Vicente Verdú
Estos nuevos fenómenos del cambio climático, la primavera en febrero, las lluvias en junio, el viento que cambia de un momento a otro, hacen pensar en que también el tiempo puede ser producido. No hará un tiempo u otro de acuerdo a la voluntad del Creador sino que comprobando su plasticidad, su sensibilidad y su arbitrariedad, el tiempo llegará a acomodarse a nuestro designio.
Nada más consecuente con el estilo del actual capitalismo de ficción.
Si toda composición se dobla hoy con la copia, toda realidad se replica mediante la realidad virtual, toda experiencia se recicla en reality show o toda emoción se recrea con el efecto especial, ¿por qué el tiempo natural no hallará su edición siguiente en el tiempo producido? De hecho, todo el acondicionamiento del espacio mediante el aire acondicionado fue el primer paso de control termoespacial. Pero ya, sucesivamente, irán comercializándose ejemplares perfeccionados de tiempo construido.
En Alemania se haya en construcción la instalación vacacional bajo una burbuja donde se ofrece a los clientes un medio que mimetiza, en geología, flora y temperatura, los deseados paraísos tropicales.
Con este modelo difundido al extremo se obtendría una copiosa constelación de parajes fabricados que sembraría el mundo de microclimas producidos hasta el punto, acaso, en que los no producidos serían excepción. Es decir, más o menos como sucede ya en casi todos los ámbitos.