No conozco a Borris Mayer, ni me atreví a mandarle un e-mail para saber si Boris se escribe de verdad con dos “r” o con una sólo (tipo Boris Vian), pero sé que aquel BoRRis ha creado una maravilla de sitio (http://www.borris-mayer.net/onetti/onetti/onetti.html). Larsen, el personaje de Juan Carlos Onetti quería crear el prostíbulo perfecto. Mayer ha creado el sitio perfecto sobre Onetti. ¿Qué es el sitio perfecto sobre un autor? Es difícil responder, no es una enciclopedia, y tampoco es un fan-club. Es un sitio que transmite una cierta idea de la literatura. Respeto, conocimiento, datos al día, inteligencia: todo esto se puede ver en un sitio más allá de la calidad gráfica, de la ergonomía o de los ocho idiomas que se despliegan en la pantalla de éste.
Se pueden leer textos de Onetti, claro, pero textos de Onetti hay en todas las librerías. Lo que hace el sitio deslumbrante es la actitud frente al autor. Onetti es un maestro. Aquí se le trata con pudor y sabiduría. Un ejemplo: la navegación en el sitio propone “fotografías” de Onetti; pero cuando se buscan, sólo aparecen catorce líneas y la famosa frase, colmo de la autoestima: “… en cuanto a mí, hace años que aprendí el arte de afeitarme al tacto, para evitar la opinión del espejo, para acudir al trabajo sin el peso de otra depresión.”
Tampoco, el sitio huye de sus responsabilidades. Todo lo que se debe saber del “demiurgo de Santa María” está allí. Un best-off de entrevistas, un interrogatorio a la manera de Proust, la lista de los cómplices (las dedicatorias de sus libros), los enlaces, unas citaciones y hasta el decálogo de consejos para escritores principiantes: “No busquen ser originales… No intenten deslumbrar al burgués… No sigan modas…Roben si es necesario… Mientan siempre… “
Por ser un decálogo de Onetti tiene once elementos. El undécimo me encanta: “No olviden que Hemingway escribió: ‘Incluso di lecturas de los trozos ya listos de mi novela, que viene a ser lo más bajo en que un escritor puede caer’.”
¿Cayó Onetti? Nunca, ni en este sitio.
