, aunque en su caso haya contado con una limitación de principio, constitucional, por el carácter territorial y subordinado que tiene todo gobierno autonómico. En mi lectura he subrayado un párrafo donde habla de la fugacidad del poder y de la política y asegura que ?hemos de tener presente aquellos versos del canto XXIV de ?La pell de brau? de Salvador Espriu que rezan: ?Si et criden a guiar/ un breu moment/ del mil.lenari pas/ de les generacions?? y que en la cuarta estrofa dicen: ?No esperis mai/ deixar record,/ car ets tan sols/ el més humil/ dels servidors?. Gran parte de los poderosos de hoy no creo que quieran dejar recuerdo alguno. Les importa un pimiento la historia y la memoria futura. Pero están dispuestos a sacar provecho del poder hasta apurar sus heces. Ensanchar los límites, fabricar una regla propia y única para su caso y reírse además de lo que vaya a quedar luego. Sin esto no es explica eso que Saramago llama el fascismo con corbata de Armani de Berlusconi. Tampoco la monarquía electiva y regaliana de Sarkozy, que concede títulos y prebendas como en el anrtiguo régimen, empezando por su propio hijo. Ni la personalización del poder de la que hacen gala muchos políticos aquí y allí, entre otros nuestro querido Zapatero. Necesitamos gobiernos de las leyes, rules of law, no gobiernos de los hombres. Esta verdad tan elemental hay que repetirla una y otra vez porque la realidad nos demuestra un día sí y otro también cuán lejos estamos todavía de este grado de civilización. Y baste como último ejemplo de tal comportamiento arcaico y despótico la forma tan hispánica de despachar el embrollo en que se había metido el presidente valenciano, Francisco Camps, con el caso Gürtel. Rajoy ha demostrado también que los límites y las reglas sirven mientras sirven, y cuando no son útiles funciona el cuartelero ordeno y mando y el consejo de guerra sumarísimo y sin contemplaciones. Ar! (Es la primera, pero no será la última vez, que escriba o aluda sobre este libro de Jordi Pujol, titulado 'Tiempo de construir. Memorias (1980-1993)', Destino. Para quien no tenga suficiente conocimiento de catalán, añado la traducción de los versos de Espriu que vienen en la nota de pie de página de la edición castellana: 'Si eres llamado a dirigir/ un breve momento/ del milenario paso/ de las generaciones/ (...) no esperes nunca/ dejar recuerdo/ pues eres solamente/ el más humilde/ de los servidores'.)



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
16 de octubre de 2009
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.