Sergio Ramírez
Según un informe del Daily Mail de Londres, una encuesta encargada por el gobierno entre las escuelas británicas de primaria y secundaria, revela que algunos maestros prescinden en los programas de historia de tocar el tema del holocausto nazi contra los judíos, por temor a que los estudiantes musulmanes puedan expresar reacciones antisemitas. También, dice el informe del Departamento de Educación, hay resistencia entre los maestros a abordar el tema de las Cruzadas, debido a que los textos en que se basan sus lecciones contradicen lo que los estudiantes musulmanes aprenden en las mezquitas.
Un escalofrío recorre la piel cuando uno escucha que la historia puede llegar a ser silenciada de esta manera. No me refiero a las Cruzadas, un hecho de la historia al que occidente y oriente se asoman de manera diferente, y de aquel lado se le verá con toda razón como una guerra de conquista bajo el pretexto del rescate del santo sepulcro. Me refiero al Holocausto. Sólo el peor y el más ciego de los sectarismos, tal como lo pregona el presidente Ahmadinejad de Irán, puede querer borrar el holocausto como uno de los hechos más bárbaros del siglo veinte; y congraciarse con quienes lo niegan, o temen decirle a sus alumnos que de verdad ocurrió, viene a ser aterrador.
El olvido ideológico, el olvido oficial, y el olvido por miedo. Borrar de las páginas de la historia los campos de concentración, las cámaras de gas, las lámparas de noche hechas con piel humana, los experimentos genéticos y médicos usando personas como conejillos de indias…