La indagación de la oscuridad
Rafael Argullol: Esta búsqueda lleva a visiones de una poeticidad negativa de potencia extraordinaria.
Delfín Agudelo: El sujeto que se perfila más allá del bien y el mal es porque tomó un camino en una división. ¿Pero qué espera encontrar en su búsqueda?
R.A.: Los escritores que han planteado con mayor autenticidad y profundidad ese lado oscuro son aquellos que en sus obras han expresado de una manera muy tumultuosa la luz mezclada con la oscuridad y el bien con el mal: la síntesis o escenario intermedio tragicómico. Pienso en Cervantes, Montaigne, Shakespreare, autores que no han tenido una voluntad explícita de militar en el mal, aunque sea estéticamente. Tiendo a creer que los grandes militantes del mal en la estética moderna en el fondo han sido grandes apóstoles del bien. Caso es el de Sade, de Leopardi, de Baudelaire, incluso de Ciorán en el siglo XX. Son personajes cuyo martilleo pesimista muchas veces hace que encubran un auténtico moralista empeñado en buscar desesperadamente un concepto de bien, bondad y luz en medio de la oscuridad. Y en parte eso también era propio de Nietzsche: en la Genealogía de la moral intenta subvertir toda la moral de occidente pero no hay duda de que después de toda esa subversión que aparentemente le coloca más allá del bien y del mal, debajo de todo se esconde un moralista. Es un poco como estos maravillosos ironistas franceses del XVIII, La Rochefoucault y otros que bajo su corrosividad crítica ocultaban evidentemente una voluntad moralista.
Creo que la auténtica indagación de la oscuridad se da de una manera muy mezclada y tumultuosa. El que indaga en la oscuridad tiene muy pocas ganas de crear una estética del mal o de la oscuridad. Si es sincero en esa indagación, de ahí no saca indagaciones sistemáticas, sino que su visión es mucho más complicada. Es algo parecido a lo que a veces me gusta comentar respecto a la utilización de la palabra "muerte". La utilización de la palabra "mal" es bastante paralela al de la muerte. Los poetas jóvenes que tienen un gran ánimo esteticista las utilizan bastante en sus poemas. Pero con el paso de los años, a medida que uno se contrasta con la muerte, la enfermedad y el mal, uno es mucho más cauto a la hora de utilizarlas. Con "oscuridad" y "tiniebla" pasa lo mismo. Una cosa es el esteticismo de la oscuridad que puede llevar a Byron y al doctor Polidori a juntarse en un lago de Suiza para hacer competición de cuentos de vampiro. Lo otro es, una vez superado este esteticismo, a medida en que uno se enfrenta a la verdadera oscuridad de la vida, que no tiene nada de heroico, que es más bien prosaica, rutinaria y repetitiva, y se presenta de una manera bastante poco atractiva.