Skip to main content
Category

Blogs de autor

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

La España subsidiada, la Cataluña productiva

No voy a entretenerme en desmontar la ecuación. Cualquiera persona sensata tiene medios para hacerlo por sí misma. Si quiere, naturalmente. No tiene ningún sentido entrar al trapo de demostrar lo contrario, al igual que darle la vuelta a la interpretación de la crisis, los recortes y la incapacidad de Artur Mas para hacer un presupuesto como si fuera una película de pobres niños catalanes expoliados por los ogros expoliadores. No digamos ya en ocuparse en demostrar que históricamente España no ha ido contra Cataluña, lo contrario de lo que anuncia el congreso oficial organizado por la presidencia de la Generalitat como aperitivo para 2014. Pongamos que todo ello fuera cierto. Lo que tiene interés justo ahora es preguntarse para qué sirven este tipo de argumentos que Convergència y no Unió se dedica a difundir profusamente. Es evidente que su objetivo es convencer a cuantos más catalanes mejor para que se decanten en favor de la independencia. Y que su efecto es polarizador. Con la consecuencia de que erosiona y resta credibilidad a otros argumentos apaciguadores que también puede leerse en este mismo tipo de propaganda, respecto a nuestros deseos de amistad y buena vecindad con el Estado español en el momento en que el hipotético nuevo Estado catalán se constituya como tal, o sobre la cooficialidad de la lengua castellana en una futura Cataluña independiente.

El argumentario independentista no deja rincón por barrer y en todas las direcciones, por eso puede decir una cosa y la contraria. Tenía un primer objetivo, sobradamente cumplido, que consistía en hacer verosímil la independencia, y ahora tiene un segundo, que es ensanchar al máximo sus bases hasta crear la mayoría social indestructible que Artur Mas ya pedía hace un año. Para hacer esto es verdad que hay que sacarse los guantes de seda y hacen falta a veces algunos empujones. El resultado es que no hay fecha para la consulta, ni tenemos idea de la pregunta, pero la campaña para la votación de la independencia ya está en marcha. ¿Qué digo en marcha? Está lanzada. Basta comparar la sobria presencia del debate sobre la consulta en los medios de comunicación escoceses con los catalanes para darnos cuenta.

Tanto para obtener una cosa como otra, verosimilitud de la independencia y ampliación del independentismo, hay que adelantarse a los hechos tanto como sea posible. Si no tenemos una idea clara de cómo haremos todo esto y cómo será ese Estado futuro no haremos verosímil la idea ni la venderemos como una cuestión irreversible que solo admite ya la adhesión, apenas el rechazo y en ningún caso ya la discusión y el debate todavía abiertos. Y todo esto hay que hacerlo sin muchos miramientos, por ejemplo, de cara a la opinión pública exterior. E incluso cabe pensar lo contrario, que va muy bien la polarización y el endurecimiento en Madrid para la conformación reactiva de un bloque de opinión independentista lo más sólido posible en Cataluña.

Todo esto tiene un inconveniente. Cuanto más polarizada sea la campaña, más difícil será la salida. No está de moda recordarlo, pero hay que hacerlo. Cualquier salida, incluso la más difícil, exigirá dialogar y negociar, que quiere decir, ceder y pactar. Habrá que contar con que el interlocutor también tenga que responder ante su electorado, al que estos días vamos mandando mensajes inequívocos. Se supone que en cualquiera de los casos defenderá sus intereses con el mismo énfasis que la otra parte. Es muy fácil apelar a los demócratas de España, olvidándonos de que acabamos de decirles que nos han robado, que les estamos subsidiando y que encima han callado cobardemente ante la opresión y expolio sufrido por los catalanes.

