Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

Cinco apuntes sobre los Oscar: 'No Country for Old Men' (2)

Este es otro caso de film que sufre en comparación con el libro que lo inspira. La novela original de Cormac McCarthy es magnífica, una obra de esas que recurre en nuestras pesadillas. La anécdota no tiene nada de especial. Un hombre llamado Llewelyn Moss encuentra por azar un maletín lleno de dinero. Huye con el tesoro, perseguido por un asesino profesional de nombre Anton Chigurh. Y detrás de la siembra de cadáveres -siempre detrás, culposamente detrás- va el sheriff Bell, un policía veterano que admite no haber visto tanta sangre junta en la totalidad de su carrera.

La riqueza intelectual está en el tenue hilo que une a los tres hombres, lo que Cinthia Ozick llamaría ‘el túnel cavado entre una mente y la otra'. A pesar de que casi nunca se cruzan, los hermana la sensación de estar en las inmediaciones de algo parecido a una revelación. En Moss (interpretado en la película por Josh Brolin) es el deseo de romper con la monotonía cotidiana, aun al precio de arriesgar la vida. En Chigurh (Javier Bardem) es el coagularse de algo similar a una filosofía: Chigurh se asume no como un criminal sino como un colaborador del destino, en la medida en que da cumplimiento a la suerte que sus víctimas han elegido para sí al actuar tal como actuaron. Y en Bell (Tommy Lee Jones) es un temblor del alma, que lo impulsa a renunciar al intento de comprender lo insondable del espíritu humano. Los tres son muy distintos y al mismo tiempo comparten esa sensación de ser piezas de un juego que los excede, y que jamás comprenderán del todo./upload/fotos/blogs_entradas/no_country_for_old_men_1_med.jpg

No Country for Old Men es uno de los mejores films de los hermanos Coen en mucho tiempo. Por lo general sale airosa de la representación de ese universo al borde del Apocalipsis que es tan propio de McCarthy. (En su última obra, The Road, el Apocalipsis ya ha tenido lugar.) Pero como por lo general los Coen suelen preservar una distancia irónica respecto de todos sus personajes, al tiempo que se permiten jugar con las convenciones del relato, su entrega a la sensibilidad salvaje de McCarthy puede prestarse a confusiones. Por ejemplo: el momento en que respetan literalmente una elipsis del texto -McCarthy escamotea un enfrentamiento central, porque la novela quiere privarnos de toda catarsis liberadora-, el recurso no suena esencial al relato, como en el libro, sino a un nuevo capricho de los Coen.

Lo que profundiza aun más su alejamiento del nudo del texto es la marcación actoral que los Coen hicieron a Javier Bardem. En el film, Chigurg es un psicópata que inspira miedo a simple vista, dotado además de un corte de pelo más propio de los Osmond Brothers que de un profesional del crimen: otra chiquilinada de los Coen, deseosos como siempre de llamar la atención del profesor de la clase a fuerza de ocurrencias que imaginan brillantes. Este Chigurh es el típico asesino maléfico de tantas películas. El Chigurh del relato, en cambio, es un hombre de apariencia tan común que nadie logra recordar sus rasgos. El terror que inspira en Bell deriva precisamente de esta ‘normalidad', porque sugiere que el trabajo de Chigurh es algo que cualquiera de nosotos podría hacer dada la circunstancia -como nos enseña tanta historia reciente, de Auschwitz a esta parte.  

Leer más
profile avatar
21 de febrero de 2008
Blogs de autor

Carambola geopolítica

Al intentar destruir con un misil antimisil un satélite espía, el USA 193 Radarsat sobre el que ha perdido el control, Estados Unidos no sólo acabará con la amenaza de que sus trozos acaben cayendo sobre poblaciones, sino que demostrará al mundo y especialmente a China y a Rusia que está a la cabeza de las armas antisatélites. El disparo se diferencia poco del que usaría contra una cabeza nuclear enemiga en su sistema de defensa contra misiles balísticos, versión más modesta y actualizada, aunque aún de dudosa eficacia, de la llamada guerra de las galaxias de Ronald Reagan.

