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Dios sabe más que tú

Por 3 de septiembre de 2013 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Vicente Molina Foix

En un reciente editorial de El País, titulado ‘Frenar la matanza’, se decía, como corolario, lo siguiente: "El destino de un país como Egipto […] ha quedado primero al albur de unos ineptos políticos como los Hermanos Musulmanes y después de una casta militar autoritaria y cruel". La llamada a frenar desde el exterior tanto derramamiento de sangre está encontrando la habitual respuesta de las ‘grandes potencias’: la parsimonia, la mística del comunicado, los ‘meetings’ hasta el alba de los que nace, como mucho, el ratoncillo no de un embargo sino de una ‘restricción’ al envío de armas. Ni la Unión Europea, con la ineficacia global que la caracteriza, ni los Estados Unidos, atrapados en su propia geo-dinámica, se atreven a proponer a la ONU lo que sería única medida de contención y vigilancia: el envío ‘in situ’ de una misión de cascos azules, sobre todo si la Hermandad prosigue sus manifestaciones públicas. Ya sabemos cómo las reprime allí la policía.

      En España, mientras tanto, y hablo ahora no del gobierno sino de los medios de comunicación y la llamada opinión pública, parece haber acuerdo en condenar sin paliativos a los generales egipcios. Casi todo lo que uno ha leído en las últimas semanas está dirigido al repudio del golpe militar y sus mortíferas secuelas, con una deplorable tendencia a olvidar la naturaleza y los objetivos de quien, en esta guerra abierta en Egipto mucho antes del 3 de julio, es el otro contendiente. Vistos por articulistas de opinión, lectores que escriben al Director y editorialistas, se diría que los Hermanos Musulmanes, por el hecho de su resistencia numantina y el número de sus mártires, han ido adquiriendo el perfil de un grupo de visionarios descaminados que cometieron errores en la administración del estado ("ineptos políticos") después de haber sido elegidos mayoritariamente en las urnas. La lista de dirigentes canallas y criminales electos ‘democráticamente’ a lo largo del siglo XX en casi todos los continentes, incluido el nuestro, es demasiado larga para detallarla aquí.

     Dos libros de actualidad podrían servir, a quien desee hacer un poco de historia y lea en inglés, a la hora de entender el origen y las ambiciones actuales de la Hermandad. El primero, de John Calvert, se llama ‘Sayyid Qutb and the Origin of Radical Islamism’, y en breve va a sacar una nueva edición, suponemos que ampliada, la editorial que lo publicó, Columbia University Press. El otro, muy reciente, lo firma James Toth y lleva por título ‘Sayyid Qutb: The Life and Legacy of a Radical Islamic Intellectual’ (Oxford University Press). Los dos estudios se centran, es fácil de entender, en la figura de Sayyid Qutb, a quien apenas se menciona hoy cuando se habla de la Hermandad Musulmana, fundada en 1928 por el más conocido Hassan al Banna. Pero éste murió, seguramente asesinado a instigación de los jefes militares de entonces, en 1949, y la moderación que le adjudican sus seguidores, alguno tan locuaz y tan ubicuo como su nieto Tarik Ramadan (famoso en Francia por sus ‘dudas’ respecto a la lapidación de las adúlteras), habría quedado truncada dentro del árbol ideológico de la Hermandad. Qutb, erudito y poeta inspirado, como muestran las citas del libro de Calvert, traductor suyo al inglés, era un socialista romántico paulatinamente desbordado por el puritanismo islámico; a partir de la anexión israelí de Palestina en 1948 y del golpe militar de Nasser, con quien en un principio colaboró y después se enemistó, Qutb se unió en 1953 a la Hermandad, radicalizando un anti-imperialismo de cuño religioso que, poco después de su adhesión al grupo, le llevaba a escribir que sólo "los Hermanos Musulmanes pueden enfrentarse a los sionistas y cruzados colonialistas".

      El intento de asesinato de Nasser en 1954, que Toth insinúa que el gobierno pudo atribuir falsamente a los Hermanos, llevó a Qutb a la cárcel, donde pasaría, con alguna breve liberación, el resto de su vida, antes de ser ejecutado por alta traición en 1966, meses antes de que Egipto, como fuerza dominante en el Oriente Medio, sufriera la humillante derrota en la guerra de los seis días. En esa década de encarcelamiento, Sayyid escribió poesía, narrativa biográfica y un comentario del Corán, formando también entre rejas las ideas esenciales de su credo político-religioso, que gira en torno al ‘dominio’ (‘hakimiy-y-a’), una apelación a que los ciudadanos se sometan, por encima de las leyes humanas, a los designios del Profeta, resumida en una especie de eslogan que hizo fortuna y no ha dejado de oírse hasta hoy siempre que se contraponen lo civil y lo teocrático: "¿Quién sabe más, tú o Dios?".