El movimiento independentista lleva una marcha sensacional, como si fuera la parte fuerte y con ventaja de un conflicto con otro agente en inferioridad de condiciones. Es una apreciación al menos discutible que permite establecer serias dudas sobre el conocimiento que tienen su líderes de la historia y la realidad española y que se no casa con lo que ha sido históricamente el independentismo catalán, la parte débil e inerme, por más que ahora se encuentre en un momento de euforia expansiva. Carles Viver i Pi-Sunyer, ex vicepresidente del Constitucional y ahora presidente del Consell de la Transició Nacional, vino a recordanos ayer que Cataluña no tiene ni sun solo padrino internacional para esta aventura, y no dijo, aunque lo sabe muy bien, que no ha habido ni un solo caso en la historia en que haya nacido un nuevo Estado sin una gran potencia detrás. El mundo económico, el del big money sobre todo, está callado si no está en contra. No hay lobbys catalanes en el mundo, fuera de los que conforman los propios catalanes en el exterior y sus familiares. Lo más que dice la jurisprudencia internacional es que en casos como el de Kosovo, donde hubo genocidio y guerra, nada prohíbe en la legislación internacional una declaración unilateral de independencia.

Al final, incluso la independencia, habrá que negociarla con Madrid, que es quien tendrá la última palabra, al menos de la pertenencia de Cataluña a la UE. ¿España nos roba? ¿España subsidiada, Cataluña productiva? ¿España contra Cataluña?



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de septiembre de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

¿Qué hacemos -en Formentor- con las obras maestras?

De Homero, Dante, Cervantes, Shakespeare,Balzac, Dostoievski, Whitman, Borges, Camus, Bulgakov...

 Las obras maestras han contribuido durante siglos a moldear el lenguaje y criterio estético de nuestras sociedades y han sido un modelo en la educación de las generaciones que nos han precedido. La lectura, memorización y comentario de estas obras consolidan el conocimiento y sostienen una escuela de elegancia intelectual. Pero esta influencia cultural puede desaparecer el día en que los jóvenes lectores dejen de frecuentar su autoridad.

Las obras maestras inspiran el diálogo íntimo de cada escritor con los autores que conforman la historia de la literatura. En las Conversaciones de Formentor 2013 los escritores invitados comentarán las obras que han elegido como modelo de su propia imaginación literaria y compartirán con el público los hallazgos escondidos en cada una de sus predilectas obras maestras.

 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de septiembre de 2013
Blogs de autor

Dios sabe más que tú

En un reciente editorial de El País, titulado ‘Frenar la matanza', se decía, como corolario, lo siguiente: "El destino de un país como Egipto [...] ha quedado primero al albur de unos ineptos políticos como los Hermanos Musulmanes y después de una casta militar autoritaria y cruel". La llamada a frenar desde el exterior tanto derramamiento de sangre está encontrando la habitual respuesta de las ‘grandes potencias': la parsimonia, la mística del comunicado, los ‘meetings' hasta el alba de los que nace, como mucho, el ratoncillo no de un embargo sino de una ‘restricción' al envío de armas. Ni la Unión Europea, con la ineficacia global que la caracteriza, ni los Estados Unidos, atrapados en su propia geo-dinámica, se atreven a proponer a la ONU lo que sería única medida de contención y vigilancia: el envío ‘in situ' de una misión de cascos azules, sobre todo si la Hermandad prosigue sus manifestaciones públicas. Ya sabemos cómo las reprime allí la policía.

      En España, mientras tanto, y hablo ahora no del gobierno sino de los medios de comunicación y la llamada opinión pública, parece haber acuerdo en condenar sin paliativos a los generales egipcios. Casi todo lo que uno ha leído en las últimas semanas está dirigido al repudio del golpe militar y sus mortíferas secuelas, con una deplorable tendencia a olvidar la naturaleza y los objetivos de quien, en esta guerra abierta en Egipto mucho antes del 3 de julio, es el otro contendiente. Vistos por articulistas de opinión, lectores que escriben al Director y editorialistas, se diría que los Hermanos Musulmanes, por el hecho de su resistencia numantina y el número de sus mártires, han ido adquiriendo el perfil de un grupo de visionarios descaminados que cometieron errores en la administración del estado ("ineptos políticos") después de haber sido elegidos mayoritariamente en las urnas. La lista de dirigentes canallas y criminales electos ‘democráticamente' a lo largo del siglo XX en casi todos los continentes, incluido el nuestro, es demasiado larga para detallarla aquí.

