Skip to main content
Category

Blogs de autor

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Dieta blanda

Entre historias como esta vive Adolfo Fernández Saínz, que ayer cumplió 61 años, seis de ellos encerrado en la prisión de Canaleta desde la primavera negra de 2003. Esa tarde se extraería el último canino que le quedaba. Llevaba días en eso, ayudado por otro recluso que era diestro en sacar dientes y muelas. La colección de lo arrancado la había ido poniendo debajo de la almohada y allí las dejaría hasta que en un momento le diera por lanzarlas ?con su amarillento esmalte? por la diminuta ventana que tenía la celda. Si todo salía como esperaba, la próxima semana estaría mostrándole su boca de encías lisas al doctor. Le diría que se le habían caído solos, como le había pasado al protagonista del filme Papillon, que vio cuando era niño. En aquella historia el prisionero había sido víctima del escorbuto, pero él no, él había renunciado a su dentadura para acceder a la dieta blanda que le daban a los reclusos que no podían masticar. El preparado de plátano y boniato superaba en sabor a la rancia comida que les servían a los otros, de manera que era una cuestión de sobrevivencia prescindir de esas inutilidades que llevaba alrededor de la lengua. Antes de irse hacia la litera del Cojo, que ya había preparado el ?instrumental? como si ostentara un diploma de estomatólogo, se miro el canino por última vez en la lata pulida que le servía de espejo. No había nada que lamentar, estaba picado por las caries, torcido a la derecha y manchado de nicotina. Ese pequeño obstáculo que emergía de su boca no iba a interponerse entre las viandas y su necesitado cuerpo. Así que le dio algunos golpes para aflojarlo y caminó hacia donde varios presos aguardaban por una extracción. Sobre el colchón, un trozo de cuchara y una pequeña barra metálica harían las veces de cincel y martillo para debilitar el diente, una improvisada pinza ?hecha con dos trozos de alambrón? removerían la raíz. El pago por la improvisada cirugía lo efectuaría en cigarros, cerca de unos veinte que había ahorrado en varios días sin fumar. Después se iría a dormir con el latido alrededor del hueco que una vez cobijó su colmillo pero alegre de poder entrar a la cofradía de los desdentados, al club de los privilegiados que comían un poco mejor. Otros en sus camas también estarían controlando el dolor, mientras soñaban ?durante toda la noche? con una bandeja de aluminio rebosante de suave papilla.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
1 de diciembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Listas, listas, listas

Christmas books. Photograph: Graeme Robertson. Fuente: The GuardianY ya empezaron a aparecer las Listas de los Mejores Libros del 2009 en los diarios norteamericanos, que no esperan a que llegue diciembre para hacerlas (y me parece interesante, así saben qué regalar en navidad). El primero en lanzar su lista ha sido, desde luego, The New York Time con los 100 libros notables de la temporada, sin orden (el único traducido en Ficción es El Museo de la Memoria de Orhan Pamuk). Aquí algunas de sus elegidas que me llaman la atenciój:The Antologhist de Nicholson BakerChronic City de Jonatham LethemA Gate at the Stairs de Lorrie MooreInvisible de Paul AusterJeff in Venice, Death in Varanas de Geoff DyerLove and Obstacles: Stories de Aleksandr Hemon'Nocturnes: Five Stories of Music and Nightfall' de Kazuo IshiguroLove and Summer de William TrevorThe Little Stranger de Sarah WatersToo Much Happiness de Alice MunroWolf Hall de Hillary MantelEn la página The Literary Saloon dejan, además, otras listas: My book of the year opiniones recopiladas por The Telegraph; Christmas Books recomendados por The Guardian; Las novelas del año escogidas por The Sunday Time (para ellos, la "Novela del Año" es Brooklyn de Colm Toibin) y Book Of The Year de Financias Time, una lista que tiene la virtud de ser la única que considera la reaparición de Thomas Pynchon (Inherent Vice).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Noticias de Guadalajara

