Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

El oro de la mierda

Hace treinta años, las palomas urbanas representaban un orgullo para la ciudad y no se diga ya de la estampa que componían ellas y los niños que las alimentaban ofreciendo la palma de sus manos repletas del dorado maíz. Esta belleza de la inocencia, la concordia y la paz urbana ha ido girando, sin embargo, diabólicamente en los últimos tiempos y hoy a las palomas, que ensucian a granel ventanas o voladizos y que corroen monumentos y ornamentos con su incansable defecación, se las ha llegado a llamar "ratas voladoras". La ignominia de las alcantarillas tiene su correspondencia con el oprobio del cielo cubierto de pájaros repulsivos. Queda gente que las alimenta pero hay brigadas municipales o nacionales que las persiguen, las esterilizan o las espantan hasta perderlas de vista.

Pero quedaba, todavía, mucho más que ver. Nos quedaba por presenciar, nada menos, que la hipóstasis del bien y el mal, de la ignominia y de su opuesto. Todo ello ha llegado recientemente a producirse gracias a una bacteria, casi invisible, aislada por el biólogo flamenco Tuur Van Balen que ha conseguido, nada menos, que las  heces de esas aves se conviertan en detergentes. No sólo sus deposiciones no menguan el lugar que eligen para hacer de cuerpo sino que su quehacer corporal lo enaltece.

Este proyecto, financiado por las autoridades flamencas -no faltaba más- es significativamente flamenco. Flamenca la investigación, flamenco el científico flamenco, flamencas las palomas. Y no sólo como adjetivo de procedencia geográfica sino de pertinencia funcional: a la insólita aportación biológica se la ha denominado Pigeon D´Or con lo que la paloma no sólo ha reivindicado su antigua mierda sino que siguiendo las asociaciones de Freud ha convertido en oro puro la excrecencia.

Leer más
profile avatar
24 de enero de 2011
Blogs de autor

Cuentos de lo extraño

 

 

Robert Aickman (1914-1981) fue un hombre culto y destinado a la arquitectura por las presiones paternas, aunque un vez llegado  la edad de decidir por su cuenta le dio un giro sustancial  a su vida para encaminarla hacia sus verdaderos intereses. Sacó provecho de su formación técnica fundando una entidad llamada Inland Waterways Association dedicada a la preservación de la red de canales de Inglaterra, una maravilla concebida para el transporte de mercancías y que pese a su belleza corría el peligro de perderse debido a su falta de rentabilidad. Paralelamente, su profundo interés por el teatro, la ópera y el ballet le llevó a ser crítico teatral y promotor de diversas compañías teatrales y de ballet, así como a presidir la London Opera Society.

Hay quien opina que la gran mayoría de los más prestigiosos profesores, pensadores  e intelectuales ingleses pueden dividirse en dos grandes grupos: el de quienes dedican sus horas muertas a escribir historias de crímenes y detectives (con un infatigable subgrupo volcado en demostrar que Shakespeare no fue ni mucho menos quien nos han contado los académicos)  y el de los escritores de historias de fantasmas y otros terrores.

Aickman pertenece al segundo, pero con matices. Al principio de su carrera los títulos de sus relatos siempre hacían referencia a lo sobrenatural y terrible y estremecedor con términos como "historias de fantasmas", "historias macabras", "historias de fantasmas macabras  y curiosas", etc. Era, además, editor de cuentos de terror y fantasmas.