     Dos libros de actualidad podrían servir, a quien desee hacer un poco de historia y lea en inglés, a la hora de entender el origen y las ambiciones actuales de la Hermandad. El primero, de John Calvert, se llama ‘Sayyid Qutb and the Origin of Radical Islamism', y en breve va a sacar una nueva edición, suponemos que ampliada, la editorial que lo publicó, Columbia University Press. El otro, muy reciente, lo firma James Toth y lleva por título ‘Sayyid Qutb: The Life and Legacy of a Radical Islamic Intellectual' (Oxford University Press). Los dos estudios se centran, es fácil de entender, en la figura de Sayyid Qutb, a quien apenas se menciona hoy cuando se habla de la Hermandad Musulmana, fundada en 1928 por el más conocido Hassan al Banna. Pero éste murió, seguramente asesinado a instigación de los jefes militares de entonces, en 1949, y la moderación que le adjudican sus seguidores, alguno tan locuaz y tan ubicuo como su nieto Tarik Ramadan (famoso en Francia por sus ‘dudas' respecto a la lapidación de las adúlteras), habría quedado truncada dentro del árbol ideológico de la Hermandad. Qutb, erudito y poeta inspirado, como muestran las citas del libro de Calvert, traductor suyo al inglés, era un socialista romántico paulatinamente desbordado por el puritanismo islámico; a partir de la anexión israelí de Palestina en 1948 y del golpe militar de Nasser, con quien en un principio colaboró y después se enemistó, Qutb se unió en 1953 a la Hermandad, radicalizando un anti-imperialismo de cuño religioso que, poco después de su adhesión al grupo, le llevaba a escribir que sólo "los Hermanos Musulmanes pueden enfrentarse a los sionistas y cruzados colonialistas".

      El intento de asesinato de Nasser en 1954, que Toth insinúa que el gobierno pudo atribuir falsamente a los Hermanos, llevó a Qutb a la cárcel, donde pasaría, con alguna breve liberación, el resto de su vida, antes de ser ejecutado por alta traición en 1966, meses antes de que Egipto, como fuerza dominante en el Oriente Medio, sufriera la humillante derrota en la guerra de los seis días. En esa década de encarcelamiento, Sayyid escribió poesía, narrativa biográfica y un comentario del Corán, formando también entre rejas las ideas esenciales de su credo político-religioso, que gira en torno al ‘dominio' (‘hakimiy-y-a'), una apelación a que los ciudadanos se sometan, por encima de las leyes humanas, a los designios del Profeta, resumida en una especie de eslogan que hizo fortuna y no ha dejado de oírse hasta hoy siempre que se contraponen lo civil y lo teocrático: "¿Quién sabe más, tú o Dios?".

      Según documentan estos dos nada sectarios estudios, Sayyid Qutb habría sido el responsable de una purga de los ‘liberales' dentro de la Hermandad, y su belicoso ideario persistió tras su muerte en sus enseñanzas. El lider supremo iraní, Ali Khamenei, tradujo a Quth al farsi, el nuevo estado de los ayatolas le conmemoró con una tirada de sellos postales, y Osama Bin Laden fue estudiante de Mohamed Qutb, hermano pequeño y seguidor ferviente de Sayyid en la escuela coránica que, exiliado de El Cairo, fundó en la Meca. Movimientos guerrilleros islámicos que practican el exterminio, en Somalia, en Filipinas (el llamado Frente Moro) y Nigeria, se proclaman ‘'qutubistas'. Y otro vínculo más pertinente aquí: el actual líder de los Hermanos egipcios, Mohamed Badie, ahora detenido, formó sus ideas junto a Sayyid Qutb cuando compartió la cárcel con él en los primeros años 1960. Badie y, también el presidente depuesto Mohamed Morsi, han expresado que la de Qutb es "la visión real del Islam que buscamos".

    Esa visión que el gobierno islámico salido de unas elecciones quiso imponer parece perder relevancia por la violencia, terriblemente desproporcionada, de los militares. No la olvidan sin embargo los millones de ciudadanos, hombres y -prominentemente- mujeres jóvenes, que salieron a la calle en la primavera árabe egipcia pidiendo democracia frente a la cleptocracia en gran medida militar que apoyó tres décadas a Mubarak, pero también pidiendo modernización, secularización, libertad de culto o de descreimiento. Ahora se encuentran atrapados entre dos males; de momento la mayoría apoya lo malo por conocer (el mandato del general Al Sisi) después de la pesadilla islamista ya probada desde que Morsi empezó hace un año a dictaminar y a prohibir. Y con mucho más que ineptitud: con deliberado intento de hostigamiento, de persecución y eliminación del disidente. Ante la queja pacífica que se llevaba oyendo en las calles de todo Egipto (por no hablar hoy de otros países como Túnez o Argelia), la única respuesta que estos santos varones gobernantes daban era siempre la misma: De tus derechos, de tus libertades, de tus modos de amar y de vestir, sabe más Dios que tú.

