Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

El Brexit, visto desde Asia

El ángulo de visión proporciona perspectivas distintas. No es lo mismo el Brexit visto desde Asia que desde Europa, desde Hangzhou, donde se ha celebrado la cumbre del G20, que reúne a las economías punteras y emergentes, que desde Bruselas, la capital de la integración europea.

Theresa May, la flamante primera ministra británica, ha hecho en la ciudad china lo que todos: vender su mercancía, en su caso la idea de unos tratados de libre comercio que sustituyan a la actual pertenencia a la Unión Europea entre 2019 y 2020. May es novata en cuestión de cumbres, de forma que su sola presencia y sus palabras constituían un atractivo, como lo era para otros tres novatos ?el brasileño Michel Temer, el argentino Mauricio Macri, o el joven saudí Mohamed bin Salman, número tres del régimen, que se estrenó en la cumbre en representación del rey su padre? o para el veterano de diez cumbres que ahora se despide, que es Barack Obama.

Los dos días de ceremoniales encuentros, con comunicado final negociado previamente, deben servir para reforzar el crecimiento mundial, buscar políticas innovadoras respecto al crecimiento económico, construir una economía mundial abierta y asegurar que sus beneficios lleguen a todos. No es extraño, por tanto, que el Brexit, el improbable alto el fuego en Siria, la tensión en el Mar del Sur de la China o los rescoldos bélicos en Ucrania susciten mayor atención que la gobernanza mundial a la que dedica sus esfuerzos la cumbre.

May consiguió buenas palabras acerca de los tratados de libre comercio por parte de China y Australia, pero a costa de una nueva reprimenda de Estados Unidos y otra mayor todavía de Japón, con documento anexo sobre los costes del Brexit para las empresas japonesas. Una de las características de las cumbres del G20 es que las cosas importantes suceden fuera del escenario, en los encuentros bilaterales o en las conferencias de prensa.

Este principio no vale para el anfitrión, que goza de un momento de reafirmación en su papel y en su política globales y tiene todo el interés en que todo funcione como un reloj y que las conclusiones queden inscritas en los anales de la historia de la humanidad. En el caso de China, que preside por primera vez esos Juegos Olímpicos de la gobernanza global que son el G20, ha sido ocasión de lucimiento para su hiperpresidente, Xi Jinping, al que se considera como el dirigente con más poder en sus manos desde Mao Zedong.

China practica una diplomacia cautelosa y de bajo perfil, "moderadamente revisionista" respecto al status quo mundial, según el profesor estadounidense David Shambaugh, con el objetivo de "alterar las reglas, los actores y el equilibrio de influencias desde las actuales instituciones y a la vez establecer nuevas instituciones y normas de gobernanza global" ('China goes global. The partial power'. Oxford University Press). Aunque Pekín siempre se ha manifestado en favor de la integración europea, una vez los británicos ya han votado el Brexit, está claro que Xi Jinping está pensando en cómo sacar sus propios rendimientos en la redistribución de poder que pueda deducirse de la salida de Reino Unido de la UE.

Leer más
profile avatar
8 de septiembre de 2016
Blogs de autor

Una Europa de tres velocidades para que Londres no se vaya

El proyecto que acaba de difundir Bruegel, el think tank europeo, gira alrededor de un concepto innovador para resolver el rompecabezas del Brexit. Le llama Asociación Continental (Continental Partnership) y consiste en una cooperación intergubernamental estructurada, que garantice la parte del Mercado Unico que le interesa a Reino Unido ?las tres libertades de circulación de bienes, servicios y capitales? ?sin derecho legal a la libre circulación de trabajadores pero sí un régimen de una cierta movilidad laboral controlada y una contribución al presupuesto de la UE?.

Bruegel propone abordar el problema a partir de una visión funcional y no política del Mercado Único, que igualmente obliga a la aceptación de numerosos capítulos del ?acquis communautaire? y a preservar el control de las ayudas de Estado, política de competencia y reglas comunes y estándares mínimos, cuestiones todas ellas que son de la incumbencia de la denostada Comisión Europea. Además de la participación funcional en el Mercado Único, la Asociación Continental también contempla una ?estrecha cooperación en política exterior, seguridad y posiblemente defensa?, que es plenamente intergubernamental.

Como no puede ser de otra forma, nada se puede hacer sin instituciones, aunque mucho de los brexiters nada odien más que las instituciones europeas. Pues bien, Bruegel propone la creación de un Consejo de la Asociación Continental (CAC), como institución intergubernamental sin capacidad legislativa ni participación formal en la fabricación legal, pero con el derecho a la deliberación y a la enmienda en los procesos legislativos de la UE que le afecten. El CAC, y en su caso Londres, no tendrá derecho de veto ni podrá paralizar la toma de decisiones de la UE, pero sí tendrá voz antes de que el Consejo y el Parlamento Europeo decidan.

Como en toda la arquitectura europea, un tal organismo, aunque sea intergubernamental, también podría tener, según Bruegel, una corte de justicia con jueces de todos los países, aunque indefectiblemente deberá estar vinculada de una u otra forma a la Corte de Justicia de la UE de Luxemburgo. Como remate y probablemente para disgusto de los brexiters, ?la participación en el presupuesto de la UE será vital?, dicen los autores del ?paper? por si alguien se despistaba.