La FIL Guadalajara en pleno. Fuente: revistañ Mientras José Emilio Pacheco es asediado en el recinto ferial, la ciudad de Los Ángeles es la Invitada de Honor en la FIL Guadalajara que empezó la semana pasada. Un contacto con el spanglish. En el suplemento Ñ se comenta la razón de tal elección y, además, se comenta el Premio FIL otorgado al venezolano Rafael Cadenas:La elección de Los Angeles como invitada de honor tiene una razón para algunos desconocida: es la segunda ciudad con mayor población de mexicanos después del Distrito Federal. "En estos tiempos en los que algunos políticos hablan de levantar muros, deberíamos hablar de construir puentes", dijo Antonio Villaraigosa, alcalde de la ciudad estadounidense, en el acto de inauguración. A través de Los Angeles, explica Marco Antonio Cortés Guardado, rector de la Universidad de Guadalajara, se hará presente la diversidad cultural de Estados Unidos. Y en este sentido se realizarán homenajes a escritores estadounidenses como Raymond Chandler, Thomas Pynchon, Charles Bukowski y una videoconferencia con el autor de Crónicas marcianas, Ray Bradbury. Sin embargo, el primer homenaje de la FIL fue para un opositor del gobierno de Hugo Chávez. El poeta venezolano Rafael Cadenas recibió el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2009. Elegido por un jurado notable, integrado entre otros por el narrador y poeta colombiano Darío Jaramillo y el crítico venezolano Gustavo Guerrero, Cadenas recibió el mismo reconocimiento que años anteriores se les otorgó al portugués Antonio Lobo Antunes, el español Juan Goytisolo, el guatemalteco Augusto Monterroso o el peruano Julio Ramón Ribeyro.Nacido en la ciudad venezolana de Barquisimeto, al borde de Los Andes, en 1930, Cadenas es el autor de una obra poética extensa: Cuadernos del destierro (1960) y Falsas maniobras (1966) son dos libros en los que su poesía se define como un oficio ético, según el crítico Adolfo Castañón. "No quiero estilo sino honradez", escribe Cadenas. "Quiero exactitudes aterradoras", continúa con la vehemencia de un manifiesto en uno de sus poemas. "A mí me gusta pasar inadvertido, pero esta vez creo que no pude lograrlo", contaba Cadenas, agradecido, en el escenario del auditorio durante la entrega del premio. Cadenas es uno de esos poetas que prefieren el silencio y considera que el "bien leer y el bien escribir" es una de las pocas formas de resistencia aunque también, con cierta nostalgia, dice que en estos tiempos "el poeta ya no cuenta con los asideros formales que le servían de apoyo: como la metáfora".La nota curiosa la ha puesto el narrador norteamericano Richard Ford, quien se auto-invitó a la FIL Guadalajara. Los organizadores se volvieron locos:Richard Ford llamó a los organizadores y quiere darse una vuelta por la FIL. De manera inesperada, uno de los escritores estadounidenses más importantes de la actualidad, compañero de generación y amigo de Raymond Carver y Tobias Wolff, avisó que llega a la ciudad mexicana este miércoles por la noche. Emocionados, pero todavía sin comentarlo, los organizadores ya organizaron una firma de ejemplares para el día jueves. Frank Bascombe, protagonista de la trilogía integrada por las novelas El periodista deportivo, El día de la Independencia y la reciente Acción de Gracias, cotizará en alza por estos días en México.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Espera y conciencia del tiempo

Rafael Argullol: En nuestro momento también nos movemos en esa especie de doble dirección. A veces nos parece que esperar es muy bueno y a veces no.

Delfín Agudelo: Pienso en la esencia misma de la esperanza o la espera como un elemento inherente al hombre mismo. En términos prometeicos pienso en Frankenstein o el moderno Prometeo, que tiene esta dimensión un tanto profética sobre lo que será el devenir científico. Es casi como si la esperanza implicara un pesimista destino irreprimible del cual nunca podrá deshacerse. Si pensamos en el doctor Frankenstein, con esa increíble facultad visionaria de muchas de las cuestiones que se nos plantean en la actualidad- los clones, la creación de la vida, una gigantesca sobreproducción humana con fines determinados-, contemplaríamos ese destino ineludible, ya que su avance estará vinculado a la desgracia.

R.A.: Creo que el hombre es fundamentalmente un animal que tiene conciencia del tiempo, y evidentemente por tanto de la muerte, pero sobre todo del tiempo. Y como tal ese animal que ha llegado a una conciencia del tiempo más o menos refinada tiene dos enormes preocupaciones: el tiempo como pasado y el tiempo como futuro. La primera preocupación se refleja en la gran meditación humana alrededor de la memoria y del recuerdo, tanto individual como colectivamente: el recuerdo de la memoria de nuestro pasado o infancia, el recuerdo de la memoria del pasado colectivo, a lo que llamamos Historia, el recuerdo y la memoria de los antepasados que ha generado ritos funerarios; en definitiva, esa relación entre el presente y el pasado que ha marcado el nacimiento y desarrollo del arte. Por eso era oportuno entre los antiguos griegos que la memoria, Mnemósine, fuera la patrona de las artes y de las musas.

