Ficha técnica
Título: Ya nadie llora por mí | Autor: Sergio Ramírez | Editorial: Alfaguara | Colección: Hispanica | Formato: tapa blanda con solapa | Páginas: 360 | Medidas: 154 X 239 mm | Fecha: oct-2017 | ISBN: 9788420427355 | Precio: 18.90 euros
Ya nadie llora por mí
Sergio Ramírez
El inspector Dolores Morales está dado de baja en la Policía Nacional desde hace años y ahora trabaja como investigador privado. La mayoría de sus casos son adulterios de una clientela de pocos recursos. Pero un encargo va a sacarlo de la rutina: la desaparición de la hija de un millonario.
Pronto el caso se revela como la punta de un iceberg en el que toman forma la corrupción y el abuso de poder que subyace en el discurso revolucionario de la Nicaragua contemporánea.
Reseñas:
«Una novela adictiva. Es alta literatura, es una novela en la que todo está paladeado y escrito con esa capacidad que solo tienen los buenos escritores de ir más allá.» Luisge Martín
«Denuncia explícita de la corrupción como sustento del régimen.» Juan Cruz, El País
Primera Parte
Viernes 27 de agosto
1. Huevos rancheros a la diabla
El venerable Lada había pasado del azul celeste al azul de Prusia al salir del taller donde operaron milagros en la carrocería, agujereada por las balas en el atentado de tantos años atrás, donde perdiera la vida Lord Dixon. Dichosa-mente el motor no sufrió los impactos, y aquel viernes de agosto el valiente carrito enfilaba airoso hacia el sur por la carretera a Masaya, al volante el inspector Dolores Morales.
Las estructuras metálicas de los árboles de la vida man-dados a sembrar por la primera dama poblaban el came-llón central y los espaldones de la carretera formando un bosque inmenso y extraño, los arabescos de sus follajes ama-rillo huevo, azul cobalto, rojo fucsia, verde esmeralda, vio-leta genciana, rosa mexicano y rosado persa alzándose en-tre la maraña de rótulos comerciales.
Siguiendo las indicaciones del mapa que llevaba en el asiento de al lado, tomó hacia el oeste por la pista Jean Paul Genie en la rotonda de Galerías Santo Domingo, y luego, a la altura del Club Terraza, enrumbó otra vez al sur por el antiguo camino de Las Viudas, dejando atrás el hotel Barce-ló y el colegio Centroamérica de los jesuitas.