El proyecto quiere resolver tres cosas. Primero, el rompecabezas del Mercado Único, y principalmente la dificultad de encontrar una fórmula útil, cosa para lo que no sirve ni el modelo de Noruega, ni el de Suiza, ni tampoco el de los simples acuerdos de libre comercio. Luego, quiere abordar de forma pragmática y prudente las cuestiones de seguridad y defensa, en las que Europa entera y no solo Reino Unido se arriesgan a perder mucho de la fragmentación que significa el Brexit y están por tanto obligados a avanzar en la integración. Y en tercer lugar, quiere hacerlo todo dentro de una arquitectura europea que no frene la integración sino al contrario que la impulse.

Este es el primer proyecto que aparece sobre la mesa de debate. Seguro que tiene defectos y lagunas, pero contiene ideas originales y eficaces y sirve, por tanto, para la discusión. Aunque sus autores solo se representan a ellos mismos, la presencia de Pisani y de Röttgen en el equipo que lo ha discutido y trabajado, permite entender que hay una cierta inspiración de ideas francesas y alemanas. Veremos en las próximas semanas si toma vuelo la idea de esta Europa de tres velocidades capaz de mantener a Reino Unido integrado en ella.

Leer más
profile avatar
7 de septiembre de 2016
Blogs de autor

El final del túnel

Gracias a Gabriel García Márquez en Colombia las exageraciones se volvieron normales, y por eso no sorprende decir que el país ha vivido una guerra continuada que supera el medio siglo. Si lo pusiéramos en los propios términos gabeanos, sería las guerra de los veinte mil días; y el coronel Aureliano Buendía, que peleó en una más modesta que la historia patria llamada de los mil días, hubiera visto la duración de esta otra con desmedido asombro, igual que el número de víctimas que ha dejado, 260.000 vidas humanas sacrificadas.

No es una guerra sólo entre dos bandos, liberales y conservadores, como la del coronel Aureliano Buendía, sino toda una maraña de escenarios y actores, en la que a lo largo de las décadas han entrado y salido, liberales y conservadores, claro que sí, y ejércitos guerrilleros, unos marxistas ortodoxos, como los de las FARC que ahora va a desarmarse, y otros heterodoxos, y paramilitares y narcotraficantes, en lucha contra las fuerzas militares de un estado que no pocas veces resultó desdibujado y llegó a perder el control de vastas zonas rurales.

En visitas recientes que por motivos de mi oficio literario he hecho a Cali y Bucaramanga, el asunto de los acuerdos de paz no ha faltado en las conversaciones, en los debates, y en las entrevistas de prensa, y lo primero que he dicho a todos es que si yo fuera colombiano votaría por el sí.

Tomé como referencia mi propia experiencia respecto a los acuerdos que pusieron a fin a las guerras que tantas muertes, daños y sufrimientos causaron en la década de los ochenta en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, muertos, desaparecidos, mutilados, desplazados; guerras que de diversas maneras envolvieron también a Honduras y Costa Rica.

Aquellos conflictos fueron solucionados en base a los acuerdos de Esquipulas, firmados por los presidentes centroamericanos, pero aunque cada uno tuvo su propia dinámica y fecha de conclusión, los compromisos alcanzados fueron similares en cuanto a sus bases, e incluían el desarme de las fuerzas insurgentes, su incorporación a la vida civil, y el derecho a organizarse como partidos políticos. Es lo mismo que, con sus propias particularidades, habrá de ocurrir en Colombia: cambiar las balas por los votos.

Quienes antes reclamaban con las armas por cambios estructurales y reivindicaciones sociales y políticas, hoy pueden hacerlo aún desde el gobierno, como en el caso del FMLN de El Salvador, que ha alcanzado ya dos veces la presidencia de la república.

Y la paz se logró en Centroamérica porque no había solución militar al conflicto. Las fuerzas insurgentes, de derecha e izquierda, no podían ser derrotadas por las armas, y como no se trataba de una rendición en la que el vencedor impone sus términos, en la mesa de negociaciones las partes tuvieron que hacer concesiones mutuas.

Más compleja la guerra colombiana que la centroamericana, porque el narcotráfico no había aún metido sus garras tan a fondo en la región como ahora, y por tanto no llegó a financiar ni armar bandos, ni a involucrarlos en el negocio de la coca. En ese caso, la solución se habría complicado hasta extremos impredecibles.

Lo que más se discute en Colombia es el asunto de la impunidad, quiénes pagarán por los delitos cometidos durante la guerra, y quienes no. Sin embargo, los acuerdos no dejan de lado la impunidad total. Establecen un sistema de justicia transicional con penas diferenciadas para delitos confesados y no confesados, y excluye los crímenes de lesa humanidad que son referidos al Estatuto de Roma, es decir, serán juzgados por la Corte Penal Internacional de La Haya.