Ahora, por otro lado, el hombre ha tenido la otra dimensión de preocupación: la relación entre le presente y el futuro, y es ahí donde ya no solo entra la meditación sino la acción, y la acción quiere decir el intento humano de reducir al máximo los territorios de la incertidumbre, porque el futuro se ve siempre como una incertidumbre radical, y en la medida en que nosotros nos ilusionamos con la idea de poner coto a esa incertidumbre, en esa misma medida el hombre ha creído que sería más feliz. En cierto modo toda la evolución de lo prometeico va en esa relación. Prometeo ya quiere decir "el que prevé", el que intenta de cierto modo reducir el riesgo del futuro. Predecir, prever: eso lo encontramos en todas las grandes opciones prometeicas modernas, empezando por la obra literaria a la que has aludido y que ha reformulado el mito de Prometeo en el mundo moderno que es el Frankenstein. Allí el mito de la técnica y el mito del conocimiento científico es trasladado a un intento de reducir al máximo esa incertidumbre. De hecho, si el hombre fuera capaz de crear absolutamente vida, es decir, de recrearse absolutamente él mismo, en teoría anularía prácticamente lo que son las incertidumbres del futuro y llegaría a una situación de dominio sobre su propia existencia y sobre lo que hemos llamado destino.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Ataque de ingenio

Era previsible que Uruguay estuviese en los titulares del mundo entero luego del triunfo de José Pepe Mujica en las presidenciales. Que el país haya renovado su confianza en el Frente Amplio después de la administración de Tabaré Vásquez es un signo auspicioso, en un panorama latinoamericano enrarecido por el fraude hondureño y las bases estadounidenses en Colombia. Lo que no esperaba es encontrarme hoy a otro uruguayo, para mí desconocido hasta ahora, en los titulares de Variety.

         Un ‘pánico’ pulsa los botones de Hollywood: el director uruguayo Alvarez logra un contrato grande gracias a un corto, se titula el artículo de Michael Fleming. Según parece, un cineasta de 30 años, Fede Alvarez, conocido hasta hoy como realizador de comerciales, produjo un corto llamado Ataque de pánico que llegó a internet. Una vez que el material adquirió difusión (el multipremiado músico Kanye West, sin ir más lejos, puso el link del material en su propio blog), las agencias y estudios de Hollywood empezaron a batallar para contratar a este hombre que había logrado contar una invasión extraterrestre en menos de cinco minutos… y por menos de 500 dólares.

         Cualquiera puede ver el corto en YouTube. (Busquen Ataque de pánico!, así, con signo de admiración sólo al final.) Está muy pero muy bien hecho. En el fondo no hay narrativa alguna, más allá de ver la destrucción de Montevideo a manos de unos robots gigantes. (En este sentido se parece a los juegos que tanto jugamos cuando niños, levantando castillos o lo que sea por el sólo placer de destruirlos al final.) Pero lo que resulta indiscutible es que Fede Alvarez sabe hacer mucho con muy poco. Y esa es una habilidad muy buscada en el mundo entero, hoy más que nunca.

         La decencia (como la de Pepe Mujica) y el ingenio (como el de Fede Alvarez) solían ser características naturales y muy extendidas, en países pobres como los nuestros. Aunque ya no podamos predicar lo mismo de estos tiempos, reconforta saber que de todos modos no han muerto del todo.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

SABINA, EL REGRESO

 

"Huir hacia una región conquistada, y pronto descubrir que es intolerable, porque uno no puede huir a ninguna otra parte"                        

                                                                "Diarios", Franz Kafka

Sabina, con su aspecto de "casual kafkiano", nos recibe en su casa de Tirso con vistas a Lavapiés. Un conocido territorio de quinientas noches que nos sorprende con una otoñal luz del mediodía. El amigo está acicalado de la cabeza a los pies como un reconstruido y pulcro cantamañanas en promoción.