Leer más
profile avatar
3 de septiembre de 2013
Blogs de autor

Un periódico con tetas

Javier Ricou, periodista de La Vanguardia, me llamó a mitad de agosto cuando el verano aún olía el aceite de coco y los gritos de los niños anunciaban la promesa de una tarde larga. Recogía opiniones para escribir sobre el escote, a propósito del interés suscitado por una columna de Sergi Pàmies donde animaba a resolver un protocolo sobre el canalillo. Desde entonces, no he podido dejar de pensar en el asunto. Primero, por su asombrosa novedad: un periódico con tetas. Sí, periódico de verano, dirán, pero periódico al fin y al cabo. Y no tetas obvias, como las que buenamente intentan equilibrar la presencia de las mujeres en los diarios deportivos, sino tetas sin foto, sólo con narración y opiniones (deslumbrantes u ociosas) acerca de cómo mirar o cómo desear que miren un escote. Ahí está ese señor de Salou, que mientras corre diariamente por el paseo ve desfilar todo tipo de pechos que le alegran la mañana, y “todos los pechos son dignos”, postulaba (una se pregunta cómo serán unos pechos indignos, ¿los planos, los mastectomizados, los secos…?). O la barcelonesa que anima a insinuar en lugar de mostrar, viejas armas de mujer y sobre todo pasto para esos códigos repletos de sandeces que tanto han querido aleccionar el comportamiento de las mujeres: “Nunca lo hagas después de la primera cita, pregúntale por su coche, no lleves minifalda a partir de los cuarenta años ni brillantes antes de los 35…”. Cierto es que a los hombres los instruyen con otro tipo de burradas; la primera, “hazte un hombre” (esperemos que cada vez más en desuso entre los nuevos modelos de familia), pero sólo hace falta revisar la publicidad actual sobre productos de higiene femenina: desde las compresas para la regla, que ahora ya contienen unas cápsulas que se rompen mientras caminas y emanan efluvios de perfume, hasta el eslogan de una marca de desodorante: “Las mujeres fuertes no huelen”. Así es la vida de cruel, empiezas como modelo de salvaslips y terminas anunciando compresas para la incontinencia urinaria. Por ello parece ambicioso el desafío de Pàmies, ya bastan las humillaciones: un anuncio donde se muestre un código de urbanidad para el escote. Un protocolo (¿otro más?) que ponga negro sobre blanco las intenciones que se ocultan al llevar un escote en uve, redondo de cortesana, escuálido, canalillo o palabra de honor, de esos que siempre hay que tirar hacia arriba, y producen tanta compasión ajena. La única espina para dictar dicho protocolo es que la mayoría de las mujeres no saben muy bien cómo quieren ser miradas. Depende del día. Puede que en su imaginario se haya colado alguna caída de ojos de hombre Marlboro, o la intensidad de un filósofo francés, o la perversidad de un simple canalla, o el terciopelo de un encantador de serpientes, pero en realidad suelen cruzarse con hombres normales. Y así sale lo que sale: de reojo, de frente, al culo… o sin miramientos, al DNI.

(La Vanguardia)

Leer más
profile avatar
2 de septiembre de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

En retaguardia

No es habitual que gobiernos y presidentes salgan a la calle en manifestación y menos todavía que las encabecen, no digamos ya que se dediquen a alentarlas y organizarlas con la profusión de medios y de presupuesto de que suelen disponer, a pesar incluso de los recortes. Lo dijo de forma precisa e inobjetable un editorial de La Vanguardia el pasado miércoles: "La responsabilidad de un Ejecutivo es la de gobernar, es decir, tomar decisiones destinadas al bienestar de los ciudadanos. La asistencia de un gobierno a una manifestación de carácter reivindicativo o de protesta es una anomalía, porque su obligación es gestionar esa reivindicación o resolver las causas de la protesta. Asistir en bloque es como asumir que no se está capacitado para esa resolución".

