Skip to main content
Blogs de autor

VI. El amor y la máscara. La carta de amor.

Por 19 de febrero de 2008 Sin comentarios

Rafael Argullol

Rafael Argullol: Yo, que pienso que todo amor es amor propio, no creo que pueda amar aquél que no tiene una dosis sólida de amor propio porque el amor es un exceso.
Delfín Agudelo: Así como hay cartas de suicidio, también hay cartas de amor: las dos definen momentos de geografía interior. Centro de su propio universo, el amante que escribe la carta de amor desea que el sentimiento amoroso lo rodee de una manera precisa, pero que en momento alguno deje de lado la estela que él mismo ejerce.
R.A.: El propósito de una carta de amor puede ser muy variable. Hay un propósito muy directo y un propósito extremadamente oblicuo. En ese sentido, toda la historia de la literatura o bien ha sido una carta de muerte, de adiós, una elegía, o bien ha sido una carta de amor. Podemos analizar la literatura occidental como una sucesión de cartas de amor. Por ejemplo, la Divina Comedia es la gran carta de amor a Beatriz por parte de Dante, que nos deja un monumento literario extraordinariamente minucioso. El Werther es una carta de amor que está muy teñida de muerte pero no por esto deja de serlo. Madame Bovary sería una carta de amor por vía negativa. Tenemos muchas obras en las cuales se va representando o desarrollando más bien una estrategia respecto al amor, porque en definitiva en una carta de amor fundamentalmente lo que se busca es la cartografía de uno mismo, la cartografía de tus propios accidentes, de tus propias necesidades, de tus desiertos, montañas, valles, bosques; y a partir de ahí vas siguiendo esos senderos ocultos o enrevesados en medio de los accidentes.
Por tanto, hay tantas tipologías de cartas de amor como estrategias literarias que se han dado a lo largo de la historia. Desde el dardo fulminante hasta lo que sería una estrategia elaboradísima. Yo quisiera hacer un paralelo con el dolor y el placer; de la misma manera que estas dos ideas han suscitado comentarios y sensaciones simétricas, el amor y la muerte han hecho lo mismo. Es decir, a la muerte le pedimos mucho en cuanto la situamos como el mayor misterio de la vida. Y al amor le pedimos mucho porque le pedimos que nos regale esa segunda mitad de la frase que no tenemos. La vida, el cuerpo… lo que aprendemos siempre parece que nos da la primera mitad de la frase; entonces al amor le exigimos completarla. Y por eso realmente le pedimos mucho. Nos dejamos llevar por el dolor y el placer pero quizás les pedimos menos porque se trata de situaciones fulminantes. En cambio a la muerte y al amor le pedimos mucho. Singularmente, desde una óptica literaria, al amor lo definiría como el intento de escribir la segunda parte de la frase que necesitamos para completar lo que en una preciosa palabra podemos definir: entereza. Sentirnos enteros, completos. Y en ese sentido hay una infinidad de estrategias para intentar conseguir eso, desde la estrategia de Dante hasta la estrategia que puede ser un poema de Baudelaire que en principio parece que exprese radicalmente el anti-amor, pero esto también se convierte en una forma fulminante de amor.

 

profile avatar

Rafael Argullol

Rafael Argullol Murgadas (Barcelona, 1949), narrador, poeta y ensayista, es catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. Es autor de treinta libros en distintos ámbitos literarios. Entre ellos: poesía (Disturbios del conocimiento, Duelo en el Valle de la Muerte, El afilador de cuchillos), novela (Lampedusa, El asalto del cielo, Desciende, río invisible, La razón del mal, Transeuropa, Davalú o el dolor) y ensayo (La atracción del abismo, El Héroe y el Único, El fin del mundo como obra de arte, Aventura: Una filosofía nómada, Manifiesto contra la servidumbre). Como escritura transversal más allá de los géneros literarios ha publicado: Cazador de instantes, El puente del fuego, Enciclopedia del crepúsculo, Breviario de la aurora, Visión desde el fondo del mar. Recientemente, ha publicado Moisès Broggi, cirurgià, l'any 104 de la seva vida (2013) y Maldita perfección. Escritos sobre el sacrificio y la celebración de la belleza (2013). Ha estudiado Filosofía, Economía y Ciencias de la Información en la Universidad de Barcelona. Estudió también en la Universidad de Roma, en el Warburg Institute de Londres y en la Universidad Libre de Berlín, doctorándose en Filosofía (1979) en su ciudad natal. Fue profesor visitante en la Universidad de Berkeley. Ha impartido docencia en universidades europeas y americanas y ha dado conferencias en ciudades de Europa, América y Asia. Colaborador habitual de diarios y revistas, ha vinculado con frecuencia su faceta de viajero y su estética literaria. Ha intervenido en diversos proyectos teatrales y cinematográficos. Ha ganado el Premio Nadal con su novela La razón del mal (1993), el Premio Ensayo de Fondo de Cultura Económica con Una educación sensorial (2002), y los premios Cálamo (2010), Ciudad de Barcelona (2010) con Visión desde el fondo del mar y el Observatorio Achtall de Ensayo en 2015. Acantilado ha emprendido la publicación de toda su obra.

 

Obras asociadas
Close Menu