Sin embargo, a partir de 1966 Aickman dio un giro a sus narraciones  en apariencia levísimo, pero que le iba a valer el aprecio que todavía hoy conserva: en lugar de insistir en lo sobrenatural, lo macabro o lo terrorífico, trasladó sus relatos a lo extraño. Basándose en una envidiable pericia para la descripción de paisajes y la creación de atmósferas y estados de ánimo (suponiendo que todo ello no sea una y sola cosa llamada conciencia) introdujo un elemento que luego iba a ser esencial en la narrativa de las Patricia Highsmith y compañía:  el absurdo más amenazador e incomprensible surgiendo desde el interior de  una vida cotidiana y perfectamente normal y reconocible para el lector porque está muy cerca de su propia normalidad cotidiana. En la recopilación ahora publicada por Atalanta, los planteamientos no pueden ser más normales: un viajero por Grecia al que se aconseja formalmente que no trate de llegar a una isla cercana y que no parece ofrecer peligro alguno; dos amigas senderistas que se adentran animadamente en un paisaje que de pronto se transforma en el Valle del Silencio; o un teléfono que empieza a hacer cosas raras (como todos los teléfonos del mundo,  aunque no hasta el extremo al que lo lleva Aickman).De los dos últimos cuentos, y que en mi opinión son los mejores, uno es un viaje a Venecia y otro una búsqueda en el  Norte de Europa cuyo trasunto principal transcurre en un curioso balneario perdido entre bosques. En todos ellos, el lugar y la atmósfera que éste transmite atraviesan de inmediato las barreras emocionales y racionales del lector para moverse en un nivel casi subconsciente o al menos onírico. El autor se vale de metáforas, elipsis, alusiones y sucesos sugestivos pero difíciles de racionalizar  para situarse en un doble plano de realidad e irrealidad que se complica según se desarrolla la acción y que a veces (por ejemplo en la historia veneciana) se adentra sin disimulo en el terreno de la metafísica con la tan conocida identificación de Ella con la Muerte. Lo más  característicos es que todos los sucesos tienen algo de sueño, pesadilla, insomnio o como quiera que se llame ese subsuelo en el que se asienta la realidad cuando todavía es reconocible como tal mientras se adentra en lo oscuro.

Obviamente, una condición necesaria de lo extraño es la imposibilidad de explicarlo y racionalizarlo para integrarlo en el orden natural de las cosas. El Mal, como Dios, es inefable, y cualquier intento de representarlo está condenado al fracaso. Y si un teléfono, por poner un ejemplo, se dedica a hacer cosas realmente extraordinarias ni el mejor de los técnicos sabrá dar cuenta de tan extraño comportamiento, porque, curiosamente, ese teléfono suena tanto fuera como dentro de uno mismo, y el técnico podrá recurrir a caídas de tensión, líneas defectuosas o interferencias magnéticas, pero difícilmente sabrá explicar por qué sonaba tan raro el teléfono interior y por qué extraña razón resultaba tan evidente que su comportamiento era ominoso, amenazador  e injusto.

 

Cuentos de lo extraño

Robert Aickman

Atalalanta

Leer más
profile avatar
24 de enero de 2011
Blogs de autor

Provechos y aprovechados de la crisis

Quien no se consuela es porque no quiere. Cuando la cosa ya no tiene remedio, declaramos que no hay crisis mala. Aprovecha una buena crisis, dice el proverbio popularizado por un economista asesor de Barack Obama. Echamos mano del significado chino: es una oportunidad. En eso estamos, aunque con dos variaciones interpretativas. La buena: aprovecha la urgencia para realizar las reformas dolorosas que no se pudieron hacer en los buenos tiempos de la burbuja. Y la todavía más buena, por más que inmoral: aprovecha la confusión para sacar tajada. No es fácil separarlas. Raramente quien quiere sacar tajada sale a cuerpo gentil sin coartadas. Es la diferencia que hay entre aprovechar la oportunidad y el oportunismo.

