
Eder. Óleo de Irene Gracia
Vicente Verdú
La focalización de la atención es importante para el joyero, el cirujano o el jugador de ajedrez pero para hacerse cargo de una coyuntura social, como la presente, la concentración en un factor -como la economía- deja ciegos para conocer los elementos que bullen en todas las demás dimensiones y forman con su interacción la cualidad y categoría del fenómeno. Los economistas son muy propensos a explicar lo que ocurre en términos económicos, como parece natural. Pero por natural que parezcan sus explicaciones son ante todo artificiales. Son el artificio de reducir la complejidad a la simplicidad y el decisivo valor de las interacciones de todo tipo a las interacciones supuestamente definitivas del mundo económico. Podría decirse: quien tenga ojos que vea. Podría decirse que en el nuevo conocimiento que la red permite mediante la participación de actores múltiples debía procurar una óptica onicomprensiva en cuyo interior lo económico fuera un factor entre muchos, una neurona en la neurología, una hormona individualizada, en el odio, el miedo, la perspectiva o la desesperación.