EE UU es el país más dependiente en los satélites para su vida, normal y militar. A principios de 2001, bajo la dirección de Donald Rumsfeld, que iba a ser en unas semanas jefe del Pentágono en la Administración Bush, la Comisión para la Valoración de la Organización y Gestión del Espacio para la Seguridad Nacional de EE UU alertó contra la posibilidad de que el país se viera cegado por lo que el informe describió como un "Pearl Harbour espacial", ante un ataque contra sus satélites. La destrucción de un satélite meteorológico por China con un misil a principios del año pasado hizo sonar varias alarmas ante la carrera militar por el espacio. EE UU se ha resistido siempre a aceptar prohibir la militarización del espacio.

Destruir el Radarsat antes de que caiga a la Tierra le viene muy bien para otros objetivos. Es la primera vez que lo va a intentar desde 1985. Por lo que han explicado los propios mandos militares norteamericanos, el misil que se utilizará será un SM-3 (Standard Missile 3), lanzado desde un buque equipado de sistema Aegis para la defensa antimisiles, probablemente desde el Pacífico. Su alcance es más limitado que el de los interceptadores desde tierra americana que EEUU quiere instalar también en Polonia. Éstos han de acercarse a su objetivo a una altura superior.

Como señala Stratfor, servicio privado de análisis de inteligencia, la tecnología contra misiles no difiere tanto de la que se puede usar contra satélites, aunque resulte más difícil alcanzar una cabeza nuclear cuando está realizando su reentrada en la atmósfera. El Pentágono y los militares quieren demostrar así que tienen "el arsenal antisatélite más robusto" del mundo, y de paso que su escudo antimisiles ya no es un sueño lejano, menos aún cuando esta Administración ha denunciado el tratado ABM de 1972, que lo limitaba. Era una de las piedras de toque de la estabilidad del equilibrio del terror de la guerra fría. El mensaje a China y Rusia es claro. También a Irán y otros países que se están dotando de cohetes de largo alcance.

Publicado en El País, 21 de febrero de 2008

Leer más
profile avatar
21 de febrero de 2008
Blogs de autor

Fidel Castro, escritor

Podemos leer la carta de Fidel Castro a los cubanos como el testamento de un hombre al que siempre le resultó más fácil hablar que escribir. Nada queda en el texto divulgado por Granma de la grandiosa teatralidad de sus actuaciones públicas; muy poco subsiste de la elocuencia que conmovía a las masas hipnotizadas.

Pero la brevísima disertación autobiográfica tiene su interés y no vale la pena conformarse llamándola "carta de dimisión". Lo sustancial se esconde detrás de algunas frases y leyéndolas uno debe preguntarse ¿a quién se dirige Fidel? ¿A quién dedica las sutiles consideraciones de su mensaje?

Quizás a los fervorosos partidarios del régimen, que hace tiempo temen sufrir la soledad de los huérfanos.

A lo mejor a los más razonables de sus herederos, conscientes del declive que aguarda a un régimen hecho a imagen y semejanza de su paternal tutor.

Sin duda la carta quiere consolar el corazón entristecido de sus admiradores y, en cierto modo, paliar la furia de sus detractores. Varias veces apela a la inteligencia.

En cualquier caso, la carta se dirige al único interlocutor que importa a Fidel Castro: la posteridad. Es un tuteo que mantiene desde hace tiempo.

El dictador derrotó a sus enemigos, sedujo a sus adversarios, humilló a sus contrincantes. Se elevó por encima de los traidores, de los taimados, de los dubitativos. Fue el fuerte, el único, el gran Yo de su yo, mientras la mayoría de sus contemporáneos, incluso los que presumían de ser sus amigos, caían aniquilados por la decadencia o la confusión.

Fidel Castro no cede ante nadie. Tan sólo en un lugar existe la potestad de dar por concluida su Historia: y este lugar es la muerte. Sólo con la muerte negocia Fidel. Y esto es lo que está haciendo.

