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Un lugar en el mundo

Estamos tan habituados al derrotismo, que apenas captamos los perfiles positivos de los acontecimientos políticos. Sucede en el ámbito de las naciones pero también en la escena internacional. Y no sobran razones para la depresión cuando ya son tópicos el desgobierno del mundo y los conflictos incontrolados, de los que la guerra sigilosa de Ucrania y el Estado Islámico son las últimas y más preocupantes pruebas. También podría incorporarse a la lista el fracaso de las negociaciones del grupo llamado P5+1 con Irán que debía evitar la aparición de una nueva potencia con el arma atómica. Durante un año han estado negociando los cinco países del Consejo de Seguridad más Alemania con el nuevo Gobierno instalado en Teherán sin que hayan conseguido el acuerdo definitivo que hubiera permitido a los iraníes proseguir con su fabricación de energía civil y gozar de una economía sin sanciones internacionales, y al resto del planeta respirar con alivio ante la desaparición del actual peligro de proliferación nuclear, que constituye un estímulo para que países como Egipto o Arabia Saudí se doten también de este tipo de armas. El perfil positivo del fracaso, más que la buena noticia, es que las negociaciones se han prorrogado siete meses, y que prácticamente todos los implicados, incluidos los que no están en la mesa, como es Israel, han preferido el mantenimiento del acuerdo provisional antes que la ruptura o incluso el acuerdo definitivo que consideraban perjudicial. Esto significa que proseguirá el régimen acordado provisionalmente de sanciones aligeradas a cambio de limitaciones en la fabricación y enriquecimiento de uranio con la presión de un nuevo plazo. El estímulo para el acuerdo definitivo es tan fuerte como el temor a la situación amenazante que puede tejer un fracaso ya sin prórroga, puesto que dentro de medio año las circunstancias pueden empeorar por causa de los halcones de ambos bandos. La negociación va más allá del programa nuclear iraní. Rusia y China están implicadas desde sus peculiares y bien distintas relaciones con Washington, y arriman el hombro porque se trata de encontrar un lugar en el mundo global para Irán, el último gran país, por demografía, recursos energéticos y peso geopolítico, que se halla fuera de la economía mundial en la que Moscú y Pekín llevan tanto tiempo integrados. De las dos, China es la que ofrece un modelo más acabado de relaciones equilibradas, entre una intensa cooperación económica y una no menos intensa competencia geoestratégica. Rusia, crucial para avanzar en todos los frentes en Oriente Próximo, intenta mantener los lazos cooperativos sin renunciar a su agresivo roce en Ucrania. Kissinger estableció hace más de una década el dilema al que Irán se enfrenta ahora, como Rusia y China en su día, ?entre ser una nación o una causa?, negociar intereses o levantar una bandera.

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29 de noviembre de 2014
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Poderosas piernas

