Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

El maestro y el pupilo

De la misma manera que la medicina sería mejor si el médico escuchara más al paciente, la enseñanza mejoraría si el profesor escuchara al alumno con atención. Muy pronto estas ecuaciones serán tan obvias que se confundirán con la realidad más elemental. Ahora, sin embargo, arrastrando los tiempos del soberano y la estructura jerárquica en todos los órdenes, la sociedad entiende mal que la horizontalidad es más fértil que el orden piramidal. Entiende todavía mal algo tan fácil de entender como que el conocimiento en general es más rico cuanto más participantes intervienen en su composición. Entiende, en suma, mal,  ve ofuscadamente que el modelo nacido y desarrollado en las webs sociales es ya el paradigma de la nueva inteligencia social e individual. Una inteligencia interactiva o donde se combina el saber de muchos agentes que provienen de distintos puntos y convergen en el interés por estar juntos y comunicarse libre y afectivamente, sin el miedo o la censura del amo y el esclavo, el maestro y el alumno, la institución y la gente, el médico y el enfermo actual. La enseñanza, como la medicina, como la política, será una mixtura formada por muchos paisanos, paisanos "apaisados". Será esto o no será. Los anacronismos con sus fracasos, ya están a la vista.

Leer más
profile avatar
1 de julio de 2010
Blogs de autor

Un más austero Auster

‘Two Lovers' confirma a James Gray, nacido en 1969 en Nueva York, como uno de los tres o cuatro cineastas norteamericanos de verdadera importancia surgidos en los años 1990, y para mi gusto, el más estimulante al lado de su gran amigo -y tan distinto formalmente a él-  Paul Thomas Anderson, director de ‘Magnolia' y ‘Pozos de ambición'. Autor de tres muy notables obras anteriores enmarcadas dentro del género negro, Gray afina y aclara su enfoque narrativo y el alcance de su mirada al encarar en esta nueva película algo que podría llamarse melodrama sin serlo estrictamente.

 

    ‘Two Lovers' empieza mal, con unas imágenes al ralenti, que es como empezar un poema con un ripio. Lo que viene después de ese efecto tan banal no es mejor, pues vemos que el personaje ralentizado, el joven Leonard (Joaquin Phoenix), se tira a la bahía desde un puente, sin decidir ni conseguir ahogarse; se han visto ya tantas historias de suicidas inciertos e incomprendidos. Todo empieza a ir bien cuando Leonard, empapado tras salir del agua y ser amonestado por los pasantes, entra en su casa, donde vive con sus padres judíos emigrantes, una callada aunque observadora Ruth (Isabella Rossellini), y Reuben (Moni Moshonov), un tintorero bonachón que adora los shows cómicos de Benny Hill. Pronto sabremos, en una explicación algo mecánica, que el chico es bipolar y está medicado, tal vez a raíz de haberle dejado una novia. La definitiva mejora de la película se plantea desde el momento en que aparecen Sandra y Michelle, las dos muy guapas, las dos vecinas (una más que otra) y muy opuestas entre sí. Sandra (magnífica Vinessa Shaw) tiene un físico inquietante, como de retrato expresionista alemán,  pero es simple y tradicional: su película favorita de la historia es ‘Sonrisas y lágrimas', ansía casarse, y le regala a Leonard unos guantes horrorosos, con pespuntes y un adorno colgante de metal brilloso. Michelle, una tópica rubia de calendario (el personaje está hecho a imagen y semejanza de la protagonista Gwyneth Paltrow), tiene, por el contrario, un pasado, un temperamento turbio, gustándole además la ópera y el peligro.

     Gray dice haberse inspirado en ‘Las noches blancas' de Dostoievski a la hora de escribir (con Richard Menello) el guión de ‘Two Lovers'. La verdad es que la conexión con el novelista de Moscú la veo muy tenue, y en quien he pensado a menudo viendo su cine es en Paul Auster. El ‘austerismo' de Gray también es engañoso, sin embargo. Los dos utilizan moldes y oscuridades del ‘thriller', los dos tienen una filiación artística europea, y ‘Two Lovers' se desarrolla en un Brooklyn de tenderos y casas de ladrillo visto que podría ser el escenario de la vida y la obra de el autor de ‘El libro de las ilusiones'. Ahí acaba toda la coincidencia. Gray no es abstracto ni metanarrativo, y cuando en su relato hay opacidad es para mitigar el relámpago emocional que va a venir a continuación. En un tiempo y un entorno crítico que trata de genios a Gus Van Sant o Michael Gondry (por no hablar de otros cineastas actuales representantes del más estreñido academicismo de lo moderno), ‘Two lovers' puede pasar por sentimental y convencional. Lo primero lo es, de un modo deliberado, intenso y austero, pero casi nunca incurre en la convención, salvados esos momentos iniciales que se han apuntado. Predominan la delicadeza del trazo, la justa medida del factor costumbrista (en las fiestas de familia y ceremonias judaicas), el buen uso dramático de algo tan trillado, tan chillón, como es el teléfono móvil y su parafernalia mensajera.