También sucede, quizás donde más, en la política. Aprovechar la crisis significa para quien está en la oposición la oportunidad de recuperar el Gobierno. Cuentan los ritmos históricos: Zapatero se creía un hombre de suerte hasta que llegó el vendaval. (El afortunado fue Aznar, que presidió el periodo de dinero barato más largo de la reciente historia de Europa.) De perdidos al río: ahora este presidente tan atento a los sondeos de popularidad está dispuesto a demostrarse impasible ante la impopularidad. También es una forma de aprovechar la crisis: ya que hay que podar, convirtámonos en mártires de la poda, sacrificados en el altar del euro y de la estabilidad monetaria. Decir que Mariano Rajoy aprovecha la crisis es poco: flota y hace surf sobre ella. Equilibrio y poco peso es lo que se necesita para mantenerse sobre la tabla. Aznar le ha dado el equilibrio, desactivándose como líder ideológico alternativo, y su propia indefinición ideológica le sigue dando la ligereza. Su mérito es que ya ha conseguido ambas cosas cuando falta más de un año para las elecciones. No es extraño que declare a España con sed de urna. España tendrá quizás sed de puestos de trabajo, pero lo que cuenta es otra cosa: lo que es bueno para Rajoy es bueno para España. La mejor pirueta en este ejercicio de surfing ha sido el quiebro sobre el Estado autonómico: el lunes tocamos a rebato llamamos a arrebatopara reformarlo entero y el sábado queremos solo pequeños ajustes sin importancia. Ligereza no es vaciedad. Aunque Mariano Rajoy se haga el autonomista, el misil ya está lanzado. Todo el mundo lo ha entendido. No hubiera tenido sentido un suicidio colectivo de cara a las elecciones locales y autonómicas de mayo. Como Fernando VII con la Constitución de Cádiz: defendamos, y yo el primero, el Estado de las autonomías. Luego ya veremos. El PP no es el único que quiere aprovechar esta crisis para recuperar su cierta idea de España. Cada uno hace lo que puede en este capítulo. Las crisis son la oportunidad para quienes siempre esperan algo definitivo y general. Unos, cerrar el Estado autonómico y terminar de una vez con los chantajes, el regateo, el victimismo y los pinganillos. Los otros, pasar página al autonomismo y salirse del Estado. Ambos de acuerdo en que el Estado autonómico es inviable. El choque de trenes, vaya. La cita, en 2012; con la hipótesis de una mayoría absoluta de Mariano Rajoy por un lado y de un catalanismo arremolinado alrededor de Artur Mas y Convergència i Unió por el otro. La crisis también aprovecha a los profetas del Apocalipsis, encantados de que sus profecías lleguen a ser autocumplidas. Europa hundida, España intervenida, Cataluña aherrojada. Gusta a tirios y troyanos. Suscita grandes titulares. Se proclama con sonrisas de hiena. A los aprovechados de la crisis les importa un bledo nuestro declive, el de Cataluña, España y Europa. Quieren réditos, y pronto: en dinero o en votos, incluso en la confirmación de sus propios perjuicios: para unos, que Cataluña siempre termina pagando; para los otros, que Cataluña siempre es culpable. Estos aprovechados puede que saquen algún provecho: esperemos que sea poco y que les siente mal. Pero sus palabras y gestos, lejos de servir para sacarnos de esta, son la piedra en el cuello: de Cataluña, de España y de Europa. Hay que sacar provecho de la crisis, todos juntos, pero hay que evitar sobre todo que la aprovechen los aprovechados.

Leer más
profile avatar
24 de enero de 2011
Blogs de autor

La librería de Royo

 

 

En la difunta librería de Royo había dos incunables que custodiaba un gato peludo de color naranja. Las fábulas de Esopo en vitela dorada con ilustraciones, y un manuscrito gótico de Romancea Proverbiorum, una de las compilaciones de refranes más antiguas conocidas, con algunos pasajes vilmente chamuscados y agujereados por los invasores franceses que saquearon el palacio del obispo de Tarazona. Cierto es que a veces Royo contaba que el Romancea procedía del palacio de los Gaitanes, que tenía un pasadizo que venía de la muralla vieja, bajaba hasta el  río Mediavilla, y naturalmente contenía tesoros; pero, en general, al incunable refranero le atribuía procedencia aragonesa, como al calendario zaragozano. Un día Royo se fue a Basilea con su Romancea y lo vendió a un judío riquísimo, eso dijo. Pero el Romancea seguía visible en la librería de Royo, junto al gato naranja y el Esopo dorado. Sin duda, el astuto de Royo le vendió una copia al judío, pensábamos, o tal vez colocó el original en uno de esos depósitos helvéticos y herméticos. O vendió copias a diestro y siniestro en su excursión suiza, y se quedó con el original para su gato naranja. Royo pasaba por virtuoso de las bromas pesadas y decía que en el Romancea estaba todo el mundo resumido, unas veces recordado, y otras, anticipado.