"Mi deber -dice Fidel desde la clínica y a sus años- es no aferrarme al cargo ni mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes". No aclara por qué le costó tanto tiempo cumplir su deber.

¿Un inesperado rasgo de humor en boca del comandante?

Un par de párrafos antes había dicho: "mi deseo es cumplir el deber hasta el último aliento".

Ningún lector debe sentirse defraudado pues a pesar de la brevedad, el género epistolar resuelve sus cábalas: Fidel renuncia pero permanece.

El último párrafo de la carta es una sorprendente promesa: "seguiré escribiendo". Y anuncia el título elegido para su libro:"Reflexiones del compañero Fidel".

Pero la "autobiografía" del comandante ya la escribió un cubano exiliado, Norberto Fuentes. El segundo tomo apareció el año pasado, en la editorial Destino, de Barcelona. Ya les contaré.

Leer más
profile avatar
20 de febrero de 2008
Blogs de autor

Presente, payador

Cierto es que fueron más los buenos que los malos. No quiero ni pensar en esos bestias que a mis padres les repartían reglazos y hasta bofetadas. (Mi padre alguna vez, con diez años, recibió una bien puesta de su profesor, misma que respondió con certera patada en la espinilla y carrera inmediata a la oficina del director, donde obtendría al cabo indulgencia plenaria.) Pasados los tres años en la asquerosa escuela lasallista donde la delación solía ser estimulada y recompensada, sólo padecí ya a uno que otro aburrido e hice cierta amistad con varios de ellos, incluso los que aún me reprobaban.

     Me importaban bien poco, para entonces, los números de mi aprovechamiento escolar. Recibía para entonces cada mala nota con el talante de un enemigo de Batman. Ya en la universidad, los mejores maestros solían ser vetados por los alumnos más cuadrados, que preferían tomar el dictado a ser objeto de cuestionamiento alguno. Aunque al final aquella universidad -la Iberoamericana, cuya carrera de Letras tenía apenas unos cuantos matriculados, la mayoría desafectos a la escritura- ofrecía perspectivas inmejorables en los pasillos y la cafetería, donde las musas eran legión y ya eso me bastaba para colmar la vida de intensas perspectivas literarias. Hasta que conocí al poeta Hugo Gola.

     Detestaba perderme una sola de sus clases, tanto que hasta dejaba alegremente la cafetería y olvidaba sus musas para acudir puntual a esa vibrante cita que era la clase de Poesía y Poética, misma que Hugo impartía en rigurosas minúsculas, pues detestaba tanto el academicismo que se reía de mi gusto por la poesía de Octavio Paz. ¡Vallejo!, contraatacaba con la sonrisa luminosa y voraz del niño que recién ha descubierto un tesoro debajo de una piedra. Tal era el tono de la clase entera: un hombre deslumbrado que habla, escucha y lee con los ojos de fuego y una sonrisa de amplio escaparate.

     Se carcajeaba de esos lectores pudibundos que no se atreven a leer en voz alta, entendía la poesía como música y se refocilaba en sus ecos, resuelto a confundir a la enseñanza con el contagio. Una vez nos sacó de la clase para sentarnos en un jardín, frente al crepúsculo del cual, aseguró, recibiríamos las mejores lecciones de poesía; otra nos desafió a decir el nombre de un árbol cercano, que por supuesto nadie atinó a adivinar. ¿Y así queríamos hacernos poetas?

     Algunos nunca lo pretendimos, pero Hugo ya insistía en la necesidad de escribir una prosa preñada de música, y esas solas palabras eran música para los oídos del narrador que yo quería ser. Por eso recibí como un regalo extraordinario su invitación a presentarme en dos de las sesiones de su club de poetas disfrazado de taller literario, que ocurrían de noche, en su casa invadida de payadores -así era como le gustaba llamarnos- a los que repartía consejos entusiastas y deslumbrantes. Fue gracias a su recomendación expresa, luego de que escuchó con atención quirúrgica la lectura de uno de mis embriones de novela, que leí Corrección, de Bernhard. Me haría bien, sentenció con ojo colmilludo, no sé si imaginando que sus observaciones me llevarían a dar tantos virajes como embriones dejé por el camino.

