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EL AURA DEL POLVORÓN

Por 13 de diciembre de 2006 Sin comentarios

Vicente Verdú

Quizás la mayor razón para abominar de las Navidades provenga de lo demasiado festivas que son.

En el pasado, las fiestas se magnificaban mucho siguiendo siempre los legados del pensamiento sagrado pero hoy, en coherencia con una idea de laica vida, la fiesta mayor se alza, a menudo, como un estorbo.

No siempre es así ni para todos, pero la gran festividad resulta crecientemente molesta si tapona las oportunidades de eludir su presencia. Y esto es precisamente lo peculiar de la Navidad.

Sus jugos y soniquetes penetran por todas las rendijas y su solo anunciamiento desencadena un estado irregular equivalente a la patología de ciertas plagas y a la eficiencia de sus feroces virus.

La Navidad es ahora viral. No ocurre ya en un espacio acotado ni tampoco en su corral cronológico. sino que tiende a desbordarse y deshacer los contornos en todas las direcciones a su alcance.

Quienes aman la Navidad contemplan arrobados está mágica y excepcional influencia pero quienes pertenecen al grupo contrario observan su desmesura como angustiosa o nauseabunda.

La Navidad ha adquirido, en todo caso, unas proporciones portentosas y su sombra dorada trasciende en semanas a la señalización del almanaque. Más que unas fechas la Navidad aspira a convertirse en una Temporada y de esta soberbia se deduce la magnitud del rechazo. La vaharada.

¿Cuánto no se echa de menos ahora, en las espesas vísperas festivas, la fiesta ideal, sin ornamentos? El día de asueto que se obtiene libre de cargas y coincidencias con onomástica alguna y cuya figura exenta se dispone netamente para ser empleada en esto o aquello, sin determinación ni socialización.

Esta clase de día individual se corresponde con el sujeto individualizado: solitario en medio del caudal del calendario, entero para sí.

La fiesta es colectiva, asunto público y de precepto mientras el día libre se une a los derechos privados, sin pertenencia al rito de la comunidad y su carga de cultura. Día primitivo, pues, y presto para la manipulación inaugural. Opuesto a la fecha muy señalada y definida previamente para un fin. Fecha fausta y precocinada para ser consumida de acuerdo a un repertorio de instrucciones que van desde la caridad a la familia cristiana y desde la lenidad doméstica al aura del polvorón.

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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