Se despereza como uno de esos gatos suyos que saben canciones de Brassens. Desayuna cerveza como un chusvisor cualquiera que no quiere perder su toque heterodoxo. Tiene más libros que Menéndez Pelayo. Habla con pocas pausas, con prisas roncas, con muchas risas y sin dejar de velar por su salud con sus cigarrillos de verita y sus boquillas de mentiré.

Se está bien en la casa/museo de Joaquín Sabina. Entre adornos de traje de Luces- con sangre derramada en las Ventas- entre sombras como sombreros de Joyce y letras de primera edición del Ulises. Rodeados por libros que  nos hacen caer en la tentación de todo lo que nos queda por robar, desde Góngora a Cernuda. Nos sentimos cómodos entre vírgenes cachondas, angelotes salidos, fotos, cuadros de vida y amables, despiertas, jimenas. Algunas de las hermosas compañías que ordenan su laberinto.

El canalla bondadoso Sabina habla, grita, se mueve como un noble sin ruinas, sin títulos y conservando una viva inteligencia unida a un peculiar estilo de ser cariñoso. Algo situado entre una puta que no cobra y un burgués con una bomba en el bolsillo. Chico de barrio que con los años, y las letras, ha sabido depurar su aspecto de terrorista domesticando por las maneras del letraherido. Tierno duro, andaluz en un andén de Atocha, uno de Úbeda, madrileño hasta la muerte, pero ni un paso más.

Joaquín el versificador y Sabina, el roquero cantautor, llevan días de paseo por los ruedos ibéricos. Sin rosas, sin vinos ni vinagres, con los nervios de un nuevo disco y pleno viaje de músicas por montera.

La gira empezó en 20 de noviembre en Salamanca y sin franquistas. Con Sabinistas de varias generaciones, montones volando que ya tienen bula para recorrer cien caminos que no llevan a Roma. Dispuestos a fugarse por un cul de sac y amanecer en algún pueblo de tierra adentro y mar de fondo.

Sabina, como Kafka, es capaz de irse a nadar mientras la tercera guerra mundial estalla en su barrio...

Y seguimos bebiendo, riendo y contando algunas mentiras. Sabina miente con estilo. Miente hasta en su epitafio: "Aquí yace Joaquín Sabina: jamás dio la cara"

(Introducción y cierre de una entrevista que realicé a Sabina y que aparece completa en el suplemento "Dominical" del 29/ 11/ 09. Y que reproduzco pensando el sabinista gallego Ramón Rozas. Y sin olvidar a alguna filóloga de Vigo a la que no le importaría hacer noche en un lugar llamado Sabina.

Los del Atlético estamos preparados para derrotas. Y para alguna vez, para sorpresa de casi todos meter algún gol)   

                  



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

De puño y letra

Conversaba el otro día con Ernesto Pérez Zúñiga, Juan Carlos Méndez Guédez y el chamo Chirinos -buenos amigos además de estupendos escritores- acerca de un hecho que no por evidente deja de ser admirable: el cambio radical que ha supuesto para quienes escribimos la irrupción en nuestras vidas del ordenador, de la eficaz precisión que otorga a nuestro trabajo cortar, pegar, elegir tipografía, cambiar y corregir textos como se decía antes, "hasta la suciedad", frase que aquí deviene en mero ejercicio retórico pues no hay nada más impoluto que una página en la pantalla. No es baladí: Contaba Méndez Guédez que la Universidad de Poitiers le ha pedido guardar sus manuscritos y mecanoscritos, es decir, crear un fondo con todos aquellos textos donde se vean sus correcciones hechas a mano. Porque Juan Carlos, como todo escritor cuidadoso, imprime y corrige luego a mano. Menos un servidor, que así es de insensato. Porque yo corrijo en la pantalla y sólo imprimo la versión final, ganado por un prurito de ahorro que tiene tanto de ecológico como de  suicida, claro está. Si la Universidad de Poitiers o la de Samarcanda me pidieran mis mecanoscritos les entregaría un pen drive de 250 megas y no sé si tendrían algún interés en conservarlo...