     Cierto es que nunca antes me vi tan lejos y tan cerca de hacer literatura. Quedaba la impresión, luego de tantas risas compartidas, de que aquel profesor que parecía todo menos profesor era la encarnación de la escritura. Por eso aquí y ahora lo recuerdo a él, bueno entre buenos, y al hacerlo regresan los demás. El que en muy buena hora sugirió que dejara esa carrera de mierda y abrazara a la vida con todos sus riesgos. La que me soportó por simpatía y me bajó los humos por deber. El que me plantó un siete y me aclaró que merecía el diez, pero no se le daba la gana ponérmelo porque quería verme hacer algo más. Y aquella que, muy niño, me abrazó a medio llanto hasta que una sonrisa triste lo reemplazó. Es para ellos que aquí mismo me robo un trozo de poema de Hugo Gola (cuyo rastro he perdido desde entonces, pero jamás, sin duda, su memoria fresquísima):

y si el vuelo
blanco
fuera la mano de dios
y el mar
su alcoba?

 

 

 

Leer más
profile avatar
20 de febrero de 2008
Blogs de autor

El decoro y la grieta

"Sí joven amigo -insistió con gesto de dignidad, al oír que seguían riéndose de él- me tira de los cabellos"

"El funcionario debería tener algo más de cincuenta años y era robusto, de talla mediana, calvo, con unos cuantos cabellos grises... vestía un frac negro hecho jirones con un único botón, que el hombre se abrochaba con el mayor cuidado, impulsado por una instintiva buena educación.

Catalina Ivanova se precipitó sobre su marido con el fin de escudriñar sus bolsillos. Marmeladov no ofreció la menor resistencia e incluso levantó un poco los brazos para facilitar el registro... Dejándose llevar por un arrebato de ira, cogió a su marido por el cabello y lo arrastró hasta el interior del cuartucho. Marmeladov siguió dócilmente apoyándose en las rodillas. ‘No crea que me siento enojado por esto' -decía mientras tanto a Raskolnikov- ‘es un placer para mí, un verdadero placer, se lo aseguro' -continuó mientras Catalina Ivanova le sacudía violentamente la cabeza, hasta conseguir que una vez rozara el suelo con ella.

...Entonces se abrió la puerta interior y en su hueco aparecieron los rostros, curiosos y burlones, de varios realquilados, tocados con casquetes redondos y fumando sus pipas o cigarrillos... Todos reían divertidos. Lo que más les regocijaba era oír decir a Marmeladov que le gustaba que le tiraran de los pelos."

Fedor Dostoievski. Crímen y castigo.

Leer más
profile avatar
20 de febrero de 2008
Blogs de autor

Fidel se va

La carta de Fidel Castro, ayer, en el diario oficial del partido único de Cuba me ha jodido un día entero. Fidel se va, ¿qué va a pasar?, me preguntaron varios periodistas recordando trabajos míos sobre la isla caribeña. Claro que no es posible contestar. Fidel se va, pero no tanto, pues sigue teniendo la posibilidad de expresarse en el diario Granma, que publicó su carta. Y tenemos que esperar a que llegue el domingo para saber si Fidel se va del Consejo de Estado. Puede irse, pero se queda la nomenclatura que vive en La Habana entre el nuevo Vedado y Siboney, y gobierna el país desde hace medio siglo sin mucha transparencia.

Fidel es un caso aparte, una figura, un líder que no comparte nada con nadie, un cubano por encima de todos los cubanos. Cuando un cubano mira al viejo dibujo de Falco (un dibujante de La Jiribilla) que viene con este post, entiende enseguida que la isla es el comandante en jefe pues se ha creado sólo para sus espaldas este distintivo: una estrella rodeada de laureles sobre un diamante de dos vertientes negro y rojo. No habrá otro Fidel pero su entorno queda intacto y la pregunta pertinente no es ¿qué va a pasar? sino ¿se mantiene una nomenclatura cuando desparece el líder que la configura como grupo de apoyo a su poder?

