Vicente Verdú
Nadie escucha el sentido de tu voz.
En nadie se introduce el significado de tu lástima.
Tu lástima es una lengua
ácida que acidula
venenosamente el sabor de los demás.
Nada facilita tu esperanza de consuelo
alrededor.
Nadie hay para lamer
tus llagas.
Nadie hay delante o detrás que asuma
un nuevo color
un ajeno olor aciago.
El sentido que perturba su existencia.
La existencia sin más.