    La media hora final es extraordinariamente conmovedora. El tormento dostoyeskiano que aflora aquí y allá en la película parece dejar paso a un ‘happy end' impropio del alma rusa, y el espectador de corazón, para quien la felicidad de estos individuos tan atractivos y tan desdichados está merecida, se siente, por el lado racional, decepcionado, y, por el de la ingenua justicia poética que todos llevamos dentro, satisfecho. No cuento lo que pasa en esos treinta últimos minutos, tan sólo describo. Leonard tiene una escena de escalera con su madre en la que Isabella Rossellini demuestra que la densidad y el misterio que puso de relieve en ‘Terciopelo azul' no sólo se debían a la mirada de David Lynch. Luego, en la espera del patio de la vivienda, aparece la silueta de Michelle como la de una Némesis o ‘Matrix' trágica, contrastando, en los planos de cierre, con el universo de Sandra: su guante hortera mojado en la orilla, el reencuentro en la casa, la festividad, el abrazo del desenlace. Un abrazo que podría ser el apogeo de una concesión del director y de una traición a sí mismo del personaje de Leonard. En absoluto. Las buenas películas se ruedan con ideas, y la idea de Gray de que Leonard abrace a la chica de espaldas a la cámara, sin que le veamos el rostro, lo dice todo, con reveladora elocuencia, sobre la dimensión de su renuncia.   

Leer más
profile avatar
1 de julio de 2010
Blogs de autor

Otra grierta en el Gobierno alemán

Ha perdido el mejor. El más independiente. El más popular. Al final, los intereses partidistas y los cálculos políticos más bajos y oportunistas han podido más que cualquier consideración moral e incluso que el interés nacional. Joachim Gauck hubiera sido un presidente extraordinario, a la altura de la imagen que merece la Alemania de Berlín, que ha superado las dificultades de la unificación y ha regresado plenamente a la escena europea e internacional con todo su peso económico, demográfico y cultural, y sin los complejos generados por el nazismo que la habían paralizado durante décadas. Su candidatura, urdida por la oposición socialdemócrata y verde para complicarle la vida a la coalición conservadora liberal, era un auténtico lujo. Alemania ha perdido la oportunidad de tener un presidente verdaderamente independiente, dotado de autoridad y prestigio, capaz de encarnar la imagen del país en una hora de dificultades políticas europeas, de crisis económica y de desorientación ideológica, uno de esos momentos en que se hacen especialmente necesarias las personas ejemplares, con capacidad de convicción y de explicación.