Existe una respuesta: un libro publicado en 2007 que es, a mi parecer, la única lectura que corresponde al momento actual: Looking Forward (University of Notre Dame Press) editado por Marifeli Pérez-Stable. Hay una traducción al español: Cuba en el siglo XXI, de la editorial madrileña Colibrí, lectura ineludible para todo lo que tiene que ver con la isla. Leí la versión americana el año pasado por una razón sencilla: todos los especialistas de Cuba aparecen en una especie de show sobre el futuro: Jorge Domínguez, Carmelo Mesa-Lago, Daniel Erikson, Rafael Rojas, etc. Todos intentan responder a la pregunta de lo que va a pasar después. No se puede resumir sus tesis pero me parece interesante destacar la arquitectura del libro: cada capítulo plantea una pregunta clave. Es meramente la suma de las respuestas que van a definir la suerte de Cuba. Son doce capítulos como doce apóstoles que cantan el evangelio del futuro:

1. La democracia. En un país que no tiene mercado interno y que utilizó movilizaciones de masa detrás de su líder como principal institución política, el heredero de Fidel tendrá que dar una forma a la vida política.

2. Relaciones entre civiles y militares. El papel fundamental del ejército en la vida económica y política de Cuba se reconfigura de manera permanente desde el fin de las guerras internacionalistas, es imprescindible encontrar un punto de llegada a esta evolución.

3. Entorno legal y constitución. Desde la constitución de 1940, Cuba no ha tenido constituciones, poder judicial o leyes sino copias de modelos de Europa del Este y soluciones a situaciones de emergencia, habrá que definir las reglas del juego para el futuro del país.

4. Sociedad civil. En Cuba, el Estado lo controla todo menos la iglesia católica, entonces la reconstrucción de una sociedad civil es una tarea de por lo menos una generación.

5. Relaciones entre géneros. Queda por definir lo que será Cuba para hombres y mujeres después del machismo-leninismo.

6. Relaciones raciales. La abolición oficial del racismo al principio de la revolución tapó problemas que quedan pendientes y, quizás, se amplificaron.

7. Transición económica. La economía cubana es el desastre mejor logrado en la historia del socialismo, todo queda por hacer.

8. Política social. Compartir la pobreza es un modelo atractivo para los militantes políticos que viven afuera de la isla, pero mejorar el nivel de vida de los cubanos es imprescindible.

9. Combate contra la corrupción. Por el momento, la corrupción es el incentivo único de la vida económica y también el principal sistema de redistribución, no va a perder su papel trascendental sin una política dedicada a su erradicación.

10. Papel de la emigración. Más del diez por ciento de la población cubana vive fuera y dispone de recursos económicos que pueden aplastar a los que se quedaron en la isla.

11. Ideología. La confrontación (con la contra-revolución, el capitalismo, EE. UU., etc.) es la única metáfora de la vida interna de un país que necesita una nueva representación de sí-misma en caso de una transición.

12. Relaciones con EE. UU. Con o sin paranoia, es verdad: el vecino del norte es potente y cercano.

En mi opinión, no hay una pregunta sino doce para decir lo que pasará cuando se vaya Fidel. Pero me parece que existe un elemento común a todas las respuestas. Es lo que dice el ex presidente del Brasil, Fernando Henrique Cardoso, en la introducción del libro: "la suerte de Cuba se va a decidir primero dentro de Cuba".

Leer más
profile avatar
20 de febrero de 2008
Blogs de autor

Estrategias

Rafael Argullol: Un poema de Baudelaire en principio parece que expresar radicalmente el anti-amor, pero también se convierte en una forma fulminante de amor.
 
Delfín Agudelo: Tanto la cartografía personal como la escritura como acto que completa resumen en gran medida la escritura amorosa. Por esto, podríamos decir que la escritura de una carta de amor es un gesto narcisista, un juego ilusorio: se cree estar pensando en el ausente, cuando el realidad se está pensando en uno mismo.
 
