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LLANTO ECONÓMICO

Por 25 de septiembre de 2007 Sin comentarios

Vicente Verdú

Poca gente ignora ya que la situación económica es mala y tiende a ser peor, pero los medios recogen sin cesar las opiniones de los expertos que buscan tranquilizar a la población.

La tranquilidad de la población representa actualmente un activo de primera categoría.

Si los pobladores se pusieran nerviosos o muy nerviosos y reclamaran su dinero en los bancos, el sistema se hundiría, siendo el sistema, en primer lugar, la plataforma financiera.

De este derrumbe se perjudicarían también los pobladores pero ante todo el poder bancario que abatido dejaría en evidencia la patraña fundamental: los bancos se apoyan en la confianza de los clientes y los clientes se apoyan en la confianza hacia los bancos.

De la confianza de los bancos en unos clientes se ha deducido estos dos últimos años una masiva prestación de dinero; de la confianza de otros clientes en los bancos se deriva que los bancos dispongan de dinero suficiente para los préstamos.

El círculo virtuoso se rompe cuando la codicia bancaria ha prestado grandes sumas a una población –muchos emigrantes entre ellos- altamente vulnerable, sectores sumamente frágiles a un posible descenso de sus ingresos o la pérdida de empleo.

La construcción se detiene y millones de factorías vinculadas a  ella, desde la producción de cemento a los muebles, desde el acero a los espejos y las moquetas, sufren para devolver las deudas contraídas con los bancos.

Los bancos necesitan que los plazos de devolución se cumplan para continuar su negocio pero el negocio se interrumpe precisamente a causa de la incontrolada aplicación de la estrategia del negocio.

Todo el mundo sabe que las cosas están mal e irán a peor en los próximos meses, pero los expertos son los primeros interesados en mentir. Unas veces, estos expertos son políticos que anhelan volver a ser elegidos, otras son gobernadores de bancos centrales que siguen las órdenes del Gobierno, otras son los analistas financieros cuyas sociedades tienen acciones en bolsa o son asesores de compañías a las que no les conviene perjudicar mediante sus diagnósticos negativos.

La maraña de intereses mantiene la tela de araña suspendida en el vacío. Bastará que alguien se vaya de la lengua, descarrile aparatosamente o se asuste, de acuerdo a las circunstancias, para que la situación revele su gravedad.

Bastará, en todo caso, esperar un plazo para ver cómo el paro aumenta, el consumo se retrae, la bolsa se tambalea, los bancos se ahogan y la economía, dando un vuelco, expondrá a todos su vientre de cristal y llanto.

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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