No hay novedad en el descarte de los mejores. Así sucede siempre y en todas partes y lo extraño es que durante una entera jornada, la de ayer, en Alemania se haya atisbado lo contrario. Nadie puede ni debe escandalizarse. Así es la vida política. En este caso hay una ventaja, aireada a la luz pública y retransmitida en directo: la canciller Angela Merkel lleva en su pecado la penitencia. En la entera jornada celebrada ayer por la Asamblea Federal, reunida en el corazón de Berlín en el nuevo edificio del Reichstag, los 1.244 electores que con sus votos eligen al presidente de la República han proporcionado un severo castigo a la canciller, que pesará gravemente sobre su gobierno liberal conservador y erosiona su autoridad en todos los niveles, desde el partido hasta la coalición. En esto y en algunas cosas más hay una ejemplaridad que hace especialmente admirable a la democracia alemana. La votación es secreta. No hay disciplina de voto. Los partidos se limitan a presentar sus candidatos o a retirarlos cuando consideran conveniente. Lo hizo entre la primera y la segunda votación La Izquierda, la agrupación de ex comunistas orientales y socialdemócratas radicalizados de Lafontaine, para no tener que aportar así colaboración alguna a la elección del candidato de la derecha. Pero su dirigente, Gregor Gisy, dejó claro que la elección era entre dos candidatos conservadores: una forma de solicitar la abstención por parte del antiguo dirigente comunista. Los electores de La Izquierda no estaban dispuestos a dar su voto a un candidato que consideran tan derechista como Wulff y al que culpan además por una represión que creen excesiva contra los antiguos comunistas orientales. A pesar de la libertad de voto, funciona finalmente la disciplina de partido y de coalición. Entre los electores de la coalición gobernante hubo 44 representantes que quisieron castigar a Merkel en la primera votación, impidiendo que Wulff saliera por mayoría absoluta de 623, a pesar de que contaban con 644. En la segunda, 15 de los disidentes se dieron por satisfechos con el varapalo proporcionado y votaron a su candidato, pero tampoco fue suficiente. Pero fueron muy pocos los disidentes más pertinaces, que prefirieron poner en riesgo a su propia coalición, puesto que finalmente, en la tercera, los electores le dieron a Wulff la mayoría absoluta que le negaron en las dos anteriores. Este relevo ha estado desde el principio especialmente cargado de dinamita política, algo poco usual a la hora de elegir a un presidente tan ornamental, aunque muy respetado, como es el alemán. Todo empezó con la súbita, inesperada e inexplicable dimisión de Horst Köhler, el anterior presidente, ofendido por la reacción pública a unas torpes declaraciones suyas acerca de la guerra en Afganistán. Köhler señaló la obviedad de que Alemania estaba defendiendo sus intereses, incluyendo los económicos y comerciales, con su participación militar en la guerra de Afganistán, pero su fina piel de economista y funcionario poco bregado en la política de partido le impidió encajar con normalidad las críticas que suscitaron sus declaraciones. Merkel quiso sustituirle primero con una mujer, la actual ministra de Familia, Ursula von der Leyen, pero tuvo que optar luego por uno de los barones conservadores que vienen acosándola desde que se hizo con las riendas de la CDU, el presidente del land federal de Baja Sajonia, Christian Wulff. Tomó esta opción, perfectamente maquiavélica, en contradicción con sus afinidades y amistad con el pastor protestante, intelectual y disidente en la Alemania comunista Joachim Gauck. Al final se ha salido con la suya. Pero pagando un severo precio en imagen pública. Y con una nueva y enorme grieta en su gobierno y en su mayoría.

Leer más
profile avatar
1 de julio de 2010
Blogs de autor

El arte de la Convivencia

Ayer fue día de carretera. Dos horas hacia Pinar del Río y en la noche volver sobre el camino de asfalto que separa a esa ciudad y a la ruidosa Habana. El viento colándose por la ventanilla y haciendo mi pelo una maraña, el estremecimiento en la nuca cada vez que el auto se topaba con un bache y ese susto que da la autopista oscura y mojada, salpicada por puntos de control de la policía. Pero sólo fueron molestias transitorias, que quedan olvidadas cuando evoco el patio de Karina abarrotado por los miembros y los amigos de la revista Convivencia. Anoche se anunciaron los resultados del concurso organizado por esa publicación, que galardonó obras en las categorías de ensayo, guión audiovisual, poesía, narrativa y fotografía. Reinaldo y yo formamos parte del jurado, junto a Ángel Santiesteban, Maikel Iglesias y Orlando Luis Pardo. En la tarde,  deliberamos sobre los textos e imágenes que habíamos valorado por separado durante semanas y que venían ?algunos de ellos? bajo seudónimos sacados de la mitología griega. Al abrir los sobres con los nombres reales de los concursantes, nos alegró saber que entre los premiados no sólo había conocidos autores sino también jóvenes que por primera vez mandaban sus trabajos a un certamen. Cerca de las nueve se hicieron públicos los ganadores, en el único trozo de patio que la Reforma Urbana no le confiscó a la familia de Karina. Frente al muro levantado hace meses por los interventores, sonaron frases que tenían carácter de cincel, de barrena que traspasa cualquier tapia. Por un par de horas fue como si la fea muralla de ladrillo y planchas de zinc no estuviera allí, como si la hubiéramos echado abajo con palabras. Ganadores del concurso Convivencia: -          Premio al mejor libro de cuentos para Francis Sánchez Rodríguez por ?La salida?. -          Premio al mejor ensayo para Dimas Castellanos Martí por ?Utopía, retos y dificultades en la Cuba de hoy. -          Premio al mejor cuaderno de poesía para Pedro Lázaro Martínez Martínez ?Esto no es un arte poética??. -          Premio al mejor guión audiovisual para Henry Constantin Ferreiro por ?Cuando termina el otro mundo?. -          Premio al mejor tríptico fotográfico para Ángel Martínez Capote por ?Impotencia?.

