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La sustancia de la mente o la luz

Por 15 de enero de 2008 Sin comentarios

Vicente Verdú

"La metafísica popular -decía Bertrand Rusell- divide el mundo conocido en mente y materia, y en alma y cuerpo al ser humano".

La medicina, además de la filosofía, se ha planteado con frecuencia la verdad o la farsa de esta división. Pensar al cuerpo guiado por una mente y pensar el mundo, en general, como una combinación de lo físico y lo espiritual, ha explicado dentro y fuera de las religiones el argumento general de la existencia y la consecuente aventura personal de los seres humanos. Pero, en rigor, ¿hay una mente separada del cuerpo, flotando como un aura superior? ¿Hay, en fin, una mente diferente del cerebro o será acaso sólo el cerebro y sus circunloquios quien hace de mente?

En la consulta, manifestamos al médico en qué apreciamos nuestro malestar: angustia, decaimiento, dolor, mareos. Todos estos elementos constituyen nuestras aportaciones subjetivas, alteraciones que creemos percibir. A continuación, sin embargo, en la exploración, el médico busca los signos objetivos: la fiebre, la dispepsia, la tensión arterial.

A la primera tanda de datos  se la llama anamnesis y, a la segunda, semiotecnia. De la primera es posible dudar, de la segunda es necesario creer. Técnicamente.

Lo subjetivo tiene mala prensa para la ciencia y, sin embargo, si el desarreglo comprobado fuera una inducción mental, ¿cómo no concederle la misma objetividad a la mente?

El problema encierra tanto interés como una formidable dificultad de esclarecimiento y, especialmente, porque con la tradicional división entre mente y cuerpo, objetivo y subjetivo, la operatividad diaria gana mucho confort. Así, la lesión orgánica será objetiva y el mal funcionamiento del órgano procedería de algún accidente  mental. Pero ¿cómo ajustar, finalmente, una realidad y otra para obtener la curación?

El benéfico lema de tratar al paciente como una totalidad no es suficiente. Lo decisivo sería hallar la matriz última de las desorganizaciones, la causa  primordial a la manera de una molécula madre de la enfermedad o el dolor.

Según cuenta el doctor Luis M. Iruela, un prestigioso psiquiatra del Hospital Puerta de Hierro de Madrid en la revista Jano, el deseo de hallar esa clave en el ser humano recuerda el proceso que en los estudios sobre la luz llevaron desde una concepción dual en el siglo XVII -cuando se hablaba de ella como un cuerpo (órgano) o como un movimiento (función)- a la síntesis de Louis V. De Broglie en 1924 describiéndola como onda y partícula a la vez. Una misma sustancia luminosa, sólo una y exclusiva sustancia, tendría manifestaciones fenoménicas distintas pero íntima e inseparablemente asociadas. De la misma manera, tan íntimamente juntos se presentarían el cuerpo que compondrían una única solución vital, un solo caldo de vida que nos enardece, nos desvanece, nos enloquece o nos mata.  

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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