El nombre de Neil Gaiman aún no es muy conocido en lengua castellana, aunque en este momento es uno...

El nombre de Neil Gaiman aún no es muy conocido en lengua castellana, aunque en este momento es uno...

Hace años yo enseñaba cada junio a jóvenes reporteros de Asia y África Periodismo de medio ambiente en el Instituto Internacional para el Periodismo (IIJ) en Berlín. Un día de 2012 una impresionante periodista vietnamita, Hoang Huong, me contó en un inglés imposible pero extrañamente claro la forma en que su generación vivía el trauma de la vieja guerra con Estados Unidos. Fue una lección luminosa.
Como en otros casos, me propuso seguirnos en Facebook, aunque ella solo escribe en vietnamita.
Esta semana me encontré con este texto suyo, y cuando puse el traductor automático, me surgió algo que me suena mucho a poema surrealista.
Este es el ejercicio: desplegué la traducción del vietnamita, le agregué o cambié algunos signos de puntuación, y lo llamé "Poema de los cerdos y la perra".
Si alguno entiende vietnamita, puede que le resulte más graciosa la traducción y sus absurdidades.
* * *
1. Original:
Trước Tết mình về quê, nghe chuyện nhiều người dân trong vùng ế cả đàn lợn đến kỳ xuất chuồng. Có nhà để chết 20 – 30 con lợn to vì ko có tiền cám bã, bán ko ai mua.
Hôm qua bác giúp việc nhà mình ở Bắc Giang lên kể hàng xóm nhà bác phải thả cả trăm con lợn chạy rông, đi đâu thì đi, ai bắt về thì bắt vì ko nuôi được, ko bán được. Các góc vườn bãi rác đầy lợn chết đói (dù thịt lợn giá vẫn cao). Người chăn nuôi bị knock out một cú mất tiền tỷ, trăm triệu ko thể ngóc nổi, ko thu hồi vốn để kinh doanh tiếp. “và sắp tới lợn TQ sẽ ùn ùn chở vào”, một người nói.
Haizz!
* * *
2. Traducción de Facebook:
Mi trenza antes en casa, escuchando la historia muchas personas en el área de espera todos los cerdos a las sugerencias de la jaula. Hay una casa de 20-30 cerdos to porque no tengo dinero muchas desgracias, nadie compra venta.
Ayer tío sirvientas en consolidación hasta contar el vecino tengo que soltar un centenar de cerdo correr, ir, ir, quien se acerca a no alimentar, no se vende. La esquina parque basurero lleno de cerdos muertos de hambre (aunque la carne de cerdo, el precio es alto). Los ganaderos sufren knock out una enorme pérdida de dinero millones, millones no puede hablar, no retirada de capital para el negocio directo. "y llegando a los cerdos en en china se transportaba en", un hombre dijo.
Perra!
* * *
3. Poema de los cerdos y la perra
Mi trenza
antes
en casa
escuchando la historia.
Muchas personas en el área
de espera…
Todos los cerdos
a las sugerencias
de la jaula.
Hay una casa de 20-30
cerdos
¡to porque no tengo dinero!
muchas desgracias,
nadie compra
venta.
Ayer tío
sirvientas en consolidación
hasta contar el vecino
tengo que soltar un centenar de cerdos
correr
ir
ir
¿Quien se acerca a no alimentar?
No se vende.
La esquina parque
basurero lleno de cerdos muertos
de hambre (aunque la carne de cerdo… el precio es alto).
Los ganaderos sufren knock out
una enorme pérdida
de dinero
millones, millones
no puede hablar:
no retirada de capital para el negocio directo.
"Y llegando a los cerdos en China se transportaba en"
Un hombre dijo:
¡Perra!


En una ocasión me dijo mi propia voz desde el corazón del sueño:
No diluyas tu imaginación en mil movimientos sin sentido, provisionales y miserables. Establece con ella un pacto creativo.
Oblígala a ejecutar trazos que no se esperaba. Dale una oportunidad precisa y clara a los sueños de la imaginación que, como los de la razón, no sólo producen monstruos.
Y cuando producen monstruos, has de averiguar su naturaleza. A veces esos monstruos dejan de ser lo que son y se convierten en iluminaciones.
Más monstruos produce la falta de imaginación que la abundancia. Los tiranos matan por falta de imaginación.
Y no olvides que no hay experiencia que supere, en intensidad y emoción a la experiencia de la creación. Puedes preguntárselo a Dios, y puedes preguntárselo al Diablo. El mal y el bien tejen su dialéctica en la imaginación, y las zonas claras no brillarían nada si no se apoyaran en las oscuras. La luna susurrando paradojas en mitad de la negrura.