Un avance, porque al alcanzarse la paz en Centroamérica, la responsabilidad por los crímenes nunca quedó explícita en los acuerdos, ni tampoco se tomó en cuenta a las víctimas ni a sus deudos, como sí ha ocurrido durante el proceso de negociaciones en Colombia. 

Héctor Abad Faciolince, mi amigo escritor que tiene toda la autoridad moral del mundo para hablar de este tema porque su padre, el doctor Héctor Abad Gómez, defensor de los derechos humanos, fue asesinado por paramilitares en 1987 en una calle de Medellín, de donde resultó un libro ejemplar, El olvido que seremos, ha escrito en un reciente artículo que termina con una frase lapidaria:

"La paz no se hace para que haya una justicia plena y completa. La paz se hace para olvidar el dolor pasado, para disminuir el dolor presente y para prevenir el dolor futuro".

Él votará por el sí.

Leer más
profile avatar
7 de septiembre de 2016
Blogs de autor

Saludando al votante latino

Como nunca, en esta campaña electoral todos están saludando a los hispanos. Quién mejor los salude, dicen los expertos, será el ganador. El voto de la comunidad latina será clave en las elecciones del próximo 8 de noviembre, y por eso no importan las propuestas electorales a favor de los latinos, las políticas de beneficios a la postergada comunidad hispana, ni mejorar las leyes de inmigración: el ganador será quien mejor salude.
Esa es una de las razones por las que acepté mi candidatura a presidente del País Portátil. Estoy convencido que, con la ayuda y apoyo de ustedes, puedo saludar mejor que nadie al electorado latino. Saludarlos con ganas, con pasión, con ímpetu, con mano en alto y dedos firmes. 
Es un secreto a voces, en la trastienda de esta campaña, que los candidatos y sus equipos electorales creen que la comunidad latina queda feliz y agradecida con un gesto. Por eso, y tomándome muy en serio esta campaña presidencial, en estos días he iniciado una gira por distintos estados del País Portátil saludando a la comunidad latina. Prometo hacer mi mejor esfuerzo y saludarlos como nadie lo hizo antes. En estas horas tengo mi mano en estricto reposo, para seguir agitandola frente a la comunidad latina con más energía y con esa esperanza gigante de que recibir un buen saludo es suficiente para tener un futuro mejor.
Y no lo olvides: cada vez que escuches o leas en los medios que un candidato a la presidencia hizo un saludo o un gesto a los hispanos, esta candidatura tendrá un voto más. Y así sumaremos, uno a uno, porque saludaremos como nadie. 
 
 
Leer más
profile avatar
6 de septiembre de 2016
Blogs de autor

Alipori

Hemos vuelto a hacer el ridículo. Uso la primera persona porque la culpa es de todos y cada uno. Seguimos creyendo que España es una democracia a la manera de los países civilizados. Error. Aquí sólo hay partidos políticos y cada uno de ellos es una agencia de colocación que actúa como todas las empresas estatales: con incuria, sin piedad y despreciando a la clientela que paga sus sueldos. Sólo así se entiende que Rajoy, el político más cínico que ha dado Galicia, y ya es decir, se mantenga en su puesto después de permitir el saqueo de España hasta el último minuto. Por desdicha, en la competencia, llevan los socialistas muchos años de suicidio subvencionado. Empezó Zapatero cuando quiso seducir a los votantes de "El Jueves". Y siguió luego su aventajado discípulo, Sánchez, con un sermón de patio de colegio sobre derechas e izquierdas. Puro peronismo modo vaticano.

Demasiado ideólogo y poco técnico cobra de esas empresas estatales. Mucha nostalgia de la guerra civil y del pantalón corto. Hay un partido entero dedicado a Peter Pan, con un Iglesias que parece el hijo acomplejado de Maduro. Sin embargo, para bien o para mal, España ya (casi) no pertenece al tercer mundo más que en el terreno político y mediático. No es Venezuela, aunque muchos votantes de Iglesias añoren un dictador.

Todo el proceso de las últimas votaciones produce vergüenza ajena, esa sensación insoportable del que ve cómo alguien se pone en ridículo sin percatarse y convencido de estar triunfando. A esa sensación, que obliga a girar la cabeza para no ver al infeliz vomitándose encima delante de su horrorizada novia, se le llama alipori, palabra aceptada por la Real Academia, pero infrecuente. Quizás habría que darle mayor circulación.

Leer más
profile avatar
6 de septiembre de 2016
Blogs de autor

SOLVAY 1927: Asumir el legado

"Entre estas doctrinas se libra, Teeteto, una batalla interminable" (Platón, El sofista 245 c)

En 1927,  en el castillo de Solvay en Bruselas, habría tenido arranque  un combate primordial sobre la entidad, la platónica gigantomachia peri tes usias, que aun no ha concluido. Desde entonces la física se ve abocada  a una confrontación teorética que, nacida en su seno pero sin solución ni criterio para la misma en los resultados experimentales, es el paradigma de lo que Andrónico de Rodas, ante la temática  de unos textos de Aristóteles carentes de título, calificó de meta-física.

