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El barro y el mar

Por 15 de junio de 2010 Sin comentarios

Vicente Verdú

No todos los economistas, ni mucho menos, están de acuerdo en que los Gobiernos hallan elegido la política de recortes en los gastos y, notablemente, en los gastos de inversiones públicas. La consecuencia es que esa política conduce a reducir la actividad general, anular puestos de trabajo y achicar la capacidad para comprar. El siguiente escalón es que las empresas no venden, despiden a más obreros o cierran en cadena y, la quiebra del sistema viene a ser el resultado fatal.

Los Gobiernos se han asustado cuando tras haber lanzado mucho dinero al sistema fabricado pecaminosamente en las Fábricas de Moneda han aumentado sus deficits y con ellos, según sea más o menos altos, ha crecido el tipo de interés que deben pagar por los préstamos que siguen necesitando. Sin embargo, también, ellos prestan a otros, aún teniendo deficits, y reciben fondos de otros países, sea Alemania o Francia, que soportan también  deficits descomunales.

El déficit es así el estado general y no la lacra diferenciadora de un país u otro. Todos pueden quebrar si no acuden a préstamos exteriores y todos pueden quebrar si reducen bruscamente sus gastos y estrangulan la producción. De una u otra manera la situación lleva a la quiebra pero no es lo mismo una quiebra de todos que una quiebra de algunos. En la quiebra de todos no hay propiamente quiebra puesto que unos y otros son acreedores virtuales y, ¿cómo no?, también deudores virtuales. Se trataría  pues de haber pasado  inesperadamente, a otra dimensión, haber atravesado el espejo del equilibrio y el espejo de la producción. Pero también haber acabado con el miedo al desorden o la devoción a la regla de la tradición. En otra dimensión, el mundo y su economía serían de otra naturaleza y las salvaciones de otra significación. Ahora, sumidos en la mezquina política de los recortes, embarrancaremos sin duda en un territorio de escasez. Del otro modo navegaríamos acaso en un alto mar de inflación pero ¿quién no prefiere la navegación con sus traslaciones y cabos de Buena Esperanza que quedarse atrapados, acaso sepultados, en un secarral?

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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