El primero en incumplir esta regla fue el último anterior presidente de la Generalitat, José Montilla, precisamente en la manifestación fundacional de la actual y compleja crisis catalana, cuando miles de personas desfilaron por el paseo de Gracia el 10 de julio de 2010 para expresar su rechazo a la sentencia del Tribunal Constitucional que anulaba 14 artículos del Estatuto de Cataluña. Aquella manifestación iba encabezada por una pancarta que decía Som una nació, nosaltres decidim. La abundancia de esteladas fue ya significativa. Montilla tuvo que ser rescatado del asedio de un grupo de manifestantes. Y todos los comentaristas concluyeron que el autonomismo había cedido allí el testigo al soberanismo independentista en la centralidad del espacio político catalán y del catalanismo.

Hace tres años podía entenderse la presencia en la manifestación del presidente que intentó salvar el Estatut e incluso evitar que el Constitucional consiguiera pronunciarse a tiempo, es decir, antes de las elecciones, al menos por la cuenta electoral que le traía. Pero a la vista de cómo han evolucionado las cosas, parece claro que fue un error socialista y un error presidencial. Un presidente, representante también del Estado en Cataluña, no debe acudir a una manifestación de protesta contra al menos una parte de lo que es su propia función.

Artur Mas llegó con la lección aprendida. No estuvo el 11-S del 2012, momento culminante y punto de giro para él mismo, su gobierno y su partido, y no estará tampoco en la cadena humana de este próximo 11-S. En la manifestación del pasado año, la del millón y medio de las cifras oficiales, la posición del presidente Mas evolucionó sobre dos ejes definitorios: uno, sobre el contenido de la reivindicación, del pacto fiscal y hacia la independencia; y otro, sobre su eventual participación. El presidente muy rápidamente encontró la piedra filosofal que le permitió estar sin ir, presidir la manifestación sin moverse de su despacho. Mediante un apoyo sin matices y con la deferente recepción en el Palacio de la Generalitat a los líderes de la protesta, salió del 11-S todavía más líder de los manifestantes de lo que lo era el día antes. Del mar de esteladas surgió el Moisés dispuesto a guiar al pueblo hacia la tierra prometida.

Las elecciones del 25N y su resultado tan decepcionante desembocan ahora en otro modelo distinto para 2013. Un presidente no debe encabezar manifestaciones, pero todavía menos puede ir a una cadena en la que no hay quien encabece ni presida. La fórmula tiene la genialidad de expresar el estado de las cosas. La dirección del movimiento no está en la mayoría parlamentaria ni siquiera en los partidos de gobierno. Nadie puede capitalizar personalmente una participación de adscripción nominal, en la que se espera un número de asistentes más acotado pero a la vez con actitudes más militantes e ideológicamente definidas. Si en 2012 era plausible un independentismo de circunstancias, económico o de protesta, quienes participen en esta de 2013 no pueden engañarse sobre el objetivo al que se suman uno a uno nominalmente, que no es la consulta sino la independencia, con consulta o sin ella, legal, alegal o medio pensionista. Las razones para que Artur Mas no vaya este 11S son más sólidas que en el anterior. En un año se ha invertido la ecuación y ya no es un presidente al que sigue la gente sino un presidente que va a remolque de la gente. La foto de Mas encadenado hubiera sido letal para su imagen presidencial.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
2 de septiembre de 2013
Blogs de autor

La lección susurrada de un gran cronista: con Sergio Ramírez en la Feria del Libro de Costa Rica

La crónica de Sergio Ramírez se llama Abbott y Costello. Es terrible, es sabia, es inolvidable. Cuenta la historia de un joven inmigrante nicaragüense, Natividad Canda, a quien dos perros rottweiler arrinconan en un taller mecánico de Costa Rica.

Canda había entrado a robar. Los perros lo atacaron a tarascones. Durante dos horas, se acercaron los dos guardias de seguridad, el dueño y siete policías, pero ninguno hizo nada por rescatarlo de sus fauces. Canda murió al llegar al hospital, por la sangre que perdió por las 197 heridas de las fauces caninas. En el juicio por su muerte, los jueces dictaminaron por mayoría que no se podía disparar a las bestias, porque se movían más rápido que las balas.