En ese debate de Solvay se pone en tela de juicio la trascendentalidad,  la omniaplicabilidad si se prefiere, de  principios  que   desde Aristóteles hasta el propio Einstein allí presente, pasando por Galileo y Descartes, nadie había cuestionado. Y he enfatizado aquí  el hecho de que  Einstein se halla al respecto en la singular situación de ser a la vez el que abrió  la primera puerta a una subversión tan tremenda y sin embargo el que más ha  luchado contra ella hasta el fin de sus días. Lucha que desde luego es perfectamente comprensible en un pensador de su garra.

Pues resulta que en Solvay, en los términos mismos del debate entre los protagonistas,  empieza a hacerse patente que la física llamada cuántica (en razón de que introduce la discreción -cuantos elementos- en el seno mismo de fenómenos caracterizados por la continuidad), esta disciplina tan eficazmente descriptiva de los entresijos de la materia y tan útil para la canalización de los mismos al servicio de la técnica,  tiene  un enorme problema de justificación. Y ello simplemente porque los comportamientos que describe, literalmente no se entienden, al menos si entender algo consiste en encontrar esa  adecuación a las reglas y principios que aquí  se han venido considerando.

Pues si hacer algo inteligible es remitirlo a principios, se hace  entonces  obvio que no cabe reducir a algo inteligible los principios mismos.  Y precisamente porque la esencia de su trabajo consiste en remitir el entorno natural a principios que lo hacen inteligible,  el físico ve el límite de su disciplina al constatar que la naturaleza no responde a una parte (eventualmente entera) del conjunto de tales principios, y en consecuencia que la naturaleza es otra.  Confrontado a esta alteridad del orden natural el físico deja paso al metafísico o quizás  se convierte él mismo en metafísico, es decir en aquel que se ocupa del discurrir de los principios.

De ahí que desde ese Solvay 1927, a la par que en la faceta empírica la disciplina daba pasos que podían dejar estupefacto, las preguntas sobre los cimientos mismos se multiplicaban, hasta el punto de que traspasando la frontera que separa de la filosofía, la discusión hermenéutica vino a ocupar una gran parte del tiempo de los protagonistas, al menos de los grandes de entre ellos.

Ciertamente no todos los físicos confrontados a los sorprendentes hechos  fueron movidos  por esta exigencia de hermenéutica. Cabe incluso decir que muchos de aquellos sobre quienes recae hoy la responsabilidad de sostener el edificio de la física  abdican de todo cuestionamiento y se instalan en una posición que cabría denominar "pragmática", caracterizada por la aceptación  del  primado de las cosas, sin preguntarse por lo que significa el término mismo cosa.

Posición pragmatista, que no deja de ser una suerte de "filosofía" (en el sentido  convencional de actitud ante el mundo, en este caso simplemente   perezosa y por ende intrínsecamente conservadora de lo establecido), coincidente con lo que suele determinar la ideología del ciudadano, a menudo obediente al pragmatismo... sin saberlo. Nada que ver con la actitud de Einstein quien lejos de agarrarse pasivamente a los principios reguladores de nuestra concepción de la naturaleza, sabía perfectamente que estaban seriamente  en entredicho y que sólo como resultado de un gran esfuerzo teorético podrían eventualmente ser restaurados.

Y en este asunto de la actitud de unos y otros, es preciso señalar que el  menosprecio hacia el problema filosófico de las interpretaciones de la física cuántica ha encontrado a veces soporte en lo siguiente: ninguna de  ellas es fundamental a la hora de efectuar experimentos o avanzar protocolos que permiten innovaciones tecnológicas. Por decirlo con toda nitidez: la diferencia entre una u otra interpretación es irrelevante desde el punto de vista de los aspectos prácticos de la física. ¿Quiere ello decir que es irrelevante simplemente? Todo depende de si  se considera que el hombre tiene como destino el control de la naturaleza, o si lo suyo es más bien la interpretación de la misma, la cual se revela indisociable de una interpretación de su propio ser. Mas para aquellos que, por respeto mismo a su origen en los pensadores jónicos, asumen las aporías a las que la física  puede eventualmente conducir, ¿cuál es el reto, y cuáles son las etapas del mismo?

En primer lugar discernir entre los problemas que en el plano estrictamente técnico han sido clausurados y lo que permanece abierto. El punto de arranque es por así decirlo modesto: se trata simplemente de zanjar asuntos internos a la propia física. Observar, describir y eventualmente computar el momento orbital de un satélite artificial o un electrón supone dar por supuesto que todo cuerpo que efectúa una trayectoria circular tiene en cada instante una masa, una velocidad determinada y mantiene una distancia en relación a ese centro. En el caso de que un cuerpo se halle en movimiento rectilíneo o en reposo también se le puede asignar en cada instante una cantidad de movimiento bien determinada. El presupuesto del momento o cantidad de movimiento parecía incuestionable...hasta que el principio de incertidumbre se abre camino (al cuerpo que tiene posición no cabe atribuirle cantidad de movimiento fijo). ¿Cabe pues una entidad material sin algo tan elemental como un determinado producto de su masa y su velocidad (ya sea esta nula)? Aquí empieza una de las luchas de Einstein. Supongamos que la da por perdida. El problema es que ya en Solvay 27 Einstein podía barruntar que el peligro se cernía sobre asuntos aun más graves (en una carta a Schrödinger de 1935 parece sugerir que el principio de incertidumbre no contaba entre sus principales preocupaciones).