Muchos años después de la liquidación de la librería de Royo, se hizo patente que, no sólo el mundo, sino también el propio Royo aparecía profetizado en esa literatura refranera: en Los trabajos de Persiles y Segismunda (IV, 1) aparece un peregrino español en Roma que fabrica y vende libros raros, y proyecta escribir uno que se llamará Flor de aforismos peregrinos. El romero cervantino explica así su propósito:  

“A costa ajena quiero sacar un libro a la luz, cuyo trabajo sea, como he dicho, ajeno, y el provecho mío […] Esta mañana llegaron aquí y pasaron de largo un peregrino y una peregrina españoles, a los cuales, por ser españoles, declaré mi deseo, y ella me dijo que pusiese de mi mano —porque no sabía escribir— esta razón: 

‘Mas quiero ser mala con esperanza de ser buena, que buena con propósito de ser mala’

Y díjome que firmase: La peregrina de Talavera. Tampoco sabía escribir el peregrino, y me dijo que escribiese: 

‘No hay carga más pesada que la mujer liviana’

Y firmé por él: Bartolomé el manchego. Deste modo son los aforismos que pido; y los que espero desta gallarda compañía serán tales que realcen a los demás, y les sirvan de adorno y de esmalte.”

A continuación, todos los presentes, damas y caballeros, aportan su sentencia firmada, de modo que el refrán se convierte en un recurso narrativo inesperado. A su vez, el Persiles adquiere entonces un ritmo insólito, y muestra que la característica más importante del refrán en la lengua española es su consideración de forma correcta, porque es norma interiorizada por todo usuario del español que una palabra o un giro avalado por su presencia en un refrán es un recurso legitimado por una autoridad lingüística fuera de discusión. Eso mismo hace que el refrán sea uno de los principales recursos para la transgresión y la ironía, y el origen modélico del conceptualismo y la importancia modélica de la metáfora en español. Y de ahí que fuera un lugar común repetido por Giovanni Miranda y los maestros italianos de español de los siglos XVI y XVII que los españoles tienen una marcada predilección por hablar con metáforas y valoran en alto grado la perspicacia en su uso. La fuerza conservadora del refrán y su consideración de autoridad determina una estructura latente que resiste la erosión e influye en la evolución de la lengua, y es uno de los motivos por los que el lector inglés de hoy se encuentra mucho más alejado de la lengua de Shakespeare, que el español de la de Cervantes.

Una vez liquidada la librería de Royo, quedaban unos pocos libros y algunos abiertos exhalaban su postrer aliento. En la última página de un Quijote descabalado, se leía el cumplimiento de otra profecía refranera. En el final trágico, Sancho se vuelve quijotesco y propone un anticipo manchego del eterno retorno: “Vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada”. Sancho no sólo quiere seguir, también hace un revelación capital: lo tenían concertado. Hacían de Sancho y de don Quijote. Esa última invocación de complicidad triunfa en el alma de cada uno de los lectores, pero ya no en don Quijote, un personaje abandonado por su actor, que encima resulta ser un tipo refranero: “Señores, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño: yo fui loco, y ya soy cuerdo; yo fui don Quijote de la Mancha.” 