El hecho sucedió en 2005. Siete años más tarde, Sergio Ramírez estudió todos los documentos del juicio, la investigación policial y la cobertura de los medios, entrevistó a expertos en perros, en leyes y en heridas, viajó al pueblo miserable donde creció Canda con nueve hermanos, entrevistó a su madre y a su hermana. En su texto no hay opinión, no hay un solo adjetivo calificativo, no hay una sola expresión de indignación, ni una sola pregunta a la sociedad donde este hecho fue noticia de sucesos y donde nadie parece haberse enterado del veredicto. Todos los acusados fueron absueltos. Tampoco se sacrificó a los perros. Uno se llamaba Abbott; el otro, Costello.

*       *        *

Sergio Ramírez, el más importante escritor de Centroamérica, había trocado en su juventud una promisoria carrera como novelista por la lucha clandestina contra la dictadura de Somoza. Fue el ministro y la voz de la cultura en el gobierno sandinista, y dignificó el cargo de vicepresidente de Nicaragua de 1984 a 1990. Al terminar su período en la revolución, escribió grandes libros como Margarita está linda la mar (Premio Alfaguara), Castigo divino, Un baile de máscaras, La fugitiva y sus memorias de la lucha, Adiós muchachos. Muchos lo consideran el mejor cuentista en lengua castellana, y vino a la Feria del Libro de Costa Rica a presentar su último libro, el luminoso Flores oscuras. Entre los cuentos de Flores oscuras se erige la crónica Abbott y Costello, una flor extraña con espinas que duelen y un olor a relato clásico.

En la Feria Sergio Ramírez presentó su libro, y sus lectores costarricenses que llenaron la sala entendieron este relato, escrito por un nicaragüense, no como un ataque o un reproche a sus vecinos de Costa Rica, sino como un llamado a recordar y reflexionar juntos. La historia del crimen cometido contra Natividad Canga tiene como contexto un país, Costa Rica, donde desde hace casi un siglo vienen a trabajar cientos de miles de emigrantes de la pobreza del norte. En Centroamérica, la pequeña y humilde Costa Rica es pacífica, funciona, ofrece trabajo y posibilidades de superación. Desde hace un siglo, Nicaragua se levanta un poquito y vuelve a caer, se sume en su pozo, no ofrece futuro a muchos de sus habitantes.

Casi un cuarto de la población de Costa Rica está compuesto por los inmigrantes de Nicaragua, con y sin papales. Y hay mucha xenofobia, insultos, chistes hirientes… incluso una legión de cobardes anónimos usó las redes sociales para hacer chistes cuando salió la noticia del muchacho destrozado por los rottweiler.

*       *        *

En la Feria tuve el gran honor de compartir una mesa redonda con Sergio Ramírez y el importante escritor costarricense Carlos Cortés. Hablamos de la crónica en Centroamérica, de su ilustre pasado, con los relatos de viaje de Rubén Darío y los “testimonios” de escritores de izquierda como el poeta revolucionario Roque Dalton. Hablamos de su presente y su futuro, de cómo la crónica nos puede servir para contar el camino difícil y duro de este istmo. Escribir sobre temas que duelen con prosa bella, nos instruyó el maestro.

Ramírez, con una generosidad a toda prueba, participó en dos mesas más, con jóvenes cronistas, novelistas, creadores de la región. Impactaba ver al gran escritor entrevistarlos, cuestionarlos, alentarlos y empujarlos para adelante.

Estas eran algunas de las actividades que germinaron en el marco de la Feria la eximia cronista y editora Karina Salguero generó un milagroso espacio de charlas, conferencias, seminarios y talleres. Centroamérica está despierta, y escritores de todos sus países vinieron a compartir ideas, historias y sueños.

En ese espacio, el 29 y el 30 de agosto compartí con una treintena de ávidos contadores de historias un seminario de dos días de Periodismo narrativo. Lo cerré con la lectura y discusión de Abbott y Costello. Cuando terminé de leerlo (el final le hace a uno un nudo en la garganta) se hizo un silencio como el que se produce después de una gran interpretación musical.