      Según documentan estos dos nada sectarios estudios, Sayyid Qutb habría sido el responsable de una purga de los ‘liberales’ dentro de la Hermandad, y su belicoso ideario persistió tras su muerte en sus enseñanzas. El lider supremo iraní, Ali Khamenei, tradujo a Quth al farsi, el nuevo estado de los ayatolas le conmemoró con una tirada de sellos postales, y Osama Bin Laden fue estudiante de Mohamed Qutb, hermano pequeño y seguidor ferviente de Sayyid en la escuela coránica que, exiliado de El Cairo, fundó en la Meca. Movimientos guerrilleros islámicos que practican el exterminio, en Somalia, en Filipinas (el llamado Frente Moro) y Nigeria, se proclaman ‘’qutubistas’. Y otro vínculo más pertinente aquí: el actual líder de los Hermanos egipcios, Mohamed Badie, ahora detenido, formó sus ideas junto a Sayyid Qutb cuando compartió la cárcel con él en los primeros años 1960. Badie y, también el presidente depuesto Mohamed Morsi, han expresado que la de Qutb es "la visión real del Islam que buscamos".

    Esa visión que el gobierno islámico salido de unas elecciones quiso imponer parece perder relevancia por la violencia, terriblemente desproporcionada, de los militares. No la olvidan sin embargo los millones de ciudadanos, hombres y -prominentemente- mujeres jóvenes, que salieron a la calle en la primavera árabe egipcia pidiendo democracia frente a la cleptocracia en gran medida militar que apoyó tres décadas a Mubarak, pero también pidiendo modernización, secularización, libertad de culto o de descreimiento. Ahora se encuentran atrapados entre dos males; de momento la mayoría apoya lo malo por conocer (el mandato del general Al Sisi) después de la pesadilla islamista ya probada desde que Morsi empezó hace un año a dictaminar y a prohibir. Y con mucho más que ineptitud: con deliberado intento de hostigamiento, de persecución y eliminación del disidente. Ante la queja pacífica que se llevaba oyendo en las calles de todo Egipto (por no hablar hoy de otros países como Túnez o Argelia), la única respuesta que estos santos varones gobernantes daban era siempre la misma: De tus derechos, de tus libertades, de tus modos de amar y de vestir, sabe más Dios que tú.

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Vicente Molina Foix

 Vicente Molina Foix nació en Elche y estudió Filosofía en Madrid. Residió ocho años en Inglaterra, donde se graduó en Historia del Arte por la Universidad de Londres y fue tres años profesor de literatura española en la de Oxford. Autor dramático, crítico y director de cine (su primera película Sagitario se estrenó en 2001, la segunda, El dios de madera, en el verano de 2010), su labor literaria se ha desarrollado principalmente -desde su inclusión en la histórica antología de Castellet Nueve novísimos poetas españoles- en el campo de la novela. Sus principales publicaciones narrativas son: Museo provincial de los horrores, Busto (Premio Barral 1973), La comunión de los atletas, Los padres viudos (Premio Azorín 1983), La Quincena Soviética (Premio Herralde 1988), La misa de Baroja, La mujer sin cabeza, El vampiro de la calle Méjico (Premio Alfonso García Ramos 2002) y El abrecartas (Premio Salambó y Premio Nacional de Literatura [Narrativa], 2007);. en  2009 publica una colección de relatos, Con tal de no morir (Anagrama), El hombre que vendió su propia cama (Anagrama, 2011) y en 2014, junto a Luis Cremades, El invitado amargo (Anagrama), Enemigos de los real (Galaxia Gutenberg, 2016), El joven sin alma. Novela romántica (Anagrama, 2017), Kubrick en casa (Anagrama, 2019). Su más reciente libro es Las hermanas Gourmet (Anagrama 2021) . La Fundación José Manuel Lara ha publicado en 2013 su obra poética completa, que va desde 1967 a 2012, La musa furtiva.  Cabe también destacar muy especialmente sus espléndidas traducciones de las piezas de Shakespeare Hamlet, El rey Lear y El mercader de Venecia; sus dos volúmenes memorialísticos El novio del cine y El cine de las sábanas húmedas, sus reseñas de películas reunidas en El cine estilográfico y su ensayo-antología Tintoretto y los escritores (Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg). Foto: Asís G. Ayerbe

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