R.A.: Al contrario de lo que comúnmente se admite, tanto el amor como la muerte son productos de la imaginación, más narcisistas que el placer y el dolor. En el caso del amor toda carta amorosa generalmente tiene un único destinatario, que es quien la escribe, no quien la recibe. Desarrolla una especie de larguísima circunferencia en medio de la cual está el teórico receptor, pero que fundamentalmente se espera la segunda parte de la circunferencia, que es cómo llega de nuevo hacia el escribiente. Esa es la gran fascinación de la carta de amor, que quien la está escribiendo puede que llegue a pensar incluso desesperadamente en una mujer, pero sobre todo está pensando en cómo esa mujer le va a responder. El que la escribe, entre líneas está pensando también en la respuesta. Por esto yo diría que es un proceso extraordinariamente moroso, extremadamente parsimonioso, y en la medida en que hemos ido abandonando las cartas de amor se ha ido abandonando también ese proceso en el cual el que escribía estaba pendiente de la propia recepción.
Es muy curioso el género amoroso en nuestros días, cómo la carta de amor ha ido siendo sustituida por la rivalidad del teléfono, luego con la de los e-mails, y por último con la de los sms. El sms es un lenguaje lapidario, conciso, extraordinariamente adecuado para las trampas del placer, para tender y recibir trampas eróticas, porque está basado en la síntesis y en cierto modo en poner pequeños pedazos de queso en la ratonera, a ver si pica el ratón. En cambio la carta amorosa es una estrategia en la cual uno quedaba muy retratado, por lo que iba con mucho cuidado, precavidamente. Incluso la carta amorosa más breve es la que uno imagina que se ha pensado con extraordinario detenimiento. Es interesante ver cómo los géneros de la comunicación amorosa se han ido volviendo cada vez más sintéticos, y en cierto modo cada vez más tramposos; o de trampas más vinculadas a lo que sería la propia trampa del encantamiento de la publicidad de nuestra época.
Leer más
profile avatar
20 de febrero de 2008
Blogs de autor

Sucederá en Cuba

Fidel Castro ha renunciado a ser presidente de Cuba (lo de comandante en jefe es un título simbólico, pues el jefe de las fuerzas armadas es su hermano Raúl). Tampoco ha hablado, aún, de la secretaría general del Partido Comunista) Si hubiera fallecido, la situación sería distinta. Castro, de momento, deja los cargos que no el poder, pues seguirá influyendo. Así, siempre de momento, lo que sigue avanzando desde  que transfiriera temporalmente el poder a su hermano Raúl en julio de 2006, es una sucesión sin transición. Aunque probablemente veamos en Cuba que siguen cambiando algunas cosas.

Mucho se habla del "modelo chino". Es decir, de que Cuba se abra económicamente, lo que levantaría una parte de la presión, pero el actual régimen siguiera en control de la política, sin que se abra una transición hacia un sistema democrática. Puede ser, durante un tiempo. Los chinos y los cubanos se parecen en su instinto para el negocio. Pero, más allá, las diferencias se esfuman. Cuba es un país pequeño, geográficamente próximo a EE UU, con una parte de su población en Miami, en el que un 70% de los cubanos tiene un abuelo o abuela española. Será difícil controlar una ebullición política para avanzar a un régimen de libertades que conocen. Aunque también hay que contar que Cuba ha salido de la asfixia gracias al petróleo de Chávez y a las inversiones no ideológicas, sino mercantilistas, de China, aunque estas no bastan para levantar la economía cubana. Y si la UE y España pueden ahora influir es porque han recuperado un cierto grado de interlocución con el régimen sin perderlo con la disidencia. De haber seguido la política de Aznar, no estaríamos en esta situación.