Como  he indicado  desde ese año 1927 de Solvay ha habido hechos que modifican los términos del debate. Einstein podía ya barruntar que se realizarían en laboratorio experimentos que mostrarían lo acertado de las correlaciones cuánticas que se derivan de la aplicación de la regla de Born (experimento de Aspect). Pero no hubiera entonces podido imaginar que 17 años antes se demostraría (Bell 1964)  que la  hipótesis einsteniana (variables desconocidas por la mecánica cuántica) que garantizarían a la vez los resultados de la disciplina y el determinismo en el comportamiento de las entidades subatómicos sólo eran compatibles con algunos de los resultados que esa misma regla de Born posibilitaba...no con todos:  ¡El físico dotado de prodigiosa mente matemática vencido por un teorema estrictamente matemático (y relativamente sencillo desde el punto de vista técnico)! Ciertamente otros intentos han seguido para recuperar de alguna manera el proyecto de Einstein y ello desde mucho antes del teorema de Bell. Bohm pareció intuir las objeciones que se le podían hacer a Einstein y en 1957 publicó una nueva versión del célebre artículo conocido como EPR de 1935 que paradójicamente fue la utilizada por John Bell para mostrar la incompatibilidad entre la conjetura einsteniana y las previsiones cuánticas y así  dar la puntilla a la localidad

La localidad sacrificada, ¿significa que hay que dar por perdida también la separabilidad, es decir el hecho de que dos entidades por relacionadas que estén tengan derecho a ser consideradas dos entidades? En cualquier caso la existencia comprobada de partículas vinculadas en uno de los estados llamados de Bell da cuenta de que hay un tipo de entrelazamiento en el que los entrelazados pierden su subsistencia. Y lo mismo cabe decir del presupuesto según el cual la física desvela las propiedades que las cosas tienen y que seguirían teniendo aunque nadie se preocupara de las mismas (realismo) y en definitiva de todos y cada uno de los principios a los que aquí me he ido refiriendo.

El problema acabará desembocando en una reflexión  sobre el ser que reflexiona, con lo cual ciertamente hemos dejado atrás la física, considerada desde sus orígenes jónicos como una observación neutra de una naturaleza marcada por una necesidad irreductible al sujeto que la observa y hasta indiferente al mismo. En esta discusión metafísica nos hallamos ahora mismo en gran parte por el hecho de haber asumido como propia aquella discusión sobre la naturaleza  que se fraguo en Solvay en 1927: "Se diría que asistimos  a una suerte de lucha de gigantes por lo virulenta  que es su confrontación en torno a la entidad"

 

Leer más
profile avatar
6 de septiembre de 2016
Blogs de autor

El modelo de la ingobernabilidad

A la vista de la actual evolución de la política española, me atreviría a escribir que todo empezó hace muchos años, unos 40, con Convergència.

Convergència era un artefacto especial que llegó a suscitar mayorías oceánicas en Cataluña y una admiración no menos extensa en el resto de España. Combinaba una mezcla extraña: unas ideas particulares que la definían en su identidad de partido y otras ideas generales que la habilitaban para convertirse en la gran formación política que fue y que ya no existe.

Pujol y Roca personifican la dualidad, aunque sería injusta la identificación completa, puesto que ambos a su vez comparten las dos facetas que caracterizaron a la difunta formación política ahora tan añorada. De una parte, una vocación específicamente catalana, profunda y radicalmente catalana, que llevaba a sus gentes a trabajar para la recuperación de la lengua, la cultura, las instituciones y el autogobierno en los niveles máximos posibles. De la otra, una vocación genuinamente española, que conducía a influir en la política española e incluso facilitar en Madrid la gobernabilidad --hábil neologismo introducido por Miquel Roca no sin los reglamentarios sarcasmos e incompresiones anticatalanas-- a cambio naturalmente de jugosos pactos que contribuían a reforzar la genuina vocación particular (y, a lo que se ha visto, reforzaban también el patrimonio de algunos de los pactantes).

Ningún otro partido se asemeja a lo que era Convergència --cuidado, y también Unió, principalmente con Duran i Lleida-- respecto a la gobernabilidad. El nacionalismo vasco, más definido ideológicamente, ha sido también más directo en sus tratos y pactos y, sobre todo, ha contado con un peso menor y, por tanto, con menos vocación de influir y gobernar o dejar gobernar en España. El PSOE y el PP, o UCD en su día,no pertenecen a la misma esfera: lo suyo no ha sido dejar gobernar o facilitar que se gobierne, sino gobernar directamente y a ser posible sin necesidad de nadie o, en caso contrario, obstaculizar el gobierno de los otros. De la tradición comunista hay que decir que sólo con Carrillo el PC se asemejaba a Convergència, cuando su vocación era influir, facilitar la gobernación y esperar el milagro nunca realizado de la participación en el gobierno algún día (eso que Carrillo quería y nunca tuvo y Pujol no quiso y en cambio pudo tener: ministros); luego, lo que hemos visto tiene que ver con el perro del hortelano, que no deja comer a nadie porque él mismo no puede.

