El otro día dije que me moría de ganas de leer la nueva novela de Michael Chabon, The Yiddish Policemen’s Union. Chabon es el escritor de The Amazing Adventures of Kavalier & Clay, un relato que recrea la América que hizo posible la creación de los superhéroes de historieta. (Novela por la que ganó el Pulitzer, dicho sea de paso.) Chabon escribió también Wonder Boys, que quizás sea más popular debido a la adaptación al cine que dirigió Curtis Hanson, con Michael Douglas y Tobey Maguire. Y contribuyó con el guión de Spider-Man 2. (Debe ser eso lo que le falta a Spider-Man 3: Michael Chabon.) En los últimos años escribió una nouvelle con un viejo Sherlock Holmes como protagonista y se embarcó en lo que define como “un serial lleno de combates con espada, escapes por un pelo, caballos, elefantes y ejércitos” para The New York Times Magazine. El hombre se atreve a meterse con los géneros. ¡Y lo premian por ello!
The Yiddish Policemen’s Union mezcla varias tradiciones literarias. En algún sentido es un policial negro como los de antes, con un detective abocado a la resolución de un misterio. (En una entrevista otorgada a Entertainment Weekly, Chabon habla del placer que le produce leer a Chandler, Hammett y Ross McDonald: “En sus libros el enigma nunca es lo más importante… Es la voz, la prosa”.) Pero la novela es al mismo tiempo una ucronía, al estilo de El hombre en el castillo de Philip K. Dick: en lugar de dar por hecha la creación del Estado de Israel en 1948, Chabon imagina que el grueso de los judíos desplazados por la Segunda Guerra fueron a parar a un lugar de Alaska. Como suele ocurrir, las historias más disparatadas tienen raíz en lo real. A la hora de concebir la novela, Chabon se inspiró en un plan para instalar a los judíos en Alaska que existió en verdad en las primeras décadas del siglo XX.
En la entrevista, Chabon compara su opción con los géneros con una liberación. “El asunto siempre había estado ahí, existen gangsters en mi primera novela, The Mysteries of Pittsburgh. Pero el proceso de escritura de Kavalier & Clay me hizo entender cuánto amo los géneros, y me reveló que no debo avergonzarme de ello. El mundo está lleno de gran literatura que además es género. ¡Nadie dice que uno no pueda tenerlo todo en un mismo libro!” El editor de Chabon en Harper Collins, Jonatham Burnham, suscribe la intención: “Dickens y Thackeray no tenían miedo en abrevar en la ficción popular: la historia detectivesca, el melodrama, el gótico. Usaban esos elementos para crear una ficción única, y en algún sentido Michael apuesta a lo mismo”.
Cuando lea The Yiddish Policemen’s Union les cuento. Mi cabeza se me adelanta, ya está imaginándose la adaptación al cine; huele a hermanos Coen de aquí a la China. Una mezcla entre Fargo y Yentl…