El hecho de que se permitiera una discusión, grabada y difundida por la BBC, del presidente de la Asamblea Popular cubana, Ricardo Alarcón,  con estudiantes que le criticaban, es un señal de que todo no va a seguir igual. Aunque  también es significativo que el estudiante en el centro de esta polémica, Eliécer Ávila, ante la confusión creada, saliera a defender que el lo que quería es apoyar y mejorar la "revolución socialista". Un eufemismo claro, pues hoy todo el que puede hablar lo hace diciendo que quiere defender. "revolución socialista". Pasado mañana será otra cosa, cuando la disidencia interna se transforme en oposición, o cuando el avance hacia una economía de mercado, en una sociedad creativa, ponga en marcha otras dinámicas.

De momento, y a pesar de EE UU, lo que sucede en Cuba sigue siendo una sucesión. No podrá pararse ahí. Sucederán muchas otras cosas. Cuba debe normalizarse, lo que implica también evitar volver a convertirse en el burdel de Estados Unidos y una parte de Europa.

Leer más
profile avatar
20 de febrero de 2008
Blogs de autor

III. Miseria, madre del crimen

Álvaro Colom, un ingeniero industrial de convicciones y aspecto que no tienen nada de vengador justiciero, y que semeja más bien a un profesor universitario con el que sus alumnos se comunicarían sin dificultad, planteó durante su campaña el asunto de la violencia que asola a Guatemala como algo profundamente soterrado en la situación de miseria y atraso institucional, que tiene mucho que ver con la ineficacia de la justicia, en la que la gente común no cree, con la corrupción policial, y a  la vez con la pobreza crónica, el desempleo y la falta de oportunidades.

Que la gente en los barrios y en las aldeas no cree en la justicia, se ve en la frecuencia con que se producen linchamientos, no sólo contra los cobradores de protección de la mafia, y ladrones cogidos in fraganti, sino también contra personas acusadas de robar niños, otra de las industrias criminales más florecientes del país. Que la policía está corrompida, y penetrada por el narcotráfico, lo demuestra el caso de los diputados al Parlamento Centroamericano, del partido de derecha ARENA de El Salvador, secuestrados en una carretera y luego asesinados por agentes de la policía al servicio de los carteles de la droga.

Por eso el discurso de la mano dura del general Pérez Molina conquistó a pocos menos de la mitad de la población en la segunda vuelta electoral, y tuvo votos sobre todo en la ciudad de Guatemala. Colom ganó gracias al voto rural. 

Leer más
profile avatar
20 de febrero de 2008
Blogs de autor

Cinco apuntes sobre los Oscar: 'Atonement' (1)

La novela original de Ian McEwan me encantó. Una narración sobre la vocación de narrar, y las diversas maneras en que esa forma de relacionarse con el mundo modifica nuestras vidas, y las vidas de los otros. La versión fílmica de Joe Wright no está mal -ya me había gustado mucho su relectura de Pride and Prejudice-, pero no logra convertir del todo en espectáculo la aversión al melodrama que McEwan dejó inscrita en el ADN de su historia. Con buenas actuaciones (pienso en Saoirse Ronan, la niña que interpreta a la primera Briony) y algunas imágenes memorables (el plano secuencia sobre los soldados en la playa), la versión fílmica de Atonement resulta otro caso de adaptaciones tan sólo correctas de materiales literarios superiores.

La primera parte, que cuenta y recuenta el inicio del drama desde puntos de vista contrapuestos y contradictorios, es muy atractiva. La pequeña Briony, que se sueña a sí misma como escritora en la Inglaterra todavía idílica de la pre-guerra, aprende la diferencia entre imaginar y saber: nadie llega a escribir nada valioso si no desarrolla su capacidad de ponerse en la piel de los otros. Cuando nos atrincheramos dentro de nuestros miedos, cuando narrar es tan sólo catarsis y forma de conjurar fantasmas, la narración sabe siempre a poco. Hace falta algo más para crear algo perdurable; hace falta un salto.

La segunda parte no puede sino ser anticlimática. Pero al menos no se aparta de una certeza que es esencial a la novela: escribimos para pedir perdón por nuestros pecados, escribimos para insuflar justicia en un mundo sin Dios, escribimos para dar vida- y para devolver la vida a aquellos que la han perdido. 

Leer más
profile avatar
20 de febrero de 2008
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.