Convergència fue el primer partido que tiro a la basura la gobernabilidad. El gesto debió ser tan notable que fue imitado por todos. Dejar gobernar, facilitar que se gobierne, se ha convertido en una actitud de mal gusto, un gesto de debilidad y una prueba de cobardía. Lo que se lleva, sobre todo desde que Convergència hizo su mutación, es impedir que se gobierne, bloquear, y sacar rédito de ello como antes se sacaba de los pactos.

Hasta llegar al punto actual, en que el presidente Puigdemont exhibe los obstáculos que ponen los diputados catalanes a la investidura, sea de Rajoy sea de Sánchez, con el mismo orgullo con que Pujol exhibía los votos catalanes en las investiduras de González o de Aznar. No le faltan méritos, ciertamente, y el mayor no es nisiquiera convertir los votos en vetos, para seguir con el juego de palabras de Felipe González, sino conseguir que cunda su ejemplo hasta la parálisis total del sistema parlamentario español que hemos registrado esta pasada semana.

La inversión de la gobernabilidad convergente, iniciada propiamente en 2012, no se ha expresado en todo su potencial hasta 2016 cuando ha conseguido que los dos grandes partidos históricos de la democracia de 1978, PP y PSOE, e incluso el partido de contestación al sistema que es Podemos, se apuntaran también a su modelo de impedir ante todo que los otros gobiernen ya que no pueden gobernar ellos mismos. Los tres lo han puesto en práctica de una forma u otra a lo largo del año con las investiduras fallidas de Sánchez y Rajoy, y lo más irónico del caso es que el único partido que no lo ha hecho y que se ha portado como un auténtico seguidor del modelo convergente es Ciudadanos, que nació precisamente con la vocación explícita de combatir en Cataluña a Convergència.

Leer más
profile avatar
6 de septiembre de 2016
Blogs de autor

Un lugar para el Reino Unido en Europa

Todavía no hemos superado el trauma. Ni unos ni otros. Los brexiters, encabezados ahora por Theresa May, más sensata que Farage, Johnson y compañía, aclaran que no habrá segundo referéndum ni regreso a la UE por la puerta de atrás y repiten como un mantra para atraer la lluvia que Brexit es Brexit, una tautología hipnótica que nada significa mientras nadie sepa aclararnos qué es o puede ser realmente el Brexit.

La Unión Europea se enfrenta a dos dificultades para salir a su vez de la conmoción. La primera es empezar a olvidarse de que el Brexit es una catástrofe, aunque efectivamente lo sea, para empezar a buscar salida al disparate. La segunda es evitar que todo los esfuerzos de la UE a partir de ahora se dediquen exclusiva y únicamente a enzarzarse con Londres para ver quién sale ganando de la pelea.

Jean-Claude Piris, jurista y ex director de los servicios jurídicos de la UE, ha aclarado algo extremadamente importante respecto al famoso artículo 50 en el que se contempla la eventual salida del club. Una vez se activa dicho artículo, cosa que la señora May quiere hacer cuanto antes pero a principios de 2017, quedan dos años para negociar un acuerdo de retirada que deberá ser ratificado por la Cámara de los Comunes, y solo si no hay acuerdo en este plazo de tiempo y a la vez tampoco lo hay para prorrogarlo, entonces se produce la ?desconexión? automática que deja fuera de los tratados al Reino Unido.

Piris señala que mientras no se llegue a este punto, Londres tendrá siempre tiempo para reflexionar e incluso para retirar su petición de salida después de haber manifestado su intención de salirse y que, de hecho, la negociación con la UE como ?país tercero? no empezará hasta que no se haya producido la retirada.

Quedan dos o tres años a más alargar, por tanto, para que los británicos se lo piensen. Pero la mejor manera de ayudarles es que la UE a su vez también piense honestamente cómo debe ser una UE sin Londres y cómo debe relacionarse con Londres esa UE sin Londres. El think tank bruselense Bruegel acaba de publicar un ?paper? que aborda por primera vez el problema y de forma integral, es decir, imaginando un nuevo diseño de la UE que resuelva el problema del Brexit sin dañar el futuro de la integración europea ni siquiera del proyecto de una unión más estrecha entre los pueblos de Europa.

Además del prestigio de Bruegel, este ?paper? tiene el aval de sus cinco autores, personalidades de prestigio académico e intelectual, como Jean Pisani-Ferry, André Sapir, Paul Tucker, Guntram Wolf e incluso político, como es el caso de Norbert Röttgen, presidente de la comisión de Exteriores del Bundestag. Es, por supuesto, un traje a medida pensado para resolver los problemas que plantea el Brexit, pero tiene la virtud de que puede servir para otros países europeos e incluso no europeos.