Leer más
profile avatar
1 de julio de 2010
Blogs de autor

Gansos que fingen ser machos alfa

Uno tras otro, los periódicos del mundo van desapareciendo. Internet y la televisión por cable son culpables de la sangría: el ciclo de noticias de 24 horas al día hace que un periódico impreso se vuelva obsoleto rápidamente. Hay quienes luchan por sobrevivir y buscan todo tipo de formas para adaptarse al aire de los tiempos. Sea como fuere, la época dorada parece estar detrás nuestro: la industria no morirá, pero tampoco reconoceremos en ella lo que alguna vez fue.

Éste es el momento ideal, entonces, para que la literatura, siempre entusiasta en su búsqueda de personajes, artefactos y lugares sobre los cuales construir una elegía, se fije en el mundo del periódico, "ese informe diario de la estupidez y la brillantez de la especie". Tom Rachman, nacido en Londres hace 35 años, acaba de publicar su primera novela, Los imperfeccionistas (Urano), una sátira entrañable sobre un periódico sin nombre cuya base de operaciones se encuentra en Roma. El periódico recuerda en algo al International Herald Tribune: está escrito en inglés y tiene cierta proyección internacional. Sus periodistas son en su mayoría norteamericanos expatriados, gente de muchos defectos que se imagina mejor de lo que es pero termina siempre vencida por sus mezquindades.   

La estructura de la novela parece compleja pero es en realidad muy simple: once capítulos que se leen como cuentos, dedicado cada uno a un personaje del mundo del periódico, entre ellos Winston Cheung, el inseguro corresponsal en el Cairo, Arthur Gopal, responsable de los obituarios, o Herman Cohen, el editor de correcciones, que, obsesionado por la "credibilidad" de su producto, tiene un ataque de nervios cada vez que alguien escribe "Sadism Hussein" o la palabra "literalmente"; entre capítulos se incluyen secciones breves en cursivas que van contando la historia del periódico, desde que se discute la idea de su fundación, en un café romano en 1953, hasta que, golpeado por la crisis, el nieto del fundador, Oliver Ott, un excéntrico que sólo habla con su perro, decide cerrarlo en el 2007. Es notable el esfuerzo de Rachman por lograr una narrativa que funcione a la vez como novela y como libro de cuentos; sin embargo, lo cierto es que, cuando uno recuerda Los imperfeccionistas, se queda sobre todo con algunos capítulos brillantes (es decir, triunfan los cuentos, no la novela). Los dedicados a Cheung y Cohen son los mejores.

Los cuentos también tienen un armado muy reconocible. El personaje en torno al cual gira la acción tiene un punto débil que producirá su caída. Por dar un ejemplo: a Lloyd Burko, el corresponsal en París, le ha llegado la edad y no encuentra historias para venderle al periódico en su calidad de "freelance"; cuando su hijo, que trabaja en un ministerio de gobierno en París, le cuenta algo confidencial en la comida, Lloyd decide utilizar esa información para escribir la noticia, sin importarle el hecho de que pondrá en riesgo el trabajo de su hijo. El cuento se resuelve con un giro sorpresivo que recuerda a O. Henry. Durante casi todo el libro, estos finales sorprenden de veras, pues nos revelan al personaje en toda su complejidad. Sin embargo, este giro se vuelve predecible, y la novela pierde algo de fuelle: dos de los últimos tres capítulos/cuentos (los de la lectora y de la directora financiera) son los más débiles y llegan a ser inverosímiles.

Lo que emerge de Los imperfeccionistas es una elegía agridulce a ese mundo de "gansos que fingen ser machos alfa". Rachman ha conseguido un sólido debut literario. La edición en español hace justicia al libro al incluir el subtítulo "una novela en relatos". La traducción es precisa y no llama la atención sobre sí misma.

