La revista inglesa de cine Empire cumplió veinte años y lo celebró con un número especial, editado por –nada más y nada menos que- Steven Spielberg. Con semejante padrino, a esta edición debe haberle resultado fácil conseguir las entrevistas a Coppola, Jack Nicholson, Tom Hanks, James Cameron y muchos otros número uno que enriquecen sus páginas.
Más allá de las producciones especiales (fotos que reúnen a protagonistas de éxitos como Anthony Hopkins y Jodie Foster en The Silence of the Lambs, el reencuentro de todo el elenco de The Goonies), lo que me divirtió fue una doble página que le encargaron a Cameron Crowe, el director de Jerry Maguire y Almost Famous. Como ex periodista estrella de la Rolling Stone y melómano irredento, Crowe seleccionó sus momentos musicales favoritos en materia de películas. La idea era buscar aquellas escenas en las que un director utilizó una canción preexistente para realzar la narrativa del film.
Con muchas de sus elecciones coincido: Don’t Be Shy de Cat Stevens al comienzo de Harold and Maude, Tubular Bells de Mike Olfield en The Exorcist, Everybody’s Talking de Harry Nilsson en Midnight Cowboy… Crowe llega a introducir dentro de su Top Ten a Cucurrucucú Paloma, tal como la usa Almodóvar en Hable con ella. Pero por supuesto, toda lista similar es subjetivísima; el mismo Crowe admite que escribiría una distinta cada día, de acuerdo al humor del momento.
‘Una gran película no necesita música para existir, y una canción maravillosa ya es una película perfecta en nuestra imaginación. Pero a veces el matrimonio funciona y el resultado es una explosión que ensalza a ambas obras y arrulla nuestras almas en el camino’, dice Crowe.
¿Qué momentos de fusión cine-canción elegirían ustedes? Yo creo que el uso que Kubrick hizo de Singing in the Rain en La naranja mecánica es particularmente inolvidable, así como el modo en que empleó música de Richard Strauss para 2001. Pienso en The End de The Doors al comienzo de Apocalypse Now: sublime. Y como Crowe se ve impedido de decirlo por lógica modestia, aprovecho para decir que sus películas suelen incluir esos momentos mágicos: con canciones de Springsteen y Tom Petty en Jerry Maguire, con Tiny Dancer de Elton John en Almost Famous, y muy especialmente con In Your Eyes de Peter Gabriel en Say Anything.
¿Quieren más? Moonriver por Audrey Hepburn en Breakfast at Tiffany’s. Las canciones de Aimee Mann en Magnolia (una de las cuales Crowe hizo jugar de manera magnífica en Maguire). Tarantino tampoco es manco en este rubro, empezando por la forma en que usó Stuck in the Middle with You en Reservoir Dogs.
En fin: los escucho.
[ADELANTO EN PDF]