Los hombres se muestran mucho más solícitos ante las mujeres que llevan zapatos de tacón frente a las que calzan plano. Con esta rotundidad concluye un entretenido estudio del departamento de Psicología Social de la Universidad de Bretagne-Sud, presto a identificar los códigos de imagen que influyen en la atracción sexual. En el experimento, las investigadoras debían utilizar diferentes alturas de tacón para realizar las encuestas-trampa. A mitad del interrogatorio, dejaban caer un guante al suelo. Y el resultado fue unánime: si se alzaban sobre tacones de más de nueve centímetros, el varón se prestaba raudo a recoger la prenda, pero si iban con zapatillas deportivas, apenas un ligero movimiento de barbilla, que lo recogieran ellas. La desinhibición femenina también tiene aditivos: los hombres que preguntaban a mujeres una dirección, agarrando una funda de guitarra, consiguieron con mayor facilidad su teléfono que quienes acarreaban una bolsa de deporte (un 31% frente al 9%). Ellas, subidas a unos stilettos; ellos, con guitarra al hombro, una sencilla fórmula que evidencia la ardua tarea de reventar el tópico: la encantadora torpeza femenina que busca un punto de apoyo cuando baja una cuesta, y el ideal romántico que rasga las cuerdas de una guitarra en noches de bohemia e ilusión. Además de tacones, las mujeres de edad indeterminada -pongamos a partir de los 42- saben que les ha llegado la hora de lucir las piernas. Ni escote, ni tríceps, ni espaldas al aire… Cómo sigue encandilando, sino, Jennifer López, a sus 45 años. Siempre presta a lucir muslo, la popstar ya no es nada sin un body, pieza que desnuda más que viste, como volvió a demostrar en la gala de los AMA. ¿Acaso no lo hicieron también Tina Turner o Madonna? Mujeres que no temen a su cuerpo, ni siquiera a sus rodillas, como Eva Longoria, Alicia Sánchez-Camacho, Susan Sarandon -a sus 68 años con novio de treinta y tantos- o Mariló Montero, que acaba de debutar como novelista. O Aguirre. Las piernas de las mujeres de edad indeterminada solo pueden lucirse sin complejos cuando lo que quieren expresar no es seducción sino poder. De Sol Daurella publicaron una foto con las piernas cruzadas y medias de rejilla, además de gafas de ver, recién nombrada consejera del Santander. Nada que ver con la prolongada apertura en la falda larga que vestía Corinna el día nacional de Mónaco, ese microclima con baños de mar y bancos, donde ha hallado cobijo. Princesa y alemana, pero siempre en el charco de un escándalo. Ahora nos enteramos que el Ajuntament de Barcelona le pagó 8,3 millones para organizar dos galas del deporte, en 2006 y 2007, uno y dos años antes de la llegada de la gran crisis. El domicilio social de su empresa radica en Malta, ella viaja como un VIP, asida a su Kelly y forrada de Armani -el modisto preferido de Charlenne, ya con la canastilla a punto-. Las Corinnas de este mundo ocupan un buen lugar afuera, pero a la vez habitan muchísimos lugares en su mundo de dentro. Su misterio no está en las piernas. Un mito moderno Uno de los placeres de esta vida es escuchar y leer a un sabio como Carlos García Gual, que se declara “diverso y frívolo, un maestro en minúsculas”. Este catedrático y traductor de textos clásicos ha escrito sobre la biblioteca mitológica de Apolodoro, la batalla de Salamina, el enigmático mito de Edipo y con la misma solvencia ha rastreado las huellas de las Sirenas: esa “llamada del placer que te tienta a desviarte del deber”. Se trata de un ensayo soberbio que arranca con una oportuna originalidad. Es un comentario de texto sobre la canción de Llach Abril 74: “Companys si coneixeu el cau de la sirena…”. Su último must: Una historia mínima de la mitología (Turner). Iniciarse en Gual es una garantía de plenitud. Días de queso y rosas Elegante, serena, también distante, Christine Lagarde encarna la aristocracia del poder femenino, con sus chaquetas de cashmere y sus bolsos de Hermès. Si fuera un animal, sería un pez; de hecho en su juventud fue subcampeona nacional de ballet acuático. Según la edición gala de Vanity Fair, es la francesa más influyente del mundo, y con una gran elipsis la sitúan como la tercera vía para enderezar la República, a pesar de su imputación por negligencia en un asunto de Crédit Lyonnais. Ella asegura que pensar en Francia equivale a sentir nostalgia de sus quesos, sus bistrots y sus rosas. También se permite reivindicar las Lehman Sisters: “El origen de la crisis radica en un exceso de testosterona”. Fuera de la plaza Los toreros deben ser carne de cañón para los psicoanalistas: matan aquello que más aman. Para plantarse delante de seis reses en Las Ventas hay que tener, sin duda, mucho valor, aunque también para quitarse el traje de luces, lanzarse a la pista de ¡Mira quién baila! y ganar el talent show. Eso le ocurrió a Miguel Abellán, denunciado por dedicar “palabras menospreciantes y lascivas” a una mujer y agredir a su acompañante -secundado por su cuadrilla-. Hace años, el crítico taurino Javier Villán se salvó de una embestida a volapié del diestro, su padre y algunos compañeros de paseíllo. Y todo por escribir que “los toros en puntas acojonan a los toreros”. ¡Cómo se pueden confundir aún los cojones con la hombría! (La Vanguardia)

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29 de noviembre de 2014
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El día de las librerías.- Antiguos teatros, botes, estaciones de…

El día de las librerías.- Antiguos teatros, botes, estaciones de trenes victorianos, edificios funerarios y hasta una catedral del siglo XVIII (ver foto). Muchas edificaciones antiguas se convierten en lugares ideales para albergar librerías. Hoy se celebra en España y Portugal el Día de las Librerías y quería compartir estas simpáticas fotos de Flavorwire sobre asombrosas librerías alzadas sobre lugares inusuales. ¡Feliz día, supervivientes! Ver las fotos aquí.

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28 de noviembre de 2014
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38. Pensamiento encaminado y rima como mnemotecnia

 

 

Me cuenta mi amigo (el poeta Rafael Juárez) que su manera de componer un poema es echarse a caminar mientras va trabajándolo en el taller de la memoria (...) nos acordamos de aquel aforismo de Nietzsche según el cual los mejores pensamientos son los pensamientos caminados.

Antonio Muñoz Molina[1]

 