De modo casi mágico,
tras la tercera sesión de quimioterapia
el tumor manzano
se ha convertido
en un garbanzo
y, también,
las metástasis óseas han
regresado como ciegas carcomas
a sus escondrijos.
Otras han concluido, además,
sin dejar rastros vivos.
En su lugar,
una blanca sensación
de cura primogénita
sopla desde ayer
como una brisa sencilla
sobre la superficie
o incluso la hondura
infame e ilocalizable
de este cuerpo tan propenso
a reaccionar sufrir
sin terminar aún.
Cantones y revueltas
de una blanda arquitectura
tan propensa a la confusión
parecen ahora conmoverse
benefactoramente
ante la llegada del veneno
tan siniestro como diabólicamente
salvador.
Una melodía medicinal
acompaña
su paso
y ya se escucha
en sus guaridas,
cada vez más desgastadas
el débil sonido de un perfume
proverbial.
Tiempo adicional
sobre reductos
aun más atemorizados,
ante la guerra química
que, en este caso,
se administra
en una sala de juego hospitalario
donde otros calvos y calvas, reciben
semejante colación,
insulsa, incolora, inconsecuente.
diga lo que diga
la nueva medicina de colores.
Puesto que esta afección
proviene de
sentinas sin luz,
acaso pecadoras natas,
y tan oscuras ofuscadas
que, ni ellas mismas,
inermes,
trasmiten la razón de su
quehacer.
Todo embozado, acorazado,
insensato.
Enfermedad medieval
sin crónica ni catalogación.
Una invasión de
menudos alicientes vermiculares,
virus o bacterias,
que se evaden,
juntan o tropiezan
entre torpes
maniobras
de animales y sus deyecciones
plantas y su fatal putrefacción.
Suma de bendiciones
o maldiciones sin nombre
que derivan en
en el indolente sueño
por goteo, por insonora perversión.
La suerte las divide y nos divide
por la divina arbitrariedad de conceder
bien y mal, vida y muerte en
actos de indiferencia absoluta.
Mentira, ignorancia, verdad.
Ni la mendacidad ni la veracidad
ni la venalidad ni el crimen
cuentan.
El destino obra sin tino.
Mediante pocas palabras
(Des-tino. Desa-tino)
y pese a la creencia
universal
A pesar de ese confiar
En la capacidad de su mente
y en su sagrada o
tan reescrita
longitud de miras.


Unos trajes
sin botones
llegaron del sastre
prestos -dijeron-
para la boda.
La boda esperaba
en el hondón
de un bosque
poblado de pinos
y en su centro
geométrico
racimos
de luz.
Una claridad
intermitente y
risueña.
Una mancha
estelada
de felicidad
que hacía pensar
en la sana belleza
de los pulmones.
Aplausos
del cuerpo limpio
y cuajado de porvenir.
Un futuro
escenificado
que hacía pensar
en los pulmones
que en la infancia
iban a embellecerse
en un parque
público y circular
donde nos congregábamos,
media docena
de mañacos
vigilados
por nurses
vestidas con ropas negras
y un delantal
de almidón.
Tiempos tiernos
o de la convalecencia
que el doctor
dictaba
tras la persistente
tos ferina.
Ningún niño
había cumplido aún
los diez años
y los juegos
se caracterizaban
por la debilidad
o la desgana
subyacente
que sembró
el bacilo entre
aquél universo
pequeño-burgués.
Pero nada
inquietaba ya
al grupo de postenfermos
circundado ahora
por el aroma
de las coníferas.
Un circo de cipreses
que, visto hoy,
con cincuenta años
de distancia,
se reproduce
como un anillo
semejante al de la boda
en el pinar.
Los vestidos blancos y negros.
de las nupcias,
la luces que se filtraban
entre las ramas,
los novios
y la comitiva
lentificados
ante el ceremonial.
No tosían ya
sino que
a estas alturas
cada cual
se había provisto
de una defensa
sexual
entonces transparente
ante la
sucesiva adversidad.
Una pintura
acrílica
secaba
virando
hacia el rosa
mucho antes
del amanecer.
Una plástica
sobre el lienzo
que recordaba,
falsamente,
claro está,
el tiempo que regresa
desde la boda
a la tos ferina,
y avanza
desde la tos ferina
al pastel
de aquella noche
en que cantamos
sin dejar de pensar
en los lucientes trajes de boda
sin el complemento
de los botones, en la chaqueta
y en el pantalón.