 

Leer más
profile avatar
24 de enero de 2011
Blogs de autor

Del cable, una fibra

Se acerca, pero no llega; lo anuncian aunque no se concreta. Podrá ser avistado pronto desde la Punta de Maisí y sin embargo nos parece muy lejano y remoto. El cable de fibra óptica entre Cuba y Venezuela ha sido por más de dos años la zanahoria sacudida ante los ojos de los que habitamos esta Isla de los desconectados. Sus delgados hilos han servido como argumento contra quienes sostenemos que las limitaciones para acceder a la web son más por voluntad política que por carencia de ancho de banda. Hemos estado atentos al lento periplo del cordón umbilical que conectará a La Guaira con Santiago de Cuba, al barco que lo transportó desde Francia y a esas noticias donde anuncian que multiplicará por 3 mil nuestras velocidades de transmisión de datos, imágenes y voz. Pero algo nos dice que las fibras de ese cable ya tienen nombre, dueño, ideología. Con 640 gigabytes de capacidad, el nuevo tendido se destinará especialmente a proyectos institucionales monitoreados por el gobierno. Cuando la prensa oficial menciona sus ventajas, recalca que “fortalecerá la soberanía y la seguridad nacionales”, pero ni una palabra dirigida a la mejoría del espectro informativo de los ciudadanos. A un costo de 70 millones de dólares, esta conexión submarina más parece destinada a controlarnos que a enlazarnos con el mundo, pero confío en que lograremos trastocar sus propósitos iniciales. En estos tiempos que corren, donde varias instalaciones de la llamada Batalla de Idea han pasado a convertirse en hoteles para recaudar divisas y se advierte que las empresas no rentables serán liquidadas, es muy probable que muchos de sus pulsos digitales lleguen a manos de quienes puedan pagarlos. Con autorización o sin ella, las horas de conexión se pondrán en venta, a remate, en un país en el que el desvío de recurso es práctica cotidiana, estrategia de sobrevivencia. Cuando quedemos conectados con Venezuela a través del lecho marino, será más inmoral mantener los altos costos que en los hoteles y otros sitios públicos tiene el acceder a la gran telaraña mundial. También se perderá la justificación para no permitir que los cubanos contratemos una cuenta doméstica con la que podamos colarnos en el ciberespacio y será más difícil convencernos de por qué no podemos tener a mano a Youtube, Facebook, Gmail. Las conexiones piratas aumentarán, el mercado negro de filmes y documentales se nutrirá de esos megabytes que recorren nuestra plataforma insular. En los centros laborales con Internet, los empleados la usarán también para inscribirse en sorteos de visa, en sitios extranjeros de búsqueda de trabajo o en chats amorosos. No van a poder impedir que empleemos ese cable en algo muy distinto de lo que proyectan quienes lo compraron, esos que creen que una Isla puede quedar atada y bien atada con un simple cordón de fibra óptica.

Leer más
profile avatar
24 de enero de 2011
Blogs de autor

¿Vamos a dejar solos a los árabes?

La hora de la democracia ha sonado en el mundo árabe, pero los europeos apenas nos hemos enterado. Ahí están los comunicados, huecos como sonajeros, con las alharacas de rigor de Gobiernos e instituciones europeas por la revolución democrática que ha echado del poder al sátrapa y ladrón Ben Alí, debidamente refugiado bajo las chilabas de los déspotas saudíes. Mientras están en el poder, todos son amigos e incluso hermanos y primos de nuestros presidentes de repúblicas y nuestros monarcas constitucionales. El caso es especialmente vergonzoso para los tres países más imbricados e implicados en el norte de África, pero es una responsabilidad que a todos alcanza, empezando por el gran patrono de esta política que ha sido Estados Unidos, con su estrecha relación estratégica con Arabia Saudí, el país que por su riqueza, su actitud proselitista y su poder militar más se aproxima al papel que la Unión Soviética realizaba en relación al bloque comunista.