(Babelia, El País, 26 de junio 2010)

Leer más
profile avatar
30 de junio de 2010
Blogs de autor

Actos médicos

La relación médico/paciente es una relación asimétrica o de jerarquía donde el primero es aquel que ejerce desmedidamente el poder. El médico ordena que el paciente abra la boca, que se desnude, que le cuente qué clase de deposiciones tuvo ayer. El enfermo, además de debilitado, se encuentra como anonadado. Sobre todo, si como no es infrecuente, el médico impone su habla, apenas explica el diagnóstico, apenas admite preguntas, apenas resiste a su impaciencia para dar la orden de que pase el siguiente.

 A lo largo de este acto médico usual, el que más abunda, el paciente apenas se le ofrece la oportunidad de manifestarse, de expresarse y dar cuenta detallada de lo que siente y padece. Como consecuencia, sin acaso saberse, el médico pierde una información de primera importancia. En el silencio o poco menos del enfermo será imposible adivinar las circunstancias que rodean su enfermedad y que no raramente la causan o la agravan. Esta brutal desigualdad en el trato no sólo es un despotismo profesional es una incompetencia del profesional médico. Es la ruina y despilfarro de la sanidad y el ejercicio de la mala cura.

Leer más
profile avatar
30 de junio de 2010
Blogs de autor

II. Un lector pantagruélico

Cuando decidido a convertirme en escritor buscaba referencias contemporáneas, y tocaron mis primeras visitas a México a finales de los años sesenta del siglo pasado, entre esas referencias capitales estuvo Monsivais, al lado de Carlos Fuentes y Fernando Benítez, y también al lado de Elena Poniatowska, nombres que solía encontrar en las mesas de novedades de la librería del Sótano vecina a la Alameda, y también en el suplemento La Cultura en México de la revista Siempre!, donde Monsivais oficiaba al lado de Benítez.

            Lo conocí en un viaje que hicimos juntos a Austria en 1971, pasajeros los dos de un inmenso jumbo jet que abordamos en Nueva York, de los primeros que volaban, para asistir a una reunión de juventudes en Salzburgo, que inauguró el recién electo primer ministro, Bruno Kreiksy, y a la que concurrió como expositor dom Hélder Camara, el célebre arzobispo de Recife.

Fue el inicio de una amistad de permanentes afinidades que volvieron siempre a despertar cada vez que lo leía. Y desde entonces, reconocí en Monsivais al lector pantagruélico que era y sigue siendo, provisto como iba esa vez en el avión, además de un lote de libros diversos, de un impresionante mazo de revistas. Y reconocí también desde entonces en él al singular conversador que siempre fue, armado de juiciosos silencios, de pausas para escuchar, o de sonrisas de desdén que valían por la más irónica de sus frases.

Leer más
profile avatar
30 de junio de 2010
Blogs de autor

Vaticanismo en retirada

El siglo XXI de la globalidad multipolar sienta muy mal a la primera institución con vocación global de la historia de la humanidad, la doblemente milenaria Iglesia católica. Su diplomacia fue la más sutil y capaz del orbe conocido. Su cabeza visible y jefe de Estado, el más influyente y prestigiado. Aunque Stalin se preguntaba con sorna por el número de divisiones blindadas del Vaticano, sus herederos mordieron el polvo primero en Polonia y después en el resto del bloque comunista por obra y gracia, entre otros, del Papa más militante y mediático del siglo XX, que fue Karol Wojtila. Pero después de tamaña demostración de fuerza, las lecciones de humildad que está recibiendo el catolicismo oficial y su jerarquía no pueden ser más amargas.

