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Elogio del periódico

Por 19 de febrero de 2008 Sin comentarios

Vicente Verdú

El periódico impreso o no, compone  una segunda vida junto a la vida primera. Puede vivirse con mayor o menor intensidad la información periodística pero precisamente en esa holgura para consumir mucho o poco su propuesta se decide una parte capital de su importancia.

Cada día el periódico alza un pluriargumento que recorre prácticamente lo humanamente posible, lo imaginable y hasta lo imprevisible. El periódico se presenta como un soporte o un simple vehículo pero a fuerza de convertirse en el mensajero obstinado y  asiduo traspasa su naturaleza instrumental y coyuntural para ser naturaleza de nuestra naturaleza, acontecimiento de nuestro acontecimiento.

Quienes no han adquirido la costumbre de leer el periódico diariamente no sentirán esta sensación en su plenitud puesto que la consulta de noticias no es lo mismo que la recepción regular de las noticias, a la manera de un alimento, una medicina o un estupefaciente cotidiano.

El periódico actúa así con su periodicidad insistente y su abundancia como un elemento necesario y a través de su insistencia pasa a  formar parte de la peripecia de nuestro organismo que, a menudo, en lo más intenso, no distingue entre su interior y su exterior, su dosis y su metabolismo: la introducción de lo exterior en su interior o la introducción de su interior en lo externo.

De este modo osmótico el diario se mezcla en nuestra vida diaria y viceversa, con un apego, además, que se justifica en el acicate que cada jornada ofrece sea a la emoción,  la murmuración, la conversación o la soledad de la inteligencia.

No se trata de buenos o malos diarios -aunque también. Se trata, sobre todo, del incontable bien que se recibe de ese sustento engastado en la costumbre informativa. Nuestros asuntos personales parecen en ocasiones impenetrables a la información mundial pero ¿cómo negar que las noticias de desastres, los avances en la curación de enfermedades,  los episodios de degradación moral, las perversiones o las necrológicas cooperan a nuestro confort o a nuestra afirmación sea por contraste o por propedéutica?

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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