Vicente Verdú
El efecto de las medidas de ajuste, las de ayer y las de todo el reciente pasado no terminan en el corte físico de los recursos. Tras esta mutilación viene la misma mutilación de la carene histórica. Nos hacen cobrar menos y aspirar a unos servicios sociales diezmados tal como si no hubiéramos vivido literalmente la creciente evolución de la historia o incluso que esa progresión se revelara un despropósito o un engaño del que venimos a ser conscientes a fuerza de despertar en un punto remoto del pretérito. Nada se parece más a un sueño torcido que la vigencia de esta quejumbrosa realidad formada por elementos que creímos ya irreales. Lo irreal de la posible pesadilla se transforma como un insecto mortífero en pura realidad y, de ese modo, es ya inconveniente soñar dulcemente. No soñar pues, complacidamente.en adelante. Puesto que cada impulso del sueño se convierte en una dura trascripción del desengaño vernáculo.
Y he aquí la máxima categoría de la situación. El desengaño sobre el sistema y su progresión, el desengaño sobre la mejora de la vida un año tras otro alimentada por nuestra labor. La ecuación del progreso se manifiesta extrañamente averiada y anegada enseguida por un mar de lágrimas. Ningún mecanismo en que apoyábamos nuestra esperanza es ya de fiara, nada en que afianzarnos.
Prácticamente ningún signo de antigua mejora deja de naufragar blandamente en sus oscuras aguas. Nos hallamos pues en una a fosa acuosa y profunda. Hundidos en sus negras profundidades, ciegos respecto al horizonte, traspasados de desesperanza, atentos tan sólo a la posibilidad de que tras esta hecatombe colectiva llegue, con certeza, la hiriente calamidad individual. La pérdida de la construcción y el ascenso de su aglomeración en las montaña de escombros que seguramente bajo el agua y a la deriva nos lleva esta desdichada marea sin rey ni oración a la que abrazar. Ateos, paganos, inútiles, profanos. La gleba es el nombre que nos engloba como orugas. Todos convertidos en la madeja de mieles y filamentos que engullen el orangután.