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LA GRAN FIESTA DEL DOLOR

Por 5 de junio de 2006 Sin comentarios

Vicente Verdú

Así como todo momento de felicidad contiene su dosis  de tristeza interna, todo episodio de dolor encierra una pizca de felicidad oculta. Podría incluso especularse con la afirmación de que el disfrute completo requiere su  porción de desengaño como, también, la adversidad conlleva un menudo  e indecible deleite.

De este modo se explica la superfiesta del dolor por la muerte de Rocío Jurado y de todas las demás muertes; tanto más aparatosa  la fiesta cuanto más espectacular la víctima.

La extraordinaria vida de Rocío Jurado parece incluso poco  en relación al colosal clamor de su muerte. O bien: la contabilidad de su movilidad profesional resulta una suma incomparablemente inferior al desbordante efecto de su inmovilidad como cadáver. En el primer supuesto, la bulla de sus triunfos regulares ha podido ser gradualmente asimilada gracias a la ayuda sucesiva de cada fin de función. Pero su muerte definitiva requiere, para ser acogida, la monumentalidad del llanto hasta un extremo que convierte el lamento colectivo en aclamación y su desaparición en una superrepresentación de su fuerza en vivo.   

Los seres humanos se revelan notoriamente paradójicos dentro de su enredo entre vivir y tener que morir, entre ser y no poder  concebirse como muertos. A partir de esta dificultad para tratar y tratarse con la muerte, cualquier fenómeno de ese orden letal se aborda con el insuficiente código de la vida. O mediante el código  de la vida más la evocación confusa de la muerte.

En el mayor punto de la cima, el triunfador se entristece, tal como si la muerte se le acercara para aquella misma participación. Pero, también, en la más honda profundidad del dolor, el torturado palpa un elemento que lo excita. De una a otra experiencia va balanceándose la existencia y su imposible aprendizaje.

En periodismo, en ciencia, en filosofía, se dice que la diferencia brinda información. La salud se afirma respecto a la enfermedad como la riqueza respecto a la pobreza y  lo caliente frente al frío. Pero, por añadidura, sería imposible sensación alguna sin incluir una molécula de lo contrario en su mismo seno. De este modo resistimos tanto a Dios como al Diablo, a lo muy luminoso como lo muy oscuro. Nuestra arma procede de la infalible y pequeña negación interior y, concretamente, de los beneficios correspondientes a la melancolía.

La melancolía actúa siempre como un benévolo barniz, un blindaje irisado que impide sentirse feliz del todo y desventurado completo. Nadie habría llorado con tanta confianza y generosidad a Rocío Jurado si se la creyera absolutamente un cuerpo muerto. El gran recurso de los seres humanos procede de su incapacidad para todo lo absoluto, de su extrema simpatía por lo muy circunstancial y de su incorregible o natural inclinación por la farsa y la mentira.

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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