Lo vengo leyendo y admirando desde hace años, desde antes de llegar a Centroamérica hace más de 20 años. Pero en la Feria del Libro de Costa Rica, Sergio Ramírez se me hizo más grande, más cercano, más necesario que nunca.

Leer más
profile avatar
1 de septiembre de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Patrimonio del espíritu, botín de guerra

Abuna di Bishemaya: así suena el inicio del Padre Nuestro en arameo, el supuesto idioma de Jesús. Puede escucharse, cantado por voces bellísimas, en Malula, una pequeña población de 5.000 habitantes, situada a unos 50 kilómetros al norte de Damasco. Malula, al borde de un estrecho desfiladero en un paisaje que insinúa el desierto sirio, es uno de los pocos lugares del mundo en los que se conserva, como lengua viva, el arameo. Sus habitantes, la mayoría cristianos pero también musulmanes, se muestran orgullosos de esta circunstancia y del prestigio de su pueblo en la historia religiosa: allí se conserva el sepulcro de la santa Tecla, mártir de los primeros tiempos, y se dice que el mismísimo san Pablo pasó por allí, no sé si camino de Damasco. El guía que me lo contó, y me enseñó la magnífica iglesia ortodoxa de San Jorge, no lo sabía con exactitud, pero no por eso estaba menos orgulloso de la historia. Era musulmán y se mostraba muy satisfecho por el hecho de que la Navidad y el Viernes Santo, las fechas más señaladas del cristianismo, fueran fiestas nacionales en su país. Lo veía como una muestra de la tolerancia religiosa del pueblo sirio.

En otro viaje por Siria, y por boca de otro guía, se me quiso comunicar la misma sensación, aunque con los protagonistas invertidos. El guía era cristiano y la visita, al mausoleo de un santo musulmán: el gran místico, nacido en Murcia el año 1165, Ibn Arabi. Recuerdo perfectamente la gélida mañana invernal con la nieve cubriendo las callejuelas empinadas que llevaban al mausoleo. El guía me describió el periplo vital y la experiencia espiritual de Ibn Arabi, resaltando en cada momento la confluencia entre componentes religiosos de diversa procedencia. No era un guía oficial, de esos que a menudo llevan el discurso bien aprendido, sino un hombre apasionado, intelectualmente libre, que admiraba la obra creada por Ibn Arabi y era capaz de integrarla a la perfección en la historia de la cultura. También, como el guía de Malula, estaba contento por el grado de tolerancia de sus compatriotas.

Estos días, en los que Siria ocupa el centro de la crónica negra mundial, lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en mis viajes por ese país es la cantidad de hombres apasionados por la cultura recibida. Ahora, al volver la vista atrás, tengo la impresión de que siempre había a mi lado un interlocutor idóneo para explicarme lo que yo no sabía, pero deseaba saber. Un taxista de Alepo, por ejemplo, parecía exquisitamente preparado para hacer el relato sobre la misteriosa evacuación de las ciudades bizantinas al norte de Siria. Cuando le pregunté a un gran traductor del español, ismailita de religión, sobre los hashashin, la secta seguidora del Viejo de la Montaña, también ismailita, que tanto gustaba a Rimbaud -por ser consumidora de hachís y haber dado origen a la palabra asesino-, en lugar de incomodarse, por citarle a unos correligionarios violentos, me lo contó todo acerca de la fortaleza de Alamud y otras fortalezas inexpugnables para los cruzados. Incluso, en el máximo refinamiento de las creencias, me topé con un seguidor del zoroastrismo, religión que yo creía extinguida y que, según mi interlocutor, tenía todavía un puñado de adeptos. Eran unos pocos miles, los suficientes, sin embargo, para dar testimonio de un movimiento espiritual cuyas raíces se remontaban a 25 siglos atrás.