Roma está retrocediendo internacionalmente en todos los frentes, algo que no tiene porque ser beneficioso para los equilibrios internacionales y menos todavía para el multilateralismo. El Vaticano tiene compromisos y cartas a jugar en Oriente Próximo, pero su debilidad le incapacita en muchos casos para actuar eficazmente. La situación de las comunidades cristianas en parte del mundo árabe y musulmán, perseguidas e incluso diezmadas en algunos de ellos, es cada vez más dramática. El Vaticano, en cambio, parece más preocupado y más activo por los crucifijos en las escuelas públicas europeas que por la protección de sus feligreses en esa parte del mundo. La tentación islamofóbica es tan fuerte como peligrosa para el catolicismo oficial. Los ideólogos vaticanistas plantean la relación con el Islam en términos de una competición por mantener la hegemonía en el mundo y sobre todo en Europa. En una posición a la defensiva muy próxima a la idea del choque de civilizaciones. El retroceso no se produce únicamente por la presión a veces violenta del islam radical. También tiene lugar pacíficamente en América Latina, cada vez más penetrada por las sectas cristianas de origen anglosajón. En este contexto, no hay duda de que el escándalo de los curas pederastas es el mayor corrosivo para el prestigio, las finanzas e incluso la confianza de la Iglesia jerárquica en sí misma. La erupción del escándalo en la católica Bélgica, con la detención por unas horas de la entera conferencia episcopal y la profanación por orden judicial de las tumbas de dos cardenales, promete convertirse en un terrible culebrón de consecuencias imprevisibles. Una sentencia del Tribunal Supremo norteamericano, rechazando la inmunidad diplomática a las autoridades eclesiales, el Papa incluido, ha dado luz verde a todo tipo de pretensiones económicas e incluso penales a la hora de exigir responsabilidades e indemnizaciones por la pederastia a toda la cadena jerárquica. Como fondo, el repugnante caso de Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo, cuya biografía  acaba de salir en España, termina de situar a la entera jerarquía eclesial en una situación imposible. Un anciano teólogo de 83 años preside esta rancia y avejentada institución. Los antaño brillantes intelectuales y diplomáticos eclesiales han desaparecido, sustituidos por grises burócratas, incapaces de entender el mundo en el que viven y dispuestos, sin embargo, a encubrir los peores y más perversos delitos de sus sacerdotes. Con contadas excepciones, los partidos demócrata cristianos europeos, que tan bien traducían en términos de influencia política los intereses de la sociedad católica, han sido sustituidos por partidos populistas. La proyección planetaria y mediática intensísima de la Iglesia durante el papado de Wojtila ha derivado ahora en la etapa más negra y depresiva de la reciente historia de la Iglesia y en un papado con enormes dificultades para adaptarse al nuevo mundo global.

Leer más
profile avatar
30 de junio de 2010
Blogs de autor

Desde las sombras

Hace un par de semanas, en una entrevista, el Ministro del Interior chileno recitó de memoria el inicio de La Guerra de Galio. ¿Qué tiene este libro que seduce a los políticos?

 

La literatura latinoamericana está poblada de grandes novelas que radiografían el poder y sus excesos. En general, este poder se ha personalizado en el dictador, en el gran caudillo, aunque han habido obras que han preferido explorar más bien la figura de aquellos que, desde las sombras, mueven los hilos. Una de las más importantes es La guerra de Galio (1991), del escritor mexicano Héctor Aguilar Camín, novela ambiciosa que también se atreve a indagar en la fascinada y compleja relación del intelectual latinoamericano con el poder.

La novela retrata, a lo largo de sus seiscientas páginas, dos décadas de la vida política y cultural mexicana: de mediados de los sesenta a mediados de los ochenta, con mucho alcohol y sexo y conspiraciones de por medio. La guerra de Galio narra principalmente una cruzada: la de Carlos García Vigil y su jefe Octavio Sala, que, desde el periódico La Vanguardia, intentan defender la libertad de prensa de los ataques del gobierno. García Vigil es un historiador del período colonial que, después de la matanza de Tlatelolco en 1968, llega a ser "tocado más que nunca por lo inmediato". Su atracción por el presente, "la urgencia de intemperie", está relacionada con el "salto al vacío de parte de su generación". Su ingreso al periódico será un intento por revelar la verdad de esos turbulentos años setenta en los que se lleva a cabo una guerra silenciosa entre el gobierno y la guerrilla. Si hay silencio, si los mexicanos no se enteran de esa lucha, es gracias a que el PRI, desde el poder, tiene un control casi hegemónico de los medios de comunicación.

El título de la novela es en honor a Galio Bermúdez, otro historiador, que, desde su cargo de Secretario de Gobernación, es una suerte de intelectual orgánico seducido por el poder y sus formas violentas. Su guerra puede entenderse de varias formas: es la represiva del gobierno del que forma parte, la necesaria para que, en la turbulenta década de los setenta, se imponga la razón de estado; es la del intelectual que provee al Estado de una ideología que entiende a la violencia como un instrumento necesario. La lucha es contra la guerrilla, pero también contra los medios de comunicación independientes. Galio logrará que se cierre La Vanguardia, aunque luego Sala y García Vigil abrirán La República, un periódico aun más intransigente (gente del gobierno quiere que ese periódico se abra, por una razón gramsciana: la mejor forma de imponer una hegemonía es permitir "democráticamente" que haya una oposición).