Nada se ha hecho históricamente para ayudar a estos países a alcanzar la libertad. Menos todavía las últimas semanas de revuelta popular, con la excepción honorable de la diplomacia de Hillary Clinton y Barack Obama, a la que cabe atribuir además el mérito de los despachos de Wikileaks en la denuncia de la cleptocracia derrocada. Pero lo peor es la actitud de los países vecinos y de la Unión Europea, una vez expulsado el dictador y su familia, empezando por la Francia de Sarkozy, ejemplo ignominioso de hipocresía en las relaciones internacionales, que ha venido apoyando al dictador hasta última hora. A los europeos no parece importarnos en absoluto la libertad de los países árabes, y nos estamos hundiendo en la indiferencia y el escepticismo en vez de volcarnos, Gobiernos, instituciones y sociedades civiles, en la solidaridad y la ayuda a los tunecinos, en la vigilancia a las provocaciones de los regímenes vecinos y en la movilización de nuestra diplomacia para favorecer esta primavera árabe. La revolución tunecina interpela directamente a la inexistente política exterior de la Unión Europea y, sobre todo, a su política mediterránea. Todo lo que se ha hecho desde que terminó la guerra fría se ha revelado insuficiente o directamente erróneo, guiado por un afán de estabilidad al que todo se ha sacrificado. Basta recordar las estrategias desplegadas frente a la Unión Soviética hasta que prendió la revolución democrática de 1989 para percibirnos de los errores cometidos voluntariamente con los árabes. El mérito es ahora entero de los tunecinos. Nada nos deben a los europeos. Pero los europeos estamos en deuda con los pueblos árabes, que merecen la libertad como todos los pueblos. De la revolución tunecina debiera salir, al menos, una nueva exigencia a los Gobiernos para que levanten el listón de los derechos humanos en sus relaciones con el resto del mundo.

Leer más
profile avatar
23 de enero de 2011
Blogs de autor

Viejitos

Compró una caja de cigarros fuertes aunque no fuma, una bolsa de tela para mandados a pesar de que llevaba otra consigo y dos aburridos ejemplares de Granma de un mismo día. Lo hizo para ayudar a esos viejitos de cuerpos temblorosos y ojos enrojecidos que venden infinitas menudencias en las calles de La Habana. Gente con las piernas trabadas por la artrosis, el bastón completando su desgarbada anatomía y el pelo encanecido por los años. Ancianos y ancianas lanzados al mercado informal exhibiendo su magra mercancía en los portales de las avenidas Reina, Galiano, Monte y Belascoaín. Septuagenarios obligados a revender su cuota normada de alimentos ?cada vez más reducida? y abuelitas de rostro triste que comen gracias a los caramelos o los cucuruchos de maní que ellas mismas ofertan a la salida de las escuelas. Miles de viejitos cubanos han tenido que volver -al final de sus vidas? a una jornada laboral, esta vez marcada por la ilegalidad y el riesgo. Manos que se estremecen por el Parkinson muestran golosinas azucaradas en las paradas de los ómnibus y rostros arrugadísimos nos miran mientras dicen que tiene cuchillas de afeitar a sólo cinco pesos. Sus pensiones son extremadamente bajas y el merecido descanso que proyectaron tener se les ha convertido en días agitados escondiéndose de la policía. El sistema que ayudaron a edificar no puede proveerlos hoy de una vejez digna, no logra evitarles la miseria. Desgarbado y arrastrando los pies, aquel octogenario de la esquina pregona que tiene esponjas para fregar y tubos de cola loca que lo pegan todo. Una muchacha pasa y comprueba el contenido de su monedero, no le alcanza ni para lo uno ni para lo otro, pero mañana regresará y para aliviarlo le comprará algo, así sea uno de esos periódicos nacionales que sólo publican rostros de ancianos felices y satisfechos.

Leer más
profile avatar
22 de enero de 2011
Blogs de autor

Louis Ferdinand Celine sin perdón

Louis Ferdinand Celine Ningún homenaje oficial hará Francia por el cincuentenario de la muerte de Louis Ferdinand Celine. ?Celine es un excelente escritor, pero un perfecto cabrón? ha dicho el alcalde de París. No ha sido perdonado. Dice la nota de Ana Teruel en ?El País?:

