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EL CUERPO Y SU BULTO

Por 30 de enero de 2007 Sin comentarios

Vicente Verdú

El tratamiento del cuerpo como algo diferente al yo personal logra una experiencia culminante en los regímenes de adelgazamiento.

El cuerpo se expone ante el espejo con sus kilos superfluos y el yo que lo gobierna decide afrontar una reforma de la morfología con la que se presenta en cuanto figura ante los demás.

Se presenta y se representa porque lo más temible del aspecto se refiere no ya al peso en arrobas sino en la información perjudicada que trasmite sobre el yo y decide el carácter de la impresión.

El yo y el cuerpo tienden secretamente a distanciarse cuando la apariencia disgusta al juicio del yo, mientras que tienden a juntarse, por anhelo del yo, cuando la imagen se acerca al diseño más grato a la ilusión que hace el ego de sí mismo.

Puesto que el ideal físico resulta imposible de conseguir, la división entre el yo y el bulto es insalvable pero el hiato gana o pierde medida de acuerdo, en este caso, al tino volumétrico del cuerpo.

El volumen del cuerpo con todas sus diferentes particularidades revelándose por aquí o por allá, genera un malestar no sólo social sino íntimo, integral, que incluso difícilmente supera la más elevada idea de uno mismo.

O dicho de otro modo, por encimada que sea la idea del yo respecto a sí, por alta que sea, se halla peligrosamente expuesta la vanagloria a la descalificación cruel mediante el código de estética general que la sociedad ha adoptado como destacada referencia.

Estar gordo no significa estar sin más. Estar sin connotaciones. Comporta allegarse a una escala de cotización menor, degradada o ínfima.

El sobrepeso ha llegado así, por el imperio de la estetización general del mundo, a ser un lastre del valor. Habrá que afrontar seriamente y hasta severamente la tara del cuerpo obeso y ajustarla en beneficio del yo, príncipe de la conjunción. Y no del yo/príncipe en su sentido moral y metafísico sino, obviamente, al yo en su reino físico. Ahora bien ¿cómo evitar que el segundo incida en el primero si ya el sentido se juega mucho el tipo, para bien y para mal, precisamente en el tipo?

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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