"La moral de la vida pública no tiene que ver con los diez mandamientos, ni con las cuitas de las almas nobles", dice Galio. "Tiene que ver con la eficacia y la eficacia suele tener las manos sucias y el alma fría". Ya lo sabemos: el fin justifica los medios. No es extraño, entonces, que esta novela seduzca a políticos. "Odio la noche", dice el profesor de García Vigil al comenzar la novela. Pero Galio la ama.

(Revista Qué Pasa, 26 de junio 2010)

Leer más
profile avatar
30 de junio de 2010
Blogs de autor

Pausa estival

 
 

Porque una bella amiga me pregunta si la Feria del Libro acaba alguna vez, quiero decirle que gracias al ocio estival, tenemos tregua.

Lamenta, me confìa, carecer de tiempo para todos, pero intenta leer, no sin sobresaltos, a los 89 escritores del Festival de Bogotá. ¿Cómo leer, en efecto, estas vacaciones a esos 98 jóvenes narradores sin que dejen de serlo antes de acabar una de sus confesiones? Incluso estas preguntas, me dice, las ha leído en alguna parte.

No leemos, le respondo, para confirmar la fugacidad de los libros, sino para prolongar su destiempo. Proust, es cierto, necesitó diez mil páginas, pero le dedicó cuarenta a una gran cena y un párrafo a una mera vida.

Emma Bovary, me reta ella, leyó a gusto porque vivía en la campiña. Allí donde los pollos corren crudos.

Para no abrumarla de citas ilustres, concluyo: leemos gracias al azar favorable, en esa intimidad, libres del lugar común.

Puedes dejar de leer sin pena aquello que no ha sido escrito para tí, sin sentirte culpable y, mucho menos, ofendida. Es cierto que los escritores escriben demasiado, pero debe ser porque buscan tus ojos, sin saber que desdeñas las confesiones que prodigan la casualidad.

Después de todo,  dijo un escéptico inglés, los escritores suelen ser una clase de gente que no vale la pena conocer, pocas veces escuchar, y casi nunca leer. Lo peor de la lectura actual no es la profusión de libros, sino el punto de saturación. Si alguien publica todas las semanas, damos su diario por leído. El lenguaje nombra la diferencia, la repetición lo desnombra.

Peor que el horror al vacío es el énfais irrelevante. Lo primero, produjo el Barroco; lo otro, la literatura excesivamente digital.

¿Alguno de ustedes no ha leído todavía el Quijote? ¿Alguien no ha leído aún Cien años de soledad?, pregunto el primer día de clases. Y a las tímidas almas que levantan la mano les digo: Qué suerte, no saben lo que les espera. Los estudiantes que sí los han leído, miran a los analfabetos con admiración.

No me sorprende que Vicente Aleixandre descubriera que era poeta el día que escuchó un verso de Rubén Darío. O que José Watanabe creyera que La voz a ti debida, de Pedro Salinas, era un don que se le hacía deuda. (La voz a mí debida, decía Juan Ramón).

 

Pero sí me sorprende que, hace poco, en México, al bajar de un taxi olvidara mi libreta de notas. Era una de esas agendas optimistas que dedican una página en blanco a cada día. Yo había apurado notas, fragmentos, citas... Vi que el taxi se alejaba sin prisa, y pude haberlo alcanzado y recuperar mi libreta; pero dudé. ¿Y si la dejaba ir? Sentí el extraordinario alivio de no tener que escribir.

Transcribir, revisar, copiar, son labores placenteras y dignas, pero dejar de hacerlo es más prometedor. No creí fuese pérdida lo que parecía tributo.

De modo que estas vacaciones no será preciso cargar con el bolso crecido de las novedades obligatorias.

Pero tampoco leer la prosa lánguida de los cronistas, que leen en la playa novelas en las que alguien languidece leyendo en la playa.

Hay una página escrita para ti, donde te aguarda la luz de la atención. Ese libro se enciende porque encuentra tu voz.

La lectura eres tú.
 
           
           
. 
           
           
           
           
 
 
           
           
. 
           
           
           
           
 

Leer más
profile avatar
29 de junio de 2010
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.