No habrá homenaje oficial en Francia por el cincuenta aniversario de la muerte de Louis-Ferdinand Céline, fallecido el 1 de julio de 1961. Así lo ha hecho saber hoy por la tarde el titular de Cultura, Frédéric Mitterrand, tras varios días de polémica. Escritor de talento indiscutible a la par que notorio antisemita, Céline formaba parte de la Selección de celebraciones nacionales 2011, una lista de eventos y personalidades retenidos por un comité de expertos para ser homenajeados este año por la República Francesa. La publicación, editada por el Ministerio de Cultura, debía ser presentada hoy. Pero el ministro dio marcha atrás en el último momento, accediendo a la petición formulada unos días antes por al abogado Serge Klarsfeld, conocido cazador de nazis y presidente de la asociación de hijos de deportados judíos FFDJF. ?Tras una profunda reflexión, y sin dejarme llevar por la emoción del momento, he decidido que no figure Céline en las celebraciones nacionales?, ha explicado Mitterrand en la capilla de la escuela de Bellas Artes de París. El ministro ha subrayado la contribución del autor a la historia de la literatura, pero ?el hecho de haber puesto su pluma a disposición de una ideologías repugnante, la del antisemitismo (?) no se inscribe en el principio de las celebraciones nacionales?.

Algunos críticos, desde luego, han mostrado su descontento:

?Pensaba que la opinión había evolucionado y que las clases dirigentes lo tenían en cuenta?, ha reaccionado el académico Henri Godard, uno de los mayores especialistas en Francia del escritor. ?Estoy un poco indignado, pensaba que este tema estaba solucionado cuando se me pidió escribir la nota?. El crítico literario había redactado el ensayo que en principio la publicación del Ministerio de Cultura iba a dedicar a Céline y que hasta esta tarde estaba disponible en la página en Internet de los Archivos Nacionales. En ella Godard empezaba de entrada con la pregunta: ?¿Debemos, podemos celebrar a Céline??, consciente de los recelos que levanta el autor. ?Fue un hombre de un antisemitismo virulento (?) pero es también el autor de una obra novelesca de la que se ha convertido en habitual decir, que con la de Proust, domina la novela francesa de la primera mitad del siglo XX?, añadía.

Otros opinan  (?) que es tiempo de enfrentarse de una vez al enigma Céline, con todas sus contradicciones. ?Aunque la conmemoración sirviese solo a eso (?) a empezar a entender la oscura y monstruosa relación que ha podido existir, en el caso de Céline al igual que en otras personalidades, entre el genio y la infamia, habrá sido no solo legítima, sino útil y necesaria?, escribe al respecto el filósofo Bernard-Henri Lévy, en la revista digital La Règle du Jeu.

Leer más
profile avatar
22 de enero de 2011
Blogs de autor

Una estatua de Lenin en Las Vegas

Caminaba con mis hijos por el hotel Mandalay Bay en Las Vegas, rumbo al acuario de los tiburones, cuando una enorme estatua de yeso y estuco me llamó la atención. A pesar de que no tenía cabeza, parecía la de un caudillo. Me acerqué y leí en un letrero que se trataba de Lenin. Estaba en la puerta del restaurante Red Square, alguna vez elegido por la revista Playboy como el mejor del mundo. Luego me enteraría de que había sido inaugurado en 1999, con la estatua de Lenin todavía con cabeza, pero que ante las quejas de algunos militares los dueños del restaurante decidieron que lo mejor era decapitarla (y poner las manchas blancas en los hombros y los zapatos para simular deyecciones de palomas).   

Fascinado por el restaurante, volví al día siguiente. La decoración del local simulaba los primeros años de la revolución comunista: había un mural que glorificaba al Trabajador, la hoz y el martillo estaban por todas partes, al igual que candelabros bañados en oro que parecían sacados del viejo orden zarista. Las Vegas es una suerte de parque temático para adultos y tiene una obsesión kitsch por replicar todo (mi hijo mayor quedó encantado con la estatua de la libertad, el menor con la esfinge de Giza); más allá del mal gusto, aquí se les iba la mano: se celebraba el totalitarismo soviético sin ningún tipo de preocupación por el trasfondo histórico (la literatura se adelanta a estas cosas: en Por favor, rebobinar, de Alberto Fuguet [1994], se describe el bar de un hotel en Santiago con las paredes decoradas con fotos de los años de Allende y Pinochet).

