Sergio Ramírez
Un escritor futurista tan aventurado como George Orwell, que al final de los años 40 del siglo pasado consideraba, el año de 1984 una fecha demasiado lejana como para que se obraran entonces prodigios, nos parece hoy envejecido en sus fantasías como los L.P., los discos de vinilo de larga duración que tras habernos fascinado en nuestra juventud resultan hoy piezas de museo. En Minority Report (Sentencia previa), la película de Steven Spielberg basada en el cuento futurista de Philip K. Dick, el año de los prodigios es el de 2054, y tampoco puede parecernos tan lejano. Para entonces, “la tecnología podrá ver a través de las paredes, de los techos. Podrá penetrar en el santuario de nuestras familias”, afirma Spielberg.
No olvidemos, entretanto, que el inolvidable personaje de El diablo cojuelo de Luis Vélez de Guevara tenía el poder de levantar los techos de las casas de Madrid a la medianoche para ver qué es lo que estaba ocurriendo dentro de ellas. Desde su atalaya en la torre de San Salvador, el cojuelo le dice al estudiante don Cleofás: "advierte que quiero empezar a enseñarte distintamente, en este teatro donde tantas figuras representan, las más notables, en cuya variedad está su hermosura…" Este libro futurista, donde un diablillo curioso, y por demás cojo, se convierte en espía de los vecindarios, apareció en 1641 y es una de las joyas de la literatura picaresca.