Vicente Verdú
Todo el mundo lo sabe por experiencia directa o delegada. Aquella pareja que ya no nos decía nada y la convivencia con ella había enfermado de tedio, resucita iluminada y deseable tras haberse consumado la separación. La ausencia es la potencia. Y dice Proust: "Tan extraño es nuestro corazón miserable que abandonamos con un desgarro terrible a los que hemos tenido cerca sin placer". O bien: "El cónyuge debe partir para que finalmente podamos amarlo", Pascal Bruckner, La paradoja del amor (Tusquets).