El Mandalay Bay es uno de los hoteles y casinos más lujosos de una ciudad que se ha convertido en símbolo del exceso, la decadencia capitalistas; una ciudad que, incluso en época de crisis, no descansa. Resulta una tragicomedia del destino que Lenin, uno de los grandes líderes del siglo XX, haya terminado como reclamo turístico en un restaurante caro en las entrañas de un casino del sistema enemigo. Los turistas juegan su dinero en las mesas y las máquinas del Mandalay Bay, y luego pueden ir a tomar uno de los ciento cincuenta vodkas que ofrece el Red Square (los nombres de los tragos son burlones: está, por ejemplo, el Crisis de los misiles cubanos). Si piden uno de los vodkas más caros, pueden recibir un premio: pasar al depósito del restaurante y ver, en un freezer gigante, la cabeza de ciento quince kilos de Lenin. Pero la mayoría no pregunta. El triunfo parece haber sido tan completo que muchos no saben (ni les interesa saber) quién fue Lenin.

(Qué Pasa, 21 de enero 2011)

Leer más
profile avatar
21 de enero de 2011
Blogs de autor

Nihilismo de ‘Bourbaki’

Hace ya dos años me refería aquí al hecho de que el grupo de matemáticos que respondía al pseudónimo Bourbaki expulsaba a sus miembros a la edad de cuarenta años, considerando que eran ya solar "estéril para la viña" (es decir incapaces de  enriquecer con nuevo fruto el campo de la matemática), aunque aún pudieran  servir "para el cultivo de la remolacha" (en ese terreno semi- baldío  en el que florece la matemática aplicada o la  pedagogía de la disciplina).

Señalaba en mi columna  que ni los miembros de Bourbaki eran genetistas ni la genética había  alcanzado entonces el despliegue exponencial que le permite hoy en día ser, por ejemplo, un imprescindible aliado de la paleontología (ejemplo más reciente el descubrimiento en la cueva de Denisova en Siberia  de restos de  un hominido cuyo genoma no coincidirían con el de los neandertales, ni con el de homo sapiens). Los bourbakianos se limitaban a una trivial generalización por inducción: de  la constatación empírica de que, en edad aun temprana, los individuos dan ya  muestras de debilitamiento en la capacidad intelectual, pasaban a la abusiva conclusión de que el ser humano es rápidamente un ser intelectualmente asténico.

Si hubiera que buscar una base a esta convicción cabría decir que los bourbakianos aceptaban como palabra evangélica algo que hoy es puesto en tela de juicio, a saber, que el monto de células cerebrales, de las que se haya dotado el ser humano desde el nacimiento, va reduciéndose con el tiempo sin posibilidad de reposición, y ello por mucho que se constatara que en el resto del cuerpo sí se da un cierto grado de reposición de órganos. La proliferación de nuevas neuronas no se produciría  únicamente en  cerebros de personas con buena salud, sino incluso en víctimas de graves enfermedades degenerativas (al respecto E. Goldberg La paradoja de la sabiduría. Traducción de Joan Lluís Riera, Crítica: Barcelona, 2006, p. 279).

Pero esta suerte de nihilismo que mueve a empujar a los arcenes de la vida del espíritu a personas incluso plenamente activas en el registro biológico convencional, tiene particular acuidad cuando se aplica no ya a la capacidad de invención en una disciplina dada, sino a la capacidad de  acceder a la disciplina misma. Pues, en el caso particular de la matemática, ello equivale casi a  negación de la capacidad (fundamental para la condición humana)  de insertarse en el orden de los símbolos. En el "primer tratado de matemáticas de la historia", una tablilla  de hace 77000 años encontrada en una cueva de Sudáfrica, en la que unas aspas  a las  cortan líneas paralelas forjando diversas figuras geométricas, el paleontólogo Jordi Agustí (en un texto de próxima aparición) encuentra un signo primordial de  la emergencia de lo no dado como expresión del gran poder  del pensamiento simbólico.

Leer más
profile avatar
21 de enero de 2011
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.