Galería de espectros: Sócrates
Rafael Argullol: Hoy en mi galería de espectros he visto el perfil de fauno de Sócrates.
Delfín Agudelo: ¿Viste acaso el personaje histórico de Sócrates o el literario de Platón?
R.A.: Evidentemente todo lo que podemos saber de Sócrates lo sabemos a través de Platón y algún otro contemporáneo. Es completamente llamativo que alguien que ha influido tanto en la historia y en la mente humana no haya dejado ni una sola página que podamos leer; por tanto, apenas tenemos posibilidades de distinguir entre Sócrates como personaje histórico y Sócrates como personaje literario creado o recreado por Platón. A mí me interesa fundamentalmente resaltar este último; siempre he creído que Platón, que generalmente es calificado de filósofo con razón, es uno de los principales escritores que ha dado la historia de la literatura. En esa dirección su dibujo del personaje Sócrates, protagonista absoluto de la mayoría de sus diálogos, es simplemente excepcional. Creo que Platón logra crear uno de los personajes que más trasciende la propia literatura, que trasciende evidentemente su época y llega a los siglos venideros. Lo precioso de este personaje es que es alguien que de alguna manera hace confluir en él lo que son los dos grandes espejos de la cultura griega del momento: el espejo de la comedia y el espejo de la tragedia.
Sócrates, como personaje de Platón, afronta muchísimos de los temas que simultáneamente o un poco antes han afrontado los poetas trágicos vinculados con la condición humana, con la colectividad, vinculados con la ética, vinculados con la metafísica. Pero los afronta de una manera completamente distinta al rescatar una de las figuras cruciales de la comedia que era el eiron, un personaje que se hacía el tonto, dejaba que los otros hablaran para finalmente darle la vuelta a los argumentos. De ahí la ironía socrática que construye con tanta habilidad Platón. Sócrates, ese personaje que en lugar de avasallar a los otros con sus argumentos y verdades dogmáticas, lo que hace que irónicamente, como lo era la figura de la comedia, los otros vayan hablando, él va escuchando, y de una manera muy hábil va desarticulando los argumentos de los otros y finalmente ofrece su propia verdad que se va desgranando con una gran ductilidad y flexibilidad. Por tanto, si tenemos en cuenta la participación de Sócrates como interlocutor principal en todos los diálogos o mayoría de diálogos de Platón, hay que concluir que difícilmente en la historia de la literatura hay un personaje de tal envergadura, que incluso evidentemente nos lo agiganta por encima del Sócrates histórico del cual sabemos relativamente pocas cosas, y no podemos leer nada.