Veo a los niños
comportarse
como vegetaciones
precoces.
Los veo reír
impunemente,
los veo bregar
sin modos
ni finalidad.
Son niños sin
nombre propio
y sin propósito.
Seres humanos,
(supuestamente)
que no conocen
el destino,
ni la tragedia,
ni el valor de la riqueza
ni la miseria común
Niños sin pasión.
Habitados por un cascabel
y una lámpara
y una cereza.
Sin certezas.
Ausentes de la suerte
o la adversidad.
Son sólo
subproductos
de una mina,
de una pastelería
o del sentido común.
Ejemplares
de una mecánica cuántica
(cárnica),
una fábrica de conejos,
y una ensalada del mar.
Niños y niñas
sin reglas o
ambiciones coloradas,
sin sentido del deber,
o del vicio de pensar.
Su tierno volumen
se compone,
en esencia,
del espacio
desocupado e interior.
Ahí empieza y termina
su daño,
su desorientación,
su sino
sin sí ni no.
Vivos sin mente
para reconocerse
suficientes o vanos.
Semovientes
sin programa alguno.
Bladíes modelos
se una especie
de cuyos vestigios
son una secuela
en espiral.
Sin edad,
sin aflicción
debida la aflicción.
En ese juego se enjuagan ellos.
En ese juego nos enjugamos.
Hipócritas o creontes.
En el concierto
que musicaliza
su encantadora
ignorancia.
Nuestro inocente
y terrible
temor
a morir.

Uno de los puntos más sugestivos (y para mí indiscutible) del debatido artículo de Javier Marías ‘Ese idiota de Shakespeare' era el recordar la matriz literaria del teatro. Desde su origen formó parte del cuerpo de la escritura, aunque, naturalmente, llegando en su plasmación ideal como representación o mediación. Al igual que la música. Ambas artes tienen su plena realidad en la "performance", pero el guión que permitirá esos logros está escrito, y como tal se trasmite, constituyendo la base de nuestra admiración y nuestro deseo de seguir disfrutándolo.
Siempre he desdeñado el perezoso latiguillo de "teatro para ser leído", sobre todo teniendo en cuenta que la frase les fue aplicada, entre otros, a Fernando de Rojas, a Valle-Inclán, a Eliot, a Claudel o Marguerite Duras. Soy de los que disfruta asiduamente del teatro cuando está hecho con imaginación figurativa y rigor textual, pero desde mi adolescencia, gracias a la biblioteca de mi teatrero abuelo que heredó mi padre, he sido un gran lector de ese, llamémosle así, género. Y el género continúa publicándose, no sé si con la debida atención de los medios periodísticos e intelectuales.
Recomiendo aquí algunas ediciones recientes, que van desde el rescate del teatro, poco conocido y muy meritorio, de Ramón J. Sénder (Editorial Larumbe) al ‘compacto' de Penguin de la obra teatral completa de Cervantes, para que no todo sea ‘quijote' una vez acabado el gran año santo de los Tres Genios (Shakespeare y El Inca Garcilaso serían, claro está, los otros dos). Hay, junto a esos nombres clásicos, piezas contemporáneas de notable calidad, y las tres que voy a citar están, además, de actualidad. La editorial segoviana La Uña Rota, que había sacado con anterioridad la mayor parte del teatro y la obra ensayística de Juan Mayorga, publica ahora, en sintonía con el estreno en Madrid, su nuevo y muy sugestivo drama ‘El cartógrafo', que sigue en cartel hasta final de febrero, antes de iniciar gira. Leí con gran placer el texto después de ver la función, con la memorable personificación de Blanca Portillo de sus tres roles femeninos. También está en cartel, en una muy bien resuelta producción del Centro Dramático Nacional, ‘Los Gondra, una historia vasca', del dramaturgo bilbaíno Borja Ortiz de Gondra, que ha escrito, con acentos personales y aguda mirada histórica, un fascinante fresco político y familiar; aquellos que no la puedan ver escenificada cuentan con su riquísimo texto editado en libro por el propio CDN.
Destaca, por último, la oportuna traducción por Dos Bigotes, la valerosa editorial de libros de amplio espectro LGBT, de ‘Tan sólo el fin del mundo', la obra maestra del malogrado autor francés Jean-Luc Lagarce, coincidiendo con el estreno de su adaptación al cine por Xavier Dolan. Pieza de rotunda belleza, que llega en el libro con un muy cuidado material de apoyo (y el acierto, sea dicho de paso, de añadir al título el adecuado adverbio ‘tan' que no lleva aquí la película), vale la pena comparar las libertades que se ha tomado Dolan con su magnífico elenco de actores y leer por sí mismo ese texto poemático y narrativo marcado por el dolor, la rabia y la más desnuda verdad.