Pero en fin, que de esto pasamos a hablar acerca de lo difícil que nos resulta imaginarnos escribiendo a máquina: la vieja, obsoleta y ruidosa máquina de escribir que apenas ha cambiado desde los tiempos en que Cristóbal Natham Sholes la inventó en 1868. Peor aún, dijo el chamo Chirinos, imagínense a tantos escritores escribiendo a mano, sopando la pluma chirriante en un tintero cada dos por tres, a toda velocidad para evitar que las ideas se esfumen de sus cabezas en aquel dilatado proceso físico. "Un bolígrafo Bic tendría que ser para ellos un salto tecnológico de primera magnitud", observó Pérez Zúñiga. Y los tres hicimos el fascinante recorrido por aquellos novelones prodigiosos del siglo XIX, escritos de cabo rabo con una frágil pluma, corregidos luego hasta que las páginas quedaban llenas de tachones y manchas que el tipógrafo luego tendría que convertir en palabras legibles en moldes de plomo.

Fantaseo ahora con la idea de crear un concurso de novela cuyo único requisito sea que estén redactadas a pluma; o una especie de reality show que muestre a los escritores de hoy en día escribiendo sus novelas como en el siglo XIX. No sé, no creo que pudiéramos, no sé si escribiríamos lo mismo, si abandonaríamos el trabajo con las manos llenas de ampollas, luego de invertir el triple de tiempo que ahora. Y es que hay en esa forma antigua de escribir un pozo de laboriosidad ruda y honesta, casi Amish, que maravilla que de aquel áspero proceso hayan brotado novelas y ensayos delicados, intensos, sofisticadamente complejos y que han llegado a nuestras manos con indesmayable vigor desde los confines del tiempo.  Escritos a mano...



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2009
Blogs de autor

Reflexiones de un naturalista confuso

Confieso que soy un devoto de los programas meteorológicos. Lo primero que hago cuando llego a una ciudad es buscar el canal local para catar el programa del Tiempo. Los hay suntuosos y los hay miserables. Estos últimos indican un talante fatuo y un seso de corcho. Algunos programas del Tiempo añaden apostillas sobre rocío escarchero, nieves rosadas y crías de oso panda. Son emisiones (como manda la cadena) de Yo-amo-la-Naturaleza. Bien es verdad que la Naturaleza es una señora que se murió en el siglo XVIII y cualquiera que haya cursado estudios sabe que ese concepto es un placebo para no quedarnos solos en el cosmos. La Madre Naturaleza suplanta a la Virgen María.

    En estos programas, sin embargo, se insiste una y otra vez en el tópico de que los humanos estamos destruyendo la Naturaleza, como si se tratara de dos órdenes distintos, de un lado los humanos y de otro la naturaleza. Así, por ejemplo, se dice que los humanos estamos calentando el planeta o malogrando seriamente el ecosistema. Bueno, es cierto que el clima cambia (siempre ha cambiado), que el entorno es cada vez más asqueroso (sobre todo donde yo vivo), es cierto que de repente en un río catalán aparece un cangrejo belga que se come a las vacas (también se murieron los dinosaurios), todo esto es cierto, y más todavía: los glaciares se escoñan, los ríos se pudren, el mar es una cloaca y el ayuntamiento de Barcelona ha colgado unos adornos de Navidad que parecen traídos de Somalia por esos vascos tan agradecidos. Es cierto. Pero estas catástrofes las causa la Naturaleza, si es que entiendo yo lo que denota ese nombre, y no el humano, que no pasa de ser otro invento de la evolución, como las monas. Y si las abejitas hacen panales, pues nosotros hacemos campos de fútbol y centrales nucleares. Tan "natural" es lo uno como lo otro, a menos de que Dios creara el cosmos y luego, en otro pronto, al humano entero, según sostiene Roma desde hace unos siglos.

Si la Naturaleza se está suicidando (lo que es muy posible) que no nos culpen a nosotros, pobres de nosotros.

Artículo publicado el 28 de noviembre de 2009.

Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2009
Blogs de autor

Amparitxu

Gracias a una semblanza del escritor Pedro Ugarte publicada en El País he tenido noticia de la muerte de Amparo Gastón, la viuda de Gabriel Celaya, a la aprovechada edad de 89 años. Las esposas de los escritores son figura proverbial de la historia literaria, cada vez más, en razón de la lógica de los tiempos, compensada por la del marido de la escritora famosa, que tuvo seguramente su primer paradigma en Leonard Woolf, esposo y viudo longevo de Virginia. De otras grandes, como George Sand o Karen Blixen, prevalecen sobre todo sus amantes volcánicos o nebulosos, por mucho que ambas tuvieran también maridos pegados a la tierra.