No he visto que nada de todo eso se considere medianamente importante al considerar la situación en Siria, un país que es un volcán político y militar, pero también una filigrana espiritual cuya alteración puede tener terribles consecuencias. En todo este periodo de sangrienta guerra civil la información sobre aquel país ha sido, por lo general, desoladoramente superficial y maniquea. Nadie, por lo visto, se atreve a introducir el punto de vista de la complejidad que, no obstante, sería el único que nos podría ofrecer una real aproximación a la realidad siria. Aunque no haya dudas sobre el carácter dictatorial, y cruel, del régimen de El Asad, sí deberían tenerse dudas profundas sobre el carácter democrático de los denominados rebeldes, un conglomerado que, según se va descubriendo, reúne fuerzas con las ideas completamente contrarias entre sí. Junto a demócratas convencidos los medios de comunicación llaman rebeldes a los que, de tener el poder, no tardarían en fusilar a los demócratas convencidos. Y lo peor es que, al fondo, se tambalea aquel paisaje de tolerancia espiritual que era, y es, el orgullo de tantos sirios. El Asad debería caer, o ser derribado, sí, pero, de imponerse el fundamentalismo de algunas de las facciones en lucha, ¿podemos pensar qué pasará con los cristianos de Malula, con los ismailitas, con los zoroástricos, con los drusos, o, sencillamente con los chíes y suníes? El problema de las intervenciones armadas desde el exterior es que, como se comprobó en Afganistán e Irak, lo complejo es observado como simple, al menos ante la opinión pública, ya de por sí educada, por los medios de comunicación, en la simplicidad. El cirujano se presenta como salvador y, junto al tumor, arrasa todo el organismo.Quizá la quintaesencia de esos interlocutores exquisitos fue un profesor de historia de la Universidad de Damasco, con el que coincidí en un coloquio celebrado en el Museo Nacional y que me acompañó en una visita a sus riquísimas colecciones. A través de sus explicaciones me sumergí en 5.000 años de civilización, hasta el anclaje mesopotámico. No era difícil llegar a la conclusión de que allí, en las piedras milenarias, se encontraba dibujado el origen y el destino de la entera humanidad, a través de sus múltiples creaciones y destrucciones, de su afán de violencia y de belleza. He pensado en él a menudo, en esos días aciagos, porque, si los acontecimientos se precipitan definitivamente, nada va a impedir que el Museo Nacional de Damasco corra, en el inmediato futuro, la misma suerte que su homólogo en Bagdad, devastado y expoliado durante la invasión americana, y cuyas piezas robadas pueden encontrarse fácilmente, al parecer, en los circuitos de los traficantes de antigüedades.

Paradójicamente, en la era de la información absoluta, la opacidad también es absoluta. Debo confesar que, en los últimos dos años, he seguido con mucha atención las noticias procedentes de Siria sin lograr formarme una idea medianamente coherente de lo que ocurre. De manera creciente he tenido la penosa impresión de que, como sucede en todos los asuntos, la información libre está muy mermada, supeditada casi a una propaganda que impide entrar en matices. Cuando, precisamente, es el matiz el que nos introduce en la diversidad de mundos que se oculta tras una noticia. Nunca ha habido tanta libertad para informar y nunca ha habido tan poca transparencia, pese a los esfuerzos de muchos que escriben en canales alternativos.Cada guerra se justifica con nuevos vocablos. En la terminología de los partidarios de la intervención en Siria el vocablo de moda es responsable: una intervención "justa, legal y responsable". Es una cuestión de palabras. Para saber si es justa deberíamos calibrar cuál es el tribunal que dictamina la justicia, y la legalidad internacional, de momento, reside en Naciones Unidas, una institución obsoleta, es cierto, pero la única que obstaculiza algo la imposición de la ley del más fuerte. La intervención "humanitaria", aireada en guerras anteriores, ha sido sustituida por intervención "responsable". Sin embargo, también aquí se hace difícil saber cuál es el demiurgo que otorga la responsabilidad para que un país intervenga en otro. Acabar con la dictadura de El Asad parece muy atractivo, pero ¿y lo otro?

Me disgusta no poder tener una idea nítida de lo que actualmente acontece en Siria. De modo que sigo confiando en las sensaciones que me transmitieron, durante los viajes, mis interlocutores sirios, hombres apasionados con la cultura y orgullosos con la tolerancia. Esperemos, por ellos y por nosotros, que, en medio del torbellino destructor, que ya se ha cobrado 100.000 vidas, el patrimonio del espíritu no se convierta en mero botín de guerra.

 

El País, 01/09/2013 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
1 de septiembre de 2013
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.