La idea fundamental, que desarrollaré un poco más en un próximo post de este blog, es organizar una Europa de tres velocidades, con un núcleo alrededor del euro y del proyecto político de integración plena, un segundo círculo de los países que no pertenecen al euro pero aspiran integrarse y un tercer círculo, exterior a la UE pero estrechamente vinculado por la cooperación intergubernamental en áreas específicas, en el que junto a Reino Unido se podrían integrar en un futuro Ucrania, Turquía o incluso Marruecos.

Los autores del 'paper' piensan, y creo que llevan razón, que hay que darle la vuelta al Brexit y convertirlo en una oportunidad para avanzar en la integración europea en vez de quedarnos paralizados o retroceder, como sucederá si solo nos dedicamos a ir distanciándonos y desconectando de Reino Unido sin una estrategia y un objetivo compartido. Quizás haciendo esto, los británicos serán capaces de echar el freno y evitar lo que, al final de las cuentas, será un mal negocio para todos.

Leer más
profile avatar
5 de septiembre de 2016
Blogs de autor

La serpiente del ‘burkini’

Cuán grotesca ha resultado este verano la prohibición de que las mujeres se bañaran en las playas de Niza o Córcega con burkini. No es sólo oportunismo ni afán mediático, sino un zafarrancho abusivo esa manera de intervenir en el guardarropa femenino, como si fuera precisamente sobre el cuerpo de las mujeres donde anidara el germen del fanatismo yihadista. “Surferas con ‘burkini’”, leí en un periódico francés, y me interrogué acerca de una posible invasión de musulmanas con tabla surcando las aguas turquesa de la Côte d’Azur. Ni rastro de avalancha, acaso un par de amazonas marinas dando brazadas en soledad. “Razones de higiene”, apuntaron los prohibicionistas tapándose la nariz, y, raudo, el imaginario colectivo respiró un olor fétido, ese tufo que durante años de xenofobia y desprecio se ha atribuido a “las moras”, quienes en verdad poseen una cultura olfativa muy superior a la media occidental. Otra cosa es el olor a pobreza y a moho.
Así de contradictorio es el mundo: algunas abuelas musulmanas que en los años ochenta llevaban despreocupadamente falda midi y moño banana a lo Farah Diba hoy han perdido esa libertad y se ocultan. Tiene voz pero carecen, en su tierra y en la nuestra, de altavoces. Por ello, este tipo de campañas, en lugar de favorecer la libertad de mujeres sometidas, logran todo lo contrario: la exclusión del espacio público de las más pobres, porque las ricas podrán acceder a cualquier beach club privado y embutirse en un brevísimo estampado de leopardo. Frente a la armonía del horizonte, dos cuerpos se aproximan al agua; el uno resumido por un tanga, el otro cubierto de arriba abajo. La braga brasileña y el burkini conviven en las playas caldosas de los hoteles de Dubái con la misma naturalidad de los alimentos kosher y las carnes halal en el bufet de desayunos.
En lugar de atacar la raíz del verdadero problema o, mejor dicho, las miles de raíces que tienden a perpetuar la cruzada del extremismo islámico contra Occidente, se ha elegido una serpiente de verano vistosa para descabezar. Como si de aquel lema entre revolucionario y naif, “Prohibido prohibir”, hubiera calado más su paradójico subtítulo: “La libertad empieza con una prohibición”. Hasta que el Consejo de Estado francés ha determinado que el burkini es tan legal como el trikini o las hombreras, acaso recordando que en 1925, en Palm Beach, la policía medía la longitud del bañador de las mujeres y las multaba.
El fundamentalismo ha barrido algunos derechos que las mujeres musulmanas conquistaron hace treinta años, pero retrocesos los ha habido en todas las latitudes, también en la civilizada Europa: desde el repunte de la violencia machista de los jóvenes hasta el porcentaje de la representación pública. Siempre dos pasos adelante, y uno y medio atrás; porque las peceras, al igual que los techos de cristal, no se ven. Son transparentes. La libertad individual de las musulmanas no admite frivolidades.
Leer más
profile avatar
5 de septiembre de 2016
Blogs de autor

Politizar el cuerpo femenino

El contraste es duro. Hay fotos de las costas europeas de los años 60 en los que se puede ver a policías que multan a jóvenes en bikini. Este verano, 50 años después, hemos visto las fotos de gendarmes franceses que obligaban a una mujer a despojarse de su bañador integral, el llamado burkini, en una playa de la Costa Azul. Hace medio siglo, en pueblos agrícolas de Italia y España, había todavía mujeres vestidas de negro y con la cabeza cubierta, mientras que en ciudades como El Cairo, Beirut o Argel, muchas mujeres vestían ?a la occidental?, con faldas cortas y cabeza descubierta.

Ha sucedido en Francia, en una región donde tiene una implantación muy fuerte el Frente Nacional de Marine Le Pen, y después del terrible atentado de la noche del 14 de julio en Niza, que dejó 85 muertos y 303 heridos sobre el asfalto y a los franceses en un estado de shock que todavía no han superado. Son 31 los ayuntamientos los que han publicado bandos que prohíben el burkini, objeto de los recursos, primero administrativo y luego ante el Consejo de Estado, equivalente a un Tribunal Constitucional, por parte de la Liga de los Derechos del Hombre, a la que se añadió luego el Comité contra la Islamofobia en Francia.