   Yo conocí a Amparo, con Gabriel (que la llamaba Amparitxu), en los últimos años de la década de 1960, cuando los Novísimos estaban en ebullición, sin hervor. A ella le parecíamos todos guapos, aunque guapos de verdad sólo lo eran tres, teniendo el resto de nosotros únicamente la gratificación de los veinte años. Amparitxu y Gabriel eran dos seres acogedores y simpáticos, él bonachonamente, con su amplia cara de profeta báquico, y ella a la vasca, es decir, con la sequedad de fondo tierno de una ‘amatxo' vasca. Creo que siempre tuvieron (hasta que alguna diputación le compró a Gabriel su biblioteca) problemas de dinero, pero aun así nos invitaban de vez en cuando a tomar unas botellas de vino de poca marca en su casa.

    No nos gustaba mucho la poesía de Celaya, aunque Antonio Martínez Sarrión, que era un ‘senior' de los Novísimos jóvenes y tampoco un adonis, me recitaba poemas de la segunda parte musical del libro de Celaya que prefería, ‘Lo que faltaba', ritmando a veces los versos con sus propias extensiones vocales. Conservo ese libro, regalo de mi amigo Antonio, con una dedicatoria suya en rima indescifrable.  

   Ugarte dice que Amparo fue la "ruidosa detonación" que cambió la vida de Rafael Múgica, nombre real del poeta de Hernani. Debe estar en lo cierto, aunque a mí no me consta, pues mi trato con ellos, que se hizo más esporádico en los años 70, era ya con la pareja asentada y el poeta instituido. Lo cierto es que Amaritxu era la habladora del dúo, y Gabriel el ensoñado.

      Ni Celaya ni Blas de Otero eran entonces modelos afines, prefiriendo yo (y así evito caer en la injusticia de las generalidades generacionales) entre los mayores post-27 y pre-50 a Luis Rosales, Hierro o Ricardo Molina. Hay sin embargo un libro de Celaya que me causó gran impresión. Se trata de ‘Cantos y mitos', publicado por Visor en 1984 y asociado en la nota del editor a la "poesía órfica" del escritor guipuzcoano. Es una obra inesperada y original, de largos poemas narrativos que desembocan en uno final, de clara filiación ‘shakesperiana', titulado ‘Tras la tempestad. Fin de fiesta'. El libro está dedicado a ‘Amparitxu, mi Syzegia', que no sé lo que quiere decir pero me sugiere un nombre de musa tal vez indo-europea o sólo griega.

Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El espejo

El espejo es la equivalencia de la extrema limpidez. El lúcido fragmento de toda una casa donde su mera superficie indica por su lustre innato que algo en medio de la penuria, la bardoma, la mugre o el detritus puede mostrar todavía una apariencia sin desidia puesto que el espejo reclama el brillo para ser. De lo contrario, cubierto de polvo o roña, claudica en cuanto espejo.

Desaparece el espejo tanto más cuanto menos refleja a lo otro, lo que viene a ser su excelente e interminable paradoja: su entidad resulta tanto más tonante cuanto más fielmente acapara la identidad exterior y, en consecuencia, muere lozanamente en el reflejo.

El suicidio de Narciso viene a ratificar este don puesto que su experiencia especular en las aguas del arroyo no es otra que la experiencia de vivir en la cárcel de sí mismo reflejándose en sí mismo eternamente, sin posibilidad de fuga y  condenado a la imagen que el espejo fija para él, siendo el espejo, a la vez su retrato, su rostro, su personaje y su persona, tres designaciones para las cuales los antiguos griegos empleaban un único término. Pero ¿eternamente?

Lo peor del espejo viene a ser que mientras él permanece, posiblemente en  posición invariada a lo largo de los años del mismo hogar, el habitante va desfilando ante él en una secuencia gradualmente desfavorecida, al punto de que hay hombres, especialmente, que llegados a una edad no se miran durante los minutos que emplean en afeitarse.

Enemigo de la fealdad y amante de la belleza, el espejo forma parte del orden del lujo, por pobre que se sea puesto que el espejo está concebido para la exaltación personal. De hecho, no cabe imaginar objeto tan relacionado con nuestro porte como el espejo porque él mismo al accionar se convierte en efecto de nuestro físico, se hace retrato antes de que llegara la fotografía y juez severo antes de que intervenga la lenidad del amor.

En general, el tipo con quien vamos y venimos, nos despertamos y nos acicalamos, nos revisamos y nos dormimos es el tipo del espejo, máquina  que actúa como la máxima verdad fisonómica.