"La forma en verso ha tenido que ser extremadamente útil para la memoria antes de la aparición del lenguaje escrito", escribía T. S. Eliot en La función de la poesía, y creo que no se equivocaba; es más, esa afirmación es contrastable. Los antiguos pueblos que colonizaron el sur de España tras las visitas tartésicas y fenicias establecieron complejas leyes de hasta seis mil preceptos para regular la convivencia social. Aquellas culturas, de las que hace ya miles de años, tuvieron que imaginar algún sistema para que la población pudiera recordar con facilidad su entramado jurídico, y la solución era solamente una: redactarlas en verso rimado. Y no sólo las leyes; Walter Muschg apuntaba que "son varias las teorías que pretenden explicar la penetración del furor rítmico en la poesía de la iglesia en latín. Algunos pretenden ver en ello una técnica popular emparentada con la más antigua poesía popular de Roma y que fue adoptada por el clero por motivos similares para la propagación de su doctrina".Lo popular, en estas condiciones, se convertía en técnica instrumental de irrigación. Según Jakobson, "los versos mnemotécnicos mencionados por Hopkins (como treinta días tiene septiembre), los anuncios rimados y cantados, las leyes medievales versificadas citadas por Lotz o, por último, los tratados científicos en sánscrito, escritos en verso y que en la tradición hindú se diferencian de la auténtica poesía"[2]. La rima está, por tanto, en el origen mismo de la memorización. Hazlitt y De Quincey nos transmitieron, en las descripciones de su trato personal con Wordsworth y Colerigde, que ambos componían paseando. Seamus Heaney, en De la emoción a las palabras, nos saca de dudas: "Se han conservado muchos testimonios respecto a la costumbre de Wordsworth de componer en voz alta. En The Prelude cuenta que paseaba por el bosque con su perro, que corría delante de él y ladrada avisándole de la presencia de extraños, de modo que le daba tiempo a interrumpir su cantinela yámbica sin que le tomasen por imbécil". Al vate chino Bai Juyi, sin embargo, le traía al fresco la consideración de tal, como demuestra su poema Cantando solo en la montaña:

 

Cuando termino un nuevo poema,

asciendo solo a la senda

hacia el peñasco de Oriente.

Recostado en el Barranco de Piedras Blancas

y agarrado a una verde rama de casia,

comienzo mi canto alocado,

que asusta a los bosques y valles[3].

 

Por Borges supimos que era también un método factible de componer en el caso de escritores ciegos; el argentino creaba sus poemas paseando y la utilización de esa técnica le permitía reconstruir luego con facilidad sus resultados, aunque era capaz también de memorizar pasajes extensos en verso libre o en inglés. Dentro de esta galería de poetas ambulantes no deberíamos olvidarnos de W. B. Yeats: "Yo, como todos los poetas, recitaba mis versos como en una especie de sonsonete cuando los estaba componiendo; a veces, vagando por algún camino campestre solitario, los recitaba en voz alto y canturreando, y entonces experimentaba la sensación de que, si me atreviese, los recitaría a otros de esa misma manera"[4]. José Hierro, mientras trabajaba en una fábrica de neumáticos, componía sonetos porque le resultaban más fáciles de memorizar. También Agota Kristof: "Para escribir poemas, la fábrica está muy bien. El trabajo es monótono, se puede pensar en otras cosas y las máquinas tienen un ritmo regular que ayuda a contar los versos" (La analfabeta). Pere Gimferrer ha declarado alguna vez: "A veces escribo caminando. Percibo un ritmo en el cerebro y así llegan los primeros versos que (...) apunto en lo que tengo a mano. Ese ritmo es lo primero. Y a partir de él llegan las palabras. Después, generalmente, corrijo muy poco"[5]. El engarce natural entre palabras que la rima supone, creador de una instantánea asociación fónica entre conceptos no semejantes, es también usado (amén de por refraneros y por malos publicistas) por el minúsculo colectivo, casi extinguido en nuestro país, de los analfabetos. A través de la poeta Matilde Cabello tuve conocimiento de una mujer de un pequeño pueblo de Córdoba, una anciana iletrada pero que, como algunos cantantes de flamenco, dominaba decenas de composiciones que había ido escribiendo a lo largo de su vida. Su procedimiento creador era el siguiente: al escuchar una palabra en la calle o en la radio que llamaba su atención, y tras preguntar a su sobrino por el significado, la iba incorporando a futuros o pasados poemas, en una simbiótica y peculiar work in progress poética que, en cuanto fina y perpetua destilación idiomática, quizá fuese aprobada por el mismísimo Joyce. Qué más pruebas necesita nadie para colegir que la poesía, por pensante que sea, está hecha de palabras, como le recordase Mallarmé a Degas. O también: qué más pruebas requiere el indudable aserto de que la memoria, por neuronal y científica que sea, está hecha, muy a su modo, de olfatos proustianos y corpúsculos visuales, pero también de ondas sonoras.

 

[Más sobre este tema aquí]


[1] A. Muñoz Molina, "Los manuscritos", El País Semanal, 19/11/2000.

[2] Roman Jakobson, Lingüística y poética (1958), Cátedra, Madrid, 1983, p. 41.

[3] Poeta chino de la dinastía Tang. Traducción de Chen Guojian, en su edición de Poemas de Tang. Edad de oro de la poesía china; Cátedra, Madrid, 1992.

[4] Yeats, "Hablando con el salterio", en Ideas sobre el bien y el mal (1896-1903). Recogido en Obras escogidas, Aguilar, Madrid, 1962, p. 1063-4.

[5] Pere Gimferrer, entrevista en El Mundo, 29/06/2008, p. 68. El poeta Jorge Fernández Gonzalo me recuerda esta declaración de Claudio Rodríguez: "Yo he escrito casi todos mis poemas caminando. Nunca en una mesa de trabajo. El hecho físico de caminar puede condicionar incluso el ritmo del poema" (citado en Luis García Jambrina, De la ebriedad a la leyenda. La trayectoria poética de Claudio Rodríguez; Universidad de Salamanca, Salamanca, 1999, p. 66).

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28 de noviembre de 2014
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