El burkini no es un burka o niqab, es decir, un velo que cubre el rostro de la mujer. Este último está prohibido en Francia por razones de seguridad, como está prohibido el mero uso del velo por parte de los funcionarios o en las escuelas públicas. La prohibición del bañador completo de pies a la cabeza, pero con el rostro descubierto, tal como han pretendido varios ayuntamientos de la Costa Azul, sería un paso más en contra de los signos religiosos en el espacio público, previo a la prohibición mucho más polémica del velo. Es lo que pretenden varios partidos de extrema derecha con sus programas de desislamización de Europa, que significa la expulsión de la religión musulmana del espacio público y podría llegar incluso a la prohibición de difusión del Corán.

Las opiniones jurídicas están divididas, como lo están las políticas. Un tribunal de Niza dio validez a las prohibiciones municipales, mientras que la más alta instancia constitucional francesa zanjó y las anuló como ?un grave atentado y manifiestamente ilegal a las libertades fundamentales?. El primer ministro socialista Manuel Valls expresó su simpatía con los alcaldes prohibicionistas, probablemente con la vista puesta en las elecciones presidenciales en las que Nicolas Sarkozy y Marine Le Pen pujarán en la subasta islamofóbica, mientras que varios de sus ministros, mujeres incluidas, se manifestaron en contra de la prohibición.

El Consejo de Estado considera que no existe riesgo para el orden público, como pretendía el munícipe prohibicionista y defendía Valls, ni tampoco existe para la higiene, y añade respecto a los orígenes del problema que ?la emoción y las inquietudes resultantes de los atentados terroristas cometidos en Niza el pasado 14 de julio no son suficientes para justificar legalmente la medida de prohibición impugnada?.

Es muy difícil orientarse en la guerra del burkini, en la que las libertades individuales que unos ven transgredidas son para otros agresiones al laicismo e imposición de una identidad islámica con supuestas pretensiones invasivas y dominadoras, al estilo de la distopía descrita por Michel Houellebecq en su novela Sumisión. En ocasiones, las posiciones extremas de los islamistas radicales y de sus enemigos islamófobos coinciden, como sucede con la lectura literalista del Corán. Unos y otros creen exactas, dogmáticas y preceptivas las apelaciones a la violencia o a la discriminación de la mujer que pueden leerse en este, como en otros libros sagrados.

Nada mejor para orientarse en este caso que atender al criterio de alguien que sabe de qué va el velo y el burkini. Por ejemplo, una colega periodista, egipcia, musulmana, abiertamente liberal en terminología estadounidense, es decir, de izquierdas, y con una larga trayectoria de reflexión, discusión y combate por la emancipación de las mujeres, como es Mona Eltahawy, autora del libro Velos e hímenes. Por qué Oriente Medio necesita una revolución sexual (que hay que leer en inglés, francés, italiano o alemán, porque desgraciadamente no hay traducción española).

Eltahawy se puso el velo a los 16 años y se lo quitó a los 25, según confiesa, tras siete años de combate consigo misma. También tuvo que combatir consigo misma para liberarse sexualmente, a los 29 años, en un clima de sublimación de la virginidad y de prohibición de cualquier relación fuera del matrimonio. Fue detenida por la policía de Mubarak durante la revuelta de 2011, sometida a abusos sexuales y malos tratos que le produjeron la fractura de ambos brazos. En sus libros y artículos ha documentado el maltrato y los abusos sexuales que sufren las mujeres en los países árabes, que en su caso se produjeron incluso durante la peregrinación a La Meca por parte de policías encargados de la seguridad de los peregrinos.

Según Eltahawy las mujeres musulmanas usan velo unas por modestia religiosa, otras para dar testimonio de su identidad islámica, algunas para no gastar en ropa y peluquería, otras más para sentirse libres y solas en el espacio público, incluso para no ser acosadas e incluso violadas, y también, en casos extremos, pero muy relevantes, como forma de militancia política antioccidental.

La polémica del burkini demuestra que los radicales islámicos han llegado muy lejos en sus propósitos de atizar la islamofobia, dividir a los europeos y separar a los musulmanes del resto de los ciudadanos. Aunque no sea un esfuerzo coordinado, la violencia de los atentados de una parte y la exhibición de la militancia islámica por la otra se suman en la consecución del mismo objetivo. Los primeros enervan los reflejos xenófobos, racistas e islamófobos que se proyectan sobre los pacíficos creyentes que exhiben los atributos de su fe en el espacio público europeo.

La periodista egipcia apoya la prohibición del niqab que oculta el rostro de la mujer, pero no del velo, es decir del burkini, pero tiene muy clara su posición ante las mujeres que lo llevan: ?El velo, sea hiyab o niqab, es la bandera blanca que levantamos para rendirnos a los islamistas y su conservadurismo?. Me parece que su criterio es muy relevante y útil para orientarnos.

Leer más
profile avatar
4 de septiembre de 2016
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.