Algunos días bien, en su mayoría mal o muy mal, el espejo nos califica sin trampas ni pretextos a pesar de los visajes que le presentamos, los perfiles que escogemos y las muecas que le hacemos para obtener su aprobación, aún escasa y superficial, en la mayoría de las ocasiones.

De hecho él representa, en otro sentido, la superficie por antonomasia. Toma a su cargo nuestra piel y sus menudos accidentes, las anfractuosidades y los regueros del rostro pero también del cuerpo en general si se le solicita. Diferentes psicólogos, interesados en los problemas de autoestima, recomiendan mostrarse desnudo ante un espejo de cuerpo entero y una vez ubicados en esa tremenda tesitura aceptarse tal y como se es. Es decir, en la imperfección, la fealdad, la desarmonía, la birria.

Tras esta dura experiencia, el trauma preparará para un desdén de la propia catadura y, como efecto, para presentarse en sociedad liberado del miedo al desdén  exterior. Otras funciones del espejo en el terreno psicológico son igualmente importantes, tanto en lo positivo como en lo negativo también, simplemente porque el espejo es un yo limpio de trampantojos. El espejo no miente, es pulido, dice la verdad y toda la verdad al punto de que a lo largo de los años, la casa ha ido desprendiéndose de tanto espejo en el salón, en los armarios, en el vestíbulo o en el fondo del corredor para reducir su ubicación al cuarto de baño. Un elemento, por tanto, de la intimidad en cuyo ámbito él nos ve y nosotros nos vemos en él, lo vemos y nos ve tal como si su naturaleza se realizara en la fatídica misión de designarnos. Y de  concluirnos en un diagnóstico privado de apelación.

Esta sería la parte terrible del espejo pero humanamente -puesto que los espíritus y los vampiros o cuerpos sin alma no se reflejan en él- también cuentan sus raras aportaciones de vida o muerte, tanto o más decisivas que las afines a la estética, la belleza o la fealdad exterior.

En el espejo, por ejemplo, se comprueba a través del pequeño empañamiento que el moribundo aún respira y que en los delitos no conduce tras nosotros el asesino o la fuerza policial. Pero, de otro lado, ¿qué decir de la desvelada asistencia que a las mujeres procura su espejo del bolso o el espejo de mano, sea para el maquillaje, la coquetería o la depilación. El espejo siempre nos juzga pero, en ocasiones, sometido a nuestro dominio, agarrado por el mango o encerrado en la polvera y ahora también en algunos móviles, es coaccionado para operar como un colaborador. Espejo o cómplice son dos aspectos tan inherentes como extrañamente compatibles de este objeto que a ningún otro se parece y donde la apariencia y sus máscaras halla su habitat regular. Un habitat especular fácilmente pecaminoso al punto de que durante la alta Edad Media se eliminó de la sociedad. Por el contrario, el Renacimiento introdujo el gran espejo como mueble de habitación, ampuloso  en el dormitorio o en el salón. En la alcoba, donde escenas voluptuosas quedan reflejadas en su plano o en el salón donde, como en las películas, vaya recibiendo y recreando el movimiento de escenas mundanas.

Una ristra de lentejuelas, un racimo de espéculos, una sarta de espejuelos se asocian con la lujuria y el engaño.. Allí donde hay grandes espejos, sean palacios o burdeles, el gran angular de su haz remite a transgresiones de gran talla. La grandiosidad es casi inconcebible sin la asistencia multiplicadora del grandioso espejo pero incluso el espejo menudo, de bolsillo, incluye una particular inclinación al mal. Una complicidad con el mal a través de la autocontemplación que en sí conduce a un egotismo, una egolatría o un ensimismamiento que prevalece sobre el amor a los demás y el olvido de sí mismo.

 Más allá del espejo se encuentra el mundo de Alicia, el mundo inverso que deshace las ataduras del más acá. Pero más acá, ante el espejo, discurre la escena del mundo real, nuestro rostro en primer lugar que ya, dentro del cuarto de baño se une al  acicalamiento pero también, ¿quién puede dudarlo?, a la frustración y al suicidio. El espejo que corta las venas, clínico y forense, bruñido y marca de la máxima limpidez, la extrema limpidez igual a la nada, igual al fulgente pulimento de la abdicación o la última condena.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2009
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.